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0:00:00 ¿Será terrible?
0:00:01 Continuamos en la venganza.
0:00:03 ¿Será terrible?
0:00:04 Desde el auditorio de Radio Nacional estamos en la calle Maipú 555 de la ciudad de Buenos
0:00:09 Aires.
0:00:10 Vamos a hablar hoy de un amor oculto de María Antonieta que no fue como otros personajes
0:00:16 femeninos de la historia de Francia, tan proclive a los amoríos.
0:00:21 Pero vamos a contar cómo empezó el asunto con su marido, que fue así.
0:00:28 Obiquemos en Francia en 1775, antes de la Revolución Francesa, por esos tiempos el rey era Louis 16 y su esposa, María Antonieta, la austríaca de la Casa de Asburgo.
0:00:43 Dice la crónica que aunque Luis mostraba a esta niña una gran solicitud e interés, en realidad no podía satisfacer las exigencias amatorias de su esposa.
0:00:57 Porque tenía algunos problemas con su virilidad.
0:01:01 Tenía fimosis, Luis.
0:01:04 Que no lo dice, pero no se.
0:01:05 Es un dolor brutal cada vez que se tuciamaba el hombre.
0:01:07 Bueno, cuatro años después del matrimonio María Antonieta todavía estaba como cuando vinimos de España.
0:01:14 Pasando por ahí.
0:01:15 En realidad había venido de Austria, pero bueno, era lo mismo.
0:01:18 No había consumado aún el acto con su marido.
0:01:22 La madre de María Antonieta, María Teresa de Austria, estaba un poco preocupada.
0:01:27 Ya se sabe que los matrimonios principescos deben asegurar su descendencia.
0:01:33 Entonces cada vez que le escribía a la vieja le preguntaba qué pasaba.
0:01:36 Y María Antonieta, aquí tengo alguna carta.
0:01:41 María Antonieta le respondía a su vieja.
0:01:45 Por ejemplo, respecto al importante, no puedo y me duele.
0:01:50 No puedo y me duele es...
0:01:52 Es una frase difícil.
0:01:53 Es una frase muy esclarecedora, pero sin embargo, no.
0:01:56 Respecto al importante, no puedo y me duele dar la menor noticia.
0:02:01 Juro que la indolencia no es culpa mía.
0:02:05 Una frase más para el rey no puede y me duele.
0:02:09 María Antonieta se turbaba, atención, con los violines.
0:02:13 Hay gente para todo.
0:02:16 Quiero decir que había entrado en un estado de romanticismo al paso.
0:02:21 Daba vuelta la amponía de los ojos para arriba, como quien dice.
0:02:25 Cada vez que pasaba un guardia del palacio, acá dice un guarda,
0:02:30 pero no creo que nadie se ponga romántico al paso de un guarda del ferrocarril pacífico.
0:02:36 Con la maquirica.
0:02:37 Pero bien, se acostaba suspirando y todo así.
0:02:43 Lo cierto es que todo el mundo estaba en corriente de aquellas dificultades del rey.
0:02:47 Era un tema de conversación, si hacían apuestas al respecto.
0:02:52 Y ya se sabe que en Francia los reyes y príncipes,
0:02:55 que no eran aficionados a las aventuras llamosas, eran vistos con malos ojos.
0:03:01 Se preferían las tradiciones de desenfreno, de Francisco I, de Luis XV, Enrique IV, etc.
0:03:10 Entonces, al casto Luis XVI empezaron a inventarle canciones.
0:03:16 Decía Michelet, probablemente, que aquí dice otras cosas.
0:03:21 Y la gente le perdía el respeto conforme iba comprobando la dificultad matórea del pobre Luis,
0:03:29 que parece que se enteraba de aquellas canciones, del orden de la mujer del vigilante,
0:03:34 si que jugó a los tribunales, que soy yo.
0:03:37 Bien, oí a las canciones y se amargaba muchísimo el hombre.
0:03:41 Ahora bien, después de cuatro años de castidad, María Antoñeta empezó a hacer algunos movimientos.
0:03:48 Por ejemplo, salía a divertirse con la muchachada de la corte, empezó a ir a los bailongos,
0:03:56 se disfrazaba, iba, bailes de disfraz.
0:04:01 Una noche, justamente, en un baile de máscaras, le acercó un hombre y le dijo algo,
0:04:08 yo como son los bailes y máscaros.
0:04:12 Aquel hombre besó la mano de la reina y era un famoso seductor.
0:04:18 Se trataba del actor Francois de Poulastron, disculpe, me lo digo.
0:04:26 Sin embargo, a pasar de semejante nombre, era un gran seductor.
0:04:33 No le seguía más las canciones que había sobre él.
0:04:36 Muchos dijeron que fue amante de la reina, pero no hay pruebas, así que continuaremos adelante.
0:04:42 Ahora, una amiga de la reina, una amigueta, tenía un salón donde reunía gente para hacer cosas.
0:04:54 Y que era un salón tentador, porque los caballeros más elegantes frecuentaban aquel foro.
0:05:02 Y uno de ellos era el duque de Coigny, que se enamoró perdidamente de María Antonieta.
0:05:08 Vamos a decirlo ya.
0:05:10 Este duque era un amable caballero, buena figura, dulces modales, semblantes satisfactorios y enorme audacia.
0:05:20 Me enamoré, dijo María Antonieta.
0:05:23 El duque sabía de la situación que estaba pasando la reina y la invitó a pasear por pasillos retirados.
0:05:32 No serían pasillos, porque el pasillo generalmente comunica...
0:05:38 Sí, el edificio es que un pasillo se retire.
0:05:41 Claro, para retirarse está el campo abierto.
0:05:44 Nadie va al desierto por un pasillo.
0:05:46 Bueno, le contaban en cualquier caso historias en tono galante, jugaban a la baraja, jugaban, probablemente al desconfio y al sucio.
0:05:56 También jugaban los dados y este abil caballero adulaba la suerte de María Antonieta.
0:06:03 No quiero ni pensar en qué término.
0:06:05 Pero mira la reina.
0:06:08 En 1777, siguiendo con el mismo asunto, Luis, el rey, que percibió algunos movimientos sospechosos en su mujer, decidió operarse de sus dificultades.
0:06:22 Todo salió bien y en cuantito lo permitieron los médicos, el rey de Francia fue a buscar a su esposa, ya sea siete años que la pobre estaba ahí en esa situación.
0:06:33 Y tuvieron un encuentro y el día siguiente la reina salió de su aposento con una feliz expresión en el semblante.
0:06:42 Tras aquel suceso tan esperado, ocurrió, sin embargo, algo extraño.
0:06:48 Según parece este nuevo ministerio que el rey se permitía después de tantos años, fue contraproducente.
0:06:55 Porque la reina, después de haberse acostado con su marido, aceptó convertirse en amante del Conde.
0:07:07 Ahora sí, cumplió mi deber con la dinastía.
0:07:11 Y esos amoríos tuvieron consecuencias acerca de las cuales se duda hasta el presente.
0:07:17 Hubo un baile, otro más, en el que la reina se disfrazó con un dominó gris.
0:07:24 Correspondiente de 28.
0:07:26 Le cayó la ficha.
0:07:28 Era un traje que impedía que se le viera el rostro.
0:07:32 En realidad lo que impedía que se le viera el rostro sería probablemente un antifaz.
0:07:36 Y junto a ella, a la reina, había varias muchachas de su séquito que se habían vestido igual, vio cómo somos.
0:07:44 Bueno, o sea que María Antanieta quedó disimulada con sus compañeras.
0:07:50 Se deslizó entre la muchedó hombre, se piantó por una sescalera, y allí, en un descanso de las escaleras, ¿quién estaba?
0:07:58 Ahí estaba el duque de Coañí, muerto e risa.
0:08:02 Un rato después, las amiguetas buscaron a la reina y no encontraron.
0:08:07 ¿Dónde está la reina?
0:08:08 Donde está la reina, por ahí vieron que salía de un palco muy agilitada.
0:08:15 Un rato más tarde apareció el duque que estaba disfrazado de tejo.
0:08:23 Yo vuelto a la hoja.
0:08:24 El tejo es un árbol de cualquier manera que he dicho.
0:08:27 Según dice, tenía aspecto de haber sufrido los embates de 100 leñadores aquí más.
0:08:35 Me gusta ese tejo cantaba la reina.
0:08:39 Un par de meses después, la reina anunció que estaba embarazada.
0:08:44 Y muchos creyeron que era obra del tejo.
0:08:49 En diciembre de 1778, nació María Teresa Carlota.
0:08:55 Y el día del bautismo ocurrió un incidente que certificó las creencias respecto de la paternidad de esta chica.
0:09:03 El padrino era el rey de España, Carlos III, y eligió al Conde de Provenza, que era el hermano menor de Luis XVI, para que lo representara.
0:09:12 Pero el Conde de Provenza odiaba a María Antonieta.
0:09:18 Y la quería hacer caer.
0:09:20 A hacer caer no sé qué.
0:09:22 En el transcurso de la ceremonia, el obispo preguntó por el nombre de la recién nacida.
0:09:27 Y el duque de Provenza levantó la mano y dijo,
0:09:29 Señor, el ritual preescribe preguntar el nombre de la madre y del padre del niño.
0:09:36 El obispo dijo que todos sabían que esa niña era hija de Luis XVI y de la reina de Francia, y entre el público estallaron carcajadas.
0:09:45 Después de aquella ceremonia, María Antonieta comprendió que estaba en grave peligro.
0:09:52 Y le dijo al duque de Coñí que se piantara.
0:09:56 Y le dijo, tomátenla porque el horno no está para hoy.
0:10:00 Y así sucedió.
0:10:02 El duque de Coñí se las tomó.
0:10:04 Y durante la revolución estuvo en el exilio, junto al duque de Provenza.
0:10:10 Es decir, lo saló a esta circunstancia.
0:10:14 Y aquí termina la historia de Coñí y de María Antonieta.
0:10:17 A quien no se le conocieron muchos amores, pero hay que admitir que tuvo mucha paciencia.
0:10:23 Y siete años sin que el marido la saludara es un poco demasiado.
0:10:28 Habría que preguntarse también cuánto hay que esperar para faltarle el respeto a una dada.
0:10:36 Sin duda, cualquier respuesta que tenga la palabra año detrás del número es una respuesta vana.
0:10:42 Sí, claro. No años.
0:10:44 Incluso la palabra semana diría.
0:10:46 Sí, yo creo más.
0:10:49 Y hasta que me parece que la falta de respeto debe ser anterior a la formación del vínculo.
0:10:54 Cualquiera sea este.
0:10:56 Es la falta de respeto el nombre del vínculo.
0:10:59 Claro, así nace un vínculo.
0:11:01 Así nace un vínculo.
0:11:03 Todo lo que usted, amiga, quiere usted dar nacimiento a un vínculo, permítame que le falte al respeto.
0:11:10 Y cualquier otro tipo de acción es, en realidad, una especie de desprecio.
0:11:14 ¿Cómo uno va a aguantar un minuto para abordar una dama tan hermosa como esa?
0:11:18 Juan, y falteme usted el respeto si fuera una bañada.
0:11:22 Juan, si algo.
0:11:23 Quien quedó, ese es un recurso para seductor, porque la dama no podrá menos que contestar demostrando su inteligencia.
0:11:32 Juan.
0:11:33 Falteme usted el respeto.
0:11:34 Si dice Juan, caballero, alicio, sin duda también.
0:11:36 Si dice Juan, usted equivocó el camino, evidentemente.
0:11:38 ¿A quién quiere dedicar esto, querido Dorian?
0:11:41 Yo creo, Alejandro, que en principio si viernes maría en tu anécdota, la protagonista,
0:11:45 historia es una chica que a mí no me cae bien.
0:11:47 Podríamos haber hecho alguna broma chusca en Mercedes,
0:11:50 esa frase de, bueno, a falta de pan buenas son tortas,
0:11:54 pero es una de sus frases menos felices.
0:11:56 Creo que es interesante pensar que mientras sucedían estas cosas en la corte y Luis XVI,
0:12:01 se esmeraba primero en resistir cualquier tentación para no sufrir
0:12:05 y después se esmeraban en cumplir con menestires que otros hacían mejor.
0:12:09 Había gente que esperaba pacientemente, digo, esas mujeres que hicieron en su momento la huelga del PAN,
0:12:14 un joven abogado que alguna vez recibía esa pareja en la ciudad de Agad
0:12:18 y que se llamaba Maximilien y que, tragando saliva y vilis,
0:12:21 tuvo que hacer el discurso de homenaje para recibir a la joven pareja.
0:12:24 Digo, una multitud de personas que escribían un libro que decía,
0:12:27 bueno, Sair es puerto de esclavos del Atlántico Sur
0:12:30 y, además, el risto de los amantes que no tenían la posibilidad
0:12:34 de disfrutar de las ventajas de la aristocracia.
0:12:37 Esto es poder corretear en pasillos que no conducieran a ninguna parte.
0:12:40 En ese sentido me parece que sí es admirable ser de historia de paciencia
0:12:44 como la que tuvieron, seguramente, los muchachos del río de la Plata
0:12:47 que tuvieron que esperar que pasara la revolución, que rodara la cabeza de María Antoñeta,
0:12:51 la de Luis XVI y la de toda esa manga de Giles,
0:12:54 para poder empezar después alguna cosa por aquí.
0:12:57 Mientras tanto...
0:12:58 Incluso que Francia invadía a España...
0:13:01 ...y dejara a nuestro amigo el Rey Villarista fuera de acción.
0:13:03 Eso es una hermosa muestra de que el amor también puede llamarse paciencia.
0:13:07 Y paciencia es el nombre de la canción criolla que vamos a escuchar en la voz de Nelly Omar.
0:13:16 No habrá de confundirse con aquel tango,
0:13:18 anoche de nuevo te vieron mis ojos, el tango paciencia.
0:13:21 Ahí está, es una canción criolla que también se llama paciencia,
0:13:24 aunque yo prefiero creer que se llama paciencia guay.
0:13:28 Vamos a oírla ahora mismo.
0:13:30 Es una canción criolla compuesta desde luego,
0:13:33 para recordar este episodio matrimonial del Rey de Francia.
0:14:00 Mobre rancho parece una coleja embarrada,
0:14:07 que de toda la anidada le queda un solo pollito.
0:14:14 Una mujer viene arando la soledad,
0:14:20 por la orilla sigue el camino pasando,
0:14:27 y a picar, y a cifra y maldo,
0:14:31 a las juntas levantando como aguampa la gramilla.
0:14:42 Paciencia guay coronilla, paciencia guay.
0:14:54 Juan se la trajo en el anca, de su caballo estrellero.
0:15:01 Una noche toda blanca, de luna, y como te quiero.
0:15:08 Ella es humilde a los llor, y más pobre que un sendero.
0:15:15 Nunca tuvo nada suyo, más que a él, como te quiero.
0:15:23 Paciencia guay.
0:15:28 Y cuando el hijo llegó con el caracho se fue.
0:15:37 ¿Qué importa si le dejó ese albarón para servir?
0:15:45 Su pulso sigue en la cuna, él vuelve encarar de don.
0:15:57 Ella con un canto a cuna, al surco de sola luna,
0:16:06 y al hijo de luna sol, y a pincana, y a cifra y maldo,
0:16:13 los tres vienen levantando la esperanza y la gramilla.
0:16:25 Paciencia guay coronilla, ni el camino de gaullas,
0:16:35 sigue pasando, pasando.
0:16:44 Paciencia guay, paciencia guay.
0:16:56 Era anelio mar en la venganza, será terrible, paciencia.
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