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9 de Abril de 2007

Errores y equivocaciones en los mitos griegos

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy de errores y equivocaciones.
0:00:06 Conozco los dos.
0:00:10 Pero equivocaciones y errores en los mitos.
0:00:14 Hay así en los mitos griegos una personificación del error, que es átes.
0:00:19 Se trata de una divinidad menor que deposita sus pies sobre la cabeza de los mortales sin que ellos se den cuenta.
0:00:28 Átes había sido castigado y arrojado del olimpo por Zeus.
0:00:33 Y el motivo era el siguiente.
0:00:35 Zeus había predicho que el primer descendiente de Perseo que naciera por estos tiempos sería dueño de la región de Misenas.
0:00:44 Hemos contado esta historia alguna vez.
0:00:47 Había dos muchachas justamente descendientes de Perseo que estaban embarazadas.
0:00:53 Una de ellas era Alcmena, amada por Zeus, y otra Nícipe, amada por Esténel, que era el Cuatro Mecopa.
0:01:03 Era uno cualquiera.
0:01:05 Ahora bien, era la mujer de Zeus celosa como siempre por la andanza de su marido,
0:01:11 hizo que se retrasara la gestación de Alcmena, la que andaba con Zeus.
0:01:17 Recuerde, creo que hemos contado alguna vez este parto, que recién Alcmena pudo dar a luz a los 10 meses.
0:01:26 Así que primero nació el hijo de Nícipe y Esténel, que se llamó Euristero, y que se quedó con Misenas, fue el traer de Misenas.
0:01:36 Y el que llegó tarde fue nada menos que Heracles, Hércules, para los Amiguito.
0:01:42 Ahora bien, Ates, el error, que era amigo de Hera,
0:01:50 había distraído a Zeus para que no intercedieran el alumbramiento de su amada, y Zeus se vengó.
0:01:59 Le cerró a Ates para siempre las puertas del cielo y lo hizo caer desde lo alto del Olimpo.
0:02:06 Casó el error en Frigia, en una colina que desde entonces tomó el nombre de La Colina del Error.
0:02:14 Desde así sale Ates para depositar sus pies en la cabeza de los mortales, que verificado este fenómeno, se equivocan.
0:02:25 Cada vez que uno se equivoca, por mucho que digan los psicoanalistas, por mucho que diga Freud acerca de los altos fallidos, etcétera, etcétera,
0:02:36 es porque Ates, la divinidad expulsada del Olimpo, ha posado sus pies en la cabeza del equivocado.
0:02:44 Vamos a contar algunas historias de equivocaciones.
0:02:50 Veamos lo que le sucedió una vez a Jasson y a los argonautas.
0:02:55 Después de pasar por la isla de Lemnos, aquella isla se acuerda donde las mujeres habían sido condenadas por su impiedad a despedir un olor espantoso.
0:03:06 Es decir, habían descuidado el culto de arte, me parece, o quizá de Afrodita, y la diosa las condenó a oler tan mal que los mariones se querían acercar.
0:03:19 Los argonautas, después de esa estación, llegaron a la isla del rey sísico en el país de los doliones.
0:03:27 El pueblo los recibió hospitalariamente, y el rey, junto con su bella esposa Clite, los invitó un banquete donde se honró a Jasson, a sus acompañantes.
0:03:41 Ya les sirvieron los mejores platos, se hicieron cantos en su homenaje, que presentaron según los mitógrafos, a las mejores mujeres de la isla.
0:03:51 Bueno, terminó el bailongo, y a la noche siguiente, Jasson y sus hombres, agradecidos y un poco cansados, volvieron a la nave, a la nave Argos, para hacerse a la mar.
0:04:03 Hacen esto, y luego de navegar un rato, parece que se levantaron unos vientos adversos, y sin saberlo antes de la amanecer, el mar los llevó a tierra nuevamente, al mismo lugar de donde habían salido, a la tierra de sísico y de los doliones.
0:04:21 Los lugareños, sin darse cuenta de que los tipos que acababan de llegar a la playa eran los huéspedes de la noche anterior, los confundieron con piratas pelazgos, que parece que frecuentemente iban a atacar a su país.
0:04:37 Y se armó una batalla, ya que los argonautas tampoco sabían dónde estaban, y no reconocieron a sus enemigos, que eran los amigos de la noche anterior.
0:04:47 Bueno, atraído por el estrépito de la confrontación, el propio rey sísico acudió en ayuda de sus súbditos, y cayó muerto en manos del propio Jasson, que lo ensartó como churrasco de croto con su lanza.
0:05:03 Hubo una enorme matanza.
0:05:06 Al amanecer, las dos partes se dieron cuenta del error, y todos prorumpieron el lamento.
0:05:13 ¡Uy, se miren quién hice sonar! Al muchacho de la otra noche.
0:05:19 Jasson dispuso entonces magníficos funerales para sísico, y por espacio de tres días los argonautas lanzaron lamentaciones rituales y celebraron juegos en su honor, tal era la costumbre.
0:05:33 Cada vez que había una matanza, había después de una especie de confrontación agonal.
0:05:42 La joven esposa de sísico, Clite, ya mencionada, se ahorcó.
0:05:48 No durante los juegos como parte de un ritual o de una competencia, sino porque estaba desesperada.
0:05:56 Es decir, el orgamento no formaba parte de los ritofúnebres.
0:06:00 Las ninfas lloraron a Clite con tal desconsuelo rollón, que sus lágrimas originaron una fuente que lleva su nombre Clite.
0:06:10 La famosa fuente Clite está hecha por lágrimas de ninfa, como puede comprobarlo cualquiera que beba de esa fuente.
0:06:19 El agua tiene el áspero sabor de las lágrimas de ninfa.
0:06:23 Ese fue ciertamente un error lamentable.
0:06:28 Lo salimos otro.
0:06:30 El de Musio Cebola, que es un personaje de los mitos romanos.
0:06:34 Cuando Roma, después de la expulsión de los tarquinos, se asociaba a Sitiada por los Etruscos,
0:06:40 Musio Cebola decidió darle muerte al rey Etrusco por cena.
0:06:46 Así se llamaba el rey por cena.
0:06:48 Y a tal efecto se introdujo Musio Cebola en el campamento enemigo.
0:06:54 Pero se le presentó un problema.
0:06:57 Musio no conocía al rey por cena.
0:07:01 No eran aquellos estos tiempos en que los personajes públicos son conocidos a través de la fotografía, etc.
0:07:09 Y Musio fue a matar a por cena, pero no sabía cuál era.
0:07:12 Entonces, adoptó el siguiente sistema.
0:07:16 Empezó a probar suerte apuñalando al acaso a los que encontraba durmiendo por ahí.
0:07:22 Haciendo fuertes en cada caso para que el asesinado fuera al rey por cena.
0:07:28 Mató unos cuantos, pero debe decirse que ninguno de los asesinados resultó ser por cena.
0:07:35 Y para peor, algunos guerreros despertaron antes de ser asesinados y detuvieron a Musio.
0:07:43 Bueno, fue conducido ante el rey, el mismísimo por cena, que toda vez que no había sido asesinado, estaba vivito y coneando.
0:07:52 Trajeron también un bracero con las correspondientes brazos ardientes destinados a la celebración de un sacrificio.
0:08:00 Musio, entonces, metió la mano en el fuego, su mano derecha, y dejó que se consumiese sin quejarse.
0:08:10 ¿Así no más? ¿Tú a la mano ahí?
0:08:13 Para mostrar quién era nada más.
0:08:17 El rey por cena, admirado, ya que era un rey proclive, admirarse,
0:08:22 cuando alguien ponía la mano sobre un bracero y le dejaba quemarse por completo sin emitir siquiera un quejido.
0:08:31 Admirado, digo, ordenó retirar el bracero y escuchó a Musio y se dispuso a creer cualquier cosa que te dijese.
0:08:40 Pensó al rey, le parecía que se la pensara.
0:08:45 Siguiente no gritó cuando el fuego le quemó la mano, es porque nunca miente.
0:08:51 Y Musio habló y dijo, lo cual era falso, que 300 de sus hombres aguardaba la ocasión de realizar la empresa en la cual él había fracasado.
0:09:07 A saber, asesinara al rey por cena.
0:09:10 Dijo también que no había sido elegido por sus méritos, sino que su presencia allí obedecía a un sorteo.
0:09:18 Por cena entonces se asustó, pensando que si cualquiera de aquellos hombres era capaz de hacerse quemar una mano sin un suspiro,
0:09:26 estaba ante un enemigo temible.
0:09:29 Como se ve, el rey por cena tenía escasísimas luces.
0:09:33 Y entonces propuso un armisticio con Roma que Cebola aceptó, es québola debe decirse, sin mucho ruido tampoco,
0:09:44 más que nada para que por cena no sospechar.
0:09:47 Musio, que resultó manco a causa de ese sacrificio, tomó desde ese momento el nombre de Esquébola al surdo.
0:09:55 El surdo porque la mano quemada fue la derecha.
0:09:59 ¿Cuál es el error acá? Me pregunto.
0:10:03 El error está en que no acertó nunca con el rey, cuando empezó a puñalar a los durmientes así,
0:10:09 uno tras otro.
0:10:11 Ese sería el error. Si hubiera acertado probablemente le hubieran matado y todo hubiera terminado mucho peor.
0:10:19 Pero no se entiende muy bien el susto del rey, ¿no?
0:10:22 Que lo asustaba un hombre capaz de dejarse quemar la mano sin chistar.
0:10:27 ¿Qué peligro puede entrañar un hombre así?
0:10:30 Pensar que todos eran así y que esa es una virtud guerrera.
0:10:36 La de dejarse quemar la mano sin gritar.
0:10:40 Se puede tener la presencia de ánimo, la insensibilidad necesaria para eso y ser, sin embargo, un pésimo guerrero.
0:10:49 Pero bueno, yo no era el rey por cena, afortunadamente.
0:10:54 El error fue entonces el del rey por cena, porque creo que había una relación de causa y efecto entre la insensibilidad de la mano derecha de una persona y su veracidad.
0:11:06 Tercer error. Hablaremos de eunomo.
0:11:09 Su error es decir que es claro y de consecuencias rápidas.
0:11:12 No hay nada que me guste más que un error claro y de consecuencias rápidas.
0:11:18 Te le gusta enterarse rápido, vos se equivocas.
0:11:20 Terribles son los errores oscuros que a veces pasan por verdades,
0:11:25 cuyas consecuencias van cayendo agotas durante toda la eternidad.
0:11:30 Cuando Heracles, después de su matrimonio con ella Nina, vivía en la corte de su suegro, en Eo, el rey de Calidón,
0:11:39 provocó una desgracia.
0:11:41 Que fue esta.
0:11:43 Así vivía un niño llamado Eunomo, que trabajaba como copero.
0:11:48 Quiero decir que le servía copas a la gente.
0:11:51 Eunomo se encargaba de tratar hospitalariamente a las visitas.
0:11:55 En una oportunidad, parece que el niño derramó en las manos de Heracles agua tibia,
0:12:00 que estaba destinada a lavarle los pies, no las manos.
0:12:04 Heracles se enojo y le dio un bollo.
0:12:09 Lo surtió.
0:12:11 Pero se lo dio con tal fuerza que lo liquido al niño.
0:12:16 Heracles era una vesquia.
0:12:18 Sí, tenía la derecha prohibida.
0:12:20 ¿Lo mató?
0:12:21 Lo mató, sí.
0:12:23 Y luego quedó de esterrarse, como era costumbre, para expiar el crimen.
0:12:27 Se marchó con ella Nina, para purificarse de aquel asesinato involuntario.
0:12:36 Involuntario hasta por ahí nomás, porque el bollo se lo dio.
0:12:39 Y ese fue un error que está en este catálogo.
0:12:43 Le quiso dar un bollo y lo liquido.
0:12:47 El último de la lista es más divertido.
0:12:53 Hablamos de él hace poco.
0:12:55 La primera saña de Heracles, durante su adolescencia, fue matar al león de Siterón,
0:13:00 una fiera muy grande y muy feroz, que producía verdaderos desastres en los rebaños del rey Tespio.
0:13:07 Ningún cazador se atrevía a enfrentar a aquel león.
0:13:13 Heracles decidió liberar aquellas tierras de la bestia y se instaló en la casa de Tespio, el rey Tespio.
0:13:21 Y así pasaba el día, campeando al león, y por la noche iba a dormir al palacio.
0:13:26 Muy bien, al cabo de un tiempo y no mató, no más al león.
0:13:30 Sin embargo, el rey Tespio y su esposa, Megamede, qué lindo nombre, Megamede,
0:13:39 aprovecharon la estadía de Heracles para otro propósito, que ya hemos contado a algún tiempito.
0:13:44 Estos retos tenían 50 hijas, el rey tenía 50 hijas, y querían tener nietos que fueran hijos del héroe.
0:13:52 Lograron que Heracles uniera a una de las 50 muchachas durante la noche, y el héroe se enamoró de esta chica,
0:14:01 y le invitó a continuar con aquellos encuentros.
0:14:04 Le dijo, ¿qué te parece si continuamos estos encuentros todas las noches? Le dijo Heracles.
0:14:09 Y Heracles pensó desde ese momento que se encontraría cada noche con aquella muchacha.
0:14:15 Pero era un error, porque todas las noches, Megamede, se las arreglaba para introducir en la cama de Heracles a una de esos 50 hijas.
0:14:24 O hija, te la vas a saber.
0:14:27 Así durante 50 noches, en la oscuridad, Heracles se unió con todas pensando que eran la misma.
0:14:34 Probablemente algún modo lo era.
0:14:37 Y de ese modo, tuvo 50 hijos, los llamados teespíadas.
0:14:41 Y parece que 51, porque una de ellas le dio mellizos.
0:14:46 Ahora ustedes preguntarán, ¿cómo confundió una hermana con otra?
0:14:51 Siendo incluso que siendo 50 rectificó.
0:14:55 A vida cuenta que siendo 50, la mayor sería bastante más grande que la menor.
0:15:02 Pero probablemente se tratara de 50 hijas no todas de la misma madre.
0:15:08 Digo yo.
0:15:10 Trabajando de justificarlo.
0:15:13 Algún modo.
0:15:15 ¿Sabe usted que en la antigüedad clásica existía la costumbre de completar los actos venerios en la más absoluta oscuridad?
0:15:23 No se acostumbraba en centerlamparas, incluso algunos orientales acusaban, ya más adelante, acusaban a los griegos en centerlamparas,
0:15:32 como si eso fuera verdaderamente un acto de demasiado refinamiento.
0:15:38 Y entonces bueno, hacia lo oscuro era grefe.
0:15:41 ¿Qué le iba a decir?
0:15:43 No tenían tampoco tanta confianza.
0:15:45 Por ahí se daba cuenta, pero no iba a decir nada.
0:15:48 Yo creo que se daba cuenta.
0:15:49 Una vez que estaba dentro de la cama, dice que iba a ir a agarrar.
0:15:52 ¿Qué me impuedes?
0:15:53 Es lo que me tocó hoy.
0:15:55 Eso andaba preguntando quién es, bueno, no es de acá.
0:15:58 Y se me parece que este no es la de anoche, pero...
0:16:02 Mañana será otro día.
0:16:05 Bueno, era aquella oscuridad, la edad antigua, ¿no?
0:16:11 Esta oscuridad de las ciudades que está perturbada por carteles luminosos, por vecinos que prenden la luz,
0:16:21 aparatos de televisión, nunca están en la oscuridad completa.
0:16:26 La oscuridad sirve especialmente al amante que no discrimina.
0:16:35 Le permite no discriminar.
0:16:37 Que son los famosos amantes infalibles.
0:16:40 Es decir, los que no discriminan.
0:16:42 El amante falible lo es muchas veces porque discrimina.
0:16:47 Pues no son para que todas las amantes iguales.
0:16:50 Y entonces con algunas es muy eficaz y con otras insolventes.
0:16:55 Y esto que parece un defecto me parece que es la mejor virtud de un amante.
0:17:02 Mejor amante si que establece diferencias.
0:17:06 En cambio el que mantiene siempre la misma eficacia es el más indeseable de los amantes.
0:17:13 Si yo fuera su hermana, Rolón, jamás elegiría esta clase de amantes infalibles.
0:17:18 No sabe cómo me tranquiliza.
0:17:27 Mire, esto son los errores que teníamos para hoy.
0:17:33 Hates, esta divinidad, tiene una característica en la que insisto enfáticamente.
0:17:43 Y que es que uno no advierte su presencia.
0:17:47 Tipo, se te para en la cabeza pero no lo ves.
0:17:50 De modo que uno comete los errores, que son hijos del posarse de Hates sobre nuestras cabezas,
0:17:56 en la creencia de que acierta.
0:17:59 Es imposible entonces arrepentirse de errores que no registramos como cometidos.
0:18:06 Es imposible arrepentirse de errores que no registramos como cometidos.
0:18:12 La pregunta es cómo se da cuenta uno de esos errores.
0:18:16 La respuesta es que uno no se da cuenta de esos errores.
0:18:21 No es indefensable en la vida y en la historia que un error se registre totalmente como tal.
0:18:30 Nosotros estamos acostumbrados a la ficción, al teatro, a la novela,
0:18:36 donde siempre hay una anagnorici, siempre hay un reconocimiento,
0:18:40 hay una salida del error, al menos el público se entera de los errores.
0:18:45 Pero en la vida no.
0:18:47 Y a lo mejor vivimos convencidos de cosas que son absolutamente falsas.
0:18:51 En este mismo momento, mientras hablamos del error y de la imposibilidad de registrarlo como tal,
0:18:57 tal vez estamos cometiendo otro error que ni siquiera sospechamos.
0:19:02 ¿Qué podemos hacer ante esa duda, ante esa realidad que es la posibilidad, a veces cierta o a veces remota,
0:19:11 de que estemos cometiendo todo el tiempo gravísimos errores?
0:19:14 ¿Qué puede hacer uno?
0:19:17 La respuesta es hacer que las consecuencias de nuestros actos sean lo más livianas posible.
0:19:26 Sabiendo que podemos equivocarnos, hay que hacer que las consecuencias de esos actos no sean drásticas ni terribles.
0:19:36 Hay que rodearse de una red tal de tolerancia y de cuidado,
0:19:41 que si es verdad que estamos cometiendo errores, al menos estos no tengan consecuencias trágicas.
0:19:48 Y ese es el fundamento de la democracia.
0:19:53 La democracia no es tanto que uno puede elegir a su gobernante, sino que su mandato dura poco.
0:20:04 Y entonces las consecuencias de un error duran lo que duran los mandatos.
0:20:11 Por eso son temibles las tiranías.
0:20:14 Se terminen.
0:20:16 Se terminen.
0:20:18 Pero vienen de un error nuestro.
0:20:23 Pero también las personas que en su intolerancia piden de continuo
0:20:29 toda clase de escarmiento para que cualquier clase de actos reales, ficticios supuestos,
0:20:38 estas personas deberían tratar de que sus actos no tuvieran consecuencias tan drásticas.
0:20:46 Y hasta los jueces deberían saber que estando ates a lo mejor sobre su cabeza
0:20:56 debemos rodearnos de cuidados, de instancias.
0:21:00 La peor justicia es las que no reconoce instancia superior, que tiene una instancia sola.
0:21:06 Esos jueces de la antigüedad.
0:21:08 Muy bien, cortemos en dos este niño.
0:21:15 Bueno, a quién quiere dedicar a usted esta charla?
0:21:23 Estaba pensando en que me gustaba mucho Alejandro, esta unión de una característica con un lugar geográfico.
0:21:31 La colina del error.
0:21:34 Yo recordaba que nosotros hemos compartido la nube de la duda.
0:21:37 La calle de la duda.
0:21:39 Me gusta mucho, no suena muy poético eso y me gustó que aparte de la historia.
0:21:44 Es un recurso interesante.
0:21:46 Me acordaba y le quiero dedicar esto a la ninza Eco, porque ya que este buen ates fue castigado por ser buchón de ERA,
0:21:56 Eco lo fue por ser buchón de Zeus.
0:21:59 Acuérdame que Eco le extraía ERA mientras Zeus tenía sus amantes por allí.
0:22:03 ¿Y era la condenó a no ser otra cosa que una voz?
0:22:06 No ser otra cosa que una voz.
0:22:08 Así que era ninza Eco que se enamoró tan tristemente del amigo Narciso, que no podía amar demasiado más que a sí mismo.
0:22:15 Y a Jasson y a Císico que cometieron un error que a veces es el contrario al que le pasa uno en la vida cotidiana.
0:22:23 Eran los mismos y se pensaron otros.
0:22:26 Por lo general, la vida no es nada.
0:22:28 Y nosotros se piensa en mí.
0:22:30 Así que eso fue mi dedicatoria.
0:22:32 Me estaba acordando de otro error muy gracioso, del que fue víctima Heracles.
0:22:38 No fue un error de él, sino de Dios Pan.
0:22:40 En una época, Heracles también, para pagar algunos de satinos que había cometido, fue vendido como esclavo y lo compró Ónfale,
0:22:51 una bella mujer que lo tenía como esclavo, pero también como amante.
0:22:55 Y entonces parece que Ónfale y Heracles se encontraban todas las noches en una caverna.
0:23:02 Y el Dios Pan andaba por allí y se enamoró, por decirlo así, de Ónfale.
0:23:10 Y se le ocurrió meterse una noche en la oscuridad de la caverna donde se hacían los amantes,
0:23:15 y esperaba que se dormieran y gozar surreptitiamente de Ónfale.
0:23:21 Pero resulta que Heracles y Ónfale tenían, entre tantos otros, un juego que consistía,
0:23:27 en vestirse el uno con las ropas del otro.
0:23:31 Y entonces una noche Ónfale se puso la curtida piel de León,
0:23:37 que tal vez era de este León de Citerón o quizá león de Nemea,
0:23:41 y Heracles se vistió con la túnica de seda de Ónfale.
0:23:48 Bueno, se quedaron dormidos, los dos abrazados ahí, en la caverna oscurísima,
0:23:56 y entre ó Pan diciendo, esta es la mía, lo cual era un error.
0:24:04 De golpe, manotí un poco de seda, empezó a tantear,
0:24:20 y cuando descubrió el error, era tarde.
0:24:28 Era que le lo corrió y no murió a pastajadas.
0:24:33 Y de una linda equivocación.
0:24:35 Miren que habiendo gente para equivocarse, justo con el ácone.
0:24:38 Bueno, hemos resuelto elegir para muevar esta charla, esta recordación de Atte,
0:24:51 una canción que tiene como título lo que podría ser la rememoración de un error.
0:25:01 Con este inciso comienzan muchos relatos de errores que uno ha cometido.
0:25:06 Se llama Me enamoré una vez.
0:25:12 Y es una bellísima ranchera que va a cantar con impostación de cantante de cámara, Carlos Gardero.
0:25:32 Cuando quise yo quererte, cuando me quise, cuando me quise.
0:25:36 Y ahora que enteré de prenderte, no te doy al fin, no te doy al fin.
0:25:41 Cuando los botes de vida, y que atercería, nunca te colotaré.
0:25:46 Y ahora que yo te largaré, no pon que mi asalza no te doy ni saldo.
0:25:51 Y ahora que yo te largaré, no salgo ni buscando, pero no hay de ser.
0:26:00 No soy así para que sepa, y si te amaba, pues a lo que me interesa.
0:26:09 No soy así y sé por qué, y sé si se lo sé.
0:26:17 Y entiendete a ver, me enamoré una vez, no me enamoro más.
0:26:21 A mí no me monqués porque no me encontrá, me enamoré una vez.
0:26:24 Y no me antes atrás porque por un mal diante a mí no me enganirá.
0:26:30 Cuando yo te di una cita en el gallinero, en el gallinero, me dejaste sin visita, y sin entrevero, y sin entrevero.
0:26:48 Cuando tu entres sin mi boca porque estaba loco, me tiré de a pie.
0:26:52 Y ahora que tengo otra cosa, que es muy buena boca, que eres de la vez.
0:26:57 Y ahora que tengo otra cosa, que eres de la vez, pero no hay de ser.
0:27:02 Ah, ah, ah, no, no, no, no, no, no, no, no.
0:27:06 Yo soy así para que sepa, y si te amaba, pues a lo que me interesa.
0:27:16 Yo soy así, y sé por qué, y sé si se lo sé.
0:27:23 Y entiendete a ver, me enamoré una vez, no me enamoro más.
0:27:27 A mí no me monqués porque no me encontrá, me enamoré una vez.
0:27:31 Y no me antes atrás porque por un mal diante a mí no me enganirá.
0:27:40 En la venganza será terrible, hemos escuchado a Carlos Gardel interpretando de Pelá y Canaro.
0:27:46 Me enamoré una vez.

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