Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de, ya que estamos, de antiguas asociaciones de ladrones.
0:00:13 Diodoro de Sicilia ha referido que cuando un exilcio quería entregarse al robo, no tenía que hacer más que presentarse frente a un jefe de partida y alistarse en una banda.
0:00:27 Desde ese momento trabajaba por cuenta de ese jefe a quien debía llevarle todo el producto de sus afanos a cambio de ciertos beneficios que a modo de prima se le aseguraban.
0:00:38 Eso es lo que se usamos una organización perfecta del choreo.
0:00:43 Se habían dictado incluso terribles castigos contra los afiliados poco escrupulosos, que por ahí retenían alguna parte de el botín.
0:00:53 Curios resto de ver aquí esos ladrones, preconizando la necesidad de una propiedad inviolable, justamente desde el momento en que estaba que hayan sus manos, ¿no?
0:01:06 Un detalle curioso.
0:01:08 La persona que era víctima de un robo se dirigía a los jefes de las partidas conocidas, describía la clase de objeto robado y el lugar y la circunstancia del robo,
0:01:16 y mediante la bono de la cuarta parte de su valor recograba lo subtraído.
0:01:21 No es un detalle muy curioso para que haya dado mucho necránbueno a la aire.
0:01:27 Y no hace falta ir a buscar el antiguo jisto.
0:01:32 La ley de Manu en la India demuestra que en aquel lugar había muchas cuadrillas de exalteadores.
0:01:42 En un apartado la ley reclama que el rey se dedique con la mayor solicitud a castigar todo atentado contra los bienes de los particulares.
0:01:51 Y aparecen consejos prácticos.
0:01:53 Por ejemplo, que el rey para descubrir a los ladrones y arrojarlo de su guarida, se sirva de hoy de cepillas.
0:02:01 Estos cepillas deben asociarse con los ladrones y estarán al corriente de sus maniobas y proyectos para poder relatar los convenientes en él.
0:02:11 En la India había familias famosas de ladrones.
0:02:15 Los Barhak, los Sotoria, los Molungi, esos son de la engana, los Ramossi, de Bombay, los Karaj Bandung, de leján.
0:02:27 Cada miembro de estas familias se dedicaba al robo hasta el fin de su vida.
0:02:33 Y cuando llegaba viejo debía incluso aconsejar y dirigir a los más jóvenes en esos asuntos.
0:02:41 Este hecho tenía que ver con ciertas artientes de la geología hindú, según la cual cada criatura se encontraba infaliblemente, inaguitablemente destinada desde su origen al bien o al mal.
0:02:54 Incluso muchos ladrones de estas familias, al defenderse frente a la ley, arguían que no hacían otra cosa que sirvi sus destinos, que ya estaban previstos en las regiones del cielo.
0:03:05 Algo que los jueces, que los condenaban a las más terribles penas, decían que ellos también hacían otra cosa que seguir sus destinos.
0:03:15 Si su destino, mi viejo amigo, es robar y nada, ninguna culpa de así ser en esto, mi destino es condenar su robo y no me arrepiento de ello y no puedo hacer.
0:03:27 Las codillas más ingeniosas de ladrones hindúes eran los que entraban en las llamadas cenanas con cita, no sé cómo lo escribirán en sáctrico, pero era la parte reservada a las mujeres en las viviendas opulentas, ahí donde los macanudos tenían todas las menas.
0:03:45 Estos grupos procuraban afalar las cosas en esas habitaciones que en general estaban en los sitios más inaccesibles de los palacios.
0:03:56 Parece que hacían túneles, eran excluyantes, habrían una galería subterránea a bastante distancia de la casa, caminaban bajo tierra, hasta llegar debajo del piso y recién entonces con toda clase de precauciones, entraban por la noche en aquellas dependencias.
0:04:14 Y allí se afanaban fajas, cinturones de venaprés, broches de piedras preciosas, turbantes con penasos de rugíes.
0:04:24 Para llegar a ser jefe ilustre de estas cuadrillas que robaban en las cenanas era posible, era preciso, perdón, tener la suficiente audacia como para hacer robos muy sutiles.
0:04:38 Imagino, por ejemplo, los que podían sacar sortijas y aros y colares que las mujeres llevaban puestos mientras dormían.
0:04:49 Estos ladrones con mano magistral robaban y las chicas ni se les faltaban.
0:04:57 Otros desvarejaban caravanas, en ese caso los ladrones hindúes tenían una estrategia muy original.
0:05:07 Se tendían en el suelo o se colocaban en actitudes forzadas, y de suerte que sus miembros nervudos y retorcidos tenían que ser flacos, ¿no?
0:05:17 Vitos de lejos parecían árboles, hoy hablábamos de los árboles en la televisión.
0:05:21 También se ponían unas cuantas hojas encima y de lejos la ilusión era completa.
0:05:27 La policía los veía y decía, bueno, son árboles que pueden robar.
0:05:35 En posturas árboreas permanecían inmóviles, incluso cuando veían venir a la policía.
0:05:44 La policía les pasaba por al lado y incluso a veces se rascaban la espalda contra los supuestos árboles para poner un ejemplo liviano.
0:05:59 Pasemos a Roma.
0:06:02 La cuna de Roma, el palatino, fue en principio una guarida de ladrones a quienes Romulo les dio asilo y protección.
0:06:09 Estaban así los sicarios que alquilaban sus servicios criminales para apunealar con sus sicas a los enemigos de los hombres políticos.
0:06:20 Entonces eran asesinos a suelo.
0:06:22 También estaban los grasatores, unos mangoleros romanos, que vagaban por los caminos públicos y desvalizaban a los viajeros que cometían la incruencia de cruzar los bosques sin suficiente escota.
0:06:35 Estaban también organizados que más de una vez entraron de improviso en Roma en días de fiestas públicas y se apoderaban del dinero y de las alacas de los espectadores.
0:06:46 Ahí entraron poner el 25 de mayo a Roma.
0:06:49 Y mientras la gente estaba mirando el de filo o algo, los juegos de sortija, los ladrones se afanaban todo.
0:06:59 En los primeros tiempos del imperio romano, la gente atribuía a ciertos bandidos delicadesas sorprendentes.
0:07:08 Bueno, ahí se afan de atribuir a los bandidos delicadesas.
0:07:11 Sigan, están nuestras ideas.
0:07:15 Mucha gente le gusta, siente halagadas su ingenuidad creyendo que los bandaderos son personas más nobles que, por ejemplo, los vendedores de auto-susa.
0:07:28 Y la creencia que es muy difícil no sostener recoger todos.
0:07:34 Los autores antiguos dicen que habiendo caído un gramático llamado Palemón en una emboscada, bastó que el sabio diera conocer sus conocimientos para que los bandidos lo pusieran inmediatamente en libertad.
0:07:47 Los bandolinos actuales no parecen tener en gran estima el estudio de la gramática.
0:07:53 Haga ser la siguiente experiencia.
0:07:55 Estudie si gramática hasta obtener el doctorado en esa disciplina.
0:08:01 Luego camine si por barrios frecuentados por los ladrones.
0:08:11 En caso de asalto podrá comprobarse cómo los ladrones se obtienen de toda piedad con el gramático y le roban como si se tratara de un ciudadano como.
0:08:22 Se medirá que es una experiencia cuyo previsible el resultado no america las aromas condiciones de preparar el experimento.
0:08:37 Pasemos entonces a la China Imperial.
0:08:40 Allí existían cuadrillas que robaban e incendiaban todo cuanto a su paso encontrado.
0:08:46 Quiero decir algunas cosas se robaban y otras las incendiaban.
0:08:50 Sería bastante absurdo que incendiar incluso aquello que habían robado.
0:08:56 Incluso hasta uno piensa en ese caso como harían para reputar que una cosa había sido robada si todo lo incendiaban.
0:09:09 Una vez que se prendió juego todo como sabes que es lo que habían robado y lo que no.
0:09:13 El caso es que existían en la China asociaciones de extraños nombres.
0:09:19 Los giletes que cortan el aire, langostas de vuelo rápido, los hermanos de cable cortante y la banda más conocida de Cancheo.
0:09:30 Asociación de ladrones en detalle.
0:09:33 Si aún lujo hay como saben todos los que hablan en China.
0:09:36 Estos ladrones en detalle se contentaban con registrar los huecillos y bolsas de los viajeros sin atentar contra su vida.
0:09:44 Esta última asociación tenía en todas partes de la ciudad corresponsables encargados de sus relaciones con el público.
0:09:51 Si el afanado no era demasiado rencoroso podía recobrar el objeto sustraído mediante el pago de una cantidad que nunca excedía del tercio del valor del mismo tal como hemos dicho que sucedía en Egipto y en el Gran Buenos Aires.
0:10:03 Otra cuadrilla de ladrones que gozaba de inmensa popularidad en China, era la sociedad de los burros comerciantes en sal.
0:10:12 Era muy curioso su forma de operar.
0:10:16 Eran trabajadores falsos, es decir, eran ladrones que se hacían pasar por trabajadores y se inscribían en los repósitos de sal.
0:10:25 Por ahí un día se habían rajando y cargaban la sal en burros y se las tomaban y vendían la sal por ahí roga la salva.
0:10:38 En la edad media la palabra band, banda o cuadrilla, designó en un principio una pequeña tropa de marcenarios y ladrones reunidos para marchar bajo el van o bandera del jefe que los ha listado.
0:10:53 Y ahí viene la palabra banda, tal vez.
0:10:56 Bran tome los de criu así.
0:11:00 Vestidos con más de cuido de limpieza llevaban puestas las camisas dos o tres meses sin cambiársela.
0:11:07 Llevaban todos marcadas la flor de lice en espalda.
0:11:10 Claro, era la flor que le marcaba a la policía cuando robaban.
0:11:14 Van descorejados también, claro, les contaban las orejas a veces.
0:11:18 A los criminales se los marcaba con una flor de lice con un hierro candente o se les cortaban las orejas.
0:11:26 Venía a hacer un registro judicial, nadie piensa que había crueldad en aquello.
0:11:30 Era un registro judicial como pueden ser las impresiones digitales o la libre te enrolamiento.
0:11:37 Cuando Felipe Augusto, rey de Francia, emprendió a la expedición, este que hablaba de los encanescimientos, este volvió canoso de las cruzadas.
0:11:49 Parece que se había asustado.
0:11:52 Cuando emprendió la expedición a Tierra Santa, las handas de ladrones realizaron una gran devastación.
0:11:59 Que se va tan extremo que el rey para terrorizarlos inventó un castigo muy doloroso y humillante.
0:12:07 A todo hombre con Víctor de Robo se le untaba la cabeza con pez hirviendo, una especie cola.
0:12:13 Se lo cubría con plumas y en tal estado se lo abandonaba en medio de la nada y en el campo para que muriera miserablemente.
0:12:20 No sé de qué manera iba a conseguir que muriera.
0:12:24 Francisco I, ya 500 años después.
0:12:27 Cansado de que sus enviados fueran atracados en el bosque, sinceramente, discuso 1534 la pena de muerte previo suplicio de la rueda a quien agrupar a ladrones co-asesivos.
0:12:41 Un último detalle.
0:12:43 En tiempo de la revolución francesa aparecieron asociaciones de bandidos conocidos con el nombre de Chauhan, en Calentadores.
0:12:52 Que realizaron sus ataques abridas del Sena.
0:12:56 Se los llamaba Calentadores porque para obligar a sus víctimas a entregarles sus tesoros les quemaban los pies.
0:13:03 Ahora, lo que no está claro es cómo obligaban a sus víctimas a poner los pies para que se los quemaran.
0:13:09 Si quemaron los pies, implico una reducción absoluta de la persona a ser tratada mediante ese tormento.
0:13:17 ¿Cómo te queman los pies?
0:13:21 Primero te reducen, ponenle que te atan.
0:13:24 Ya te ataron para que te van a quemar los pies, ya te que te afane directamente.
0:13:28 Es de maldad.
0:13:29 No es de maldad, es una dilación, es malchorro.
0:13:37 En realidad lo que les gustaba es que los pies no se lo jadean.
0:13:41 Antes de acometer una de sus empresas se pintaban incluso a la cara con ojín y harina para que nadie los reconociera.
0:13:52 ¿Cuál les gustó más de todos estos choros?
0:13:55 A mí me gustan los de la China porque son poetas también.
0:13:59 Los nombres de las bandas, los finetes que cortan el aire,
0:14:03 langostas de vuelos rápido, armadas de saule constante y asociación de ladrones en detalle son nombres buenísimos.
0:14:10 ¿Adiós a los ladrones en detalle? El Polomero no te mataba.
0:14:12 No te mataba, claro, los ladrones esíxios también.
0:14:24 Permiste que uno siguiera con su vida.
0:14:27 Qué sentido tiene matar.
0:14:36 No veo otro.
0:14:37 Pero no, me hacen gracias a los de la China, los de la India.
0:14:40 El famoso argumento del determinismo.
0:14:44 ¿Qué puedo hacer yo?
0:14:46 Claro, sino que para hacer yo.
0:14:48 Sí, y no así para hacer yo, pero bueno, que puedo hacer yo que he nacido para justiciar eso.
0:14:54 Pero determinismo en ciertas circunstancias no es buen consejero.
0:14:59 Por ejemplo, determinismo en algunos príncipes.
0:15:02 Incluso lo declaran públicamente, ¿no?
0:15:04 Que crean su determinismo.
0:15:07 Siendo que nadie muere en las vísperas, ¿cierto?
0:15:10 Pero en un príncipe fatal, imagínense, un intendente, a un gobernante fatalista,
0:15:18 que cree que todo va a suceder por mucho que uno hiciera.
0:15:25 Entonces, ¿a qué poner barreras en los cruces de parrocarrí si nadie muere en las vísperas?
0:15:30 ¿Para qué los demás por eso?
0:15:32 ¿Para qué los límites de la velocidad?
0:15:35 ¿Para qué la policía?
0:15:37 Es decir, todos aquellos recursos que el Estado tiene para guiar al destino en un sentido,
0:15:42 por ejemplo, una baranda para que la gente no se caiga al río,
0:15:45 si uno es determinista y piensa que todo está escrito, cariño, en absoluto sentido.
0:15:51 ¿Para qué revisamos los aviones?
0:15:56 ¿Para qué gastamos plata en mantenimiento?
0:15:58 Si usted tiene que caer, se va a caer igual, dice el príncipe determinista.
0:16:07 Bien, Dios guarde a los pueblos de los principales.
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