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18 de Abril de 2011

Abstinencia para consagrarse a dios

Transcripción automática

0:00:00 Bueno, vamos a ir comenzando a decir que hablaremos de los asetas, que eran muy abundantes en
0:00:10 los primeros siglos del cristianismo, pasaban por toda clase de abstinencias para consagrarse
0:00:18 a Dios y lograr su salvación. Hemos hablado de aquellos que por ahí separaban durante
0:00:25 años arriba de una columna o se metían en una cueva y permanecian allí y comían lo
0:00:32 estrictamente necesario para no morir y a veces menos todavía, etcétera. Hoy hablaremos
0:00:39 de los asetas y su relación con las fieras porque algunos creyeron haber conseguido
0:00:45 recobrar la inocencia perdida instalándose en un tiempo anterior a la culpa, es decir,
0:00:54 antes de la caída.
0:00:55 Previa al pecado original.
0:00:56 Ese estado implicaba para ellos que en el desierto se reproducía la vida de Adán en
0:01:03 el paraíso y el premio de esa privación, de esa frugalidad consistía en la aparición
0:01:14 de lo que estos anacoretas llamaban el alimento providencial por un lado y por el otro la
0:01:21 confraternidad con los animales, dos cosas, dos privilegios todos de la antigua condición
0:01:27 humana que habían sido perdidos por el hombro en su caída. Y estos dos privilegios los
0:01:31 repito alimento providencial para por un lado y confraternidad con los animales.
0:01:38 Muy bien, entonces los asetas, los que realmente ejercieron un verdadero asetismo, según ellos
0:01:44 mismos decían, encontraban como premio en su mesa todos los días un pan blancísimo,
0:01:52 créalo o reviente, que se renovaba milagrosamente sin trabajo y ese marroco era el alimento
0:02:03 providencial.
0:02:04 ¿Se entienden?
0:02:06 No estaba todo el día parado arriba de una columna, 25 años y bueno, entonces el cielo,
0:02:13 como recompensa, te hacía parecer todos los días sin ir hasta la panadería, nada, un
0:02:19 pan blancísimo. Pero el milagro más frecuente era el operado con los animales, que se volvían
0:02:26 milagrosamente obedientes. Entonces abundaban las historias de hermitáneos que vivían en
0:02:33 armonía con las fieras y mayormente con los leones. Se trataba de demostrar que antes
0:02:41 de que Adán rompiera el pacto con Dios, las fieras estaban sometidas al hombre, no como
0:02:47 ahora y hacen prácticamente lo que quieren. Pues vas por el África, le decís a un león,
0:02:53 camine, escucha, que sé yo, y encima te ruje, por ahí te termina comiendo.
0:03:00 Tienen un canal de televisión y todo, que yo lo he dicho, señor, imagínese.
0:03:05 Bueno, la abundancia de estas historias con tratos milagrosos con leones tiene una razón natural
0:03:12 y otra edificante. Natural porque era la fiera que más abundaba en aquel entonces,
0:03:17 en los desiertos de Siria y Palestina, bueno, que da ni uno. Y edificante a causa de cierto
0:03:23 carácter simbólico del león. Si el rey de los animales se prostarnaba ante los asetas, significaba
0:03:30 que todo el reino animal rendía ante ellos el homenaje debido, ¿no? Era una oportunidad.
0:03:37 Parece que apareció un león en los alrededores del sitio en donde vivía el ermitaño y sabio
0:03:46 Julián Estilista. Estilistas eran los que tenían la habilidad o la especialidad de situarse sobre
0:03:55 una columna o sobre una pequeña plataforma. Peruqueros, ¿no? Si no es todo lo contrario.
0:04:01 Bueno, Julián Estilista se llamaba este tipo y apareció un león por ahí. Otros asetas que vivían
0:04:08 por el mismo barrio entraron en pánico cuando vieron al león y lo fueron a consultar a Julián.
0:04:14 Che Julián dice dando un león por acá. El sabio llamó a uno de los asetas, que era uno de los que más
0:04:20 miedo tenía. Y le dijo, tenía cierta, era el capo de los asetas. Y decía, ¡cuchame! Con su clásica humildad y
0:04:30 aseta. Sí, vos. ¡Andá, vení! Dice, llegáte acá a 400 pasos hacia el sur y allí encontrarás al
0:04:40 león acostado. Tú le dirás, la siguiente palabra, el humilde Juan... No, Julián, perdón.
0:04:49 Julián, Julián. Hacé cuenta que no te dije nada. Pensamos de nuevo. Pues ya, bueno, porque si no te va a lastrar,
0:04:56 vas y le decís, el humilde Julián me encarga que te diga que abandones la región. Así es, pulsaban
0:05:04 los leones. Bueno, el enviado de Julián muerto de miedo, ¿no? Llegó hasta el lugar donde estaba la piedra y le dio
0:05:12 el encargo. Dice, che, dice, el humilde Julián me encarga que se yo, esto que haque eso. Y el animal
0:05:19 enseguida se las tomó. Sin decir aguabar. Y usted dirá, bueno, pero fue casualidad no. A lo mejor el poder lo tenía
0:05:31 el enviado, no. Era el poder de Julián. Porque, mirá lo que pasó. El enviado este, agrandado, imaginate, cuando
0:05:39 vio que era tan fácil, procedió del mismo modo ante otro león. Se encontró por ahí con otro león y le dijo,
0:05:47 el humilde Julián, yo que sé, ah no, pero no le dio el encargo de sabros, pensó que era él. Escucha, me dice, te ordeno que
0:05:57 te dieras las cartas inmediatamente. Y la bestia lo devoro. Así que, con eso demostramos todo. Digo, cuando yo lo conté
0:06:07 por primera vez, parecía un poco difícil de creer, pero ahora que yo le cuento esto, que tipo fue por segunda vez,
0:06:14 agarró otro león y el león se lo comeó, entonces, ¿en qué estamos demostrando? Nada estamos demostrando.
0:06:20 Es verdad lo que le estaba diciendo. El león comentó después, se hubiera vivido el parque de Julián,
0:06:23 yo cuando leí esto me convertí. Otro anacoretta, símeón, ¿qué tal? El viejo tenía por costumbre,
0:06:36 sí ya sé, tenía por costumbre hacer conducir a los visitantes extraviados hasta el pueblo más próximo,
0:06:45 bajo la escota de dos leones a su servicio. Cuando algunos se perdían, yo me voy a decir, ¿cómo no?
0:06:51 Acá estos dos leones, imagínate, les trabea, ¿no? No, dice que voy solo. Ya me escondí.
0:06:59 Y lo escoltaba. Otro, sanjerásimo, vivía en una cueva cerca del río Jordán. Tenía a su servicio un león muy fiel
0:07:11 y su principal tarea, me refiero al león, era la de proteger a un burro, un burro que sanjerásimo usaba
0:07:19 para cargar agua en el río. O sea, al burro lo usaba para cargar agua y al león para cuidar al burro.
0:07:27 Eso es de la cadena alimentaria. Sí, sí, bueno, pero mucho nióqueo. Sí, claro.
0:07:35 Bien, parece que un día unos camelleros, que a todos estos abusaban de los camellos,
0:07:41 y vos hacian la burra ahí, nadie la buraba, todos lo hacían los animales.
0:07:45 Vieron unos camelleros y se afanaron el burro.
0:07:50 No es carbiente este tipo.
0:07:52 ¿Y para qué te quedan el burro?
0:07:53 Santo no lo vio sanjerásimo y pensó que el león se lo había comido. Lo vio al león ahí tan fresco.
0:08:00 El burro no estaba donde está el burro, donde está el burro.
0:08:03 Bueno, para el león no tenía desperdicio.
0:08:05 Pero bueno, había un cabello de pechino.
0:08:07 Igual, a él se le metió la cabecera, y el león se comió al burro.
0:08:11 Y como reprimenda, jerásimo, le pidió al león, que es un cabello de pechino,
0:08:19 y se le pide al cabello de pechino, y le pide al cabello de pechino,
0:08:26 y le pide al cabello de pechino, y le pide al cabello de pechino,
0:08:31 y le pide al primer, jerásimo, le pidió al león, que hiciera lo que hacía el burro.
0:08:36 ¿En serio, de Julio?
0:08:40 Dice, cargar agua en el río. Muy bien.
0:08:43 Y cuando jerásimo murió, el león, que por sus muchísimos viajes al río,
0:08:49 pasó a llamarse también Jordán, le decía, al león igual que al río.
0:08:55 Y el león se suicidó.
0:08:57 ¿Cómo se suicidó el león?
0:08:59 No, mira, si será fiel.
0:09:01 Se golpeó la cabeza violentamente contra el suelo,
0:09:04 y cayó muerto junto a la tumba del monje.
0:09:06 Imagínense, los leones, entonces, no se suicidan como uno, dándose un tiro en el asiento.
0:09:13 No, no, no. Les cuesta el gatillo, sobre todo.
0:09:15 O a Roján, no se bajó un tren.
0:09:18 De todos los leones del desierto, los que merodiaban el río Jordán,
0:09:24 eran los que daban pruebas de mayores dones en materia de gentileza y cortesía.
0:09:29 Usted no va a comparar la gentileza y la cortesía de los leones del Jordán
0:09:35 con los leones del África, por ejemplo, que se pasan metiéndose las garras en la nariz.
0:09:42 En una oportunidad sucedió un choque imposible.
0:09:48 Había un monje que había obtenido el favor divino, pero luego cometió una falta.
0:09:54 Entonces decidió expiarla, dejándose devorar por un león.
0:09:59 Dice, bueno, yo voy a pagar esta falta que he cometido, me voy a hacer devorar por un león.
0:10:05 Ya, y salió a que un león lo devorara.
0:10:08 ¿Cómo te hace devorar por un león?
0:10:10 Muy sencillo. Se dirigió a la región del Jordán, llena de leones.
0:10:15 Cuentan que el monje vivió largos años a la vera de los caminos como presa fácil,
0:10:22 pero según la crónica de anoche.
0:10:26 Las bestias pasaban sobre su cuerpo sin siquiera rozarlo, no se lo latraban.
0:10:32 Su trabajo acético entonces consistió hasta su muerte en encontrar un león que se lo comiera,
0:10:39 pero no tuvo éxito. La armonía paradisíaca que había entre él y las bestias no pudo romperse.
0:10:46 Qué extraordinaria y edificante historia que nos hace emitir un juicio sobre la condición humana.
0:10:57 Berman.
0:11:06 Bueno, a medida que estas historias de Leones Manso se propagaron por todas las ermitas y los monaterios,
0:11:12 le agregaban detalles nuevos.
0:11:16 Ya los leones se convertían en personajes casi humanos, que lloraban, reían, pintaban y hasta filósofaban.
0:11:26 Así los representaban los escultores y pintores vizantinos.
0:11:30 Eran leones de faz humana que habían olvidado su ferocidad para vivir entre la gente.
0:11:38 Además de las historias de Leones, el bestiario del desierto contiene otras historias
0:11:45 en que el dominio se ejercía ponerle sobre cocodrilos.
0:11:48 Si bien se mira el cocodrilo parece una fiera bastante más intratable que el león.
0:11:54 Es mucho más malo.
0:11:56 Mino poderoso quizá, pero más malo.
0:11:59 Alguien con el agua es invencible y a la orilla también.
0:12:04 Bueno, la mayoría de estas historias de cocodrilos ya no nos jordan porque jordan cocodrilos no cabe.
0:12:12 Pero sí en Egipto donde el nilo cobija innumerables cocodrilos.
0:12:18 Y la Z San Heleno, el segundo domingo a un monasterio, en donde no se celebraba la solemnidad del día.
0:12:26 Entonces, él preguntó cómo.
0:12:29 Y le dijeron, mire, el sacerdote vive al otro lado del río y no se atreve a cruzarlo
0:12:34 porque hay un cocodrilo y dice que se la tiene jurada.
0:12:37 Que lo tiene montado entre ceja y ceja y le da miedo cruzar.
0:12:43 San Heleno, que era dueño de la armonía adánica,
0:12:47 fue hasta el río, llamó al cocodrilo, lo montó.
0:12:50 Bueno, eso ya es un exceso.
0:12:53 Y viajó en él en cocodrilo hasta la orilla apuesta.
0:12:57 Apuesta no opuesta.
0:13:00 Y ahí llamó al sacerdote ausente y lo convidó a subir en Ancas del cocodrilo.
0:13:07 Me dio razante el viaje.
0:13:09 Para ir hasta el monasterio.
0:13:11 Pero el sacerdote, mirá, ese será mi adoso.
0:13:13 Ulló.
0:13:15 Ni siquiera esa invitación milagrosa le vistó para ir a cumplir su trabajo al monasterio.
0:13:19 Se habrá ido al infierno por incrédulos.
0:13:22 Hoy en día se han producido dos modificaciones ahí en la Tevahida,
0:13:27 en el desierto Sirio también.
0:13:30 La primera es que casi no hay leones.
0:13:33 La segunda es que los que hay no registran amistad con los acetas.
0:13:39 Y podríamos agregar otra de paso que tampoco haya acetas.
0:13:44 No una cuarta, incluso, que ya no es un desierto.
0:13:48 Pues sí es como el hacha de Ribadavia.
0:13:51 Primero le han cambiado el filo y después el mango.
0:13:54 ¿A quién quiere dedicar esta historia extraordinaria de fieras obedientes,
0:14:00 no como ahora, en que todo es un caos?
0:14:03 Sí, a lo sumo hay mascotas, este, que no es lo mismo.
0:14:05 Sí, la mascotas es humiza.
0:14:07 En cambio, el león con su poder se rinde ante la razón.
0:14:11 Y yo, por momento, dice león,
0:14:13 yo soy una fiera feroz, lo admito.
0:14:16 Me gusta comer carne humana, lo admito.
0:14:19 Pero la paz del mundo es un valor superior a mi propia ferocida.
0:14:26 Comar el elérito un cocodrido, ¿no?
0:14:28 ¿A quién quiere dedicarle este hecho?
0:14:30 Yo creo, Alejandro, que estas historias nos hablan más que de leones,
0:14:33 de los acetas.
0:14:35 ¿Cuál era el problema de la zeta?
0:14:37 Quizás esa conducta que va a seguir ocurriendo en el pecado de soberbia.
0:14:41 Fíjese que el amigo de Julián creyó, por ejemplo,
0:14:45 que era propia la capacidad de seducir al león.
0:14:47 Y el león se lo lastró.
0:14:49 Ocurre también que muchos acetas pensaron que esa santidad les era propia
0:14:54 y le eren de ellos mismos y no que era una cualidad del Señor.
0:14:57 Del mismo modo ha habido Santos que se ha distribuido capacidades
0:15:00 que también vienen del Cristo, nada más.
0:15:02 Ni que hablar de algunos representantes del pueblo
0:15:05 que piensan que está en eso, la capacidad de hacer macanas,
0:15:08 cuando en realidad la verdadera soberanía viene del pueblo.
0:15:11 Creo que cuando se comete este error de interpretación,
0:15:14 aquellas uñas pulidas de las reuniones entre estas personas
0:15:17 cargadas de soberbia, se convierten inmediatamente
0:15:20 en uno de los atributos del malo, es decir, las garras.
0:15:24 Y garras es el tango que vamos a escuchar ahora
0:15:28 en la versión de Libertad Amar, que es un tango compuesto evidentemente
0:15:31 pensando en los leones de la teváida y de Siria.
0:16:01 Con las silencias de vivir para tu amor y uno poder
0:16:10 siento que la vida se me va y no me llora
0:16:16 busco desolado tu calor y aquí no está
0:16:22 algo ni acoruelo, luego soledad y después tu olvido nada más
0:16:31 no pude más y en mi afán poder llegar era un buen derrabundo
0:16:39 que se perdió sin poderte encontrar por la calle del mundo
0:16:48 y me he quedado como un pájaro sin nido como un niño abandonado
0:16:58 con mis penas que se agarran como garras y desgarran a mi corazón
0:17:07 Callejón sin luz, noche sin final, son garras frías
0:17:16 gracias por venir con tu perdón y tu onda
0:17:24 ya mi pobre vida termino y estoy vacío
0:17:30 muerto para el mundo y para vos, mi corazón
0:17:36 hago mi acoruelo, luego soledad, este llanto mío y nada más
0:17:46 no pude más y en mi afán por llegar era un buen derrabundo
0:17:55 que se perdió sin poderte encontrar por la calle del mundo
0:18:03 y me he quedado como un pájaro sin nido como un niño abandonado
0:18:14 con mis penas que se agarran como garras y desgarran a mi corazón
0:18:28 era libertad la mar que en la venganza será terrible garras

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