Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de antiguas asociaciones de ladrones.
0:00:05 Banda de ladrones, hablando mal y pronto.
0:00:09 Sito a Volter, dice Volter.
0:00:12 De todas las codicias del bien ajeno, ninguna se revela de una manera más manifiesta,
0:00:18 que la que demuestran asociaciones de individuos que se proponen juntar su inteligencia y habilidad
0:00:24 con el objeto de robar al prójimo.
0:00:27 Dice Morosa y Legancia.
0:00:31 El vandolerismo, digo ya, yo no, Volter.
0:00:34 Que era el robo a mano armada que cometían hombres reunidos y sometidos a la voluntad de un jefe,
0:00:41 dice esto, organizarse para fanar.
0:00:44 Y en la historia, ya desde la antigüedad clásica, estas organizaciones eran bastante complejas.
0:00:52 Teodoro de Sicilia ha referido que en Egipto, si alguien quería dedicarse a la profesión del ladrón,
0:01:01 no tenía más que presentarse ante el jefe de una partida y alistarse.
0:01:07 Como quien se enrola o como quien se postula en una empresa.
0:01:16 Entonces, desde ese momento el vandolero trabajaba por cuenta de su jefe.
0:01:21 Y al jefe debía llevarle el producto de su trabajo.
0:01:25 A cambio, este jefe le daba unos ciertos beneficios, incluso una prima, un anticipo.
0:01:32 Desde luego, las normas eran muy rigurosas porque había terribles castigos contra los afiliados,
0:01:40 poco escrupulosos, los ladrones poco escrupulosos que retenían parte del botín.
0:01:46 Se quedaban, en vez de entregarlo al jefe de la banda de ladrones, se lo quedaban ellos.
0:01:50 Pero qué curioso que aquellos ladrones abogaran por el carácter absoluto e inviolable de la propiedad,
0:01:57 solamente una vez que la propiedad caía en sus manos.
0:02:03 Como lo que hablábamos recién de los moralistas que primero hacen la moral, primero actúan y después construyan la moral.
0:02:09 Y después construyan la moral.
0:02:11 Bueno, en aquellos tiempos en Egipto, mira qué conveniente.
0:02:14 La persona que era víctima de un robo se dirigía a los jefes de las partidas,
0:02:19 describía la clase de objeto robado y un objeto redondo, el lugar y la situación del robo,
0:02:27 y mediante el abono de la cuarta parte de su valor podía recuperarlo.
0:02:32 La ley de Manu en la India demuestra que existían en aquella región muchísimas cuadrillas de asaltantes.
0:02:40 En un apartado de la ley se reclama a los reyes que dediquen la mayor solicitud
0:02:47 a castigar todo atentado contra los bienes personales.
0:02:51 Hay incluso consejos prácticos en las leyes de Manu.
0:02:54 Se aconseja a los autoridades mandar espías que se fingan ladrones,
0:03:00 que se alisten en las bandas de ladrones y se hagan sus socios para luego desenmascararlos.
0:03:07 Borges en un... ha señalado en el prólogo de Evaristo Cariego
0:03:15 que en el cine americano aparece mucho esta estructura,
0:03:20 un periodista se hace amigo de los ladrones y luego los denuncia.
0:03:24 Y dice Borges, este ensayo es del año 30 y tanto, dice 40,
0:03:30 dice Borges, esto repugna al argentino que tiene la amistad como un valor sublime
0:03:37 y en cambio detesta a la policía.
0:03:41 Yo no sé si podría escribirlo de nuevo.
0:03:46 Un delator dice Borges, la delación es el peor de los delitos, dice Borges en este ensayo.
0:03:55 Ha cambiado esa historia.
0:03:59 Me ha cambiado muchísimo. Hay psicofantas por todo.
0:04:05 Pero en la India se acostumbraba a seguir la tradición familiar.
0:04:11 Si vos eras hijo de un ladrón, estaba bien que fuera ladrón.
0:04:16 Hubo bandas de familias famosas de ladrones en la India, los Badak, los Sotoya,
0:04:22 como Lungi de Bengala, los Ramosi de Bombay, los Karak Bandu,
0:04:27 cada miembro de la familia se debía al robo hasta el fin de su vida.
0:04:30 Y cuando llegaba a viejo, debía aconsejar y dirigir a los jóvenes en estos asuntos.
0:04:37 Esto tenía que ver incluso con la religión, ya que para el hinduismo,
0:04:42 cada criatura se encontraba destinada desde su propio origen, al bien o al mal.
0:04:47 Muchos ladrones de estas familias, al defenderse en juicio,
0:04:52 arguvían que no hacían otras cosas que seguir su destino,
0:04:56 destino que estaba previsto por los dioses del cielo.
0:05:01 Yo calculo que los jueces también, dirían.
0:05:04 Bueno, usted lo ha hecho porque estaba escrito y yo lo condeno a morir, también,
0:05:10 porque está escrito en mi destino de jueces.
0:05:13 Como quiera que sea, había muchas cuadrillas de ladrones en la isla.
0:05:19 Algunas robaban los arenes.
0:05:22 Entraban a robar joyas haciendo túneles y se metían en las habitaciones de las mujeres.
0:05:29 Robaban cinturones, fajas, brochas de piedras preciosas, turbantes con rubíes, etc.
0:05:35 Los jefes de estas expediciones al harem eran los más actos para robar sortijas
0:05:42 a niñas que dormían.
0:05:44 Entraban por la noche y llegabas a jefe si eras el mejor robando anillos o collares
0:05:50 sin que la mina se despertara.
0:05:52 Tenías que adiestrarte en sacarle anillos a las minas sin producir el despertar.
0:05:58 Había también algunas cuadrillas de ladrones que tenían por costumbre fingirse árboles.
0:06:07 Se tienden en el suelo o se colocan en actitud de forzada,
0:06:11 de manera que sus miembros, nervudos y retorcidos a Dios Uyo, ofrecen,
0:06:15 visto desde lejos, el aspecto de árboles.
0:06:18 Por ahí se ponían unas cuantas hojas encima para hacer una ilusión completa.
0:06:24 Y en estas posturas permanecieron inmóviles, los guardias no los registraban,
0:06:30 esperaban que apareciera algún viajero,
0:06:32 entonces se movían y denotaban su verdadera condición de asaltarte.
0:06:37 Paseabas entre los árboles y el golpe de los árboles,
0:06:40 te rodeaban y te dirían dame toda la guita, holte líquido.
0:06:43 Era una sorpresa muy desagradable.
0:06:46 Los más famosos criminales y ladrones de la India fueron los Tugs, evidentemente.
0:06:57 Y eran peligrosos porque eran asesinos rituales al servicio de una diosa,
0:07:02 la diosa Kali, que según la leyenda incluso los saludaba en sus choreos.
0:07:07 Los Tugs eran estranguladores, no derramaban sangre en sus crímenes,
0:07:15 tenían prohibido derramar sangre.
0:07:17 Entonces estaban en los caminos siempre con un pañuelo,
0:07:23 hablaban una lengua que hoy se cree perdida, que es el ramací.
0:07:27 Y desde luego pensaban no que era un delicto estrangular y robar,
0:07:35 sino que era un gesto piadoso, ya que ofrendaban su actividad a la diosa Kali.
0:07:46 Aparecían incluso contratándose para defenderse de ellos mismos.
0:07:57 Los ibas a la India y venían unos tipos, y se dice,
0:08:02 no quiere que lo acompañemos, así lo protegemos de los Tugs.
0:08:07 Eran los Tugs.
0:08:11 Según algunas leyendas en las que no creo, los Tugs cantaban.
0:08:16 ¿Quieres saber cómo cantaban los Tugs?
0:08:18 Cómo cantaban.
0:08:19 Cantaban así.
0:08:41 Los Tugs.
0:08:59 En Roma había un barrio, el Palatino, donde había muchos ladrones.
0:09:04 El Palatino, el Palatino, el Palatino, el Palatino,
0:09:10 quedó como guarida de ladrones porque Rómulo prometió a los chorros a sirvi y protección.
0:09:18 Los bandoleros romanos llamados Kratzatori vagaban por los caminos públicos
0:09:24 y desvalijaban a los viajeros.
0:09:26 En los primeros tiempos del imperio la gente contaba anécdotas o atribuía a los bandidos
0:09:31 cierta delicadeza.
0:09:33 Esto se extendió, ya que la literatura de Occidente está llena de historia.
0:09:39 Los autores antiguos cuentan que una vez el gramático Polemón cayó en una emboscada de los ladrones
0:09:46 y no bien anunció que era gramático, los bandidos lo pusieron inmediatamente en libertad.
0:09:51 Cosa que no sucede hoy.
0:09:53 Primero porque son muy escasos los gramáticos
0:09:56 y segundo porque los ladrones no están tan interesados en ello.
0:10:00 En la China Imperial existían cuadrillas que robaban e invirtieron a los ladrones.
0:10:06 Existían cuadrillas que robaban e incendiaban todo cuanto encontraban a su paso.
0:10:12 Existían varias asociaciones de extraños nombres.
0:10:15 Ya que lindo.
0:10:17 Los jinetes que cortan el aire,
0:10:19 langostas de vuelo rápido,
0:10:21 los hermanos del sable cortante y la más conocida, la de Han Xiu,
0:10:26 la asociación de ladrones en detase.
0:10:30 En estos últimos se contentaban con registrar los bolsillos de los viajeros sin atentar contra su vida.
0:10:37 Esta asociación tenía en todos los barrios de la ciudad
0:10:42 corresponsales encargados de su relación con el público.
0:10:45 Si el robado no era rencoroso podía recobrar el objeto mediante el pago de una cantidad tal como en Egipto,
0:10:51 que nunca exigía el tercio del valor del objeto.
0:10:59 Quiero llamar la atención sobre un bandido inglés llamado Dick Thorpen.
0:11:11 Todos los bandoleos de aquella época, estamos hablando de principios del siglo XVIII,
0:11:19 eran gente galante, más que ladrones comunes,
0:11:22 parecían ser nobles caballeros que estaban pasando por un momento de angustia económica.
0:11:29 A lo largo de los años, con una obra de misterio, de encanto y de glamour,
0:11:35 andaban por los caminos de Inglaterra estos bandoleos y el más famoso fue Dick Thorpen.
0:11:42 Habían sido en 1705 en Essex.
0:11:45 A los 16 años lo mandaron a Londres como aprendiz a un saladero de carne.
0:11:50 Qué otra cosa vas a salar, ¿no?
0:11:52 Pero la ciudad lo perturbó, se enamoró de una muchacha de la nobleza,
0:11:59 llamada Christine Leis, y para conquistarla,
0:12:02 le compró un coser de brillantes con dinero que afanó en el saladero, naturalmente.
0:12:07 La muchacha quedó muy agradecida, pero Thorpen debió huir de Londres.
0:12:11 En 1729 se dedicaba a vender cadáveres a médicos y universidades.
0:12:18 Pero parece que no le fue bien con el negocio, y entonces se volvió ladrón de casas.
0:12:23 Fue contrabandista, cazador furtivo y después salteador de caminos.
0:12:29 En 1736 formó una de las sociedades más famosas de todas las épocas.
0:12:35 Los caballeros del camino se llamaban, como el Servio Marcisa.
0:12:39 En cuanto se acercaba a un jinete o una carroza,
0:12:43 Thorpen se acercaba y decía,
0:12:46 «Hacer el bien de prodigar este caballero todo lo que os acompaña,
0:12:51 abandonadlo todo hasta donde el pudor os detenga».
0:12:56 Tiene decir que uno podía quedarse en el calzón sello encabecido.
0:13:02 Thorpen no robaba a las mujeres que andaban sin compañía.
0:13:07 En ese caso se convertía en el más galante de los hombres
0:13:10 y las acompañaba con su tropa de bandoleros hasta la entrada de algún pueblo.
0:13:15 Se ha dicho que muchísimas mujeres salían por los caminos nada más que para buscarlo.
0:13:20 Paséseas saltar por Thorpen.
0:13:23 La vida de este hombre como salteador galante duró poco, debo decirle.
0:13:27 Un día atracó a un comerciante de caballos de carrera
0:13:30 y le afanó uno que marcaba una 36 yamilla.
0:13:34 Thorpen fue luego visto montando ese caballo por la ciudad.
0:13:38 Se siguieron, llego a Yorkshire, donde se cambió el nombre por el John Farmer,
0:13:43 y allí se instaló junto a la aristocracia local.
0:13:48 Empezó incluso a coquetear con las damas del lugar.
0:13:51 Pero cierta noche hubo un banquete cerca de York
0:13:55 y Thorpen empezó a la salida del bailongo, porque sí, se había tomado unas cañas.
0:14:00 Se envaloró y empezó a tirar tiros al aire.
0:14:03 Pum, pum, pum, y pasó al galopo delante de la comisería.
0:14:07 Eso es acoso.
0:14:09 Quizá esto lo agreguéis dos, no?
0:14:13 Y lo metieron en cana.
0:14:15 Estando en el calabozo, no sabían que era un bandido,
0:14:18 lo metieron por compadrear a la salida del bailongo, nada más, lo iban a alargar.
0:14:22 Pero el tipo en el calabozo empezó a preocuparse,
0:14:26 y se descubre que soy Dick Thorpen.
0:14:30 Y le escribió a un pariente para que pagara la fianza.
0:14:35 Quereó un pariente, le puso.
0:14:38 Desafortunadamente, el empleado del correo, James Mitt,
0:14:45 era maestro de escuela y había sido maestro del Thorpen,
0:14:49 y reconoció la letra de su exalumno.
0:14:52 Ese tenía malo suerte.
0:14:56 Y acabó el hecho de ir a la policía.
0:15:00 Y lo orcaron, lo mandaron a la orca.
0:15:04 Parece que mientras esperaba su ejecución en la prisión de York,
0:15:08 era visitado por centenares de jovencitas que lo saludaron.
0:15:12 Igual lo ejecutaron la mañana de 7 de abril de 1739 a los 34 años.
0:15:21 ¿A quién dedicaré esto?
0:15:25 Este informe sobre bandas de ladrones.
0:15:28 ¿Cuál le gustó más?
0:15:30 Esta última me gustó.
0:15:32 ¿A quién no hay que dedicarles al empleado del correo?
0:15:35 No, que a ese...
0:15:37 También me gustó Thorpen.
0:15:40 Y los chinos, los ladrones en detalle,
0:15:43 revisaban los bolsillos, nada más.
0:15:47 También me gustaron los que tomaban poses de árboles.
0:15:51 Los de la India.
0:15:53 Y los peores eran los Tux.
0:15:55 ¿Qué fueron los que les gustaron al discotecario?
0:16:00 Porque el discotecario creía en la reencarnación,
0:16:04 y entonces todo lo que Shin-Dubu le gustó.
0:16:07 Y le gustó aquello que no he contado, probablemente.
0:16:13 Que es que cuando uno cometió un delito en la India,
0:16:16 este delito era tomado en cuenta para la reencarnación.
0:16:20 Había incluso detalladas listas que decía,
0:16:25 robar un vestido rojo reencarnar grisos.
0:16:28 Ah, tanto.
0:16:30 Las malas secciones eran castigadas con una reencarnación descendente.
0:16:35 En cambio, las buenas te conducían a reencarrar hacia arriba, por ejemplo.
0:16:40 Reencarnarse en un vecino que la hubiera libertado.
0:16:48 Y esto le gustó mucho al discotecario que cree firmemente en la reencarnación.
0:16:54 Me explicó durante una hora y media que él en otra época
0:16:56 había sido el Papa Alejandro Borges.
0:16:59 Y qué pasó.
0:17:00 Me casó que todos los que creen en la reencarnación han sido el Papa Alejandro Borges.
0:17:05 ¿Y tuvo buenas secciones y terminó el discotecario?
0:17:08 ¿Por qué está mal de eso que muchos hayan sido el Papa Alejandro Borges?
0:17:13 Es muy probable que el alma del Papa Alejandro se haya arborizado.
0:17:21 Y que muchos hayamos sido el Papa Alejandro Borges.
0:17:28 Finalmente, me dio un disco que era en el ameo.
0:17:30 Lo lamento por todos ustedes.
0:17:32 Escucharemos un tango que hemos compuesto para un pequeño espectáculo teatral
0:17:37 y que se llama reencarnación.
0:17:39 Se llama reencarnación y lo cantamos,
0:17:41 acompañamos por el trío de Rodrigo Mijraji,
0:17:44 María Marta Pizzi y este que era yo en aquel día y ahora soy otro.
0:17:50 Escuchemos entonces ahora este tango reencarnación.
0:17:54 Compuesto, no me hages a los reencarnados ladrones de la India.
0:18:08 Tengo de una de otras vidas
0:18:13 o tal vez no he sido solo el que vino, el que solio,
0:18:18 el que amaba, el que cohesiego, el que vintió.
0:18:24 La veridora del dolor
0:18:29 cada puerta es una puerta
0:18:34 pero no sueño perdido, se convierte en el olvido y no vuelve mal.
0:18:45 No hay constancia en el amor y el sentimiento.
0:18:53 Es una estrella fugaz, el pensamiento.
0:19:01 Ni siquiera es pertina, el sufrimiento
0:19:08 y se vuelan nuestras penas con el viento.
0:19:15 Es inútil renacer
0:19:19 si uno no sabe quién ha sido ayer.
0:19:25 Mi alma te viene siguiendo
0:19:31 saltando de vida en vida
0:19:36 o tal vez nunca era vos la que vino, la que usó,
0:19:42 la que amó, la que se fue, la que vintió.
0:19:47 Al final, ¿quién será quién?
0:19:52 Después de tanto buscarte
0:19:57 cuando se vea alcanzarte
0:20:01 no seremos en verdad ninguno de los dos.
0:20:08 Me pregunto dónde irás,
0:20:12 ¿quién es la partida?
0:20:16 Si me reconocerás
0:20:19 en otra vida
0:20:23 tal vez no recordarás
0:20:28 tu sufrimiento
0:20:31 y se irá a nuestro pesadillo el viento.
0:20:37 Es inútil renacer
0:20:42 si uno no sabe quién ha sido ayer.
0:20:49 Si uno no sabe quién ha sido ayer.
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