Transcripción automática
0:00:00 Seguimos en la venganza será terrible aquí en el auditorio de Radio Nacional en Maipú,
0:00:08 555.
0:00:09 Hablaremos de algunos personajes míticos que han mentido o que han calumniado a otros,
0:00:18 etc.
0:00:19 En los mitos griegos, la mentira aparece como una abstracción generada por Éther, de
0:00:25 la escuela de alivertis.
0:00:27 No, Éther es la personificación del cielo superior.
0:00:31 Tiene una genealogía caprichosa, porque la mentira exija del cielo de Éther, pero
0:00:40 fue a cielo asunto.
0:00:41 El cielo se juntó con la tierra y nacieron el mar, pero también junto con el mar nació
0:00:46 el pesar, la ira y la mentira.
0:00:50 Curioso, ¿eh?
0:00:51 ¿Qué familia?
0:00:53 Aparecen en los mitos unos seres poco conocidos que se encargan de castigar a los que mienten,
0:00:59 son los palicos, eran dioses gemelos, oriundos de Sicilia, que en aquel entonces también
0:01:05 era Grecia.
0:01:06 A veces pasaban por ser hijos de Zeus y Talía, una de las musas no la cantante.
0:01:12 Cuando lo llevaban sus senos, Talía, por temor a los celos de Hera, la mujer de Zeus,
0:01:19 hizo esconderse y se escondió en el interior de la tierra, ¿no?
0:01:24 Para dar a luz a este niño.
0:01:27 Cuando llegó el momento, los niños salieron del suelo como si fueran dos andias.
0:01:33 Debió ser una cosa digna de verse.
0:01:35 Y esta forma de nacer explicaba su nombre palico, que significa no sandia, sino los que vuelven.
0:01:43 Había un culto a los palicos cerca del siniestro lago de Nastia, donde se producían Nastia,
0:01:50 unos fenómenos de los más extraños.
0:01:52 Allí estaba, me parece a mí, una de las puertas del infierno.
0:01:55 Pero del lago salía un fuerte olor azufre.
0:02:00 Se decía que las aves que volaban sobre ese lago morían enseguida e incluso los hombres
0:02:05 que se acercaban imprudentemente, morían a los tres días.
0:02:10 ¿En qué lugar los mortales hacían sus juramentos y sus promesas?
0:02:14 Cuando alguien quería firmar una cosa, la escribía en una tablita, por ejemplo, te
0:02:19 pagaré, y tiraba la tablita al lago.
0:02:23 Si la tabla flotaba, la promesa era verdadera.
0:02:27 Y si sumergía, la promesa era falsa.
0:02:30 De todos modos, Aristóteles hubiera tenido mucho que decir a este respecto y los logísticos
0:02:35 modernos mucho más.
0:02:38 La veracidad de una promesa no puede ni flotar ni no flotar.
0:02:44 Está ahí, hace patito.
0:02:46 Ahora bien, estos dioses gemelos se llegaban a los mentirosos.
0:02:51 Cuando la tablita indicaba que la promesa era falsa, los pálicos se llegaban al mentiroso.
0:02:58 Y especialmente si lo habían involucrado a ellos en algún juramento.
0:03:03 A mí me aparecen los mitos griegos unas pruebas que incumbían a las muchachas.
0:03:08 Por ejemplo, Róope era una chica que había prometido a la diosa Arte, Mislacasta, conservar
0:03:14 su virginidad.
0:03:16 Afrodita y gritada por el juramento, y aquí para ofrecer, para Afrodita y para todos nosotros,
0:03:22 la castidad es un garrón.
0:03:23 Y más si es una mía, es una portería.
0:03:25 Bueno, entonces Afrodita hizo que Róope se enamorara.
0:03:28 A ver cómo la mantenés la castidad.
0:03:31 Porque es bueno mantener castidad cuando uno no le gusta el neato.
0:03:34 Róope como bolista de burretas de revalidez.
0:03:36 Claro, eso de privarse de algo que uno no le gusta no es ningún medio.
0:03:40 Entonces la hizo enamorar de un joven pastor.
0:03:43 En crisis estaba lleno de pastores que lo que menos las hacían eran cuidar oveja.
0:03:49 Este pastor se llamaba Eutinico.
0:03:52 Se encontraban los dos en el monte y sucumbieron al amor por decirlo de manera elegante.
0:03:58 Entonces Arte, Mésra, Dios Acá hasta castigó a Róope, que habían cumplido el juramento de castidad,
0:04:04 transformándola en una fuente llamada curiosamente estige, como la otra,
0:04:10 que brotaba en la misma gruta donde ella había perdido la virginidad.
0:04:14 Esa fuente servía para probar a las jóvenes que decían ser vírgenes.
0:04:20 Parece que también escribían su juramento, juro que soy vírgen, en una tablilla,
0:04:26 bosques y bosques se han talado en Grecia, nada más que por el gusto de jurar.
0:04:31 Bueno, y estas jóvenes supuestamente vírgenes se ataban la tablilla del cuello y se tiraban al agua.
0:04:39 Normalmente el agua era poco profunda y le llegaba hasta la rodilla,
0:04:43 pero se habían mentido y no eran tan virginales como pretendían,
0:04:47 y el agua le subía hasta el cuello y la saugaba.
0:04:51 No entiendo cómo.
0:04:53 No entiendo cómo porque se necesita un poquito más todavía.
0:04:58 En ese orden se contaba que cerca de Efezo había una gruta donde el Dios Pan había depositado la primera siringa,
0:05:07 aquella flauta hecha con cañas de distinto largo, atadas una al lado de la otra.
0:05:14 Y esta gruta también servía para probar a las jóvenes que decían ser vírgenes,
0:05:19 como si fuera una segunda importante.
0:05:21 Si las encerraba en la gruta y hicieran realmente puras, se oía un som melodioso de la siringa.
0:05:34 Y al poco tiempo la muchacha reaparecía con una corona de pino.
0:05:42 En cambio se habían mentido si oían otras melodías de siringa.
0:05:58 Ahí se empezó a llamar Siku, la siringa para decirlo a media.
0:06:01 Y después la chica mentirosa desaparecía.
0:06:06 Como suele ocurrir.
0:06:08 Contemos otra mentira, lo que hizo el señor llamado Celleo.
0:06:13 Celleo era un cretense que con tres compañeros llamados Laio, Cervero y Egolio,
0:06:19 andaban Cervero y Laio son también otros tipos.
0:06:23 Pero bueno, estos son otros.
0:06:25 Un es un par de otros reyes.
0:06:27 Pero estos son otros.
0:06:30 Andaban por ahí, usmeando, cerca de una gruta sagrada.
0:06:34 Se trataba nada menos que de aquella gruta en el monte Hida,
0:06:38 donde Rea, la mamá de Zeus, había dado a luz al Príncipe de los Dioses.
0:06:43 Era uno de los lugares donde se guardaba el néctar de los dioses del Olimpo.
0:06:48 Desde luego esta caverna estaba prohibida para los mortales
0:06:52 y Zeus, con aspecto de pastor, que otros y no.
0:06:56 Les preguntó a estos tres reos, a estos cuatro en realidad,
0:07:01 qué hacían por ahí.
0:07:03 Y Celleo y sus amigos mentieron.
0:07:06 Le dijeron que estaban paseando,
0:07:08 cuando en realidad lo que querían eran robar el néctar de los dioses.
0:07:13 Zeus fingió creerles e irse.
0:07:16 Y los ladrones entraron a la cueva para afanar el néctar.
0:07:21 Había eso sí, cuidando la cueva, unas temibles abejas
0:07:26 y estos cuatro intrusos se vestieron para evitarlas con unas planchas de bronce.
0:07:33 Pero ni bien entraron, se les cayeron las planchas,
0:07:36 aparecieron las abejas y lo que es peor, aparecieron los rayos de Zeus.
0:07:40 Los muchachos temblaron de miedo y pensaron que inmediatamente serían fulminados.
0:07:44 Sin embargo, eso no sucedió porque el destino,
0:07:47 que talla más que el propio Zeus,
0:07:50 objetó que no estaba permitido matar a nadie en un lugar sagrado.
0:07:54 Entonces para castigar los Zeus los transformó en aves.
0:07:58 La yo fue tordo, en el sentido de pájaro negro,
0:08:01 de un doctorado al revés.
0:08:03 Celleo fue corneja, ególio fue picamaderos
0:08:07 y Cerberos fue convertido en una especie no identificada
0:08:10 que en griego lleva ese mismo nombre.
0:08:12 Un detalle, estos muchachos eran cretenses.
0:08:16 Lo cual confirma la historia mítica.
0:08:19 Recuérdese que una vez le había tocado al cretense y domeneo
0:08:22 ser árbitro de un concurso de belleza que disputaban Tétis y Medea.
0:08:27 Y Domeneo eligió a Tétis, cosa que yo también hubiera hecho.
0:08:31 Y Medea se enojó mucho y dijo que todos los cretenses eran unos embusteros
0:08:38 y maldijo la raza de ydomeneo,
0:08:41 condenándola a no decir jamás la verdad.
0:08:44 Y es por eso que todos los cretenses me han denido.
0:08:47 Otro mentiroso, o al menos lo creyeron tal,
0:08:52 se llamaba Cianipo y era un tesadio,
0:08:55 ha sido en los caballos, no un tesadio.
0:08:57 Era un tesadio que se había casado con Leucone,
0:09:00 una chica hermosa.
0:09:02 Cianipo era un gran cazador
0:09:04 y no renunció a esa pasión luego del matrimonio.
0:09:08 Entonces parece que se iba a cazar
0:09:10 y dejaba la mujer sola y ella se aburría.
0:09:13 Un día la mina se hartó
0:09:15 y creyendo que Cianipo le mentía que andaba con otra
0:09:18 porque parece que una amiga le dijo al oído,
0:09:22 lo he visto con otra.
0:09:24 Y entonces lo siguió para ver qué hacía.
0:09:27 Salió de su casa, caminó un buen rato
0:09:30 y en un momento terminado se encontró en la espesura de un bosque
0:09:34 donde los perros de su marido,
0:09:37 los perros de Cianipo,
0:09:41 que a su gran mente...
0:09:47 descubrieron a Leucone,
0:09:49 verdaderamente estaba casando el tiempo.
0:09:51 Y la Jauría se arrojó sobre ella y la mató.
0:09:54 Cuando Cianipo vio que los perros se habían matado a su mujer,
0:09:58 se desesperó y ahí mismo, desesperado,
0:10:01 levantó una pira, depositó a su mujer,
0:10:04 después mató a los perros,
0:10:06 los echó también a la pira
0:10:08 y después para hacerla completa se mató a él.
0:10:11 No creo que se ha arrojado luego a la pida.
0:10:14 ¿Qué días también?
0:10:16 Última mentira, es la de Astidamia o Astidamía.
0:10:20 Durante una cacería, peleo, el célebre peleo,
0:10:24 había dado muerte accidentalmente
0:10:27 a uno de los cazadores que andaba con él, Euritión,
0:10:30 para purificarse del homicidio,
0:10:32 había que purificarse aún cuando el homicidio fuera involuntario
0:10:37 y la purificación era el exilio.
0:10:41 Tenías que ir a otro país, pero era fácil
0:10:43 porque en Grecia cada ciudad era un estado distinto.
0:10:46 Entonces para purificarse de aquel homicidio,
0:10:49 peleo fue haber a Acasto, el rey de Zolco,
0:10:53 y ahí vivía Acasto con su mujer, Astidamia.
0:10:57 La mujer se enamoró del huésped, como siempre ocurre,
0:11:01 es la clásica historia de la mujer de Putifar.
0:11:04 Pero como él no le daba bolilla, la mina se enojo mucho y mintió.
0:11:09 Le mandó un mensaje a la mujer de peleo
0:11:12 en donde decía que su esposo se disponía a abandonarla
0:11:15 para casarse con otro.
0:11:17 La mujer de peleo, imagínense, se desesperó
0:11:21 y ya se sabe cómo son los griegos cuando se desesperan,
0:11:24 se ahorcó.
0:11:26 Peor todavía, herida en su amor propio, Astidamia,
0:11:30 mintió otra vez y le dijo al marido Acasto,
0:11:33 y aquí lo de la mujer de Putifar,
0:11:35 que peleo había tratado de seducirla.
0:11:38 Acasto le creyó...
0:11:40 Bueno, pero no atreviendo si a matar a un huésped
0:11:43 con sus propias manos, lo llevó a cazar al monte Peleón.
0:11:47 Allí se echaron a dormir un rato.
0:11:50 Acasto esperó que peleo se durmiera y lo abandonó
0:11:53 y le escondió la espada para que no pudiera defenderse de las fieras.
0:11:58 Peleo seguramente hubiera sucumbido víctima de los centauros
0:12:02 que andaban siempre por ahí comiéndose a los que se quedaban dormidos.
0:12:06 Pero uno de ellos, Quirón, que era el centauro...
0:12:09 No solo bueno, sino...
0:12:12 En realidad no era tan bueno, pero sí era educado,
0:12:15 un poco más civil.
0:12:17 Le devolvió la espada, lo despertó y lo ayudo.
0:12:20 Tiempo más tarde, Peleo se vengó,
0:12:23 tomó la ciudad de Yolco,
0:12:25 despedazó hasta Idamia
0:12:29 y repartió los pedacitos por el camino.
0:12:33 Y después también mató a Acasto.
0:12:36 Se quitaba.
0:12:38 Bueno, Peleo, ¿saben ustedes después que se casó?
0:12:41 Nada menos que con la ganadora del concurso anterior, con Tétis.
0:12:44 Y tuvieron un hijo ilustre, lo bautizaron a Quiles y fueron felices los tres.
0:12:49 Bueno, ¿a quién quiere dedicar esta historia, Jorge?
0:12:53 No, es difícil en medio de este panorama,
0:12:55 porque uno está acostumbrado a venerar esta chica,
0:12:58 que es la hija de la historia, émula del tiempo, o sea, la verdad.
0:13:02 Pero, Tretila, no hay que hacer un problema tan moral,
0:13:06 tan maniqueo con esta cuestión de verdad y mentira.
0:13:08 Si condenar, por ejemplo, algunas formas de la mentira,
0:13:11 cuando la mentira lleva un adjetivo, Alejandro,
0:13:13 tengo la impresión de que se empieza a pudrir todo.
0:13:15 Por ejemplo, mentiras blancas o mentiras piadosas.
0:13:18 Es una mentira piadosa.
0:13:20 En la que uno genera piedad, nada más repulante que eso.
0:13:23 Sí, a mí gustar por gustar me gusta la mentira, dice ya.
0:13:26 A la dona, ¿viste?
0:13:28 Sin justificación.
0:13:29 No tengo nada que ver con esa mina.
0:13:31 Punto.
0:13:33 No, éste es mi mentira y me mantengo en ella.
0:13:35 En él.
0:13:37 En realidad, los mentirosos así adjetivos
0:13:40 son los que no se hacen cargo de ellos.
0:13:42 Claro, a mí me gusta el mentiroso que se la banca como tal
0:13:45 y no viene como salvador de la paja.
0:13:48 Y que al final hasta el punto se la banca que se la cree.
0:13:54 Dice de ser mentiroso.
0:13:56 Pero estaba pensando también en esta pobre amiga nuestra,
0:14:00 Cassandra, que tenía un problema entre la verdad y la mentira.
0:14:03 Cassandra era la hija del rey de Troya
0:14:06 que tenía el don de la profecía,
0:14:08 pero la maldición de que no la creyeran.
0:14:10 Justamente por haberse negado a intimar nada menos
0:14:13 que con Apolo, que era un tipo con el que nos vale intimarse,
0:14:16 el tipo te llama.
0:14:17 De modo que, digo, en medio de estas cosas,
0:14:19 creo que más que condenar o la mentira o defender la verdad,
0:14:23 lo que condenaremos es definitivamente la castidad.
0:14:26 Porque allí cuando aún le dicen que lo han visto con otra,
0:14:29 nada mejor que ponerse contento y decir que disfruten de la vida.
0:14:32 Señores, lo han visto con otra, se llama este tango,
0:14:36 que en virtud de estos sucesos en la élade,
0:14:39 ha escrito guitarrista Horacio Petorosi
0:14:42 y escucharemos en la versión de Carlos Gardel.
0:15:14 La verdad es un pobre amor, pero hoy una vida,
0:15:18 Dios dice lo digo, lo he visto con otra,
0:15:22 y lo dame por lo tanto tango,
0:15:29 un poco apuite de un amigo con un bilete del amor.
0:15:34 Ah, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no
0:16:04 no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no إن
0:16:16 Yo tengo una pena que llevo en el alma
0:16:17 Por una perverza pero sin olvidar
0:16:20 Sus ojos muy gregos probaron mi calma
0:16:24 Y su cruel cilicio solo he llorar
0:16:28 La vez solo tengo tampoco alegría
0:16:31 Son en viento en mis noches tan felices y frías
0:16:35 Las horas son largas, no puedo dormir
0:16:39 Un poco, un poco
0:16:43 Un poco afuiste, este amigo confidente de tu amor
0:16:49 Un poco, un poco
0:16:53 Hoy por el silla de Paluga para calmar su dolor
0:16:58 Un poco, un poco
0:17:02 Un poco, está pinto la fare en este tanote locatio
0:17:08 De que llegue hasta su reja, el eco de una fecha
0:17:12 De un triste panadoneón
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