Encontrá todos los archivos de audio en MP3 del programa de radio La Venganza Será Terrible de Alejandro Dolina

18 de Febrero de 2008

**INEDITO**

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos, como tantas veces lo hemos hecho, de algunos asetas.
0:00:06 Hemos dicho aquí en algunas ocasiones el asetismo,
0:00:12 las cesis provienen de la palabra griega, ascesis, que es ejercicio,
0:00:17 tiene que ver con el ejercicio de la negación y la renuncia de los placeres mundanos.
0:00:23 El asetismo cristiano fue practicado por algunos seguidores,
0:00:30 que buscaban la soledad, el silencio, la mortificación,
0:00:35 como elementos esenciales para alcanzar la purificación.
0:00:39 Por supuesto, además de estos ejercicios de renuncia,
0:00:42 llevaban a cabo otros que tenían que ver con la misericordia y la solidaridad.
0:00:47 Aunque los asetas, a decir verdad, no están relacionados con esto,
0:00:51 más bien se ocupaban de ellos mismos.
0:00:54 Pero vamos a hablar de algunos asetas pintorejicos.
0:00:58 Los más pintorejicos deben haber sido los estilitas de quienes hablamos alguna vez,
0:01:03 no los peluqueros, sino los asetas que llevaban estilitas,
0:01:09 que le daban mal por qué.
0:01:10 Es un grupo hijo del monje Sinyón estilita.
0:01:14 Sinyón nació en el año 389 en Cisán, en la frontera de Siria.
0:01:19 Y durante sus primeros años fue pastor,
0:01:22 y después ingresó en el monasterio de Teleda cerca de Alepo, allí donde el sordo.
0:01:28 Y así lo echaron, porque parecen que eran tan ardorosas sus mortificaciones
0:01:34 que los otros monjes se aterrorizaban.
0:01:36 Se mortificaba de un modo tal que todos salían rajando.
0:01:40 Después de varias peripesias fijó su domicilio, nuestro amigo Sinyón estilita,
0:01:46 en la cima de una montaña situada al norte de este de Antioquía.
0:01:51 Y para asegurar su permanencia en aquel lugar se hizo encadenar a un peñazco
0:01:57 con una cadena de 10 metros de largo sujeta su pie derecho.
0:02:01 Y ahí se quedó varios meses.
0:02:04 Hasta que el patriarque de Antioquía, que lo tenía montado entre ojos,
0:02:08 le hizo notar que era muy fácil fiarse de una cadena y no de la voluntad.
0:02:13 Lo criticó de eso.
0:02:14 Así cualquiera está 10 años arriba de una montaña atado,
0:02:19 que quiero ver sin ataduras, dependiendo de tu voluntad,
0:02:22 cuando el deseo te dice a cada rato, rajemos.
0:02:26 Dijo, no, sin cierta razón, el patriarque de Antioquía.
0:02:32 Entonces el amigo Sinyón, el cholo Sinyón,
0:02:37 construyó una columna de 5 metros de alta.
0:02:40 No dicen cómo la construyó, porque no debería ser fácil.
0:02:43 5 metros de alto y arriba de la cual le había puesto una plataforma de 2 metros de lado,
0:02:49 rodeada de una barraustrada en la que el futuro santo se apoyaba,
0:02:54 ya que pasaba la mayor parte del tiempo parado.
0:02:57 Y se instaló en lo alto de aquella columna y ahí se quedó paradito en esa columna.
0:03:03 Desde luego, imagínense, expuesto a la intemperia y el cuerpo se recubrió de llagas, de ulceras.
0:03:09 Las crónicas de su vida cuentan lo siguiente.
0:03:13 Qué alergo.
0:03:15 Eso es un partido.
0:03:17 Es un partido, es un partido.
0:03:19 Sí, me está tocando todo.
0:03:21 Cuidado, porque lo que voy a hacer es un poco repondrante.
0:03:24 Dice, odia, sus llagas se llenaron de gusanos,
0:03:30 cargan de su cuerpo a sus pies, de sus pies a la columna y de la columna al suelo,
0:03:36 dice el previsible cronista.
0:03:39 En el suelo un joven y un sitio, lo llamado Antonio, los tomaba y lo devolvía.
0:03:44 Y se me on volvía a ponerse los gusanos en la llaga y les decía a estos pequeños atracios,
0:03:51 a ver lo que ellos os da.
0:03:55 Además de gusanos, parece que Antonio, el ayudante, se encargaba de subirle a Simeón
0:04:02 libros y objetos de culto.
0:04:05 Y arriba Simeón le pedía subirme un gusano, subirme un libro y subirme un objeto de culto.
0:04:13 Y a veces se equivocaba.
0:04:15 A veces se quedaba.
0:04:17 Leía los gusanos, rendió homenaje a los libros y así.
0:04:21 Cuento el cronista Teodoretto, si ya voy señora,
0:04:25 que sobre la columna Simeón permanecía expuesto a la vista de todo el mundo
0:04:30 como una especie de espectáculo insólito.
0:04:33 Sus oraciones eran tan variadas y continuas que había gente que las contaba por diversión.
0:04:38 Las personas acudían al pie de la columna desde todas partes del mundo.
0:04:42 Llegaban persas, etíos, pezumerios.
0:04:45 Estaba muy flaco, pobre hombre, que parece que comía solo una vez por semana.
0:04:50 Estuvo mucho tiempo sobre la columna.
0:04:53 ¿Cuánto preguntaba?
0:04:54 Sí, eso es lo que iba a cuantos.
0:04:56 Usted pensara un mes, dos meses.
0:04:58 ¿Un mes?
0:04:59 No, nunca bajo de la columna.
0:05:02 Se quedó allí hasta su muerte, subió en el año 423 y murió en 459.
0:05:09 36 años pasó arriba la columna.
0:05:12 ¡Alesélie tiene ganas de molestar!
0:05:13 Va a bajar el muerto y ahí lo enterraron y allá arriba también.
0:05:16 Ahora va a ver qué es lo que pasó.
0:05:18 Cuando los peregrinos lo vieron a agonizar, los miraban en lo que iban a visitarlo,
0:05:24 vieron que se estaba muriendo y armaron un tumulto.
0:05:27 Entonces vino una guardia armada de Antioquía formada por 600 soldados
0:05:31 para proteger al futuro cadáver.
0:05:33 Porque la gente, viendo que era santo, lo iba a despedacer para quedarse con un callito como reliquia.
0:05:40 Esto pasaba mucho, así que imagínese.
0:05:43 Bueno, después de este hombre se puso de moda el estilitismo,
0:05:47 es decir, esta forma de mortificación.
0:05:51 Y se convirtió en una forma corriente y asetismo en Siria.
0:05:54 Se extendió también hasta Abyssancia.
0:05:56 Van a por todas partes.
0:05:58 En general se los tenían por locos.
0:06:01 Casi todos se subían a columnas como Alico, Lucóz de Efeso.
0:06:06 Alico, por ejemplo, estuvo 33 años la columna.
0:06:09 Lucóz de Efeso estuvo 50 años arriba de la columna.
0:06:14 Otros, ante la ausencia de columnas o ante la falta de habilidad para construirlas,
0:06:19 se subían directamente a un árbol.
0:06:21 ¿Tado?
0:06:22 ¿Para qué, no?
0:06:23 Una crónica del monasterio de San Marón cerca de Pamea
0:06:26 describe la vida de San Marciano.
0:06:29 Un santo que se subió a un siprés
0:06:32 y parece que a veces se caía el hombre.
0:06:35 Y tenía que subir inmediatamente.
0:06:37 No, se ató.
0:06:39 Él decía que el diablo lo empujaba.
0:06:41 Pero se ató y cada vez que se caía era peor,
0:06:45 porque quedaba colgando de la cadena.
0:06:47 Se caía y ni siquiera tocaba el suelo.
0:06:50 Quedaba colgando.
0:06:52 Y entonces venían los vecinos del lugar
0:06:54 y lo volvían a colocar arriba del árbol.
0:06:57 Otros llamados San Efren, padre de la Iglesia Siria,
0:07:01 hablaba de los llamados Ramoneadores,
0:07:04 quienes hacían voto de no ser más exigentes que las bestias salvajes.
0:07:08 Bueno, hay muchos así.
0:07:10 Entonces rechazaban todo alimento producido por la mano del hombre,
0:07:14 vivían desnudos en el bosque,
0:07:16 se desplazaban en cuatro patas,
0:07:18 comían como los animales sin servirse de las manos, etcétera.
0:07:23 Por eso el nombre Ramoneadores,
0:07:25 como los animales y eso que comen hojas de los árboles.
0:07:28 Algunas mujeres los acompañaban en esta austeridad,
0:07:31 vivían en las cavernas, en los huecos de las rocas.
0:07:34 Otra forma de asectismo era la del éxtasis,
0:07:37 no el éxtasis, sino el estasis, del griego estasis.
0:07:43 Y ahí viene la palabra estático,
0:07:46 que consistía en guardar durante días enteros una inmobilidad estatuaria.
0:07:52 Hay algunos en recolecta ahora.
0:07:57 De pie o de rodillas, cualquier otra actitud,
0:08:01 muchas veces una actitud absurda, ¿no?
0:08:03 Algunas permanecían inmóviles en sienas gasenas de mosquitos
0:08:07 y el tipo ahí sin que hicieron nada.
0:08:09 Los picaron los mosquitos, el tipo...
0:08:12 Este actitud era practicada también por los hindúes, en otro orden de cosas.
0:08:17 Cuando llegaron los misioneros cristianos de la India,
0:08:19 se perturbaron mucho porque iban a convertir a un tipo
0:08:23 y se encontraba con gente a la que no le podían sacar una palabra.
0:08:31 Disculpe, ¿me... usted va a estar aquí mucho tiempo?
0:08:35 Sí, 30 segundos.
0:08:37 Estaban estáticos, no estáticos, sino que estáticos.
0:08:41 Los acetas de la India llegaron a procurar ese castigo tremendo, como todos sabemos,
0:08:45 son los faquires, loco.
0:08:47 Se colgaban cabeza abajo,
0:08:50 se dormían en lechos de aceradas puas,
0:08:53 pasaban semanas enteras en ayuno absoluto,
0:08:56 huenterrados hasta el cobote durante todo un mes, los faquires.
0:09:00 Pero bueno, volvamos a los acetas.
0:09:03 Ahí lo tiene a San Eusebio,
0:09:05 que fue el fundador del monasterio de Teleda, cerca de Alepo,
0:09:09 que llevaba un collar y un cinturón de fierro,
0:09:12 unidos entre sí por una cadena, pero una cadena corta, demasiado corta,
0:09:17 que lo obligaba a mantener el cobote cerca de la cintura
0:09:21 y a andar encorvado.
0:09:24 Y San Eusebio murió con el aparato puesto, por así decirlo.
0:09:30 Después de haberlo soportado durante 40 años,
0:09:34 según Teodoretto, ya voy señor,
0:09:38 desde que se puso el aparato, sí ya voy.
0:09:42 Nunca volvió a ver el sol ni a las estrellas,
0:09:45 porque estaba como el catobleta con la cabeza inclinada mirando al suelo.
0:09:49 Otros acetas procuraron vivir en casas
0:09:52 en las que era imposible la entrada de luz,
0:09:54 o incluso la entrada de otras personas,
0:09:57 había un señor llamado San Aczim,
0:09:59 que pidió que le construyeran una casa sellada,
0:10:02 si importa, no podía salir, y ahí se quedó adentro.
0:10:06 Le habían hecho un agujero en el techo a la casa, ¿no?
0:10:11 Y por el agujero le bajaban una vez por semana
0:10:14 lentejas crudas remojadas en agua.
0:10:17 Mmm, con el hambre que tengo.
0:10:21 ¿Qué día es hoy jueves?
0:10:23 Y se dice, andá hasta la de San Aczim
0:10:28 Méstele este plato de lentejas en remojo por el agujero.
0:10:31 Y nadie limpiaba.
0:10:34 Nadie limpiaba ese receptáculo.
0:10:36 ¿Qué va a limpiar?
0:10:37 Que usted se preocupa por el volviórolón.
0:10:41 ¿Qué tipo de 10 años sin comer y te deje de ir a limpiar?
0:10:48 Último aceta de esta noche,
0:10:50 un marón de ciro que murió en el 433
0:10:53 imaginó algo muy ingenioso para obligarse a la inmovilidad y al insomnio.
0:10:58 Se fue a vivir a un árbol hueco cubierto de espinas adentro
0:11:02 y amontonó piedras arriba de su cabeza
0:11:05 y así pasó los últimos 11 años de su vida
0:11:08 si es que se puede llamar vida eso.
0:11:12 ¿Qué puedo hacer una pregunta?
0:11:15 ¿Y qué perseguía la gente con el simejante sacrificio?
0:11:19 Aquí está, esto me pregunta muy interesante.
0:11:24 Porque el hombre contemporáneo
0:11:30 dice, muy bien,
0:11:35 quiero hacerme médico,
0:11:37 voy a estudiar medicina y voy a someterme a un sacrificio,
0:11:42 pero al cabo de 5 años o de 10 años
0:11:46 seré médico y viviré mejor.
0:11:48 O sea, hace una inversión de sacrificio para mejorar su vida después.
0:11:52 Y el hombre contemporáneo pensará,
0:11:55 no tiene sentido permanecer sobre una columna 10 años
0:11:59 porque no hay una recompensa posterior.
0:12:02 Crea su error.
0:12:04 No era eso lo que pensaba el estilita,
0:12:06 que pensaba que sí había una respuesta posterior,
0:12:11 que no era otra que la salvación.
0:12:13 Es decir, para el que cree que después de la vida hay un paraíso,
0:12:17 la ecuación se parece a la del que estudia medicina por las noches
0:12:22 para luego hacerse millonario como médico de barrio.
0:12:32 Pero, pero, esa respuesta también tiene una objeción.
0:12:39 Estamos seguros de que existen los médicos.
0:12:43 Y que existen los títulos de médicos,
0:12:45 que existen los consultorios y que hay gente que va a ellos y paga.
0:12:49 Es decir, estamos ciertos de que existen los médicos prósperos.
0:12:52 Puede ser que vos no se que se convertirte en un médico próspero,
0:12:55 pero existen los médicos prósperos.
0:12:57 Podemos decirlo desde aquí, sin temor equivocados.
0:13:00 En cambio, los bienaventurados del paraíso no estamos tan seguros.
0:13:03 Y si yo he visto muchos médicos prósperos y ningún bienaventurado.
0:13:07 Pero, lo que no quita que podrían existir aún sin verlo yo.
0:13:12 Además, en la Zeta de la columna creo que cree más en la iluminación
0:13:17 que en el médico próspero, ¿no?
0:13:19 Posiblemente, pero en todo caso,
0:13:26 yo creo como creía Svedenbor que hay otro elemento
0:13:31 que corre parejo con el que ganan con eso que es usted.
0:13:35 Y que es que mientras el hombre solidario,
0:13:41 incluso los grandes santos, el Cristo, por ahí se mortifican un poco,
0:13:47 pero el mayor esfuerzo es estar relacionado con los demás,
0:13:52 estar relacionado con un dar su cuerpo, su alma y su actividad
0:13:57 para que los demás estén mejor.
0:14:00 Es decir, el sacrificio de esos santos,
0:14:03 de estos santos que estoy empezando a mentar ahora, que no son los estilitas,
0:14:07 estar relacionado con el bienestar de otros.
0:14:10 Eso florece, la caridad florece,
0:14:13 la mortificación se muere en el propio estilita.
0:14:16 ¿De quién le servía a los pobres de la tebaida
0:14:19 que Simeón estuviera 36 años arriba de una columna?
0:14:23 Y ahí es donde encontramos el verdadero absurdo del estilita.
0:14:29 Svedenbor, que era un nombre de ciencia sueco,
0:14:33 que un día le agarró la loca y dijo que Dios lo había venido a buscar
0:14:36 y le había invitado a una vuelta por el cielo,
0:14:39 volvió y escribió, con mucha lucidez,
0:14:42 un informe sobre lo que había visto en el cielo
0:14:45 y dijo que los imbéciles no entraban al cielo.
0:14:48 Con gran consternación, mía, cuando lo leí.
0:14:51 Y el ejemplo que daba Svedenbor para certificar
0:15:03 que el cielo no tenía lugar para los estupios
0:15:06 era el ejemplo de un hermitanio que había estado colegado de un árbol toda su vida
0:15:10 en lugar de emplearla para hacer bien a los demás.
0:15:14 Svedenbor, bajate de ahí y venía a ayudar a los que sufren
0:15:20 y no sufras vos para purificarte.
0:15:23 Purificarte en el servicio a los demás.
0:15:28 Y esta quizá la cuestión central de esta charla
0:15:34 de despresear un poco esa forma egoísta
0:15:38 de elevarse y acercarse a Dios
0:15:42 y buscar formas que nos acerquen a la divinidad
0:15:45 mientras ayudemos a los que sufren.
0:15:47 Eso no está tan mal.
0:15:50 Ayer cuando leí aquello que los estupios no entraban al cielo
0:16:06 me agarró un pavor metafísico
0:16:10 y empecé a pensar, después todo da lo mismo ser malo entonces.
0:16:15 Pero está muy bien, porque hay que huir de la maldad
0:16:22 pero también de la estupidez.
0:16:24 Es más difícil, eh.
0:16:27 Ser bueno es más fácil que ser inteligente.
0:16:34 A lo mejor es la misma cosa.
0:16:38 Bueno, ¿con qué podemos ilustrar esta charla?
0:16:42 No hay canciones que hablen de esto.
0:16:49 Eso es lo que me dijo el discotecario.
0:16:54 No hay canciones que hagan.
0:16:56 Eso me dijo el discotecario que estaba subido al último estante
0:17:01 de la discoteca de Según se me dijo desde hace 20 años.
0:17:06 ¿Con qué se condenaba, escuchando qué?
0:17:11 Finalmente buscó un rato y encontró, suplicando a la Cruz
0:17:16 que es una bella canción que ha cantado en el mundo rivero
0:17:19 acompañándose el mismo con la guitarra
0:17:21 y que no tiene absolutamente nada que ver con el estilita.
0:17:26 Pero sí, con el primero de ellos, si me honresaba también.
0:17:32 Tantas oraciones y tal variedad de oraciones
0:17:35 que venían de todas partes del mundo, no había televisión entonces,
0:17:39 a ver de dónde se acaba el tipo tantas oraciones.
0:17:42 Así que, suplicando a la Cruz,
0:17:43 que es una canción que ha sido compuesta ciertamente,
0:17:45 pensando en el cholo sin meón,
0:17:47 no creo, estoy seguro de ello,
0:17:50 será la ilustración de nuestra charla de hoy.
0:17:53 Es la versión, como se ha dicho, del mundo rivero
0:17:55 que empieza a cantar en este mismo acto.
0:18:32 En la pida bendita de sus ojos
0:18:39 la señal de la Cruz
0:18:44 con sus ladrimacis se marchaba muy lejos
0:18:53 el amor de mi vida
0:18:56 que quedé sin suceso, que quedé sin suceso
0:19:02 o al paloma perdida
0:19:11 que decía llorando
0:19:16 sojuré
0:19:20 sus consejos seguí
0:19:25 y a una Cruz
0:19:28 solitaria en el campo
0:19:32 le pedimos rellenos
0:19:36 que nos guiará hasta el fin
0:19:48 que ve tan solo
0:19:51 como quedan los tíos del invierno
0:19:58 como queda el rosar
0:20:02 cuando no tiene rosas
0:20:07 con la paz del silencio
0:20:10 dejo a ti en la sopa
0:20:13 añorando su ausencia
0:20:19 y abrazar a su costa
0:20:50 el mundo rivero
0:20:55 suplicando a la Cruz

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