Transcripción automática
0:00:00 Hace por el año 1601 había un marino llamado Jack Oaks Hansen que navegaba por el Mar del Norte y la Bujera de Dios.
0:00:15 Otro señor lo encontró casi muerto en una desolada costa holandesa. Este segundo señor se llamaba Alexander Segel.
0:00:31 Como el hombre estaba medio muerto, lo asistió, lo socorrió y lo dejó vivito y colgando.
0:00:42 Un año más tarde, el marino Hansen, que ya se había recuperado, recibió en su casa la visita de Seton, el hombre que lo había socorrido.
0:00:55 Bueno, lo recibió muy bien, pasó con él algunas semanas y durante ese tiempo Hansen, el rescatado, le confesó a Seton el que lo había ayudado y era aficionado a la magia y a la alquina.
0:01:11 Entonces, miren, Seton se ponte el hombre que rescató y él asagua, o sea, yo, que tiene una gran afición a la magia y a la alquina.
0:01:25 Y para demostrarlo, procedió, así, que nació una gracia para un visitante, a transformar un pedazo de plomo en oro.
0:01:35 Y además, grabó, con una agujita en el pedazo de oro, el momento exacto de la transmutación, 13 de marzo de 1602, 4 de la tarde.
0:01:46 Es la mejor hora para convertir un pedazo de plomo en oro.
0:01:51 Y le dijo, y además, como usted me ayudó, me sacó del agua o la revivió, le voy a regalar un sobrecito con un poco de este polvo rojo, que sirve nada menos que para transformar cualquier cosa en oro.
0:02:10 Bueno, Seton quedó deslumbrado por aquel encuentro, se felicitó por haberse ocurrido aquí en Mago y decidió disfrirse a la magia con el propósito de hacer algún dinero en ese polvo que tenía.
0:02:26 Seton no era mago ni alquimista, no conocía ninguno de los procedimientos de la alquina, pero tenía después de todo aquel polvo rojo que le habían regalado y empezó a caminar por Alemania.
0:02:38 Adoptó una actitud misteriosa, discusa, se fingía o quizás se creía portador de enormes poderes cuando en realidad lo único que tenía era aquel sobrecito con polvo rojo.
0:02:51 Alexander Seton era petit, robusto, diariante del piramento, llevaba la barba cortada a la francesa, pero para hacerse misterioso, recibió el espíritu de negro en contelas de seda.
0:03:04 Ya nada por ahí, trató de hacer alguna transmutación, pero no les salieron.
0:03:10 En realidad los primeros prodigios del pobre Seton no fueron muy inquisitorios para sus admiradores.
0:03:16 En el transcurso se detuvo en la casa de un herfebre llamado Fidd Gessenheber y parece que ese acodo ha sido el polvo mágico que le había regalado a Hanson y se lo mostró a Gessenheber.
0:03:32 Después procedió en la servicia a convertir en pedazo de plomo en oro y al despedirse le vendió al herfebre un poco de aquel polvo.
0:03:43 Gessenheber, loco y alegría, se presentó ante el Consejo de la Ciudad de Estrafúbrego, reunió a todas las autoridades para demostrar sus poderes.
0:03:53 Parece que Seton le había adicionado a toda la noche que con ese polvo rojo podía convertir cualquier cosa en oro y el pobre Gessenheber lo creyó y así delante de las figuras más prominentes del lugar,
0:04:05 mezcló en un frisol pelazo de metal con el elixirese y lo pasó nada más.
0:04:13 Aquel fracaso del hombre fue encerrado con la torre blanca de Estrafúbrego y a los dos años fue ejecutado por Ereche.
0:04:23 Mientras tanto Seton siguió su viaje, anduvo por Frankfurt, por Colonia, por Hamburgo, por Múnich.
0:04:32 En todas partes se acaba el polvo y el rojo y se abricaba un poco de oro.
0:04:38 Él estaba esperando que algún príncipe se enterara de sus virtudes y los llamara a su corte porque ahí estaba el negocio.
0:04:46 El que primero los llamó fue el Duque Federico I de Buentembol, pero Seton no quiso ir porque parece que el Duque Federico tenía la costumbre de llamar alquimistas a su corte porque estaba medio escaso de dinero
0:05:01 y los hacía trabajar para conseguir la transmutación, para convertir los metales en los.
0:05:07 Pero al que no tenía éxito lo mataba.
0:05:10 Entonces Seton, cuando fue invitado por Federico, lo que hizo realmente fue huir al galote.
0:05:16 En 1603 se presentó la corte de esas jornas.
0:05:20 Allí borraba Christian Celullo, que era un rey de 20 años de edad.
0:05:24 Al principio de la comodidad de Seton, con halagos y promestas, para ver si le podía arrancar el secreto de la fabricación que se llevaba en su vochido bajo la forma del polvo rojo.
0:05:39 Seton desplegó allí sus puestos prolícios, pero además aprovechó para vender unos talismales contra el embarazo.
0:05:47 Dijo que se había abilitar el futuro a través de la coloración de los corinos.
0:05:52 Ofreció con mucho éxito un brevaje que despertaba a las personas aún las más recaptadas.
0:05:59 Una encendida lujuría.
0:06:02 El caso es que Christian Celullo con el rey no quedó muy conforme con los detalles de Seton,
0:06:07 que por otra parte no quería confesarle el secreto de su polvo rojo si este alluno secreto había.
0:06:13 Entonces, Christian Celullo se mojó y lo metió en calma.
0:06:18 Escuadra, en la náusea bunda, prisión de una torre, cada tanto lo torturaba en una parrilla, que usaba también pasero asado,
0:06:28 y lo hacía custodiar por 40 hombres.
0:06:32 Pero en un momento hizo su aparición.
0:06:36 Miguel son dibujos.
0:06:38 Era un noble polacum que se había ganado la confianza del rey Christian Celullo
0:06:44 y había obtenido permiso para visitar aquel prisionero.
0:06:48 En realidad, él se había enterado que ese prisionero tenía un polvo mágico
0:06:54 y empezó a visitarlo para ver si le podía arrancar aquel secreto.
0:07:00 Esta conversación fue más o menos seca.
0:07:04 Se indivío que el polaco le dijo, ¿qué me das si yo te libero?
0:07:08 Y Seton le dijo, tanto que tendrás para el resto de tu vida.
0:07:13 Entonces se indivío que juega a Cacovia, vendió todo lo que tenía
0:07:18 y empezó a visitarlo a Seton todos los días.
0:07:21 Con la plata que había obtenido de sus ventas le daba vino, le daba mancares a la guardia que pusiera a Seton,
0:07:27 y una noche le dio tanto de ver a los soldados y quedaron todos borrachos.
0:07:34 Sendigofius robó la llave, liberó a Seton y rajaron los dos a Cacovia.
0:07:40 Y así Seton le dio a Sendigofius la supuesta fórmula para la fabricación de los polvos mágicos
0:07:48 y además le entregó lo poco que quedaba de aquel polvillo.
0:07:53 Los días en la cárcel habían dañado de tal forma el cuerpo de Seton que murió pronto, en Cacovia en 1604.
0:08:03 Sendigofius se quedó con un poco de aquel polvillo y también con un papel donde estaba la supuesta fórmula.
0:08:11 Mucho no entendía hacerse lo que las instruccionó y aquel papel de esto.
0:08:16 Pero de todos modos se fue a la corte como alquimista.
0:08:20 Para parecer un hombre notable inventó un escrito titulado Nueva Luz Quimica, pero en verdad no tuvo suerte.
0:08:29 Cuando iba a Inglaterra a Cacovia fue hecho prisionero por un conde,
0:08:33 y el conde le dijo que sólo lo podrían libertar si le revelaba el secreto que transportaba.
0:08:40 Sendigofius consiguió hacerse de una lisma mientras estaba en la cárcel,
0:08:44 cortó los barros en la ventana de su calabocho, rasgó sus ropas y su anacuerda se colgó y su apragas.
0:08:53 Y allí fue a ver nada menos que al protector de los alquimistas, el emperador Rodolfo.
0:08:58 Rodolfo lo atendió bien.
0:09:02 Allí ganó algún dinero y tuvo la idea de ir a ver nada menos que a Federico de Burtendor.
0:09:10 Y usted me dirá ¿Cómo va a ir a ver a Federico de Burtendor si hemos dicho que este hombre mataba a los alquimistas que no le comprase?
0:09:18 Pero él no lo sabía y se fue, lo más tranquilo.
0:09:23 Y como era yo acá, tengo la posibilidad de convertir el plomo en la obra nueva, no me la sé.
0:09:30 Sendigofius se encontró en la situación con prometida porque tenía poquísimo polvo,
0:09:35 pero no se atrevía a decir que no quedaba poco porque quería no ver qué le pasara.
0:09:42 De esta situación con prometida lo sacó un alemán, Johann Müller,
0:09:47 que había adquirido algunos conocimientos químicos como ayudantes peluqueros, ya se sabe que los ayudantes de peluqueros siempre hay algo de címica, saben.
0:09:56 En caso de que este Müller había hecho circular nuestro cartel, el rumor de que era inmune a las balas.
0:10:02 Que que es el que es Müller, le encarnaba por ahí y decía yo soy inmune a las balas y este hombre apareció en la corte de Federico de Burtendor
0:10:11 y hacía un número que consistía en hacerse disparar con balas del plomo y no le pasaba nada.
0:10:19 Claro, había una trampa, era un plomo amagamado que no lograba herirlo, pero para demostrar su poder ante el duque Federico,
0:10:25 si hacía tirar esos tiros y en recompensa andaba bien con el duque, el duque todavía no era descubierto en la trampa.
0:10:33 Cuando Müller se enteró de la presencia de Jean Dibuffius sintió que su posición frente a Federico estaba amenazada,
0:10:41 ahora viene una alquilista que convierte el plomo en oro y a mí que soy la atracción de esta corte porque me hago reventar a tiro todas las tardes y no me pasa nada,
0:10:50 me van a olvidar, yo como es, se pone celoso.
0:10:55 Pero además como es la vida del hombre que se hace tirar tiros.
0:10:59 Hoy te aplauden, te aplauden, te aplauden y mañana viene un tipo que convierte el plomo en oro y dice que es grande,
0:11:06 cualquiera lo hace, te ignoran, te ignoran, esa es la palabra, te ignoran.
0:11:10 Bueno, entonces, lo fue a ver, el hombre lo fue a ver a Jean Dibuffius y le dijo, miren, usted está en una situación peligrosa,
0:11:20 Bursenburg se ha enterado que es peso, un escapador y es mejor que el daje.
0:11:28 Y lo hizo y por un camino que se encargó de Jean Dibuffius, que algo en la trampa y uso,
0:11:37 y en el camino fue preso por hombres de Müller, del mismo tipo que le hacía tirar tiros.
0:11:42 Ya panaron el pueblo mágico, lo poco que le quedaba y Müller con él siempre lo fue a ver a Federico de Gustemar
0:11:48 y le dijo, miren, yo no solamente me hago tirar tiros en el peso, sino que además convierto el polvo en oro.
0:11:54 ¿Qué creyó?
0:11:56 Creyó que el polvo de Jean Dibuffius era bueno y ahora van a ver, con ese polvo va a haber Federico de Gustemar
0:12:03 que yo no solamente me hago tirar tiros en la cabeza, sino que hago esto.
0:12:07 Y fue, miren, yo convierto a que algo.
0:12:09 Lo menos no, bueno, Federico, el Duque y saber conviertame a este cachotlomo no le salió.
0:12:20 El plomo se quedó en Puerto Eresa, eso fue de pasable.
0:12:25 Sí, entonces el Duque de Burtemburg como la sabíamos, lo mandó al patíbulo.
0:12:30 Pero durante la ejecución, miren lo que es el camino de esto, había un espectador, ¿quién era ese espectador?
0:12:37 El polaco Saint Dibuffius, aquel a quien Mullen le había afanado el polvo
0:12:45 y había vuelto a ver cómo le iba que lo había robado.
0:12:48 Y así terminaron los polvos mágicos aquellos que el marino le dio a Seton, que Seton le dio a Saint Dibuffius
0:12:55 y que Mullen le robó a Saint Dibuffius para ganar el favor del Duque de Burtemburg.
0:13:01 Ahora bien, pasaron los años y Saint Dibuffius se presentó en 1619 en Viena dispuesto a llevar a cabo
0:13:11 una transmutación con presencia del emperador Fernando II.
0:13:16 Para rego Sijo de Todos, el polaco Saint Dibuffius consiguió convertir en oro puro una moneda de placa.
0:13:25 Posteriormente se supo que había trampa. En realidad la moneda era de oro.
0:13:33 Él le había ganado en placa y cuando la calentó desapareció la platea pareció enterado.
0:13:39 También terminó Mullen Dibuffius. Cuando se descubrió en engaño, le cortaron la cabeza.
0:13:45 Y murieron todos.
0:13:50 Toda aquella época vivió en lo que siga por la búsqueda de la piedra filosofal, de la piedra que convertía especialmente el plomo o el mercurio en oro.
0:14:01 Desde luego nadie la consiguió, pero tan crédula era aquella sociedad que hasta llegaban a distrimen para conseguir específicos
0:14:10 que bien convertían los metales en oro, o bien devolvían al oficiante, la juventud, el rigor o lo alejaban de la muerte.
0:14:21 Lo más lindo, lo más extravagante, lo más cinematográfico, que todavía me parece, es la falsa transformación que Saint Dibuffius hizo de una moneda.
0:14:33 Y una moneda que era de oro.
0:14:37 Y yo que era de platea fue la convirtiéndola.
0:14:41 Siempre me pareció que había algo noble en esto.
0:14:47 Siempre quería que había algo alegó, hijo.
0:14:52 Tanto así que la historia fue a parar este último transgreso de la historia, fue a parar al libro del fantasma.
0:14:59 Yo pensé al oír esta historia de la moneda de oro que se fingía de plata para después revelar su verdadera condicionadora.
0:15:13 Pensé en alguna clase de personas que siendo mundados se fingen un poco más malas.
0:15:21 Pensé en mujeres que sonan de verdad hermosas, buenas y geniales, pero de mejor por discreción o quizá por diversidad.
0:15:29 Y eso que eran buenas se fingieron un poco peores.
0:15:33 Y en algún momento, para completar, para ser más perfecta la sección, se sueltan el pelo, se sacan el batón, se sacan los altios, se apagan la televisión,
0:15:45 no nos entregan un poco de su alma de su cuerpo y se revelan como lo que somos.
0:15:51 Y está muy bien eso.
0:15:53 Y me gusta la leoría de la moneda que parece de plata pero que en realidad no era de plata.
0:15:59 Es un engadio, la moneda era de oro.
0:16:02 No era mentira, de fin dice mejor de lo que uno es, no otra mentira más noble.
0:16:08 La noble mentira de fin dice de uno peor de lo que es, pero con la secreta intención de producir posterior reconocimiento.
0:16:16 Una anagnor, si se llama esto en el teatro, y así lo que parecía de plata no sólo no era de plata, era de oro.
0:16:24 Una escapa que dignifica. Eso es extraordinario.
0:16:35 Te digo entonces, ya que Rolón no está y el término de él ya,
0:16:41 aquí esas personas para quienes nuestros alagos son, si que nosotros mismos lo aceptamos, una injurga.
0:16:49 Cuando alguien que es oro le decimos, es un muchacho de plata.
0:16:54 Estamos, como dice el libro, incurriéndole una alago insuficiente y una alago insuficiente, es una injurga.
0:17:02 El libro hablaba de un señor que le decía alante, y este señor escribió bastante de él.
0:17:08 Y uno que le decía a Colón, este muchacho tiene un gran futuro como navegante.
0:17:13 Son alagos insuficientes.
0:17:17 ¿Con qué transición le pareció usted que vamos a ilustrar?
0:17:25 ¿Qué es una charla acerca de la historia de unos polvos mágicos, de la más suerte que trajeron?
0:17:32 El historia de Sandoval Gius y su digno engadio.
0:17:40 Tenemos nada menos que, había pensado primero en falsa moneda, la bella canción española, pero no hemos perdido el disco.
0:17:51 Escucharemos Moneda Falza.
0:17:54 Moneda Falza es una brevísima canción que hemos preparado para un programa de televisión, y que canta Ruth, Atagilme y Carina de Orléguez con una brevísima aparición de la final.
0:18:13 Adelante, muchachos.
0:18:24 Moneda Falza me dijo, para ver si no entendía, cuando supejó en este, tal vez era la chica de tu hija.
0:18:50 No soy nadie, no soy nadie.
0:19:02 Cómo no he hecho nada, para ver.
0:19:09 Cómo no he hecho nada, para ver.
0:19:14 Y la bolsa me dijo, que el río era así.
0:19:24 La voz del río, que es algo de cheo, un espelo y tu ilusión.
0:19:39 Nada es lo que parece ser.
0:19:46 Y si quiere la verdad, adivinción.
0:19:55 Hemos escuchado a Ruth Atagilme, Carina de Orléguez, Alejandro Ololina, acompañados por Federico Mungragi, interpretando Moneda Falza.
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