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27 de Octubre de 2004

El opio y la morfina

Transcripción automática

0:00:00 acerca del opio y la morfina.
0:00:05 El hombre que salvó Alexander Salkirk de la isla Juan Fernández en 1709,
0:00:12 llamó a Thomas Dover, capitañaba el Yuc, un barco compatiente de corso.
0:00:18 ¿Saben ustedes que Alexander Salkirk había sido captigado por sus compañeros de embarcación?
0:00:27 Sí, lo habían dejado en una isla librada su suerte.
0:00:32 Y en esa historia se basó después Daniel de Hogue para escribir los volumes en cruz.
0:00:41 En 1710, Salkirk y Dover llegaron a Londres con un cuantioso vortín.
0:00:50 Focó después de Salkirk que vendió su historia, como hemos dicho, a Daniel de Hogue.
0:00:56 Dover presentió ser médico, pero más bien era un sanador ayuno de todos estudios.
0:01:05 Dover empezó a fabricar un medicamento nuevo, una mezcla de opio y pepacuana
0:01:13 que se vendió durante muchos años en Pascues con el nombre de polvo de Dover.
0:01:20 Cuentran que en pequeñas dosis aquellos polvos curaban toda clase de dolores.
0:01:27 Dover, entusiasmado, recetó audazmente dosis mayores y ahí empezaron los líneos.
0:01:36 Los bóticos de los Albertíans, a sus clientes, hicieron testamento antes de tomar aquella medicina.
0:01:43 Cuando aparecieron las prescripciones homicidas de Thomas Dover, ya se iban unas 60 kilos que se usaba el opio o jugo seco de amapola.
0:01:59 De los sumelos había pasado a los equipsios, de estos a los árabes, y así lo tomaron los venezianos, los portugueses, los ingleses,
0:02:10 los cuales por último lo incusieron a los chinos.
0:02:14 Este recorrido siempre pareció ser el inverso, pero no fue así.
0:02:20 Los chinos en verdad fueron los últimos en recibir y luego producir masivamente el opio.
0:02:26 Durante todo este tiempo y esos 60 siglos mencionados, el opio hizo posible y tolerable la práctica de la medicina.
0:02:35 Era la única droga capaz de suprimir el dolor y producir sueño con relativa facilidad.
0:02:42 Pero el capitán Dover puso fin a esto, al menos en ir a terreno y el continente.
0:02:48 Las dosis que empleaba eran excesivas y los resultados terribles.
0:02:53 Por otra parte, algún opio apareció donde el mercado estaba adulterado y se volvía inópio.
0:03:01 Como consecuencia de un medio siglo después de la aparición de Dover, surgió una generación de doctores que habían aprendido de sus disillusionados maestros
0:03:12 que era mejor olvidar las propiedades del opio y de la amapola.
0:03:16 Por un tiempo se volvió preferible que los pacientes gritaran a someterlos a un sueño dudoso en el que en ocasiones era muy difícil despertar.
0:03:29 La verdad era que desde antiguo las dosis de opio no podían precisarse.
0:03:34 A veces era puro y virulento, a veces inoperante.
0:03:39 La ingesta del opio era a suerte y verdad.
0:03:43 Ahora bien, a fin de en 2018 un muchacho llamado Tredric Sertürner empezó a estudiar en la real farmacia de Paderborn, una pequeña ciudad alemada.
0:03:58 Entró como ayudante de un tal crammer que ya estaba aliejo para andar con alambiques y hacer mezclas precisas.
0:04:08 Digamos que Sertürner aprendió rápido a pesar farmacos, a preparar reyectas y a tipificar los artículos de la botica en largas listas con nombres latinos.
0:04:20 Todavía en aquel sitio entregaban para el dolor un opio nada puro que en verdad no ayudaba mucho a los doloridos.
0:04:27 Trame y suipulo recibían quejas por los nulos o más bien contraproducentes resultados de las dosis de opio que vendían.
0:04:38 Sertürner se puso a indagar y considerar precisión a las dosis aislando del opio puro un derivado pertinente para medicar.
0:04:51 Sertürner pedía por entonces 20 años.
0:04:54 En verdad consiguió a aislar del opio unos cristales, una especie de segundo compuesto, un alcaliz y aparentemente ya existía en el opio primigenio que producían exorablemente un sueño feroz.
0:05:12 Según todos los textos, las plantas y sus derivados no contenían alcaliz, lo que los textos estaban equivocados.
0:05:19 El caso es que Sertürner intentó precisar los efectos de aquel derivado con unos experimentos bastante torpes.
0:05:29 Obligó al primer perro que encontró a tragarse a aquella sustancia y el perro murió después de dormir dos días.
0:05:39 Redujó la dosis a la mitad, ya otro perro murió en coma.
0:05:45 Después de reventar varios perros, acertó con la cantidad de cuadas.
0:05:51 Excribió entonces al erudito Tromsdorf de la Universidad de Erfurt, lo siguiente.
0:06:00 He tenido la suerte de encontrar en el opio una nueva sustancia desconocida hasta ahora.
0:06:05 Es el elemento narcótico específico del opio, el principio insomnífero.
0:06:11 El profesor Tromsdorf lo humilló.
0:06:14 Publicó en la Universidad de Informe Sertürner, pero agregó al final.
0:06:20 Estos experimentos contienen sus gestiones muy interesantes, pero de ningún modo podemos considerar que la investigación sobre el opio esté terminada.
0:06:28 En 1856, Sertürner se instaló en la ciudad de Aumbek al sur de Hannover.
0:06:35 Por un tiempo se dedicó a la construcción de caniones, olvidado de aquellos descubrimientos del opio, pero un tiempo más tarde continuó con sus estudios.
0:06:46 E hizo algo muy audaz.
0:06:48 Reunió a tres pobres diablo del pueblo, que aseguraron no tenerle miedo a nada, y consertó un encuentro roturno en su laboratorio.
0:06:58 Sertürner ofreció una poción preparada, y para tranquilidad de los visitantes advirtió que él también la tomaría.
0:07:09 Vice la crónica.
0:07:10 Sertürner vio que se volvieron palios y sudorosos los rostros.
0:07:15 Dos se quejaron de creciente torpeza.
0:07:18 El propio Sertürner se sentía mareado, pero asentía con la cabeza y conreía para darle confianza a los demás.
0:07:30 Poco después uno cayó al suelo y comenzó a roncar.
0:07:34 Otro intentó levantarse, pero se desplomó en la silla y se durmían nomás.
0:07:39 El último quiso rajar, pero a mi cara camino se sentó estúpidamente en el suelo y se extendió en el piso.
0:07:45 Sertürner tomaba nota y ataqué el mismo callo.
0:07:49 Unas horas más tarde, Sertürner recobró la conciencia y vio confusamente que los tres muchachos todavía polisaban.
0:08:00 Vio también que tenían la piel un poco verde.
0:08:03 Ahí se asustó para revivirlos. Leciso absorber vinagre.
0:08:08 Tuvo suerte, aunque no hubiera sido debiles y naceosos y con paso vacilante, los muchachos regresaron a sus casas.
0:08:17 Después de que en experimento Sertürner redactó un nuevo informe y dio nombre a este derivado, recordando a Morfeo, el Dio del Sueño, y lo llamó Morfina.
0:08:31 El informe recorrió varias academias.
0:08:34 Quien más felicitó a Sertürner fue el físico químico de la Sorbonna, el famoso Joseph Louis Gajlisak.
0:08:44 Un nombre ahora es una calle que se topa con el boulevard Saint-Michel en la esquina de la Ocarina de Luxembourg.
0:08:52 Justo en esa esquina de Gajlisak y el boulevard Saint-Michel hay un negocio que vende sanguches de mortalidad.
0:09:07 Cuando yo estuve en París la primera vez, se me acabó el dinero.
0:09:12 Y había muy poco dinero. Estaba esperando que mis familiares me mandaran un tiro y me socorrían.
0:09:21 Estaba yo con una amiga que estaba en esa misma situación.
0:09:24 Entonces como no sabíamos en aquel tiempo los tíros no eran tan eloses, no sabíamos cuánto iba a demorar el dinero,
0:09:32 y llegar cuidados muy muchísimos que tenía.
0:09:35 Vivíamos en un hotel de la Rupusha, cerca del Durebaz, a mi chévere.
0:09:41 Y comprábamos sanguches de mortalidad.
0:09:45 Pero no los comíamos hasta que no dábamos más.
0:09:50 Pensábamos a la Ocarina de Luxembourg y así lleguíamos, disfrutábamos.
0:09:57 El lugar que era muy bello.
0:09:59 Hasta que no aguantábamos más y nos devorábamos los sanguiches.
0:10:03 Cuanto más tiempo pasaba, más tardábamos en volver a tener ámbigos.
0:10:07 Eso nos parecía a nosotros.
0:10:10 Y en la última hora que estuve así le comenté a mi hijo que nos daban conmigo aquí el detalle
0:10:17 por qué íbamos a la carrera de Luxembourg.
0:10:20 Entonces pasamos por aquella esquina, por esta misma esquina, de Guy Leesack,
0:10:26 y compramos sanguiches de mortalidad y los comimos en los mismos bancos,
0:10:32 los que nos parecían a mí que eran los mismos bancos.
0:10:35 Los habían cambiado siete veces.
0:10:37 Pero rápidamente, sin esperado.
0:10:39 Sí, ahí no esperábamos nada.
0:10:41 Se le iba el comienzo que nos juntábamos la gaza, por la que imaginé.
0:10:45 Hay que cruzar para ir al grado.
0:10:47 Bueno, esa es la gana de Guy Leesack.
0:10:49 Y Guy Leesack recomendó a todos los sabios conocidos que les dieran el informe de Sergio,
0:10:55 que se hizo famoso.
0:10:57 Aparecieron disputas con la patente del descubrimiento.
0:11:01 Disputas que arruinaron la vida del Sergio.
0:11:04 Los honores y el dinero llegaron tarde.
0:11:07 Después de una terrible batalla por la presidencia.
0:11:11 Sergio Urna no fue capaz de soportar el ataque combinado de varios competidores
0:11:17 y usó de INBEQ para establecerse en Hamelin.
0:11:21 Vivió así 20 años amargado.
0:11:23 Amargado.
0:11:25 Nadie lo reconocía por su descubrimiento.
0:11:27 La morfina que se había comenzado a utilizar de manera extraordinaria
0:11:31 y que volvía seguro el manejo del opio parecía haber existido siempre para todos.
0:11:36 Nadie reconocía ningún mérito al Sergio Urna.
0:11:40 A los 57 años comenzó a sufrir terribles dolores.
0:11:44 Pero se vio privado de los beneficios de su medicina.
0:11:48 Estaba tan débil que no podía tomarla y no existía aún la aguja hipodérmica.
0:11:54 Sergio Urna murió sin amigos en 1841.
0:12:00 En 1852.
0:12:02 Este es el último detalle.
0:12:04 El doctor Alexander Wood inventó la aguja hipodérmica
0:12:08 y comenzó a indicarse la mortina inyectable.
0:12:12 Pero el doctor Wood pagó caro su descubrimiento.
0:12:16 Un terrible extraño mal tomó a su esposa.
0:12:20 La señora Wood, merced al descubrimiento de su marido,
0:12:24 fue la primera mortinómana que adquirió el hábito inyectable y que murió por eso.
0:12:32 Bueno, esta es la historia del pobre Sergio Urna y del pobre Wood.
0:12:39 Y del opio, que tiene la mortina.
0:12:43 Toda la historia de el sucierno.
0:12:47 Una breve reseña de mismos sucesos interesantes.
0:12:50 Si mucho le agradezco a Eduardo Borquez, que está en 15 años.
0:12:54 Me la acercé.
0:12:56 ¿A quién quiere dedicarle?
0:12:59 Eso es lo que se ha nombrado el Carlos Artiuma y Wood.
0:13:05 Y también porque no al sanguichero de la calle.
0:13:10 Al sanguichero de la calle Galluilla.
0:13:14 Y también Alexander Schenck,
0:13:19 aquel que fue abandonado por sus compañeros de barco
0:13:24 por acorrerse para llegar abandonados.
0:13:27 En una isla de cierta.
0:13:29 Y que sugirió Daniel de Faux la idea central del Robinson Crusoe.
0:13:37 No a Daniel de Faux porque...
0:13:43 Sí, ya sé por qué.
0:13:44 Por el barco.
0:13:45 No, sí, sí, por el barco.
0:13:47 Me gusta que la pianeta me guste.
0:13:50 Cada vez que Robinson necesitaba algo, nada bastaba el barco.
0:13:55 Y entonces, claro, le resolvía todos los problemas literarios a Faux.
0:14:01 Esa trampa no me gustó, no, pero...
0:14:06 Wiltie Collins escribió La Piedra Alunar
0:14:11 y había un personaje de aquella novela,
0:14:14 una extensa novela,
0:14:16 tal vez la primera novela policía, según dicen, al mundo.
0:14:19 Había un personaje que era mayor de lo que se llamaba Bethelech,
0:14:24 que utilizaba el Robinson Crusoe como una biblia,
0:14:30 y citaba y creía que en ese libro
0:14:34 contenía las soluciones a todos los problemas.
0:14:36 Era un personaje ridículo.
0:14:38 Y yo mientras lo leí,
0:14:42 me pregunto que Wiltie Collins odiaba Daniel de Faux.
0:14:45 Dicenme que contagió un poco el odio de Wiltie Collins
0:14:48 y tal como quería él,
0:14:53 empecé a considerar que era un libro ridículo.
0:14:58 Pero eso influido por un autor tenencioso,
0:15:02 así que discúlpenme.
0:15:04 Pero justamente los autores tenenciosos son los que más me incluyen.
0:15:08 Volver a comer un sanguiche de mortadella
0:15:18 es un acompañado uno por quienes no habían nacido,
0:15:29 y la primera en gesta es un sonéctro que tiene un amable simbolismo
0:15:39 que no he sabido captar.
0:15:42 Ambos sanguiches, me los he dicho,
0:15:47 ambas serios de sanguiches,
0:15:50 la segunda y teclado por uno o quizá dos, no recuerdo.
0:15:53 El curo que dos por lo menos se relacionan y tienen sentido.
0:16:05 Está muy bien que uno encuentre sentido siquiera a un sanguiche de mortadella.
0:16:11 Yo no le encontré sentido a muchas otras cosas.
0:16:14 Así que, como muchas otras cosas, alejando sobre todo,
0:16:19 tienen que ver con su énfico en los situaciones,
0:16:22 y que uno no sabe y le acuntió al primero.
0:16:24 ¿Le has sentido al primero de que lo he visto?
0:16:26 Aparece esta reclinización.
0:16:30 Eso quise decir,
0:16:32 pero no...
0:16:34 Le juro que no me salió.
0:16:36 No me salió porque la primera era una asustación larga de sanguiches,
0:16:42 y la segunda era abusada.
0:16:45 Ese inconveniente le introdujo en un verencional el que no supe si.
0:16:52 Pero no está mal cobrar conciencia de los verengenales y los que uno...
0:16:59 O bien no sabe, o bien sale con ayuda de algún amigo.
0:17:03 Hay gente que vive en medio de verengenales, que no ve.
0:17:08 ¿No es cierto, pues?
0:17:18 a buscar tangos sobre el opio y la morfina,
0:17:21 y había ciertamente en la Iráncocia.
0:17:25 El discotecario, sin embargo,
0:17:28 sutil y amante de las metáforas y de los circunloquios,
0:17:34 prefiero darme la bellísima canción que se llama Duerme.
0:17:40 Y la escucharemos en la versión clásica del trio argentino,
0:17:49 y gusta jugador de male.
0:17:52 Duerme se llama esta cosa.
0:18:10 Es el gran alud en la luna
0:18:15 por los encafes de la corchina
0:18:24 y un beso de la borsa ilugida
0:18:28 sobre tu punta pintada de aso.
0:18:39 Yo quiero que cierres los ojos
0:18:43 mientras hablamos
0:18:47 de la nave.
0:18:52 Por fin la moto me está enamorando
0:18:57 de sus frentes en el cielo.
0:19:09 Duerme, un vuelo
0:19:14 en el bosque la noche se lova.
0:19:20 Suerte, el beso beceva
0:19:24 en el campo con la sentida.
0:19:30 Suerte, el beso beceva
0:19:35 a tu sueño jamás
0:19:39 se narra.
0:19:48 Suerte, el beso beceva
0:19:54 a tu lago tan bien volvido.
0:20:03 La flor es tu gabaritosa
0:20:08 que sobre un alejo
0:20:11 que sobre un lido.
0:20:16 Y el cielo nada te ciena
0:20:20 que se camina en la luna el sol.
0:20:30 Encontrido la noche suelta
0:20:34 que fue a fichuendo
0:20:38 para que se solguera.
0:20:44 Y el paso del campo con la flor
0:20:47 que enfrian la lluvia
0:20:51 en el tiempo lleno.
0:21:06 en el bosque la noche se lova.
0:21:16 en el campo con la sentida.
0:21:21 Y el lino en el bosque
0:21:26 a tu sueño jamás
0:21:30 se narra.
0:21:45 a tu lago tan bien volvido.
0:22:09 He vosicusado al trío argentino interpretando
0:22:12 Duerme.

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