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29 de Septiembre de 2004

Nuevo catalogo de milagritos

Transcripción automática

0:00:00 Tenemos un nuevo cartálogo de milagritos, eh.
0:00:04 Milagritos sencillos, a los de hoy, eh.
0:00:08 En el siglo VIII, los Longobardos, ya saben, un grupo sermánico que invadió el norte de Italia,
0:00:17 digo, los Longobardos hicieron prisionero a un diácono al que hicieron de Goya.
0:00:24 El sacerdote Santulo, así se llamaba, consiguió que le confiaran la custodia del diácono preso,
0:00:33 eh, la ayuda del carcelero Santulo.
0:00:35 Y Santulo, finalmente, dijo, si se escapa, yo respondo con mi cabeza,
0:00:42 es decir, que yo lo cuido.
0:00:44 Apenas vio que los soldados Longobardos se descuidaban,
0:00:47 Santulo obligó al diácono a estiantarse,
0:00:50 y luego ofreció voluntariamente subir a los invasores,
0:00:54 digo, yo prometí que si el día conozcapaba,
0:00:58 iba a entregar mi vida, mi cabeza, así que eso es lo que pide a Santulo ahora.
0:01:01 Pues bien, los Longobardos lo condenaron a muerte.
0:01:06 Y entonces sucedió el milagro.
0:01:10 Cuando llegó el momento de la decapitación,
0:01:13 el verdugo se quedó con el brazo levantado,
0:01:16 sin poder descargar el golpe, con el accio, como yo.
0:01:20 Santulo lo había inmovilizado.
0:01:24 En medio de esa escena, no?
0:01:25 Era bastante rara, el sacerdote ha costado así, esperando el golpe,
0:01:30 y el verdugo detenido con el accio del alto,
0:01:33 digo, medio de la escena Santulo, realizó una promesa.
0:01:39 Prometió restituirle el movimiento al verdugo,
0:01:42 si tanto él como los ciepes Longobardos,
0:01:47 juraban que después de esa ejecución la suya,
0:01:50 no matarían a ningún otro cristiano.
0:01:57 Bueno, y aquí viene el verdadero milagro,
0:01:59 porque los Longobardos, espantados algunos y evangelizados de golpe los otros,
0:02:05 liberaron a Santulo,
0:02:07 le ofrecieron unos huellos y caballos de regalo,
0:02:11 la libertad de otros precios que tenían por ahí,
0:02:15 e incluso...
0:02:19 No, eso más, ya está, ya está, se me ha querido,
0:02:21 le iba a dar otras cosas, pero no, era...
0:02:23 iba a mentir, ya.
0:02:25 Ya a mí me parecía medio poco, pero bueno...
0:02:28 Le iba a agregar alguna otra cosa.
0:02:31 Bueno, después de estos reconocimientos,
0:02:33 el verdugo recuperó su andar.
0:02:36 Está muy bien que el...
0:02:39 el cronista se haya acordado de decirse el verdugo,
0:02:44 recuperó su movimiento, porque generalmente la historia termina
0:02:48 con que se evangelizaron todos los Longobardos,
0:02:51 le regalaron cosas a Santulo, que se fue lo más pancho,
0:02:55 y no dicen qué pasó con el verdugo, que bien estaba ahí.
0:02:58 El verdugo pudo continuar cortando a cabeza.
0:03:04 En este caso no la de los cristianos, sino la de otras proxomas.
0:03:09 Otro milagro, lo ha contado San Ambrosio,
0:03:11 que como saben ustedes, era el maestro de San Agustín.
0:03:16 Y ve, era una hermosa donceza romana,
0:03:21 había... se había hecho cristiana,
0:03:23 y había hecho voto de castidad.
0:03:28 Es decir, estamos durante los primeros tiempos de cristianismo,
0:03:32 con el imperio romano todavía pagado.
0:03:37 Al ver... ahí me es, el hijo del noble Sempronio,
0:03:43 Sempronio es un noble que tenía un hijo,
0:03:44 este hijo se enamoró de la mena,
0:03:47 pero no pudo seducirla, ¿no?
0:03:49 Ni con dadio a Fillequín con ruegos,
0:03:52 que no es lo mejor para seducir a nadie, ¿no?
0:03:56 ¿Qué hace usted cuando sale a levantar menas?
0:03:58 Recurre a la radio, a primero y al ruego después,
0:04:01 le pido una boleda de marrolla y se curó.
0:04:04 Bueno, en tal caso el hijo de Sempronio no ha saltado.
0:04:08 Pero el padre del muchacho Sempronio se enteró del mal que parecía su hijo,
0:04:11 y ordenó, en tanto noble y funcionario que era,
0:04:16 a Inet, que se rindiera los deseos del muchacho.
0:04:19 Enet, ríndete a los deseos de mi hijo.
0:04:23 Ella se me go con cirmesa.
0:04:26 Enojado entonces Sempronio,
0:04:30 usó su poder de funcionario para hacerla es poner desnuda en una mansevilla.
0:04:36 ¿Dónde hay una mansevilla por aquí?
0:04:38 Bueno, el hongadan desnuda, hay en eso.
0:04:42 Bueno, ahí estaba Inet,
0:04:44 desnuda la puerta de la mansevilla,
0:04:47 como en el principio de la canción, Ojo Ferdé.
0:04:51 Y sucedió mi lado.
0:04:54 Para disimular su desnudez y en defensa de su pudor,
0:04:59 comenzó a crecerle en el melón una gran cantidad de pelo
0:05:04 que ella usó astutamente para taparse las partes más comprometidas.
0:05:14 Pero el milagro no se detuvo ahí.
0:05:17 El hijo de Sempronio, que estaba como loco,
0:05:22 hizo tocar a su amada,
0:05:26 una vez que la vio ahí en la puerta de la mansevilla,
0:05:29 corriendo el pelo de pelo, si no permite la involuntaria desnudad,
0:05:35 que cubría completamente su cuerpo.
0:05:38 Pero al tocarla,
0:05:39 ahí de este muchacho cayó gilado.
0:05:43 Casió muerto.
0:05:47 Bueno, al ver que su hijo había caído redondo,
0:05:54 Sempronio se puso muy triste.
0:05:58 Pero Inet, entonces, empezó a rezar,
0:06:03 juntando las manos por debajo de los pelos.
0:06:07 Y obtuvo nada menos que la resurrección del enamorado.
0:06:12 Y, entonces, Sempronio, que inmediatamente resucitó,
0:06:17 se sacudió un poco y se fue lo más fresco.
0:06:22 Entonces, aquí ahora se aclara que Inet nunca correspondió al hijo de Sempronio,
0:06:28 que supongo yo que ni bien resucitado habrá comenzado de nuevo,
0:06:32 que te cuesta y cértera.
0:06:38 Milagrosinos.
0:06:40 Los milagrosinos son muy breves porque no tienen una intención edificante.
0:06:45 Entonces, no hay necesidad de complicar nada.
0:06:48 Xie Oukay era un hombre que había muerto de muerte natural.
0:06:54 El espectro regresaba cada tarde a su hogar para tomar un té.
0:06:58 Como Xie Oukay no hacía mucho más que tomar té en su hogar y en su vida,
0:07:04 nadie lloró su ausencia.
0:07:08 Y eso es un milagro perfectamente superfluo.
0:07:14 Segundo milagro.
0:07:16 Al gobernador de la prefectura de Bo Hai le gustaba una muscasa
0:07:20 de la que logró una promesa de Casorio.
0:07:23 Pero como pasaron muchos años y era no la cumplida,
0:07:27 el gobernador, Arto, ya, decapitó a la prometida.
0:07:32 Al día siguiente se presentó la cabeza en su sala de trabajo.
0:07:36 La cabeza le dijo lo siguiente, estúpido.
0:07:42 Y voló a encontrarse en la celtura del techo con otra cabeza.
0:07:46 Justamente le había un muchacho que había corrido su misma suerte.
0:07:50 ¡Pu-pupu!
0:07:52 Tercer milagro chino.
0:07:54 Hubo en la prefectura de Xiang Tia una familia, los Wang,
0:08:01 que fueron a bañarse al río Pan.
0:08:03 La señora Wang estuvo en el agua mucho tiempo, demasiado tiempo.
0:08:08 Tanto es así que se transformó en una tortuga.
0:08:12 Todos los parientes quedaron llenos de estupor
0:08:15 y regresaron a la casa sin la señora Wang.
0:08:26 Volvamos a los milagros cristianos.
0:08:31 Macario, en Egipcio, vivió en el siglo IV.
0:08:35 En una oportunidad de las autoridades encontraron a un hombre muerto
0:08:39 y se dialaron a otro como el posible asesino, no argentino.
0:08:44 Y los persiguieron para apreciarlo, naturalmente.
0:08:48 Ese sospechoso se le dio rajando y se refugió justamente en donde vivía Macario.
0:08:54 La canaveri llegó hasta donde estaba Macario
0:08:58 y lo que le entregará al hombre que buscaba.
0:09:01 Le llegaba a ese punto que la estamos buscando y se sonara a uno.
0:09:05 Pero el buscado desde el fondo gritaba desesperado,
0:09:08 que él no tenía la culpa de que se muerte y se negaba a entregarse.
0:09:12 Entonces Macario pidió a todos que lo acompañaran
0:09:15 hasta el sepulcro del hombre muerto.
0:09:19 Y se acompañó y me dó de estar muerto.
0:09:22 Una vez en ese pulcro Macario dijo,
0:09:27 mirando a ese pulcro,
0:09:29 se pide el mando que diga si este hombre te mató
0:09:32 y el muerto con voz clara respondió que aquel hombre no era el asesino.
0:09:37 Los presidentes quedaron atónitos
0:09:40 y luego le suplicaron a Macario que preguntara al muerto ya que estaba
0:09:45 y en entonces había sido el matador.
0:09:49 Y Macario respondió lo siguiente,
0:09:51 a mí me basta que el que no tiene culpa no tenga pena,
0:09:55 si no he llegado el culpado no me toca y volvió a su casa.
0:10:02 En una palabra yo no soy alcahuete.
0:10:09 Si quieren averiguar que el lo mató encarguense a ustedes
0:10:12 que yo no soy alcahuete de nadie,
0:10:14 dijo Macario en una palabra.
0:10:17 Este me gustó.
0:10:20 Último, alguna vez contamos un milagro
0:10:24 que consistía en castigar a un hombre con una lluvia particular,
0:10:27 una lluvia pequeña que perseguía al desdichado allí donde fuese.
0:10:32 Santo Nato fue un obispo de la toscana que vivió en el siglo IV
0:10:38 y Merced a sus horas se van conseguía sequías particulares.
0:10:44 No se mojaba si sobía porque sobre él los aguaceros no caían mal.
0:10:51 El iba en medio de la tormenta y del vendaval con un ladrón
0:11:00 con un pequeño territorio de escampada que le era propio.
0:11:04 Me gustaba.
0:11:06 Bueno, ¿cuál le gustó más o a quién quiere dedicar?
0:11:09 Si lo quiere dedicar al sinado pobre que venía a tomar el teneis a Vivo Nínica
0:11:14 y el caí.
0:11:17 Y a Santulo.
0:11:19 A Santulo.
0:11:21 Macario también, eh.
0:11:23 Se negó a seguir interrogando al muerto.
0:11:27 Me está incluso para no molestar a la muerta.
0:11:30 A ver si no puede.
0:11:32 Ya está, la memoria, ahora que quiera.
0:11:36 Los porobes.
0:11:38 Bueno, y a Santulo.
0:11:42 Evangelizó a los longobaros de un solo saco de Santulo.
0:11:48 Pero no, Santulo.
0:11:52 Se llamaba Santulo.
0:11:54 Todo junto.
0:11:56 No Tulo.
0:11:58 Y lo hicieron santo.
0:12:00 No hay santo en vida.
0:12:02 No Santulo después.
0:12:06 No, esto se llamaba Santulo como quien se llama Logulo.
0:12:11 Incluso con los mismos resultados entre sus amistades.
0:12:17 Los longobar los lo escarnecían todo el tiempo.
0:12:20 Sí, eso era lo peor.
0:12:22 Y él los perdonó.
0:12:24 Entonces se cambió el nombre.
0:12:26 Así como se puso.
0:12:28 Eh, Tulo Tarno.
0:12:31 Tulo Tarno.
0:12:33 Tú lo has dicho.
0:12:35 Mira, hemos ido a la discoteca.
0:12:39 Y no bien hablamos de milagros.
0:12:41 El discotecario peló el disco.
0:12:43 Lo camina de San Ignacio.
0:12:45 Que tiene un gusto a milagro.
0:12:47 Que es un buen título para un milagro, aunque no lo sea.
0:12:50 Y en la versión clásica de Ignacio Corsini,
0:12:53 lo escucharemos a mí.
0:13:05 El hingo es el sol de mayo.
0:13:08 Suere más linda por fe y amada.
0:13:12 El domingo derramos en San Islas y con la mañana.
0:13:16 Su empresa finiza, fines ramos.
0:13:21 Mira al desil y a su carta que te lo quiera.
0:13:25 Me miraron las nubes.
0:13:28 Me miraron las nubes.
0:13:32 Me miraron las nubes.
0:13:36 Con cara extraña.
0:13:52 En tu negra su pila briso el lucero de la mañana.
0:13:59 A carme la pulata de San Francis por la dinacarda.
0:14:04 Para sus manos indecinada.
0:14:09 A dentro iba un maldito de rollo plada.
0:14:14 Sin carme me la trajo la misma noche.
0:14:19 Siempre cerrada.
0:14:29 En un clarón tus ojos.
0:14:34 Bajo la sombra de tus pesañas.
0:14:39 Y cuando cuchilaron a aquel un chayo en la plaza.
0:14:44 Una de las historias, mire yo de abajo.
0:14:49 El muerto tenía hasta mil slavitos.
0:14:55 Que esto que lo pendillara entre sus manos.
0:15:01 En sangre en sobra.
0:15:11 Ha cantado Ignacio Corosini de Blomber y Maciel
0:15:16 los camines de San Ignacio.
0:15:25 Y el suelo de la noche.
0:15:30 Y el suelo de la noche.
0:15:35 Y el suelo de la noche.

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