Encontrá todos los archivos de audio en MP3 del programa de radio La Venganza Será Terrible de Alejandro Dolina

25 de Noviembre de 2010

Ana Ivanovna de Rusia

Transcripción automática

0:00:00 Bueno, hablemos de Ana Ivanovna, que gobernó Rusia a partir del año 1730,
0:00:05 tras la muerte de estar Pedro II, que ocurrió ayer en este programa.
0:00:10 Hemos contado que Pedro II muerto a los 15 años, o sea, a la cuerda de mi duele,
0:00:15 no había tenido hijos. Ana era sobrina de otro Pedro, Pedro de Grande, abuelo de Pedro II,
0:00:21 y la elección recayó en ella por la elección de la decisión del Consejo Ruso.
0:00:28 La verdad es que Ana no estaba preparada para gobernar.
0:00:32 El llamado al trono fue una sorpresa.
0:00:35 Era viuda, vivía fuera de Rusia, disfrutaba de los amores de un hombre que llamaba Ernst
0:00:39 Johann von Bieron, que era de Besfalia.
0:00:42 Cuando recibió el llamado al trono, se le indicó a Ana que debía abandonar a su amante
0:00:47 para viajar a Rusia y cumplir con su mandato.
0:00:50 Ana fingió aceptar estas indicaciones, hizo su entrada en Moscú en febrero de 1730.
0:00:57 Pero no se sometió en absoluto al Consejo de Estado que había sugerido para sí mismo
0:01:06 una serie de prerrogativas que incluso limitaban las decisiones de la futura emperatrizana.
0:01:12 Con eso le dijieron, te he dicho.
0:01:13 Claro, bueno, ella no aceptó nada.
0:01:15 Llamó a su amante, el von Bieron, para que se reuniera con ella.
0:01:20 Y en cuantito llegó el trono, barrió con todos los que intentaron limitar sus postetades imperiales.
0:01:26 Qué consejo ni consejo.
0:01:28 Ahora bien, las excentricidades que anunciábamos en el bloque anterior fueron notables.
0:01:33 Tanto a ella como a su amante les encantaba el lujo, pero eran muy sucios.
0:01:40 Conozco gente así.
0:01:42 Ana, por ejemplo, apreciaba que su amante o liera a su dor o a establo.
0:01:50 Y ella misma se empeñaba en limpiar la piel de Johann con manteca fundida,
0:01:56 ya que eso le garantizaba un gedor nauseabundo.
0:02:02 Dice la crónica que le gustaba mucho comer y beber.
0:02:05 Era muy alta, de bien treboluminoso y pecho opulento.
0:02:10 Sobre ese cuerpo se alzaba, un rostro hinchado y abotagado.
0:02:17 ¡Belliz!
0:02:19 Cuentan que le gustaban mucho los animales, pero así mismo experimentaba un placer sálico matándolos o incluso torturándolos.
0:02:28 Inmediatamente después de ser coronada viajó de Moscú a San Péterburgo y se instaló en el palacio de invierno.
0:02:34 Allí hizo disponer escopetas cargadas en todas las habitaciones.
0:02:39 Y a veces dominada por un deseo irresistible, tomaba una de esas armas y acercaba una ventana y reventaba algún pájaro de los jardines.
0:02:50 Dicen que el humo de la pólvora invadía a los aposentos y la sardina entusiasmada,
0:02:57 convocaba a sus damas de honor y las obligaba a imitarla.
0:03:02 Las obligaba a cazar pajaritos también.
0:03:05 Se conseguía el tiroteo y, a falta de pájaros, le tiraban a los cuadros de las habitaciones.
0:03:12 Eso es que leer las imágenes, muy bien.
0:03:15 Dormía la siesta casi todo el tiempo y le gustaba despertarse con un coro.
0:03:20 Entonces se llamaban los gritos a sus damas de honor y las instaba a cantar alguna canción popular,
0:03:26 pero me parece que estos ratos musicales se prolongaban tanto que las cantantes se quedaban prácticamente sin voz.
0:03:33 Sin embargo, si alguna exhausta o se quedaba callada o desafinaba, Ana se incorporaba
0:03:41 y le aplicaba a ella misma un puñetazo corrector.
0:03:46 Ana no sentía ninguna necesidad de cultivarse y era muy grosera con los eruditos de la corte.
0:03:54 En una oportunidad, nada menos que el poeta Basilitre Trediakowski fue invitado a leer ante la sardina
0:04:02 unos versos que le pertenecían.
0:04:04 Y relata la experiencia del propio Trediakowski en una carta.
0:04:09 Carta que obra en mi poder.
0:04:11 Fue la audiencia de consagración literaria de Trediakowski.
0:04:17 He tenido el honor de leer mis versos ante su majestad imperial y, tras la lectura,
0:04:23 he gozado del favor de recibir una bofetada de la propia mano de la sardina.
0:04:28 Debo lamentar que luego un escupitajo imperial mal lanzado haya dado en la pared en vez de misolapa.
0:04:36 El honor hubiera sido mayúsculo.
0:04:40 Bueno, mientras Ana se entregaba a estas excentricidades,
0:04:45 el amante Ernst Johann von Beren, junto con algunos alemanes amigos de él,
0:04:50 dirigían la política del imperio.
0:04:53 Los viejos bollardos, los viejos nobles,
0:04:56 habían sido completamente desplazados del gobierno.
0:05:00 Un día la sardina tuvo la siguiente preocupación.
0:05:03 Como no tenía hijos y no podía tenerlos, debía encontrar un heredero.
0:05:08 Si no lo hacía los opositores, podían complotarse para derrocarla e instaurar un nuevo zar.
0:05:14 La figura visible de un heredero, razonaba,
0:05:18 limitaba las intenciones de los opositores de buscarse uno.
0:05:22 Ana Ivanovna tenía una sobrina llamada Ana Leopoldovna,
0:05:27 que pertenecía lateralmente a la familia Romanov,
0:05:30 y que era... le era muy leal.
0:05:33 Ana eligió aquella sobrina tocaya para que engendrara al sucesor.
0:05:39 Esta sobrina era rubia, tenía 19 años, y le buscaron un novio.
0:05:44 Encontraron a un príncipe, Antonio Ulrico de Weber.
0:05:50 La sardina lo examinó para ver si podía embarazar a Ana Leopoldovna.
0:05:55 Dicen que lo encontró demasiado fino y blandengue.
0:05:59 La sardina lo iba a rechazar, sin embargo, le sugirieron que se arriesgara con ese tipo a falta de otro.
0:06:04 Y así la chica, Anitta Leopoldovna, debió casarse con Antonio Ulrico sin conocerlo.
0:06:10 Bueno, cuando lo vio, se horrorizó. No le gustó ni un poco, no le gustó.
0:06:15 El casamiento tuvo lugar el 14 de julio de 1739,
0:06:19 y la noche de boda fue un desastre.
0:06:22 Las damas más ilustres se acompañaron en cortejo,
0:06:25 Anitta Leopoldovna, la Cámara Lupcial.
0:06:28 Así permaneció con ella como era tradicional,
0:06:31 hasta que los esposos comenzaron a abrazarse.
0:06:34 Bueno, entonces se retiraron,
0:06:36 y en el momento en que todos se fueron, Ana Leopoldovna entró en pánico,
0:06:41 y salió rajando hacia los jardines del palacio.
0:06:44 Allí pasó, escondida y sola, su noche de casamiento.
0:06:48 Cuando la Zarina se enteró de la fuga de su sobrina,
0:06:51 la convocó y le exigió que cumpliera con su deber.
0:06:55 Reunió otra vez a los esposos,
0:06:57 y esta vez bajo custodia armada, los obligó a amarse.
0:07:02 Vamos!
0:07:04 El 27 de agosto de 1740 nació Iván Antonovich,
0:07:08 que fue declarado sucesor del Imperio.
0:07:11 Por esos días, poco después del nacimiento del heredero,
0:07:15 la Zarina, Ana Leopoldovna, la grandota, enfermó.
0:07:19 Los médicos no precisaron de qué se trataba la enfermedad.
0:07:22 Algunos decían que tenían una afección renal,
0:07:25 a la que llamaban enfermedad de la piedra.
0:07:28 Ernest Johann von Bieron aprovechó esta circunstancia
0:07:31 para pedirle a su amante ser nombrado regente del Imperio.
0:07:35 La verdad es que Ernst Johann von Bieron
0:07:38 quería apoderarse de los negocios de Rusia.
0:07:40 La Zarina le otorgó esa potestad poco antes de morir.
0:07:46 Murió la mina en 1740, me refiero a la vieja,
0:07:51 Ana Iván Orna.
0:07:53 Tuvo algo de teatral su despedida,
0:07:57 porque conociendo la proximidad de su muerte
0:08:00 dio un largo discurso a los que la rodeaban,
0:08:03 lo remató con un adiós a todos,
0:08:06 y después no volvió a hablar hasta su muerte.
0:08:08 Pero su muerte ocurrió tres días después.
0:08:11 Así que permaneció tres días sin decir palabra
0:08:14 por haberse anticipado a pronunciar las que tenía por últimas.
0:08:20 Al día siguiente de la muerte de Ana Iván Orna,
0:08:24 Ernst Johann von Bieron se convirtió en regente.
0:08:27 Y se le ocurrió que era necesario alejar a su amante,
0:08:30 aníctale o poldófna,
0:08:32 y al marido, Antonio Ulrico,
0:08:35 que era los padres del sucesor.
0:08:37 Si los enviaba lejos,
0:08:39 tendría las manos libres hasta la mayoría de edad del Sareves,
0:08:42 que tenía tres meses de edad.
0:08:44 Pero no le fue bien a este muchacho von Bieron.
0:08:47 Ana le opoldó a Ana, a la que todos creían timurata y dócil,
0:08:51 no dócil, sino dócil,
0:08:53 quiso ejercer la regencia a ella,
0:08:55 como madre que era del recién nacido.
0:08:57 Así que en noviembre de 1740,
0:08:59 un grupo de guardias irrumpió
0:09:03 en el aposento de Ernst Johann von Bieron,
0:09:06 y tras molerlo a palos,
0:09:08 lo llevaron de Juan esa fortaleza.
0:09:11 Era preciso encontrar alguna falta o infracción,
0:09:15 infracarlo definitivamente.
0:09:17 Entonces se lo acusó de haber precipitado la muerte de Ana Iván Orna
0:09:21 al incitarla a andar a caballo con mal tiempo.
0:09:24 Un crimen de lesa más que edad.
0:09:27 Le dieron pena de muerte.
0:09:31 Después le pareció mucho,
0:09:33 cambiaron por deshierro a Siberia, que es un poco peor.
0:09:37 Y de allí no volvió jamás.
0:09:40 Y fue así como Ana le opoldó a Fernández,
0:09:42 que se convirtió en regente del imperio,
0:09:44 y esperó que su hijo Iván creciera
0:09:46 para consagrar los tardes rusias.
0:09:48 Se dio esto, pero eso es otra historia.
0:09:51 ¿A quién quiere dedicar esta charla, querido Dorio?
0:09:55 La verdad, Alejandro, es que se hace cuesta arriba entre los protagonistas,
0:09:59 Pedro II, que estaba ahí, que muriéndose para dejarla asumir a Ana Iván Orna,
0:10:03 tampoco era mucho más interesante la diferencia de su abuelo,
0:10:06 sino el propio, que fue el gran Pedro I.
0:10:09 Ana Iván Orna realmente no se merecía esta cuestión
0:10:12 de haber sido designada para ostentar el trono de la madre Rusia.
0:10:15 Y en general creo que hay que excluir de esto a todos aquellos
0:10:18 que entienden el poder como la recepción de una posibilidad de prevendas
0:10:22 y limitadas, que es como la gorda y el amante lo entendieron.
0:10:25 Y no como un deber.
0:10:27 Y en el mismo, nuestro querido amigo Pedro I.
0:10:29 que alguna vez dijo primero la patria después el movimiento
0:10:32 y después los hombres.
0:10:34 Así que en ese sentido me parece que lo mejor es por esta vez
0:10:37 y también recordando las penurias del pobre Rasputin
0:10:40 y de todos los que tuvieron que ser asesinados para defender a la patria,
0:10:43 creo que son nuestros amigos bollardos los que se merecen.
0:10:46 Esto fue por lo menos siempre han propendido a la grandeza de la madre Rusia.
0:10:49 Para todos aquellos en cambio que usan el poder,
0:10:52 digamos, para el propio beneficio,
0:10:54 y que escuchan los consejos de la gente que tiene alrededor
0:10:57 que no piensa en la patria, es mejor dejarlos de lado,
0:11:00 porque todos sabemos que si no basta con la propia impericia,
0:11:03 lo peor es, además, es andar con mala junta.
0:11:06 Mala junta se llama el tango que escucharemos ahora
0:11:09 en la versión de Julio de Caro.
0:11:54 Mala junta.
0:12:24 Mala junta.
0:12:54 Mala junta.
0:14:24 Era Julio de Caro en la venganza, será terrible, mala junta.

Comentarios (0)

No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!


Tenés que Iniciar sesión para comentar.
Podés darle estilo y formato al texto utilizando Markdown