Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos para refrescar un poco, hablaremos de Alaska.
0:00:14 No es un tema que nos interese mucho, pero...
0:00:18 ...unos cierran los ojos, piensen Alaska.
0:00:20 A ver, a los ojos se pone un terro en la boca y cree que se está tomando un helado.
0:00:26 Bueno, Alaska, a ver ustedes, es un territorio muy extenso, que pertenece ahora a los Estados Unidos.
0:00:33 Tiene una superficie de un millón 530 mil kilómetros cuadrados,
0:00:37 que significa más o menos la mitad, un poquito más de la mitad de la superficie de la Argentina continental.
0:00:44 Sin embargo, tiene una población de 650 mil habitantes, que es la población del Partido de 3 de febrero.
0:00:54 Quiere decir que son pocos, no solo hace frío sino que son pocos.
0:00:59 Además, hasta me atreverí a decir que son pocos porque hace frío.
0:01:03 La capital es, yunó, alguna ciudad decito, Anchorash, Fairbanks,
0:01:10 y la ciudad de Sitka, que me parece que es la antigua capital de cuando era rusa,
0:01:17 porque, atención, Alaska antes quedaba en Rusia.
0:01:22 ¿Cómo lo hablabas?
0:01:26 Antes no quedaba en ningún lado Alaska, porque ni siquiera la habían descubierto.
0:01:31 Entonces estaba ahí, no había, supongo yo, me comienes a suponerlo,
0:01:37 a los efectos de lo que diré luego, no había nativos.
0:01:40 Entonces, a los efectos verguerianos no existía.
0:01:47 Claro, nadie la percibía.
0:01:49 Como nadie la percibía no existía Alaska.
0:01:52 Hasta aquí aparecieron los navegantes.
0:01:57 Los rusos llegaron ahí en 1648.
0:02:00 Había un señor que se llamaba Semendeznek, y que era ruso,
0:02:05 imagínese llamándose Semendeznek, y siendo ruso,
0:02:09 que otra cosa iba a ser este hombre que no fuera ir a Alaska.
0:02:14 También estaba otro viajero, Mikhail Bodzev,
0:02:19 que estableció allí alguna clase de asentamiento, en 1730.
0:02:25 Pero comencemos la historia desde 1867.
0:02:35 La Rusia sarista estaba en dificultades.
0:02:40 El país tenía enormes deudas, había sufrido una humillante derrota
0:02:46 en la Guerra de Crimea, y como sabe usted de Rolón,
0:02:49 las derrotas humillantes en la Guerra de Crimea dejan deudas.
0:02:54 Los ministros del Sar, Alejandro II, no podían administrar
0:02:58 las dispersas tierras del imperio.
0:03:01 Usted sabe lo que es el imperio ruso, ese enorme,
0:03:03 y está todo desparramado.
0:03:05 Está desparramado que se ha convertido en muchas otras naciones.
0:03:09 Alaska era territorio ruso, como hemos dicho,
0:03:13 desde la aparición de la gente presitada,
0:03:20 pero fue oficializado esta pertenencia territorial,
0:03:26 oficializada en 1741, cuando nada menos que Víctor Berin,
0:03:31 el explorador hizo la reclamación correspondiente.
0:03:36 Berin fue el descubridor del estrecho que lleva su nombre.
0:03:41 El nombre se lo pusieron después, calculó.
0:03:46 Que hubiera sido una enorme sorpresa para el explorador,
0:03:49 dar con un estrecho que llevara su propio nombre.
0:03:52 Mi estrecho homónimo, el estrecho del mismo nombre.
0:03:57 El caso es que ahí se instalaron, había un gobernador,
0:04:02 Alexander Van Arop, ya dio cuenta de que el único negocio
0:04:07 que se podía hacer allí era el comercio de pieles,
0:04:10 porque había algunas núcleas, algunos animales,
0:04:13 cuyas pieles se podían ventar.
0:04:17 Formaron una compañía, una compañía estatal,
0:04:22 para estatar las pieles algo muy chiquito, muy pobre,
0:04:26 una propiedad enojosa realmente.
0:04:31 Había unas cuantas bases, ya le digo, de comercio,
0:04:36 pero también cien o doscientos soldados rusos.
0:04:39 Un momento, porque nosotros no se van a hacer los locos.
0:04:43 Algunos decían que no servía para nada.
0:04:46 El SAR sospechaba que si Estados Unidos atacaba algún día,
0:04:51 no podría defenderla adecuadamente.
0:04:54 Y pensó que era preferible venderla, aunque fuera por una soma modesta,
0:04:58 antes que perderla más tarde y sin sacar un mando.
0:05:01 Eso fue lo que dijo el SAR a su mujer.
0:05:05 A principios de 1867, el SAR instruyó a su embajador,
0:05:11 Edward de Stueckl, para que ofreciera el territorio
0:05:17 al secretario de Estados Unidos.
0:05:20 Y que le reclamara más o menos un precio de 5 millones de dólares.
0:05:25 Le dijo, anda Stueckl, si se llama, Stueckl.
0:05:30 Mira si lo puedes vender acá al Azca por 5 millones de dólares.
0:05:36 Entonces Stueckl fue a ver a William Seaworth,
0:05:40 que era el secretario de Estados Unidos,
0:05:43 y se iniciaron las conversaciones.
0:05:45 Se andaban con ganas de vender al Azca.
0:05:48 Y que se llevó.
0:05:50 Pronto quedó claro que Seaworth estaba desesperado por arreglar el norteamericano.
0:05:55 Sí, venda Melan, que se llevó.
0:05:57 Era como casi todos los norteamericanos expansionistas declarados.
0:06:02 Creía en el famoso destino manifiesto de los Estados Unidos,
0:06:07 destino a la salud en la cual siguen muriendo personas por miles.
0:06:14 El destino manifiesto significaba esto en el sudomisio, para cualquier lado.
0:06:20 Pero Seaworth tenía que convencer al Congreso de los Estados Unidos
0:06:25 y apurarse, antes que los enemigos de Andrew Johnson, el presidente,
0:06:32 tuvieran tiempo de reunir fuerzas a empezar a jugar.
0:06:35 Porque ella calculaba, y calculaba bien, que algunos iban a empezar a decir
0:06:39 ¿Qué va a comprar? ¿Para qué la querés?
0:06:41 Pues, Stackel se abibó al ruso, se hizo el logis, porque se dio cuenta
0:06:48 que Seaworth estaba muy interesa de que podía aumentar todavía más el precio
0:06:52 que ella sacaba.
0:06:54 Y el ardeed funcionó.
0:06:56 Seaworth elevó su oferta y el 29 de marzo ofreció 7.200.000 dólares.
0:07:05 Y Stackel estrecharon las marzo.
0:07:10 Seaworth insistió en firmar, sacaron a los asistentes de sus camas
0:07:18 y rubricaron el tratado 27 páginas a las 4 de la mañana.
0:07:22 Es una linda obra para hacer un tratado abusivo.
0:07:27 Stackel estaba muy complacido por aquella venta.
0:07:30 Pero Seaworth tenía que lograr todavía que el Senado aprobara el acuerdo
0:07:35 y que los diputados votaran una ley de apropiación.
0:07:40 En el Senado anduvo bien todo, pero los diputados empezaron a broncar.
0:07:45 Empezaron a llamar aquel territorio la hielera de Seaworth,
0:07:49 el jardín de osos polares de Johnson, para burlarse.
0:07:54 Seaworth necesitaba argumentos para que el Congreso aprobara que ya venta.
0:08:06 Entonces, integró al mismo una expedición, bajo la supervisión,
0:08:11 nada menos que del Instituto Smitshoneano, para hacer una inspección de las Colac.
0:08:17 Sarparon de San Francisco y llegaron hasta allá, miraron un cachi y volvieron.
0:08:23 Pero los informes no tuvieron valor persuasivo.
0:08:27 Mientras tanto, el barón Stackel también estaba preocupado,
0:08:33 porque ya le había parecido que la transacción estaba lista
0:08:36 y ahora veía que corría peligro.
0:08:39 Entonces, echamos yo al secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Robert Walker.
0:08:48 ¿Qué le parece?
0:08:51 Y usted hace un poco de fuerza para que la venta se realice, porque esto empezaron acá.
0:08:55 Walker, que también era expansionista, tenía amistades en Washington
0:09:01 y acceso al diario Daily Money, y además necesitaba guita.
0:09:11 Y empezó a escribir.
0:09:15 Empezó a decir que Alaska tenía el clima agradable, que había oro,
0:09:20 que era buena para comercio, que era buena estratégicamente,
0:09:24 que había que llevar el cristianismo allí, había 100, 200, pero bueno.
0:09:31 Ahora bien, se empezó a formar un bandopositor.
0:09:35 Te había un periodista que se llamaba Yuria Penter.
0:09:41 Era Yuria o Yurairia, pero me gusta más Yuria, porque sería complicado.
0:09:47 No se puede saber, la IA puede ser de varias maneras,
0:09:53 y la única cosa que se puede hacer es preguntarle al tipo,
0:09:56 a falta de una regla.
0:09:58 Pero bueno, Yuria Penter vendió su talento a los anti-Alaska.
0:10:07 Se hizo del bandopositor, que vamos a comprar Alaska, que es el único.
0:10:11 Y público, desde luego, ir a cundas de anunciar contra Seawall.
0:10:15 Pero se votó en el Congreso, el 18 de julio de 1868,
0:10:21 y ganó la moción de comprar Alaska.
0:10:28 Tengo acá los resultados. 113, se dijeron que sí, 43 que no, y 44 no dijeron nada.
0:10:34 Esto se llama un dato absolutamente inservible.
0:10:41 Penter decidió descitarse, entonces le dio bronca a Yuria,
0:10:47 y se le agarró con Walker.
0:10:50 El 1 de agosto, la tesorería entregó a la guita para pagar Alaska,
0:10:55 y Penter averiguó quiénes se habían enriquecido después de aquella operación.
0:11:04 Y no tardó en saberlo. En realidad, Walker.
0:11:09 Parece que en una ocasión un carterista le afanó 16 mil dólares,
0:11:13 y el tipo no presentó demanda, no hizo la denuncia,
0:11:16 para que no se enterara que tenía 16 mil dólares.
0:11:19 Bueno, Penter lo acusó de trabajar para el gobierno ruso, pero no se demostró nada.
0:11:27 Los rusos estaban ansiosos por salir, y los americanos por entrar.
0:11:31 Así que el 18 de octubre de 1868, en la ciudad que se llamaba Novoa-Aryan-Helsk,
0:11:37 pero también Zittka, la antigua capital de Alaska, se hizo el cambio de banderas.
0:11:44 Nadie le dio goles ya, en realidad, a este asunto.
0:11:48 En 1912, hubo que designar un gobernador, un cuerpo legal,
0:11:54 y un minúsculo fondo para educar a los nativos.
0:11:58 Se vendieron tierras.
0:12:01 ¿Sabe a cuánto?
0:12:04 Cuatro centavos de dólar la hectárea.
0:12:07 La hectárea es una manzana.
0:12:10 No haberlo sabido. Con 40 centavos nos hacíamos 10 hectáreas.
0:12:16 Con 4 dólares, 100 hectáreas.
0:12:20 Y la sembramos de soja.
0:12:22 Y la sembramos de lo que sea, señor.
0:12:24 Yo por 4 dólares, 100 hectáreas, dónde la vas a conseguir?
0:12:27 En Alaska.
0:12:28 En Alaska.
0:12:30 Después el viaje, para ir.
0:12:32 Para pagar los impuestos todos los meses, y uno.
0:12:36 Es un lío, ¿no?
0:12:38 Por ahí un día un tipo dijo lo siguiente.
0:12:44 Supuso que las cordilleras que tenían oro en el sur,
0:12:48 también lo tendrían en el norte.
0:12:50 Y entonces empezaron a ir viajeros hacia Alaska
0:13:00 para ver si había oro en las montañas.
0:13:03 El caso es que en 1870 un puñado de veteranos recorría el río Yukon
0:13:08 como de estos resultados.
0:13:11 Pero en agosto de 1896, mientras exploraban el conundar,
0:13:17 un anciano afirmó haber hallado gruesas capas de oro.
0:13:22 Gruesas como sanguche de queso, de miga.
0:13:28 Y empezaron a escapar.
0:13:33 Duró poquísimo, pero algunos se hicieron ricos.
0:13:35 Un señor Dawson,
0:13:42 ganó 2 millones de dólares, dice que.
0:13:45 Es mucho, pero bueno, era muchísimo en aquel tiempo.
0:13:52 Pero esto duró poco, enseguida se acabaron.
0:13:55 Pero había poco, cuando quisieron acordar de Che, no hay más.
0:13:59 Y se fueron todos.
0:14:02 Y nadie habló más de Alaska.
0:14:05 Hasta hoy.
0:14:10 Hasta hoy, el gobierno ruso de una declaración
0:14:18 que dice, al final salimos perdiendo.
0:14:23 Firmado el gobierno ruso.
0:14:26 El gobierno norteamericano también dio una declaración hace pocos minutos.
0:14:33 Corovensen, firmado el gobierno norteamericano.
0:14:40 Aquí termina esta semblanza de Alaska y su venta y su cambio de bandera.
0:14:49 ¿Qué da y quedará por largo tiempo una sensación?
0:14:56 Que es que...
0:15:04 Resulta muy difícil para algunos príncipes observar las cosas hacia adelante.
0:15:14 Les parece que es mejor vender, dilapidar, destruir para cubrir una necesidad actual.
0:15:27 Entonces venden Alaska o destruyen el bosque topical.
0:15:33 Y después comprenden una centuria, después otros lo comprenden, esos ya no.
0:15:41 Que han dilapidado.
0:15:44 Vienes que acaso ni siquiera, legítimamente, les pertenecían, porque pertenecían al pueblo ruso.
0:15:50 Ojalá que nuestros príncipes que hoy se lo humenan
0:15:57 y no continúen vendiendo Alaska por 50 centavos.
0:16:11 ¿A quién quiere dedicar estoультé?
0:16:17 Seguramente alguna mina. No hay minas en esta...
0:16:20 No, es un relato.
0:16:22 No querían ir a Alaska las minas.
0:16:24 No, estabas preferido.
0:16:26 Bueno, en esta historia Alejandro, lo único que me cae en un poco simpático,
0:16:31 son los dos primeros viajeros que usted nombró, que cayeron en estas tierras
0:16:35 y se animaron a poner las primeras intenciones para ponerla.
0:16:39 Por ahí, no.
0:16:41 Se vio que sería bastante guapo.
0:16:43 Si, no para ingresar.
0:16:45 Si, ya no, viajaba los guapos, en la madrugada, cualquier hill, sin ir más lejos, nosotros tres.
0:16:49 Le pasamos por encima al desierto de Sahara en 45 minutos.
0:16:54 Que estuve en el Sahara y dice, sí, me tomé una Sedená pendácar.
0:16:59 Qué sé.
0:17:01 Bueno, vamos a mueblar esta charla con una curiosa versión en la que participo de algún modo.
0:17:17 Es la canción que se llama Alejana Tierra Lea,
0:17:21 que desde luego fue compuesta por Carlos Gardel en un día de calor añorando a Alaska.
0:17:28 Y la versión está en su dúo y acaso un trío,
0:17:32 integrado por Ruth Atagile, Manuel Moreira,
0:17:36 y en los críos este que está hablando.
0:17:40 Nos acompaña Federico Mifragi también con un trío de Camba.
0:17:43 Alejana Tierra Lea, adelante, muchachos.
0:17:57 Alejana Tierra Lea, bajo tu cielo, bajo tu cielo.
0:18:14 Quiero morirme un día con tu coexuelo, con tu cuerpo.
0:18:21 Y oír el canto de oro de tus campanas que siempre añono.
0:18:28 No sé si al contemplarte, al regresar, saber reír ocho horas.
0:18:42 Silencio de mi aldea que solo quiebra la serenada
0:18:49 de un ardiente romeo bajo la dulce de una desplaza.
0:18:56 En un balcón florido se oye el bulmur, yo de un muramento.
0:19:03 El abriz se llevó con el rumor de otra cuinta de amor.
0:19:17 Siempre está el balcón con su flor y su sol.
0:19:25 Tú no estás al tasto o piador.
0:19:33 Alejana Tierra Lea, de mis amores como te nombro.
0:19:40 En mis noches sin sueño con la movida llena de asombrón.
0:19:47 Divertesita mía que no son para mis esperanzas.
0:19:55 ¿Quién sabes tú que pronto he devuelvo?
0:20:01 A mi bien morirme.
0:20:25 Y el trío de cámara.
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