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9 de Octubre de 2007

Las yeguas de Glauco

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy de las Lleuco. En los mitos griegos muchos personajes se llaman Glauco.
0:00:05 Hoy vamos a referirnos a uno que era hijo de Sisypho y que fue el papá de Belerofonte, el jockey de Pegaso.
0:00:14 Vivía en Pócnia cerca de Tebas. Glauco era dueño de una de las Lleuco, no de una de las Lleuco, de muchas Lleuco, y las cuidaba muchísimo.
0:00:28 Por ejemplo, disculpen ustedes la expresión, no permitía que las preñaran, ni que tuvieran reuniones con otros caballos, aunque estas reuniones no fueran fecundantes.
0:00:40 Sin que se entienda muy bien que clase de reuniones puede tener una Llegua con un caballo.
0:00:45 Sí, se va al partido de los Pumas.
0:00:47 Aquí se reúnen, al jugar al truco, no me parece.
0:00:50 Bueno, pero con esto, con este procedimiento, a saber negarle a las Lleucas trato con equinos con caballos, quiero decir, con esto Glauco esperaba que sus Lleucas fueran más energicas que las otras en las competencias en las carreras de carros.
0:01:10 Es decir, se trataba de que aquella energía que las Lleucas consumían en ejercicios venéreos fuera utilizada para mejorar los tiempos.
0:01:19 Las carreras eran la principal preocupación de Glauco, las carreras de carros, el hipódromo.
0:01:26 Esa decisión de Glauco de mantener abstinentes a sus Lleucas ofendió naturalmente a la diosa Aphrodita, que era diosa del amor, no sólo entre los hombres, sino también entre las Lleucas.
0:01:41 Tiene gracia.
0:01:43 Entonces Aphrodita, estadiosa, se quejó a Zeus, el príncipe del Olimpo de estos acimentos.
0:01:50 Y también se quejó, porque se había enterado de que Glauco había llegado al extremo de alimentar a sus Lleucas con carne humana, también para aumentar su velocidad.
0:02:03 Indignado entonces, Zeus autorizó a Aphrodita a que realizara las acciones contra Glauco que ella considerara necesarias.
0:02:15 Aphrodita entonces soltó las Lleucas una noche, les abrió la puerta de correr, ¿no?
0:02:22 Y dejó que vivieran, no, que vivieran dejó también, pero que vivieran en un pozo consagrado a ella y que comieran una hierba llamada hipomanes que crecían los alrededores del pozo.
0:02:40 Parece que el aguita del pozo y los lluitos de los alrededores prodigaban estímulos violentos y desmesurados.
0:02:52 Esto ocurrió poco antes de que Jasson celebrara los juegos fúnebres de pelias en la costa de Yolco.
0:03:01 Pelias, aquel que había sido conducido a la muerte por sus hijas siguiendo consejos de la bruja medvedad.
0:03:10 Pero bien, cuando se moría algún macánudo hacían juego fúnebre, gran festejo, con carrera de sortijas, de embosado y todo eso.
0:03:20 En esos juegos iba a participar Glauco con sus lleguas, iba a notarlas en la carrera.
0:03:27 Cuando estaba por empezar la carrera Glauco estaba hunciéndolas al carro, estaba ahí atándolas, y las lleguas se asustaron, se desbocaron, volcaron el carro y arrastraron a Glauco por la arena enredado en las riendas por todo lo largo del hipódromo.
0:03:49 Pero eso no fue lo peor. Cuando el arrastre pareció haber terminado, las lleguas se comieron a Glauco de postre, se lo manjaron directamente.
0:04:01 Se entiende, primero lo arrastraron por todo el hipódromo, marcando a uno 36 la milla y después allá frente a la peluz se lo morfaron.
0:04:14 Curiosamente el destino del hijo de Glauco, en una tribuna de los bancanes, el destino del hijo de Glauco, Belero Fonte, también fue trágico respecto de las montas, porque se cayó de pegazo.
0:04:36 Era mucho caerse.
0:04:37 Era mucho caerse porque se cayó cuando iba subiendo al cielo y ya se sabe que si la caerse de un caballo ya es muy peligroso, siendo que no está más de un metro y medio de altura, calculen cuando ese caballo tiene la altura de las nubes, no te matas.
0:04:53 Sí, casi seguro.
0:04:55 Cuentan los metógrafos que el alma de Glauco, aquel que fue arrastrado primero y comido después por las lleguas, el alma de Glauco que tiene un nombre Taraxipo, o Turbo Caballos, un alma con nombre.
0:05:12 Bueno, el alma esa sigue acechando por el Istmo de Corinto, donde su papá sísico le había enseñado el arte de cuertre.
0:05:24 Taraxipo, o sea el alma de Glauco, se deleita, se complace en espantar caballos, y especialmente parece que lo hacía en los juegos de Corinto y causaba muchas muertes.
0:05:38 Había otra alma que participaba en esos sustos junto a la de Glauco, y era el alma de Mirtilo, un famoso yoki de los mitos clásicos.
0:05:50 Dice que tanto Taraxipo como Mirtilo asustaban en Corinto, pero también en Olympia, donde incluso los yokis ofrecían sacrificios con la esperanza de evitar catástrofes.
0:06:04 La verdad es que este nombre, Taraxipo, no solo lo llevaba el alma de Glauco, sino también muchos otros personajes.
0:06:12 Se decía que Taraxipo también era el alma en pena del héroe isqueno que fue sacrificado para poner término a una carestilla.
0:06:22 Algunos serán sacrificados para que yo viera, otros para que cesaran las tormentas, y aquí parece que había carestilla, estaba Carlos Puchero, y sacrificaron a isqueno para ver si bajaba.
0:06:38 También se hablaba de Dameón, el hijo de Fluente, que había participado en la expedición de Heracles contra Agujías.
0:06:46 Se acuerda, aquella de las tareas que consistía en limpiar las caballerillas de Agujías.
0:06:53 ¿La cuenta eso?
0:06:56 No se la contaron, porque había usado un río para limpiarlas, y entonces se dijo que tenía que limpiarla usted.
0:07:04 El caso es que Fluente había sido muerto al mismo tiempo que su caballo, y el amo y el animal habían sido enterrados precisamente en el hipódromo de Olimpia.
0:07:18 Bueno, todo esto, estos cuentos eran para explicar algo que verdaderamente sucedía.
0:07:23 Muchas veces en las carreras los caballos se asustaban y volcaban el carro y el conductor se mataba.
0:07:30 Entonces se explicaban estos hechos que eran muy frecuentes de este modo.
0:07:34 La aparición de Taracipo en las carreras también se relacionó con la leyenda de Enomau,
0:07:40 aquel hombre que hacía participar en una competencia de carros a los pretendientes de su hija, Hipodamía, ¿se acuerda?
0:07:48 Cada vez que le conocía un novio a la hija, el tipo le corrió una carrera.
0:07:53 Y le corro con mi manchagua la razón de decirlo.
0:07:58 Le decía, bueno, si querés andar con mi hija o casarte con mi hija, yo te corro una carrera y si me ganas, te concedo la mano de mi hija.
0:08:08 Pero si perdiste, mato. Y siempre le ganaba y los mataba. Le ganaba primero y los mataba después.
0:08:14 Pero una versión cuenta que uno le ganó a esa carrera.
0:08:18 Y ese que le ganó fue Pelope.
0:08:21 Y parece que Pelope había invocado en el lugar donde se iba a correr la carrera a Taracipo,
0:08:32 Taracipo, sonote, que gong, lo había invocado para asustar a los caballos de Enomau.
0:08:41 También se ha dicho que el propio Pelope había sido sepultado en el hipódromo de Olimpia.
0:08:47 Ella nos parece más un cementedio que un hipódromo, ¿no?
0:08:51 Está bien cerrado ahí.
0:08:52 Mucho afinado, guay.
0:08:53 Y desde ahí, desde abajo, la pista había continuado perturbando las carreras.
0:08:59 Realmente, los más sensatos, uno pone cara que el más sensato es uno.
0:09:05 Dicen que en determinada curva había un altar y un laurel
0:09:09 y que la sombra del laurel agitada por el viento era suficiente.
0:09:14 La sombra no era.
0:09:15 Lo que agitaba el viento era el laurel, desde luego.
0:09:18 Pero esta sombra se moviente, era razón suficiente para asustar a los caballos que participaban en las carreras.
0:09:28 Una explicación hebemerista y muy poco atrayente.
0:09:32 Los caballos se asustaban como se asutan en cualquier parte, porque saltan sombras.
0:09:37 Robert Graves es más específico en su hebemerismo.
0:09:41 Dice, el taraxipo parece haber sido una estatua arcaica
0:09:45 que marcaba la primera vuelta de la carrera
0:09:48 y parece que distraía los caballos que corrían por primera vez
0:09:51 en el momento en que el conductor intentaba cortar camino
0:09:55 y tomar la curva por el interior de la pista, por los palos, como dicen.
0:09:59 Pero más allá de los caballos espantados,
0:10:02 el asunto de Glauco devorado por las yeguas también tiene antecedentes.
0:10:07 Se cuenta que los reyes sagrados preelénicos,
0:10:11 que es decir, en épocas del matriarcado,
0:10:14 eran descuartizados al final de su reinado, que duraba un año, sabía usted,
0:10:19 por mujeres disfrazadas de yeguas.
0:10:22 También se dice que en los festejos del año nuevo, babilónico,
0:10:27 cuando se decía que el rey Sol Marduk, encarnado en el rey humano de Babilonia,
0:10:33 estaba luchando en el infierno con el monstruo marino Tiamat,
0:10:38 se soltaba en las calles de Babilonia un carro tirado por cuatro caballos salvajes
0:10:44 para simbolizar el caótico estado del mundo en ausencia de Marduk.
0:10:51 En aquellas juegas babilónicas, un muñeco simbolizaba a un conductor enredado entre las riendas
0:10:59 y también simbolizaba al complicado conductor de un mundo
0:11:05 en donde faltaba el más importante de los conductores que era Marduk.
0:11:12 Dicen que incluso antiguamente no ponían un muñeco, sino un tipo.
0:11:16 Pero yo como es eso, nos civilizamos y ya en vez de un tipo ponemos un muñeco,
0:11:24 arrojamos muñecas de paja al tíber en vez de tirar señores, etcétera.
0:11:31 Cuatro caballos medio loco, un tipo que solía terminar mal herido,
0:11:36 porque la rodada era inexorable.
0:11:39 Esos eran los antecedentes de estas leyendas acerca del hipódromo que hemos contado ahora.
0:11:46 ¿Y a quién dedicaré esto?
0:11:48 Esta historia de Tarakshí, poder caballos asustados,
0:11:53 de reyos, de los yóquis para que el fantasma espanta caballos no nos afectara.
0:12:00 Bueno, estas tres generaciones de familia Alejandro generan un poco de piedad al menos,
0:12:08 empezando en Cici, Fonglauco y Endelero Fonte, de los qué destinos terribles y siniestros de esta familia.
0:12:16 Así que bueno, le voy a dedicar algo a ellos.
0:12:19 Al amigo de Rineo, Legisamo, el más famoso de todos, por lo menos acá.
0:12:25 Ustedes debe conocer unos cuantos más que serían en este momento...
0:12:28 No, no, no, yo se me dejo ser más famoso ciertamente,
0:12:31 aunque son famas, me parece, tengo, para mí, que eclipsadas por el tiempo,
0:12:38 porque hablar de Legisamo antes no necesitaba explicación ninguna.
0:12:47 Y no tenemos que decir que era un showcase a saber el más famoso.
0:12:50 Yo creo que ha decaído el tour.
0:12:54 En la costumbre del tour, que era un deporte popularísimo, ha decaído un poco en la gente.
0:13:00 Recuerda usted que la gracia de aquella propaganda de la bebida, Alejandro,
0:13:04 que es donde un extranjero veía los caballos y la caña Legisamo decía,
0:13:10 ¿por qué no habrán puesto caballo? Claro, porque era extranjero.
0:13:13 Y acá la gracia es que todos salíamos porque...
0:13:15 No entendían por qué yo...
0:13:17 Claro, hoy por hoy le pasaría a una persona de aquí, ¿no?
0:13:20 Bueno, yo he de que me dedicar también esto, Doratagual Pallupanqui,
0:13:24 porque me acordaba al escuchar esto de la laza.
0:13:28 Laza, que usted lo está nombrando.
0:13:35 Bueno, y acá descamos también aquellas personas aficionadas a las carreras de caballo,
0:13:42 que mi familia se contaban por sentidad.
0:13:45 Pero, muy bueno.
0:13:46 Sí, su familia de al tour.
0:13:48 Mi tío Pedro Albuy, mi padre, muchos otros.
0:13:53 Incluso mi tío Juan Carlos que a veces viene a ver aquí.
0:13:56 Pero menos.
0:13:58 ¿Tú eres el amigo del hipódromo?
0:14:02 No era tan aficionado como otros tíos, como otros abuelos y otros tíos abuelos, etcétera.
0:14:10 O en un día no.
0:14:12 Lo mismo, no soy aficionado al tour,
0:14:15 porque viva alguna vez al hipódromo.
0:14:17 En una época, iba más o menos.
0:14:21 Había, alejando, por lo que lo interrumpo antes de que usted me diga
0:14:24 con qué tema de música la decidió molar esta charla.
0:14:27 Había sido un equivalente deportivo a H, Brole, Forgo, Carriber en el tour.
0:14:32 Le guisamos y algún otro joque...
0:14:34 Sí, le guisamos y otro joque, como en su tiempo en Liga Santunes o Artigas,
0:14:40 y más cerca en el tiempo, otro joque como Casetano Saúl, Aníbal Echar, Eduardo Jara,
0:14:49 Oscar Nardi que eran...
0:14:51 Pocho Nardi.
0:14:53 Claro, eran joques muy, muy famosos y es gente que tenía sus preferencias por ellos.
0:14:59 Conscienza.
0:15:01 Colora o coser.
0:15:03 Señores, cosen mucho, este...
0:15:06 No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no,ats, es un joque.
0:15:08 Conocemos algo.
0:15:09 Y este también.
0:15:10 Este también sabe que le gustaba, así.
0:15:12 Señores, vamos a utilizar el tango no placé.
0:15:17 Yo veis yo tango que tuve la suerte de cantar en alguna ocasión y escucharemos esa grabación
0:15:25 que quiera por el mérito de la letra, de la música y de la acompañamiento.
0:15:30 No placé.
0:15:32 Que quiere decir, ya que hablamos de tú, parece no querer decir nada, tiene razón de explicarlo.
0:15:39 No placése que no figura, que no alcance el marcador, que llega hasta el cuarto, puerto, a veces el quinto puerto.
0:15:45 Pero el que está fuera de esos puestos priviles, yo que le pones en especial, no figura, no placé, no paga nada.
0:15:53 No placése, llama este tango, que empieza ya.
0:16:15 Tú es mi podrón platico, es el mundo al marcador se gaste, siempre fuiste, no placé.
0:16:28 Tú es que te hacen las largas, te empezaron el codo.
0:16:38 Por eso digo la filada y por eso te compré.
0:16:45 Me pasió de temporada, calcuitado de tu pata, te tomé una pantalcuela, aquí hasta Policés del Po.
0:16:54 El reloj que me la cueló en tu corrina por rado, son los años bien engañados, si fuiste vos o el reloj.
0:17:08 Ya no tendo asmares ni ánguias, enteraste medio prendida.
0:17:17 Y que lo dejo por la monta, pues ponverón el cuidador.
0:17:28 Es tu sangre que te pierde, hija de desobediencia.
0:17:37 No saldrás de perdedora, por este par de par, corazón.
0:17:45 Ahora corres en cuadreras, ya no tenés tanta nueva.
0:17:50 Los ganos en por estar a to'n, Daniel sopeñe el cuidador.
0:17:55 Pero sea algún día de todo que se cojera en la nación.
0:18:01 Sólo me muevo la parada, por eso digo el verdad.
0:18:09 En la venganza será terrible, hemos escuchado no placer en la versión de Alejandro Dolinas.

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