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12 de Agosto de 2013

Anteojos

Transcripción automática

0:00:00 Bien, hablaremos esta noche de anteojos. Concepto, objeto, situación y historia.
0:00:10 Empecemos diciendo que el esfuerzo que se exigía de los ojos en tiempos medievales era enorme.
0:00:20 Las habitaciones donde se leía estaban uscuras en verano para protegerlas del calor.
0:00:28 En invierno también lo estaban porque se cerraban las ventanas para evitar las heladas.
0:00:35 Bueno, los escribas medievales se quejaban continuamente de las condiciones en las que tenían que trabajar.
0:00:42 Con frecuencia anotaban sus quejas en los márgenes de los mismos libros que copiaban.
0:00:48 Estoy pesando en el nombre de la rosa, ¿no?, la novela de Humberto Eco.
0:00:53 Con anterioridad en Babilonia, en Grecia, en Roma, los lectores con mala vista
0:01:00 no tenían más remedio que hacerse leer los libros por un conocido o por un esclavo ilustrado.
0:01:06 Unos pocos descubrieron que mirar a través de un disco de piedra transparente
0:01:12 ayudaba a ver mejor o, por ello, a apuntarle a un sitio y no andar desviando la mirada, Axelio.
0:01:21 Al escribir sobre las propiedades de las Esmeraldas, Plinio el viejo,
0:01:27 señalaba que el emperador Nerón, que era miope, solía contemplar los combates de gladiadores a través de una Esmeralda.
0:01:36 No sabemos si era para ampliar los detalles más espeluznantes de los combates o quizá para darles un tono verdoso.
0:01:45 La anécdota siguió contándose durante toda la Edad Media
0:01:50 e incluso eruditos como Roger Bacon hicieron comentarios sobre las propiedades especiales de las Esmeraldas
0:01:58 respecto al aumento de la visión, sin tener mucha idea de qué era lo que sucedía realmente.
0:02:05 Muy pocos lectores disponían de piedras preciosas desde luego, ¿no?
0:02:10 Quiere decir que la mayoría estaba condenada a realizar penosos esfuerzos.
0:02:16 En algún momento del siglo XIII el destino de todos esos lectores cambió porque alguien inventó los anteojos
0:02:26 y mejor todavía los anteojos.
0:02:30 No se sabe bien quién fue el autor del invento, pero aquí hay algunos datos interesantes.
0:02:36 El 23 de febrero de 1306, desde el púlpito de la Iglesia Santa María Novela de Florencia,
0:02:44 Jordano Naribaldo predicó un sermón en el que recordaba a sus peligreses
0:02:51 que en la invención de los anteojos cumplía 20 años.
0:02:55 Quiere decir que se había inventado en 1286.
0:03:01 Después se conserva el texto, dijo,
0:03:05 y dijo al hombre que descubrió y fabricó un par de lentes.
0:03:09 No dice quién fue, porque el texto no lo dice, por ahí todos lo sabían.
0:03:14 Hay algunos candidatos.
0:03:17 Había un monje llamado Spina que hacía gafas y enseñaba a hacerlas.
0:03:23 O tal vez bien pudo haber sido algún miembro del gremio de cristalero de Venezia,
0:03:28 de Murano, más precisamente que su nislita, así muy cercana a Venezuela.
0:03:34 Otros dicen que el inventor pudo haber sido un tal salvino de Yamanti,
0:03:39 a quien una placa funeraria todavía visible en la Iglesia Santa María de Florencia
0:03:44 lo llama Inventor de los Lentes y se agrega que Dios perdone sus pecados.
0:03:50 Pero bueno, impasión. No, no tiene nada que ver.
0:03:53 Otro de los candidatos es el propio Bacon, a quien Kipling, en un relato de sus últimos años,
0:03:59 convirtió en testigo del uso de un antiguo microscopio árabe
0:04:03 llevado a Inglaterra por un ilustrador.
0:04:06 En 1268 Bacon había escrito,
0:04:09 si alguien analiza letras o objetos pequeños por medio de un cristal
0:04:15 que tenga un segmento de espera con un lado convexo hacia el ojo,
0:04:20 verán las letras mucho mejor grandes.
0:04:24 Describió los antiojos, locos.
0:04:27 Fue él.
0:04:28 Hasta bien entrado el siglo XV, los antiojos para leer eran querido Barton un lujo.
0:04:34 Valían mucha guita.
0:04:36 En realidad, pocos lo necesitaban porque no había tanta gente que les diera
0:04:40 y los que tenían libros eran unos pocos privilegiados.
0:04:43 Bueno, después vino la imprenta
0:04:45 y con la relativa popularización de los libros aumentó la demanda de lentes.
0:04:52 Sucede algo curioso partir del siglo XIV.
0:04:56 Algunos pintores, para resaltar la personalidad estudiosa
0:05:01 y prudente de un personaje en un cuadro,
0:05:04 le pintaban lente, le pintaban.
0:05:07 Pero a veces ese tipo estudioso era de la antigüedad clásica.
0:05:13 Igual le pintaban lente.
0:05:15 Algunos llegaron a pintarle anteojos a los que rodeaban el lecho de la Virgen María
0:05:20 e incluso a los apóstoles.
0:05:24 Siempre hubo en la pintura algunos detalles que ayudaban al público
0:05:29 a percibir el carácter estudioso de los personajes.
0:05:34 En Oriente, en Roma, en Grecia, siempre era un libro.
0:05:38 Cuando había un tipo que tenía un libro o una tabliza,
0:05:41 era ese tipo era el que sabía.
0:05:44 Y todos menos los dioses.
0:05:49 Los dioses nunca llevaban libros.
0:05:51 Ninguna divinidad aparece representada con un libro.
0:05:55 Salvo me parece a mí en el caso de Egipto,
0:05:58 porque me lo imagino a Toth,
0:06:00 aquel dios macanudo con cabeza de Ibis,
0:06:03 que aparece siempre de costado.
0:06:05 Todos aparecen de costado.
0:06:08 Y leyendo un papiro,
0:06:11 y Toth es el autor nada menos,
0:06:14 que del libro de los muertos,
0:06:16 el libro que fue enterrado en el milo,
0:06:18 el libro del cual proviene el Tarot.
0:06:21 Pero los dioses griegos no tenían libros,
0:06:23 porque se supone que no nos necesitaban.
0:06:25 El cristianismo heredó ese criterio.
0:06:28 Los santos, los apóstoles, por ahí llevan algún libro,
0:06:32 pero Cristo no.
0:06:35 Hablando de figuras antiguas,
0:06:37 como Cicerón o Aristóteles,
0:06:39 que aparecían siempre con anteojo, ¿no?
0:06:42 Los dibujaban con anteojo porque eran tipos de letras.
0:06:45 Pero parecen que Aristóteles los necesitaba realmente,
0:06:48 porque tenía muy mala vista.
0:06:51 Omero también tenía una vista tan mala que era nula.
0:06:56 Y sin embargo, fue pintado con lentes alguna vez.
0:06:59 Tenemos una lista de escritores y artistas
0:07:03 que tenían serio problemas con sus ojos.
0:07:06 Lutero, Samuel Johnson, Alexander Popp, Quevedo,
0:07:13 Dante Gabriel Rossetti, Don Miguel de Unamuno,
0:07:17 dice el poema, bueno, Borges, de Dios,
0:07:21 cuyo poema de los dones, ahí en el asedor,
0:07:24 dice, nadie rebaje al ágrima o reproche
0:07:28 esta declaración de la maestría de Dios,
0:07:32 que con magnífica ironía me dio a la vez
0:07:36 los libros y la noche.
0:07:39 Borges era el director de la biblioteca nacional,
0:07:41 saben ustedes, y era ciego, no estaba rodeado de libros
0:07:44 y se supone que no podía leerlo.
0:07:47 Contaré para terminar un episodio inverso
0:07:50 de alguien que estaba condenado a ver demasiado.
0:07:54 Lamia era una doncella oriunda de Libia,
0:07:59 hija de Bello.
0:08:01 Zeus la había amado,
0:08:03 se había unido a ella, por decirlo así, ¿no?
0:08:06 Pero cada vez que Lamia daba a Luz un hijo,
0:08:09 era la mujer de Zeus, siempre celosa,
0:08:13 se la se reglaba para ser morir al bebé.
0:08:17 Al fin Lamia fue a ocultarse en una cueva solitaria
0:08:20 y se desesperó tanto que se convirtió en un monstruo
0:08:24 envidioso de las madres dichosas,
0:08:26 cuyos hijos devoraba,
0:08:28 primero lo robaba y después se lo morfaba.
0:08:31 La diosa era, para extremar la persecución,
0:08:36 privó a Lamia de cerrar los ojos para que no pudiera dormir.
0:08:41 Entonces Lamia no podía dejar de ver todo el tiempo veía,
0:08:45 pero Zeus, compadecido, le concedió una gracia,
0:08:49 quitarse los ojos y volver a ponérselos a voluntad.
0:08:53 Ese era el don que le concedió Zeus a su antigua amante.
0:08:58 Bueno, me imagino a sujetos poco escrupulosos,
0:09:02 como los que conocemos nuestros compañeros,
0:09:05 sacándose los ojos en los festines, poniéndose los en los bolsillos,
0:09:10 parece que en algunos momentos, para darse oscuridad,
0:09:15 Lamia dormía teniendo los ojos a su lado,
0:09:18 supongo que en un vaso,
0:09:21 es un agregado mío,
0:09:23 en esos momentos era inofensiva,
0:09:26 pero ya con los ojos puestos andaba día y noche sin dormir,
0:09:31 espiando a los niños para devorarlos luego.
0:09:35 Otra cosa que apareció después, y que no figura en este relato,
0:09:39 es la lente de contacto, el anteojo invisible.
0:09:44 Bueno, lejos de constituirse en un lujo, un signo de erudición,
0:09:49 los anteojos vinieron a ser una especie de estorbo estético en estos tiempos.
0:09:54 Entonces las personas resolvieron disimular la necesidad de usarlos,
0:09:58 como si la miopia fuera un menoscabo de la dignidad personal,
0:10:01 entonces se fabricaron las lentes de contacto.
0:10:04 Yo particularmente uso lentes de contacto y anteojos visibles,
0:10:11 los dos al mismo tiempo, para ver más,
0:10:14 o para ver al mismo tiempo cosas diferentes,
0:10:18 para leer textos polisémicos, etcétera.
0:10:21 Hemos ido a la discoteca buscando tangos con anteojos,
0:10:27 y no hay.
0:10:29 Los anteojos no han tenido mucha suerte,
0:10:31 y han sido dignificados por el uso en los poemas,
0:10:34 al menos no en los tangos.
0:10:36 Lástima, ¿no?
0:10:38 Porque anteojo se rima convenientemente con labios rojos.
0:10:44 Entonces te podría escribir el fulgor de tus anteojos
0:10:48 y tus dulces labios rojos.
0:10:52 No hay tantas descripciones horrorosas de los tangos.
0:10:56 Los tangos son maravillosos
0:10:58 hasta que empiezan a describir a la persona amada,
0:11:03 porque entonces son boleros.
0:11:10 Bueno, el discoticario no tenía discos de anteojos
0:11:13 ni de dificultades visuales,
0:11:16 salvo uno que se refiere a cierta niebla,
0:11:19 puede ser un fenómeno climático,
0:11:21 pero también una dificultad visual.
0:11:23 Previsia.
0:11:25 En cualquier caso me encajó el tango niebla fatal,
0:11:28 del cual soy autor.
0:11:30 Los cantaré Ruth a tagirle,
0:11:32 y es este que ustedes van a oír ahora.
0:11:49 En quién eras sin saber cómo buscarte
0:11:53 en las tinieblas no es posible establecer
0:11:59 si uno es el otro, si el otro es quien
0:12:04 te amaba tanto hasta que te vi
0:12:08 un brillo tu estrella y te perdí
0:12:14 entre las sombras yo también voy incomparable
0:12:19 un mensaje indecifrable para vos.
0:12:24 Oscuridad, ambigüedad,
0:12:29 niebla fatal de mi equivocación
0:12:34 besos que tal vez no eran para vos.
0:12:40 ¿Dónde estará?
0:12:43 ¿Cuándo vendrá?
0:12:45 ¿De quién será la mano que al final
0:12:49 venga a calmar con su amistad
0:12:52 la soledad de mi bejez?
0:12:57 Cuando los años oscurezcan tu recuerdo
0:13:12 volverás para buscar lo que jamás te ha conmovido
0:13:19 y habrá un fantasma que te hará reconocer
0:13:25 un mundo falso que nunca fue
0:13:30 vamos mi amor, somiemos así
0:13:35 todo es engañón y uno es feliz
0:13:40 entre las sombras
0:13:43 escuché que alguien lloraba
0:13:46 yo creí que me buscabas y era yo.
0:13:51 Oscuridad, ambigüedad,
0:13:56 niebla fatal de mi equivocación
0:14:01 besos que tal vez no eran para vos.
0:14:07 ¿Dónde estará?
0:14:10 ¿Cuándo vendrá?
0:14:12 ¿De quién será la mano que al final
0:14:19 la soledad de mi bejez?

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