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0:00:00 Hablaremos de amores prohibidos y casamientos en Grittnagrin.
0:00:06 ¿Qué es Grittnagrin? Ya veremos.
0:00:10 Por empezar, ubiquemos a mediados del siglo XVIII en Inglaterra.
0:00:16 En esa época y en ese lugar, los padres de las muchachas nobles tenían una gran preocupación.
0:00:24 Existían y estaban muy difundidos los matrimonios de marinos.
0:00:30 Sucedía que muchas herederas se enamoraban de marineros y se casaban con ellos apenas unos días después de conocerlos y sin la autorización paterna.
0:00:44 La vina, hija de una familia noble, conocía un marinero, le gubió como son los marineros que tienen una capacidad de seducción,
0:00:53 que ya es clásica en la literatura y en la realidad.
0:00:58 Entonces las chicas tenían un marinero, se enamoraban, se casaban, no necesitaban autorización.
0:01:03 Y chau, después el tipo se iba de viaje nuevo y quien te quitaba lo bailado por no decir otra cosa.
0:01:10 Esos casamientos eran facilitados por unos sacerdotes de mala reputación
0:01:17 y las uniones por mala que fuera la reputación del sacerdote eran indisolubles.
0:01:25 Así que los marineros y más tarde cualquier hombre interesado conducían a sus enamoradas, a las discretas capillas de esos quérigos
0:01:34 y allí se fue toda la ceremonia y después venía la fuga, se fugaban, se iba en otra parte,
0:01:41 cuenta por Johnson que las colonias ofrecían buenas oportunidades para esas escapadas.
0:01:47 Cientos de marinos con sus damas nobles terminaron en África del Sur o en Australia.
0:01:54 Claro que preocupación hay, pensará usted en esta época donde cualquiera se casa con cualquiera o no se casa,
0:02:01 pero en aquel tiempo era un asunto.
0:02:03 En 1753 los miembros del Parlamento decidieron hacer algo para evitar esos casamientos.
0:02:10 Se aprobó una regla pensada por Lar-Henwick.
0:02:15 Esta regla ordenaba lo siguiente, atención, aquellos que querían casarse en Inglaterra
0:02:22 para poder hacerlo, debían publicar las amonestaciones durante los tres domingos precedentes a la fecha del matrimonio.
0:02:31 Esta publicación que se la clavaba en la puerta de la iglesia, impedía las uniones secretas.
0:02:38 La divulgación del futuro matrimonio permitía a los padres dar o no dar el consentimiento.
0:02:45 Además, con ese recurso, la nobleza cerraba herméticamente sus filas a todos los no privilegiados
0:02:53 que publicaban su intención de casarse con alguien de una clase superior a la suya.
0:02:58 Aquella obligación impuesta por el Parlamento tuvo su defecto.
0:03:02 No era válida en Escocia.
0:03:04 Y las consecuencias fueron muy curiosas.
0:03:08 Las parejas diamantes sobre quienes pesaba la prohibición paterna o social de casarse
0:03:15 podían hacer una fugaz escapada a un lugar llamado Greene-Green, un pueblo escoceso cercano a la frontera inglesa.
0:03:23 Y allí se organizó durante dos siglos un intenso tráfico matrimonial.
0:03:29 Greene-Green se convirtió en un lugar escandaloso.
0:03:33 Durante los primeros años de su existencia, sólo las personas adineradas podían permitirse
0:03:39 la celebración de matrimonios en aquel sitio, porque era muy oneroso.
0:03:46 Para que el hombre pudiera llevar hasta allí a su dama, era preciso disponer,
0:03:51 por empezar de numerosos relevos en el camino, ofrecer propinas a los palafreneros.
0:03:57 En fin, había un montón de peajes que pagar.
0:04:01 Contaré algo que sucedió para ejemplificar estas dificultades.
0:04:07 Lord Westmoreland, un noble venido a menos, enamoró a la hija del banquero Sherrod.
0:04:14 Y los dos se fugaron a Greene en 1782.
0:04:19 Lord y la heredera del banquero partieron en un coche de cuatro caballos
0:04:24 e hicieron uso de una cadena de relevos sabiamente organizada.
0:04:29 Es que necesitaban dejar atrás al padre de la muchacha, el banquero Sherrod,
0:04:35 que, enterado de la juga, decidió salir a buscarlo.
0:04:43 En una localidad llamada Shapp, Lord Westmoreland, tomó la precaución de ordenar
0:04:51 que ningún caballo saliera del distrito durante la jornada siguiente a su partida
0:04:56 y repartió Gita a todos los dueños de caballo del pueblo.
0:04:59 Dijo, mire, les voy a dar este dinero, pero si viene alguno pensando que venía el viejo, no?
0:05:04 El viejo Sherd. No me le adquile en caballo.
0:05:08 Pero cuando llegó Sherd, repartió más Gita todavía y pudo continuar la persecución.
0:05:14 Todo terminó cuando ya a punto de llegar a la frontera, Lord Westmoreland,
0:05:20 acertó, le encajó un balazo a uno de los animales del viejo Sherd
0:05:26 y el carruaje del banquero volcó.
0:05:29 Entonces los enamorados pudieron finalmente casarse en Greene-Bagreen.
0:05:35 La ceremonia en aquel lugar era bastante extanya.
0:05:38 Los sacerdotes más famosos fueron John Paisley y Robert Elliot.
0:05:44 Así se llamaban los sacerdotes.
0:05:47 Paisley, según cuenta Johnson, era un hombre obeso de unos 70 años,
0:05:53 que además de unos 70 años en cierto momento de su vida, ¿no?
0:05:57 Además de Clary, era vendedor de tabaco borracho y miserable.
0:06:02 Y ese es lo que ponía en su tarjeta.
0:06:05 Clary, vendedor de tabaco borracho y miserable.
0:06:09 Aquellos sacerdotes de Greene-Bagreen cobraban por sus servicios
0:06:13 y lo hacían según la indicación de los cocheros que les traía a las parejas.
0:06:19 Según la apariencia de los enamorados o lo que hubieran conversado en el coche,
0:06:24 aconsejaban a Paisley y a Elliot el precio que debían cobrar por la boda.
0:06:32 Resuelto este aspecto, la ceremonia se cumplía mediante la lectura
0:06:35 del Servicio de la Iglesia de Inglaterra en presencia de dos testigos
0:06:39 que también había que agarparlos porque la mayoría de los pobladores de Greene
0:06:43 tenían ese laburo y eran testigos de boda.
0:06:46 Laburaban de testigos de boda.
0:06:49 Paisley y Elliot disponían de una cámara anunciada,
0:06:53 una pieza para uso de los recién casados.
0:06:57 Los contrasientes que en la mayor parte de los casos temían una persecución
0:07:03 acostumbraban después de la ceremonia a ir a esa habitación muy apurados
0:07:09 para que la consumación impidiera posibles anulaciones.
0:07:14 Así que se casaban e inmediatamente se metían ahí en la piecita que les agilaban
0:07:20 para consumar el matrimonio.
0:07:23 Y hay una vez realizada este hecho pues ya no lo podían dar lugar.
0:07:29 Aquellos encuentros que así siempre estaban lejos de toda pasión
0:07:33 y eran más bien un trámite nervioso, rápido y por tal motivo
0:07:38 la mayoría de las veces dificultoso.
0:07:41 Me tele que viene tu viejo.
0:07:44 Amame antes que llegue papá, bueno, cosas así.
0:07:48 Dígalo como quiera pero igual es molesto.
0:07:51 Hay una táner que en más de una ocasión padres rabiosos
0:07:56 irrumpían por sorpresa en la cámara nuvial que alquilaban Paisley y Elliot.
0:08:03 Según el propio Elliot más de uno mató al seductor de su hija
0:08:10 en el momento de comercio carnal.
0:08:13 Se gava el padre dignado, pegaba una patada a la cámara nuvial,
0:08:17 ahí estaba el seductor.
0:08:19 Buenas, buenas, un tío.
0:08:23 Los recién casados podían regresar a sus pueblos sin temor ninguno
0:08:27 porque aunque los padres destilaran odio las uñones eran válidas
0:08:32 y debían ser respetadas.
0:08:35 Hubo esos irolón, algún indignado que sugirió disponer una guardia
0:08:42 que en el camino se dedicara a interceptar a los enamorados.
0:08:48 Un regimiento ahí de la dependencia policial destinado únicamente
0:08:54 a interceptar el enamorado.
0:08:57 No está malo.
0:08:59 Al iniciarse el siglo XIX se decía en Green Lagrange
0:09:03 que allí prosperaba la vigamia, la bastardía y los matrimonios ruinos.
0:09:10 James Graham en la Cámara de los Comunes decía que muchos hombres
0:09:15 llegaban hasta allí sólo para conseguir unirse sexualmente
0:09:19 con las mujeres que ha deseado.
0:09:21 Pero mira, se van a parar en tanto lío para casarse,
0:09:26 que hay gente que necesita casarse. Yo conocí de eso.
0:09:30 Gente que si no es casándose, no.
0:09:32 No hay caso.
0:09:33 No, ya puede seguir.
0:09:34 Se separen y se casan con otras y así o con otros.
0:09:37 Pero bueno, me sé.
0:09:39 Necesitan del entorno matrimonial, digamos, para...
0:09:43 Sí, usted tiene que conozca algunos de esos. Usted es que psicólogo.
0:09:46 He tenido algún paciente de esas características.
0:09:49 Claro, pero si no se casaba, no.
0:09:52 O al revés, ¿qué?
0:09:53 Se han negado a casarse porque hubo consumación previa.
0:09:57 ¿Cómo se han negado a casarse?
0:09:59 Sí, explíquemelo.
0:10:00 Bueno, yo no me puedo lazar.
0:10:02 Esta es la parte del programa donde Roland cuenta cosas de sus pacientes.
0:10:07 Digo, ¿cómo se llamaba el típero?
0:10:12 Bueno, estoy muy enamorado, pero no me puedo casar porque, bueno,
0:10:15 es una chica que ha tenido relaciones muy pronto conmigo
0:10:17 y que eso afecta su idea de la maternidad futura y estas cosas.
0:10:22 Sucede, ¿eh?
0:10:25 No me lo quiere creer, se lo juro.
0:10:27 No, sí lo quiero creer.
0:10:29 Si el mundo se me pareciera, yo tendría menos laburo.
0:10:34 Bien, como en muchas ocasiones las chicas ponían como obstáculo el matrimonio.
0:10:40 Y aquí está esto.
0:10:41 Antes del encuentro amoroso.
0:10:42 Era que yo te dije, oye, si no te casas conmigo,
0:10:46 no me dejo tocar de nuevo el hombro por lo que sea otra cosa.
0:10:53 O nada.
0:10:54 Los muchachos entonces aceptaban casarse.
0:10:56 Bueno, se casemos.
0:10:58 Y una vez que su concupiscencia quedaba satisfecha, abandonaban a su esposa.
0:11:03 Así que, mire, qué gente, ¿eh?
0:11:07 Gregem llegó a esa conclusión tras advertir en un registro
0:11:11 que algunos hombres se habían casado en Gregna 20 o 30 veces.
0:11:17 Ah, acá me está gustando un poco más.
0:11:22 Bueno, finalmente sucedió que las costumbres matrimoniales se relajaron en Inglaterrae en todo el mundo.
0:11:29 Y entonces el brillo de Gregna se fue apagando.
0:11:34 No por eso dejaron de existir enamorados impacientes o buscadores de dotes
0:11:39 que fueron hasta allí para eludir a padres que se oponían.
0:11:44 Pero bueno, el hecho es que recién, en 1939,
0:11:50 se abolieron por completo los matrimonios que se celebraban así en Gregna.
0:11:58 En Gregna, Gregna.
0:12:00 Qué historia, ¿no?
0:12:01 Qué historia que tiene que ver con unas dificultades que hoy en día nos resultan absolutamente extrañas.
0:12:11 Qué cosa, ¿eh?
0:12:14 ¿Qué sé que lo pensaba?
0:12:15 No, me quedé pensando en que...
0:12:19 No en que las cosas cambian, imagínense.
0:12:22 Esto no hace falta que eso lo piense para que ella esté instalada.
0:12:31 Yo creo que cambian más de lo que sospechamos.
0:12:35 ¿Y qué hay en nuestra organización algo que se resiste,
0:12:43 que se niega a admitir ciertos cambios?
0:12:48 No en este caso, ¿eh?
0:12:50 Y que nos empuja hacia la repetición.
0:12:53 Estaba pensando en algo que estaba leyendo hace poco acerca de las utopías.
0:12:59 Muy bien, una utopía.
0:13:02 Desde luego no necesariamente de ser posible, por el contrario.
0:13:07 Más que algo posible de alcanzar, tiene que ser algo que señale una conducta,
0:13:14 que señale un camino, una tendencia.
0:13:18 Eso es un sospecto positivo, un sospecto negativo.
0:13:22 No hay que encontrar mucho, pero no viene al caso.
0:13:24 Y la suerte es que muchas veces algo que parecía utópico, en 1753,
0:13:31 cuando comience esta historia, ya no lo ves.
0:13:37 Ya no lo ves.
0:13:40 Por ahí las utopías de Etián Javé,
0:13:47 de esos tipos que pensaban por ahí que la falta de elegir era una cosa utópica,
0:13:53 han sido, la historia les pasó por encima.
0:13:56 La historia les pasó por encima.
0:13:58 Pero en algún caso, en algún caso, la historia pasó por encima,
0:14:03 todavía no nos dimos cuenta de que pasó por encima.
0:14:07 Y estamos marchando detrás de cosas que quedaron atrás.
0:14:12 Y nos resistimos, que estamos enamorados de lo que se llamamos utopías.
0:14:18 Lo que hay que hacer es cambiar de utopía, lisa y llanamente.
0:14:25 Cambiar.
0:14:27 Hay disfurcaciones en la historia,
0:14:29 momentos en que lo que parecía dominado y predecible,
0:14:36 otra vez lo que hablábamos ayer acerca del azar,
0:14:40 del determinismo y del indeterminismo.
0:14:43 Es decir, lo que parecía una serie causal,
0:14:47 es interrumpido muchas veces por algunas cuestiones azarosas,
0:14:52 por algunos cataclismos, por algunas catástrofe, por algunas revoluciones.
0:14:57 Entonces hay que reacomodarse,
0:15:00 hay que hacer un proceso de readaptación al entorno.
0:15:05 Lo primero que hay que hacer es cambiar de utopía.
0:15:08 Lo primero que hay que hacer, imagínense.
0:15:12 Deseamos una sociedad donde, no sé, digo, cualquier cosa,
0:15:17 los hombres no trabajen sino 8 horas por 10.
0:15:21 Ya está esa sociedad, para que vamos a seguir con eso.
0:15:24 Desde luego las utopías suelen ser más complejas.
0:15:28 Pero algunas de las que eran utopías de los primeros tiempos de la era moderna,
0:15:38 pues se han sido dejadas atrás hace mucho.
0:15:42 Digo, porque me hizo acordar a este asunto,
0:15:47 que lo leíamos y decía,
0:15:49 pero ¿por qué se hace problema esta gente?
0:15:51 ¿Cómo se va a hacer problema?
0:15:52 Porque el padre de su novia no quiere que la tipan de conmigo.
0:15:57 ¿Cómo se va a ir uno hasta Escocia,
0:15:59 además que para tener una noche de placer con una mina?
0:16:02 Parece una demacía.
0:16:04 Bueno, es que pasa que todo eso ha sido superado, ha sido dejado atrás.
0:16:08 Y las tribulaciones de un joven que rataba a la hija de un banquero
0:16:13 para llevarse a Escocia, nos resultan absolutamente inentendibles.
0:16:18 Y en todo caso, lo leemos con el alago,
0:16:24 el placer de leer a nuestra vacancia.
0:16:29 Pero nunca podemos sentir el otro placer,
0:16:32 que es el de identificarnos con lo que está sucediendo aquí.
0:16:36 ¿Qué nos importa?
0:16:37 O sí, no sé, por ahí los padres de sus novias siempre le dan contra.
0:16:48 No, no, no ha sido mi caso.
0:16:50 Usted, digo, ya no ha sido otro orden de cosa.
0:16:53 Sí, hemos aceptado.
0:16:54 ¿Cómo se ha llevado con los padres de sus novias?
0:16:56 Bien o mal?
0:16:59 Mejor que con mis novias.
0:17:02 Y yo en general tengo con los padres de mis novias una actitud paternal.
0:17:11 Le digo siempre, mirad pibes.
0:17:13 Mirad pibes.
0:17:18 Cuando llegues a tener mi experiencia me vas a enterar.
0:17:21 Pásate de la mina como tu hija.
0:17:25 Pero usted no le dice cosas tales como su hija,
0:17:27 mira, su hija.
0:17:29 Vestida no vale gran cosa.
0:17:31 No, no, no, como le voy a decir esas cosas.
0:17:34 Vestida no decía nada.
0:17:36 Pero, bueno, ¿a quién por eso sabe cómo hablar?
0:17:42 ¿Historia de Gritna Grin?
0:17:44 ¿De gente que se quiere caser y no puede?
0:17:47 Bueno, ya que hemos hablado de...
0:17:50 de Escócia, tengo tres dedicandose Alejandro.
0:17:53 El amigo William Wallace, o sea que de Escócia Rosa.
0:17:56 Parece que es importante, es un noble pueblo el Escóciés.
0:18:01 De esta última parte, de Galanes que enamoraban a mujeres y casaban con ellas
0:18:05 y por ahí se escapaban o se iban para vivir otros romances
0:18:09 mientras la mujer quedaba a ese hermoso personaje que es Madame Butterfly, que están conmovedores en esa situación.
0:18:17 Y por último, ya que cierta cuestión patética tiene las personas que sostienen utopías ya pasadas,
0:18:23 y lo vemos en el presente muchas veces, me viene el recuerdo de aquel personaje japonés de aquella película americana, Alejandro,
0:18:31 que pensaba que la guerra no había terminado y seguía viviendo...
0:18:35 Es un personaje ya clásico, el japonés que cree que la guerra no terminó.
0:18:42 Cada tanto en una época ya se han muerto, es un japonés.
0:18:46 Pero en una época ya por los 80 empezaron a aparecer a favor del desmonte, el avance de lo urbano,
0:18:59 y es casi la característica central del progreso actual que se el avance de lo urbano.
0:19:05 Y bueno, a favor de esto, más tarde o más temprano los japoneses con Dios entre los yuls aparecían, porque el matayuso produce eso, la aparición de japonés.
0:19:19 Y entonces el japonés que cree que la guerra no había terminado fue un personaje clásico.
0:19:23 Un poco más, un poco más, un poco más.
0:19:26 Y lo único punto que aquí en este programa donde siempre se entienden un poco más las cosas,
0:19:30 en algún tiempo postulábamos que todos los japoneses, y que ningún japones había que la guerra había terminado.
0:19:37 Todos los japoneses que eran personajes de nuestras historias estaban en guerra.
0:19:44 Seguían sin saber que la guerra había terminado.
0:19:49 Y bueno, como había muchos japoneses que creían que la guerra no había terminado, sin embargo no llamaban mucho la atención, porque la guerra no había terminado.
0:20:01 Y el japonés que cree que la guerra aún no terminó empezó a llamar la atención recién después de 1945.
0:20:07 Pero bueno, tan difícil y tan patético es Alejandro metiéndonos en las líneas emocionales, aquellos que han perdido una utopía no se han dado cuenta.
0:20:23 Que están en relación con donde hace tiempo que se ha terminado.
0:20:27 Ya, bueno, el amor a veces tiene algo de utopía también.
0:20:30 Uno disfraza de utopía alguna dama, que la convierte ya más que en un deseo, en una forma de instaurar normas, en una ética, en una estética que no se empeña a profesar.
0:20:47 Eso no siempre está bien.
0:20:49 Y a veces uno dejó atrás eso.
0:20:52 Y sigue marchando detrás de un tren que ha ido para el otro lado.
0:20:57 Que esto no lo desvío.
0:20:58 No sigue un viaje.
0:20:59 Sí, sí, sí, está mal eso, está mal.
0:21:03 Es una analogía interesante.
0:21:05 Primero, como algunas dama se convierten en utopías, con lo cual ya parece el horizonte en una esfera.
0:21:14 Ser horizonte en una esfera siempre es malo.
0:21:18 No se llegan nunca.
0:21:20 Pero por ahí incluso ya han quedado atrás, desde otras vistas de otras colinas y uno no se lo cuenta.
0:21:31 Las pasó y no se lo cuenta.
0:21:34 Bueno, disculpe, me he todo esto, pero he necesitado decirse lo otro.
0:21:40 No, está muy bien.
0:21:41 Y dígame con qué vamos a hablar esta charla.
0:21:43 Con...
0:21:44 Cicalmente hablar.
0:21:45 Claro, con una canción que está inspirada en una frase que solían decirle los marineros o seductores de aquella época a las damas que querían llevarse a Grinda Grín para casarse con ellas.
0:21:58 ¿Qué le decían?
0:21:59 Le decían Cacha Viaje.
0:22:01 Y Cacha Viaje es un hermoso tango que es una propuesta de casamiento.
0:22:06 Yo los invito a escucharlos con detenimiento.
0:22:09 Es una propuesta de casamiento interesante que yo hago media.
0:22:13 Este es una propuesta de casamiento que le hago así.
0:22:18 Carta abierta, aquí no lleres.
0:22:21 Cacha Viaje, Canta Jorge Vidal.
0:22:26 Bueno, puede.
0:22:58 Como un campo y gran sañero.
0:23:02 Son los tíos frescos riquezas, nitis y pocos conesteras.
0:23:06 Ni moblajes chipendales, ni tampón con petic.
0:23:10 Ni cunllito espamentosos pa' ponerte en la cesera.
0:23:14 Que guatiche filomena.
0:23:16 Cacha Viaje, que guatí.
0:23:20 Cacha Viaje no se asolta.
0:23:23 Es que aunque soy un baroneta.
0:23:27 Te traves tu camiseta.
0:23:30 Alpita un gran corazón.
0:23:34 Y si acaso te envolviera.
0:23:38 Algún lío inesperado.
0:23:42 Empezí un gil diplomado.
0:23:46 A tu lado habrá un barón.
0:23:51 Si querés vivir conmigo.
0:23:54 No me pongas en caramara.
0:23:56 Conformate con los pocos.
0:23:58 Que mi amor te pueda dar.
0:24:00 No tendrás el tren de río.
0:24:02 Maraja de capurtalas.
0:24:04 Pero si tendrás marrocos.
0:24:07 Te lo puedo asegurar.
0:24:11 No la voy con la gomina.
0:24:13 Soy modesto y campesano.
0:24:15 No me depiro las cejas.
0:24:17 Mi chamulco al oficín.
0:24:19 No tendrás crepe de chile.
0:24:21 Y tendrás siempre el piano.
0:24:23 El sonógrafo en mi vieja.
0:24:25 Que cachaviaje quedó a ti.
0:24:29 Cachaviaje no se asolta.
0:24:33 Es que aunque soy un baroneta.
0:24:37 Te traves tu camiseta.
0:24:40 Alpita un gran corazón.
0:24:44 Y si acaso te envolviera.
0:24:48 Algún lío inesperado.
0:24:52 En vez de un gil diplomado.
0:24:57 A tu lado habrá un barón.
0:25:01 Yo no te ofrezco riqueza.
0:25:05 Mi piscito con estera.
0:25:08 Mi moblaje chipe indale.
0:25:10 Ni tan poco un petit gris.
0:25:12 Ni con un gil pespamento.
0:25:14 Sopa ponerle en la cesera.
0:25:17 Que guafiche filomena.
0:25:20 Cachaviaje quedó a ti.
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