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24 de Mayo de 2007

Alcibiades

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy de un traidor, del traidor más completo de la antigüedad clásica que es nada menos que alcibíades.
0:00:08 Así que prepárense, hace para un mes o algo así, hablamos de un episodio posterior a la Guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta,
0:00:19 donde contamos que como Esparta parecía haber ganado, las autoridades de Atenas quisieron reflotar la dignidad de Atenas invadiendo ciracusas que quedaba en la Magna Grecia,
0:00:31 es decir, en suroitalia, en Sicilia, y que esta expedición la había sugerido alcibíades.
0:00:37 ¿Se acuerda que contamos que cuando se pensaba que era el propio alcibíades y que iba a partir al mando de la expedición, resulta que no, lo mandaron a Nicias como comandante,
0:00:46 y Nicias era el que se oponía. Finalmente Nicias interpretó un eclipse equivocadamente y la expedición terminó en un desastre.
0:00:55 Pero retrocedamos un poco y digamos quién era aquel alcibíades, y que había pensado en tomar ciracusa, toma que después resultó desastrosa.
0:01:06 Alcibíades era hijo de una prima de pericles, y se había criado en la casa de pericles, el más grande hombre público de la Grecia del siglo de Oro.
0:01:17 Dicen que alcibíades era un muchacho de gran belleza, era lindo e inteligente, y cuenta el cronista que pericles había intentado orientarlo hacia el bien, pero que todo había sido en vano.
0:01:32 Alcibíades era insolente, irrespetuoso con los dioses, notablemente ambicioso, compadrito, sin vergüenza, torrante, cacha-faz, todo eso lo agrego yo, pero bueno, ya me canso al que...
0:01:48 Y eso que recién empezó.
0:01:52 Dicen que se había batido, sin embargo, como un héroe en la guerra contra Esparta, pero sus enemigos dicen que no era por heroísmo, sino por ambición.
0:02:00 ¿Qué importa por de todo?
0:02:02 Alcibíades formaba parte del grupo de jóvenes intelectuales a los que enseñaba Sócrates.
0:02:09 De vez en cuando se alejaba de su maestro para ir detrás de prostitutas.
0:02:16 Entonces Sócrates se enojaba, cuenta Plutarco, y salía a buscarlo por ahí como si se tratara de un fugitivo.
0:02:24 Después, alcibíades regresaba el grupo, lloraba de repentimiento y recibía un rápido perdón.
0:02:31 Un día, alcibíades encontró con Hipónico, que era uno de los más ricos jefes conservadores de Atenas.
0:02:39 Tuvieron una discusión y alcibíades le encajó una piña.
0:02:44 Al día siguiente, se presentó alcibíades en casa de Hipónico, se desnudó y se echó a los pies de Hipónico,
0:02:54 suplicándole que lo asotase en castigo por haberle pegado.
0:02:59 Hipónico quedó tan impresionado ante semejante prueba de repentimiento,
0:03:04 que no solo no lo castigo, sino que le entregó por esposa a su hija.
0:03:15 Aquí dice a su hijo, pero debe ser un arco.
0:03:23 Le voy a encargar una comisión.
0:03:25 ¿Nunca le dije a la producción cuál es el disco que vamos a pasar?
0:03:32 A ver, dígame lo ha oído.
0:03:34 Efectivamente, se lo dije.
0:03:39 ¿Y cuál era el otro que no íbamos a pasar?
0:03:46 ¿Y cómo se llamaba aquella mina que le conté el otro día?
0:03:49 ¿El otro día?
0:03:59 Bueno, Hipónico quedó tan impresionado que le entregó a un hijo para que se casara con alcibíades.
0:04:05 ¿A qué dice un hijo?
0:04:07 Debe ser una hija.
0:04:09 Bueno, quedó tan impresionado que no supo la entregó a un hijo.
0:04:13 Si tuviera igual un hijo, no.
0:04:16 Si tuviera un hijo, te lo daría.
0:04:18 Sin embargo, no. Parece que era su hija porque se llamaba Hipareta,
0:04:22 cuyo nombre sugiere un matrimonio feliz, desde luego.
0:04:25 Alcibíades, Hipareta.
0:04:27 Sí, claro. Agarrámelas a mi centro.
0:04:30 No solo le dio Hipareta, sino también una adote extraordinaria.
0:04:35 Bueno, alcibíades se gastó la adote.
0:04:38 Se compró un palacio, se compró caballos de carrera.
0:04:42 Pero caballos de carrera no, para correr en Palermo, sino para correr en Olympia,
0:04:46 que es la competencia de carrera.
0:04:48 Y dicen que ganó, una vez, el primero, el segundo y el cuarto premio.
0:04:53 Y no dice quién salió tercero, el cronista.
0:04:58 Puede decirse que alcibíades era uno de los personajes más famosos de Artenas.
0:05:03 Impuso la moda de unas sandalias que le usaba,
0:05:07 y como necesitaba dinero para este lujo, no para las sandalias,
0:05:11 sino para los caballos de carrera, los palacios y eso,
0:05:15 se hacía regalar guita por las cetairas más famosas.
0:05:19 Es decir, la Iba de Fioca.
0:05:22 ¿Qué ha suido?
0:05:24 Sí o no.
0:05:26 Bueno, y claro, ocurre que las cetairas se enamoraban,
0:05:30 porque como se ha dicho, era muy agraciado y muy inteligente.
0:05:33 Y para mostrar que ninguna mujer podía resistirse,
0:05:37 alcibíades hizo grabar en su escudo de oro,
0:05:40 un heros, un Dios del amor,
0:05:43 con un rayo en la mano,
0:05:45 con aquellas flechas que se supone heros,
0:05:48 que era también cúbcuido, utilizada para enamorar.
0:05:51 Entre otras cosas,
0:05:53 alcibíades tenía una flotilla de embarcaciones para su uso particular,
0:05:57 y de una de ellas hizo una casa flotante,
0:06:00 con una tripulación formada por coreotas,
0:06:04 que le cantaba la cumparchita,
0:06:08 cuando él se lo solicitaba.
0:06:11 Un día, y pareta, su esposa,
0:06:14 huyó de la casa y lo citó ante los arcontes para divorciarse.
0:06:19 Él acudió y delante de los jueces la raptó.
0:06:23 O sea, ella lo denunció,
0:06:25 él apareció, la raptó y se fue.
0:06:29 La pobre mujer desde entonces no hizo más nada,
0:06:32 aceptó su destino de esposa,
0:06:34 después engañada,
0:06:36 sufrió en silencio las humillaciones
0:06:39 y poco después murió de pena.
0:06:41 ¿Qué iba a hacer pobre mujer?
0:06:43 Por esos días tuvo lugar la invasión de Siracusa,
0:06:46 de la que hablamos al principio.
0:06:48 Aquella invasión que alcibíades había sugerido,
0:06:51 pero que no alcanzó a comandar el mismo.
0:06:55 Con la flota de tenas perdió todo,
0:06:57 perdió la casi totalidad del ejército.
0:07:00 Y preocupado por un posible juicio,
0:07:02 porque después de todo había sido él, él,
0:07:04 él, la idea,
0:07:06 alcibíades se tomó el aceite,
0:07:09 salió rajando,
0:07:11 y solo que hubiera hecho cualquier persona.
0:07:13 Rajó de tenas y fue a refugiarse,
0:07:15 nada menos que a Esparta, la archienemía de Atenas.
0:07:18 No solo se refugió así,
0:07:20 sino que se puso al servicio de los espartanos.
0:07:23 Tu sí, tu sí, dirés, el historiador,
0:07:26 le atribuyó estas palabras cuando
0:07:28 alcibíades se presentó ante las autoridades de Esparta.
0:07:32 Atención, esto dijo.
0:07:35 Nadie sabe mejor que yo, dijo alcibíades,
0:07:38 para esta misma voz, ¿no?
0:07:41 Que he vivido en ella y soy su víctima,
0:07:43 lo que la democracia teniese.
0:07:46 No me hagáis gastar saliva,
0:07:48 sobre una cosa de tan evidente absurdidad.
0:07:52 Y estas palabras fueron delagrados de los espartanos
0:07:55 que gustaban de ese modo de hablar por otra parte.
0:07:58 Y alcibíades fue aceptado.
0:08:01 Para granjearse mejor la confianza de sus nuevos jefes,
0:08:04 alcibíades se dedicó a imitar las costumbres
0:08:08 de Esparta, que como hemos dicho varias veces,
0:08:11 eran muy austeras.
0:08:13 Y entonces él, que había sido árbitro de la elegancia
0:08:16 y de los refinamientos de Atenas,
0:08:21 y él que había sido una especie de Bob Brumel,
0:08:24 Ateniencia.
0:08:26 Claro, dejó a las famosas Andalias para pasearse descalzo,
0:08:31 se alimentó de cebollas,
0:08:34 empezó a bañarse hasta el invierno,
0:08:36 como hacían los espartanos,
0:08:38 en las frías aguas del río Eurotas,
0:08:40 donde como todos habrán conjeturado,
0:08:43 la gente se bañaba de esnuda como Guilherme.
0:08:51 En el Kilmer Rock.
0:08:54 Era tal el rencor que tenía alcibía descontra Atenas,
0:08:59 que para vengarse ningún sacrificio le parecía desmedigro.
0:09:03 Incluso convenció a los espartanos de que ocupasen de Selja,
0:09:07 que era un lugar donde los Ateniences se abastecían de plata.
0:09:10 Pero así como había tenido que huir de Atenas,
0:09:13 en Esparta sucedió algo que también lo complicó.
0:09:16 Si bien se comportaba como un buen espartano,
0:09:19 todavía era un hombre muy apuesto,
0:09:22 y no había conseguido erradicar del todo ciertas costumbres.
0:09:28 Y algunas mujeres lo encontraron irresistibles,
0:09:31 irresistibles solamente.
0:09:35 Y una de las reynas de Esparta, fíjese usted,
0:09:39 la esposa del rey Agis, eran dos reyes en Atenas,
0:09:42 ¿saben ustedes?
0:09:44 En Esparta, se enamoró de él.
0:09:47 Y alcibíades no pudo resistir a la tentación.
0:09:52 Y se unió a la reina, por así decirlo,
0:09:56 cuando el marido estaba ausente, que es el mejor momento.
0:10:00 De todos vos, parece que el marido estuvo ausente un año.
0:10:04 Así que tuvo tiempo para toda clase de uniones y benevolencias.
0:10:13 Y cuando el marido regresó, el rey Agis,
0:10:16 un año más tarde, parece que el rey había ido a hacer
0:10:20 unas maniobras militares por sugerencia del propio Alcibíades.
0:10:24 Digo, vaya a hacer unas maniobras.
0:10:26 Sí, vaya, vaya, no va.
0:10:28 Y Agis se encontró con un hijo nuevo,
0:10:31 de cual le constaba no haber sido el autor.
0:10:35 Y alcibíades fue denunciado.
0:10:38 Declaró para excusarse, ante los jueces,
0:10:41 que no había podido sustraerse a la tentación
0:10:44 de contribuir con su sangre, digamos,
0:10:47 a la continuidad de un trono glorioso como el de Esparta.
0:10:51 Los jueces dudaron un poco, ¿lo vienes?
0:10:55 Empezaron a pensar que hacemos.
0:10:58 Y alcibíades, que sabía que la duda iba a durar poco,
0:11:01 juzgó prudente embarcarse hacia el oriente,
0:11:05 así que salió rajando una vez más.
0:11:08 Se produjo entonces una nueva tradición.
0:11:11 La flotilla de Alcibíades fue perseguida por otra flotilla,
0:11:14 la encargada de Jirro, que tenía la orden de liquidarlo.
0:11:17 Alcibíades los héroes de hoy les embarcó en Sardes,
0:11:20 donde entrevistó al guerrero Persa, Tisafernes,
0:11:24 a quien le ofreció sus servicios contra Esparta y contra Tenas.
0:11:29 Y se me dieron de Tisafernes,
0:11:32 ¿qué le parece si luchamos contra Esparta o contra Tenas?
0:11:36 Dició, me prendo.
0:11:38 Pero Tisafernes recibió un mensajero de Esparta,
0:11:41 que le proponía a instancias del rey Ajiz
0:11:44 entregarle el archipiélago Jónio íntegro si mataba alcibíades.
0:11:51 Vino el mensajero y dijo, mire, Tisafernes,
0:11:54 mátelo alcibíades y le regalamos el archipiélago Jónio con toda la isla.
0:12:01 Alcibíades se enteró de este ofrecimiento y rajo.
0:12:07 Rajo de Persia y volvió a Tenas.
0:12:10 Y allí con nuevos gestos de arrepentimiento logró convencer
0:12:14 a losarcontes para que lo aceptaran en la ciudad.
0:12:17 En el año 410 a.C.
0:12:19 alcibíades regresó a su patria,
0:12:22 se puso al frente de la flota y durante tres años luchó
0:12:25 contra quién, contra Esparta.
0:12:28 Incluso venció a los espartanos en algunas batallas.
0:12:31 Las autoridades de Atenas respiraron tranquilos,
0:12:34 pero se olvidaron de pagar a los soldados de alcibíades,
0:12:37 a los soldados que habían gestado las victorias frente a Esparta.
0:12:41 Y entonces alcibíades resolvió a obrar por su cuenta.
0:12:46 Y ante la falta de pago partió con unas embarcaciones hacia Caria
0:12:51 para hacer unos saqueos y proveerse de dinero.
0:12:55 Ahora bien, durante su ausencia para aquella rapinia
0:13:00 los espartanos atacaron al ejército, al resto del ejército,
0:13:03 al grueso del ejército que estaba sin quebe y lo destrozaron.
0:13:07 Alcibíades fue una vez más juzgado por las autoridades a Atenas
0:13:11 y para eludir este proceso que hizo alcibíades,
0:13:14 usó otra vez.
0:13:17 Fue a parar otra vez a Persia,
0:13:20 a las tierras del general Farnab o Aso.
0:13:23 ¡Qué lindo no!
0:13:26 Como hombres me gustan,
0:13:30 Farnab Aso y la mujer, como se llamaba, la de la camiseta.
0:13:38 Y Pareta y Farnab Aso.
0:13:42 Farnab Aso no es el nombre del caballo.
0:13:45 Sí, Farnab Aso y Pareta pasan por San.
0:13:48 Claro, un hijo de Farnab Aso y Pareta.
0:13:51 Un hijo de Salí, MaSan y Yucca.
0:13:55 Bueno, el persa Farnab Aso le dio un castillo y una cortesana.
0:14:01 Un castillo para vivir y una cortesana.
0:14:05 Pero también incluyó Farnab Aso entre los sirvientes,
0:14:10 un séquito de sicarios que pocas noches después asesinaron alcibíades,
0:14:16 ya que todo era una trampa de Farnab Aso.
0:14:19 Yo la veía venir desde que empezó el programa.
0:14:23 Y luego analiquía a este tiempo.
0:14:26 Dice el cronista que así, a los 46 años,
0:14:29 terminó la carrera del más extraordinario traidor que la historia antigua recuerde.
0:14:35 Así terminó alcibíades el traidor aquel de la larga fama.
0:14:41 Bueno, a quién quiere dedicar esto, Roland?
0:14:47 Bueno, a Sócrates a Plutarco,
0:14:50 y ya que han aparecido los coreutas en esta historia,
0:14:55 déjenme dedicar esto a mis amigos, Paul, Martín, Ale y Manuel,
0:14:59 que son también nuestros coreutas acompañantes y personajes.
0:15:04 Bueno, yo podría dedicarlo a todos los que han sido traicionados.
0:15:10 Gracias.
0:15:11 Por alcibíades, por los que han sido traicionados en este mundo.
0:15:14 Pero, mira, en un caso...
0:15:16 Todo, me imagino.
0:15:17 Sí, hay gente que cree que todo movimiento ajeno es una traición también.
0:15:21 Aunque el día nublado es una traición del clima,
0:15:24 que una mujer que no lo ama lo está traicionando,
0:15:29 que el que no lo elige para una distinción también es un traidor,
0:15:33 que el que al cambio de opinión y se hace de otro equipo o algo así también es un traidor.
0:15:39 Y hay gente que se especializa en localizar traiciones con fruición policial.
0:15:46 Así que hay que huir de esto, hay que rajar de esa tentación.
0:15:50 Y si alguien no está traicionando lo que hay que hacer es nada, lo que va a ser.
0:15:55 Vivir con deseo de venganza, vivir con rencor,
0:15:58 con amargarse uno la comida cada vez que piensa en alguien,
0:16:01 porque se quedó con un encendedor que era de nuestro tío, hace mucho daño, hace mucho daño.
0:16:07 Así que nada, nada.
0:16:09 Y el mejor es desprenderse de las cosas que uno cree que le han sustraído,
0:16:15 renunciar a las dignidades que no nos han sido conferidas,
0:16:18 a los sillones con los que se nos han quedado los parientes,
0:16:22 a las minas que no nos quieren, a todo eso hay que renunciar.
0:16:26 Así que renuncio aquí en este acto oficial entrecribano público,
0:16:30 que es el doctor Roló, a todas las cosas que me afanaron.
0:16:34 A todas las cosas que me afanaron, a todas las minas que no me dieron bolilla,
0:16:38 a todos los amigos que no me visitan, a todos los nombramientos que no me hicieron,
0:16:42 a todos los programas de ATC que no hicieron.
0:16:47 Y renuncio a todo. Únicamente me quiero con lo que,
0:16:51 buena mente, la vida quiera darme.
0:16:54 Funciona así, mire.
0:16:56 Lo que no me quieren dar, no lo quiero.
0:17:01 Quiero solamente lo que me quieren dar.
0:17:04 Lo que no me quieren dar, no lo quiero.
0:17:07 No me quieren, no quiero.
0:17:10 No quiero yo, no es.
0:17:12 Quiero solamente lo que me quieren dar.
0:17:17 Y solamente eso.
0:17:20 Entonces, todo lo otro que forma parte del rencor,
0:17:25 del deseo de vengaje, el deseo de reparación,
0:17:30 y todo eso ya no lo quiero.
0:17:32 Está muy bien, Alejandro.
0:17:33 Me gusta esto que dice, porque querer tener lo que a uno
0:17:36 no le quiere dar es una actitud típica de los tocadores en los colectivos.
0:17:42 Esos tipos que quieren tener.
0:17:44 No, bueno, a veces hay cosas que no me quieren dar y que me dieron mías.
0:17:49 Relucien eso también.
0:17:51 Pero también renuncio a eso.
0:17:52 Bueno, permítame ampliar la dedicatoria.
0:17:55 Después de esto me hizo acordar su actitud,
0:17:58 aquel buen sacerdote de los miserables.
0:18:02 Se acuerda que cuando le traen a Baljang,
0:18:04 dijo a Pérez, no se los lleven, se olvidó estos cubiertos.
0:18:07 Que era el.
0:18:08 Que era el.
0:18:09 Yo se había afanado.
0:18:10 Se les había afanado y dijo, no lo denuncio.
0:18:11 Le quiero dar estos que se los olvidó.
0:18:13 Recuerda.
0:18:16 Escucharemos, ¿qué escucharemos para amueblar esta historia del finado alcibía,
0:18:23 desde el traidor de traidor?
0:18:25 Traidor, pero a las minas les gustaba.
0:18:27 Sí, les gustaba.
0:18:28 Muy atractivo.
0:18:29 A las minas los traidores las atraemos un poco.
0:18:32 No, pero le gustaba por lindo.
0:18:37 Por lindo, claro.
0:18:38 Pichadito.
0:18:39 Era lindo y se empichaba y ponía de modas andalias y cosas.
0:18:45 Así que escucharemos el tango Dandi dedicado al amigo alcibíades.
0:18:53 En la versión del autor de este mismo tango, que es Lucio de Mare.
0:18:58 Adelante.
0:19:02 ¡Mare!
0:19:03 ¡Mare!
0:19:04 ¡Mare!
0:20:30 En la venganza será terrible hemos escuchado a Lucio de Mare interpretando Dandy.

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