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2 de Julio de 2007

Apariciones fantasmagóricas fraudulentas

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos de dos fraudes que tienen que ver con apariciones fantasmagólicas.
0:00:09 Podría ser apariciones fraudulentas, el título.
0:00:13 La primera historia se la afanamos al amigo Volter.
0:00:18 Esto sucedió en Francia en el siglo XVI en la región de Orléans.
0:00:24 La ilustre casa del señor de Saint-Mesmène
0:00:28 había proporcionado grandes beneficios al convento de los franciscanos en aquella región de Orléans.
0:00:36 Durante siglos, los jefes de la familia Saint-Mesmène habían sido muy generosos con los clérigos,
0:00:45 le daban guita, los ayudaban a hacer construcción, etcétera,
0:00:49 y parecían haberse ganado el cielo.
0:00:52 Los franciscanos daban misas en honor de aquella familia,
0:00:59 cuidaban con esmero el trato y la relación con favorecedores tan notables y tan generosos.
0:01:06 Una de las ventajas de la familia Saint-Mesmène era tener derecho a sepultura en la iglesia.
0:01:16 Tanta guita que le daban a los franciscanos cuando se moría alguno de los Saint-Mesmène
0:01:21 lo enterraban en la iglesia, no que no tenían que ir hasta el cementerio, enterraban ahí mismo.
0:01:26 Allá por el año 1534 se murió la mujer del que era por eso tiempo el señor de la casa presitada,
0:01:36 Saint-Mesmène, que era de más pregóster de Orléans,
0:01:39 es decir, el encargado de que se cumplían las ordenanzas de la comunidad.
0:01:43 Me sé de Saint-Mesmène, creyendo que sus antepasados ya habían dado bastante a aquellos frailes,
0:01:51 solo hizo un pequeño regalito de habrá dado 50 pesos.
0:01:57 Y les dijo que se encargaran de rezar por su esposa y proporcionarle correspondiente en tierra.
0:02:06 Aclaro, la familia de Saint-Mesmène daba mucha guita a los franciscanos,
0:02:11 se muere la mujer del jefe de la familia y el tipo cansado tal vez le dio un regalo muy chico.
0:02:19 Los franciscanos a cargo de los funerales de la finada señora de Saint-Mesmène
0:02:25 eran Jean-Bréu Raspidier y Maxime Menache, se llamaba.
0:02:31 Y se disgustaron mucho con la avaricia del viudo, dijeron, mira este.
0:02:38 Primero pensaron en desenterrar a la difunta y exigirle una paga mayor por aquellos servicios religiosos,
0:02:48 pero se arrepintieron, les pareció que aquello era demasiado.
0:02:52 Y pensaron un plan que a ellos les parecía un poco más sutil.
0:02:57 Un buen día, los frailes Raspidier y Menache aparecieron con cara de terror
0:03:06 y aseguraron que la finada esposa de Saint-Mesmène sí les había parecido.
0:03:15 Y declararon que les había dicho lo siguiente,
0:03:18 aquí estoy condenada como Judas porque mi marido no dio al convento lo que debía dar.
0:03:29 Y el jerarca de los frailes se dio cuenta de que estos chicos querían sacar una buena cantidad de dinero
0:03:37 al señor de Saint-Mesmène para que su esposa descansara en paz.
0:03:42 Pero se llevó aparte y le dijo, mira, no es conveniente que la aparición diga que su alma está condenada como la de Judas
0:03:51 porque si eso es así no la puede salvar ni todo el oro del mundo y nada le podremos sacar a Menache de Saint-Mesmène.
0:04:00 Entonces lo que tenemos que hacer es no mandarla a la infiarna, no, en el purgatorio la tenemos que poner.
0:04:07 Entonces, apercibido por aquel superior más erudito, los franciscanos, el Raspilier y el Menache cambiaron de estrategia
0:04:15 y decidieron ubicar a la muerte en el purgatorio.
0:04:19 Entonces prepararon otra vez su cara de espanto y fueron a esta vez a la casa misma del señor de Saint-Mesmène
0:04:27 y le dijeron que su esposa había aparecido y que había dicho lo siguiente,
0:04:31 estoy en el purgatorio y no gané el cielo porque mi marido no se puso como debía.
0:04:40 Muy preocupado el señor de Saint-Mesmène, preguntó qué debía hacerse
0:04:46 y los franciscanos le dijeron sin rodeos que era conveniente exhumar el cuerpo
0:04:52 y reproducir un nuevo entierro contra el pago de una suma importante.
0:04:59 Bueno, aquella petición tan clara levantó las sospechas del marido que pidió tiempo para pensarlo.
0:05:08 Se hizo el octario y dijo, a ver, de men, tiempo para pensar.
0:05:11 Menache y Raspilier, impacientes por lograr algún dinero, se encontraron con otros integrantes de la congredación de los frailes
0:05:21 y les pidieron ayudas, prometieron repartir todo lo que obtuvieran
0:05:25 y se armó entonces un plan masivo para engañar al señor de Saint-Mesmène.
0:05:30 Invitaron al viudo a la iglesia y así otro franciscano llamado Pierre de Arras
0:05:37 invocó el alma de la difunta y dijo,
0:05:42 si eres el alma de la señora de Saint-Mesmène, da cuatro golpes.
0:05:49 Y se oyeron cuatro golpes.
0:05:54 Si les enterramos tu cuerpo y si no dejamos de rezar por ti, será mas leve tus pasos por el purgatorio,
0:06:03 preguntó Agnato, no?
0:06:05 Da cinco golpes si respondes afirmativamente.
0:06:11 No dio cinco.
0:06:26 Aquel interrogatorio que hizo Pierre de Arras lo firmaron veintirós franciscanos, entre ellos el superior de Orleans.
0:06:34 En algún sitio cerca de Messier de Saint-Mesmène,
0:06:38 Raspilié se había encargado de dar los golpes precisos.
0:06:43 El tipo estaba escondido y cuando le preguntaba, daba los golpes.
0:06:48 Pero aquella congregación de franciscano Fraudulento tuvo mala suerte.
0:06:53 Se había encontrado con un eséptico.
0:06:55 Messier de Saint-Mesmène, que se había dado cuenta de todo,
0:06:59 salió de la iglesia, prometió nuevos pagos para acelerar el paso al cielo de su esposa,
0:07:06 pero en verdad llegó a su casa y le escribió al rey Francisco I acerca de todos aquellos sucesos.
0:07:13 Francisco I nombró jueces para que jugaran la causa.
0:07:17 Aterrorizados, todos los franciscanos los acusaron a Menace y a Raspilié
0:07:23 y dijeron que ellos no tenían nada que ver.
0:07:26 El Procurador General pidió que los franciscanos fueran quemados a la hoguera Tutti-Cuanti,
0:07:32 peor que los pelados, pero el rey retiró esa sentencia que le pareció excesiva
0:07:38 y los condenó a pagar una gran cantidad y a que salieran desterrados del Reino de Francia.
0:07:45 Y esta sentencia quedó frichada en los anales el 18 de febrero de 1534.
0:07:53 Me encantó esa historia que cuenta el amigo Voltaire
0:07:56 que ciertamente no le tenía muchas simpatías a los franciscanos y en verdad a nadie, ¿no?
0:08:03 Primero fraude.
0:08:06 Segundo, ¿quién es su porca?
0:08:15 Durante muchos años la gente creía que la estatua del monje
0:08:20 que existe en un rincón de la Plaza Flores tenía virtudes oraculares.
0:08:27 La noticia de este prodigio era difundida por la bella hechicera, bruja, evidente, doña Hilda M. Bessormani.
0:08:40 ¿Esto es real?
0:08:41 Absolutamente real.
0:08:44 El procedimiento para obtener un dictamen de aquella estatua milagrosa era complicado.
0:08:50 En primer lugar, había que presentarse en el domicilio de la señora Bessormani
0:08:56 y esta hermosa bruja tomaba nota de los antecedentes del consultante,
0:09:00 lo anotaba en una lista de presidencia, le cobraba 50 pesos
0:09:06 y le recomendaba una dieta rigurosa que duraba dos semanas.
0:09:10 La noche anterior a la de la consulta comenzaba un ayuno estricto
0:09:16 y a la hora señalada, animado tal vez por un licor de mandarina
0:09:21 que preparaba la propia señora Bessormani, el postulante era conducido entre la estatua.
0:09:27 Esto ocurría casi siempre a la madrugada y según la hechicera el monje era más locoas cuando se obvía.
0:09:35 Algunas veces le vendaban los ojos al peregrino.
0:09:39 La pregunta debía ser formulada en voz muy alta, casi a los gritos.
0:09:43 Y uno momento después el orágulo se pronunciaba con una voz extraña
0:09:48 y con palabras que no siempre era posible entender.
0:09:52 Por suerte, la señora Bessormani se hallaba siempre presente para interpretar los barfos oscuros de la respuesta.
0:10:02 El ruso Salman, que sospechaba de la hechicera, le preparó una trampa.
0:10:11 Después de algunos seguimientos y falsas consultas descubrió que la voz del monje era en realidad el Chuecordonias,
0:10:22 un mozo, un mozo de la confitería Turbillón, al que habían dejado cesante por tartamudo.
0:10:31 Salman se presentó ante la divina y cuando llegó la noche de su consulta ante la estatua,
0:10:44 dispuso que unos amigos suyos interceptaran a Ordoñes, lo pararon y lo encerraron
0:10:53 y lo reemplazaron ellos mismos escondiéndose detrás del monumento.
0:10:58 Y allí estaba Manuel Mandé, Jorge Allen e Yves Castañino, que fueron los encargados de aquella comisión.
0:11:05 A las tres de la mañana Salman vendado sus ojos y, sintiendo en sus ombro las manos de la señora Bessormani,
0:11:14 gritó su pregunta, quiero saber, oh diosa, si podré encontrar el amor en la tarde de mi vida.
0:11:24 ¿Hay alguna mujer que me ame? ¿Hay alguna mujer que arda de pasión y lujuria por mí?
0:11:32 Inmediatamente se oyó la voz de Jorge Allen, que hablaba apretándose la nariz y dijo,
0:11:42 la mujer que te ama está cerca, está cerca que sus manos tocan ahora tus hombros, date vuelta,
0:11:57 tomala entre tus brazos y hazle el amor aquí mismo que la mina está desesperada.
0:12:08 Salman se quitó la venta y se dispuso a asustar a la bruja con unos visajes lujuriosos,
0:12:16 pero la señora Bessormani ya había huido al galoppe.
0:12:23 Una semana más tarde Salman se cruzó con ella atrás del hospital Álvarez,
0:12:28 la saludó amablemente pero con una sonrisa socarrona.
0:12:32 Ella lo miró a los ojos y le dijo, la diosa habla por boca de cualquiera,
0:12:39 tanto sea un estatua como un ser humano, el que cree que se burla de la diosa acaba por convertirse en su instrumento.
0:12:49 Salman reaccionó inmediatamente y dijo, es que la respuesta del otro día fue verdadera.
0:12:57 Sí, dijo ella, y lo arrastró contra el paredón.
0:13:04 Esa misma noche se hicieron amantes.
0:13:08 Bernardo Salman empezó a creer en los oláculos y siguió haciéndolo hasta la Paz coasiguiente
0:13:16 cuando la señora Bessormani lo dejó con el pretexto de que el marido sospechaba.
0:13:34 Bien, a quién quiere dedicar estos dos fraudes?
0:13:37 Me pregunto usted que a lo mejor realiza esos pequeños procedimientos para mejorar la salud de sus pacientes,
0:13:46 para así hablar al retrato de Sigmund Freud.
0:13:49 No, no, no, no, no, nunca.
0:13:53 Pero bueno, yo se lo voy a dedicar al rey de la primera historia que no quiso aplicar la pena de muerte,
0:14:00 aplicó una pena un poco más.
0:14:02 Francisco primero lo acuerda.
0:14:04 Ojalá muchos pensarán con coro y trapar en este sentido.
0:14:07 Dejé que me dedicarle al turco a aquel automata que también era un fraude que jugaba la gedrez.
0:14:12 Claro, y había uno adentro.
0:14:14 Y había uno adentro también.
0:14:16 Y a la señora Bessormani, mitad porque nos gustan las mujeres que van en busca de lo que desean.
0:14:21 Yo se lo dedicaré a todos aquellos que van a las brujas, a las sesiones de espíritu y que cuando aparece el pariente,
0:14:30 el marido, el amante hablando, se preguntan, ¿será él?
0:14:35 Y aprovecharé esta pregunta para introducir a la canción que vamos a escuchar amueblando estas pequeñas historias que hemos contado.
0:14:46 Escucharemos una bellísima milonga que se llama justamente, ¿será él?
0:14:51 Interpretada por Victoria Morán, que está justamente esta noche aquí.
0:15:00 Y que, y a quien escucharemos, desde el disco en esta bellísima milonga, compuesta seguramente pensando en las viejas que hablan con su difunto marido a través de un médium.
0:15:17 O tal vez pensando en alguna otra cosa.
0:15:20 ¿Será él?
0:15:21 Nos canta aquí en Verazategui, Victoria Morán.
0:15:24 Adelá.
0:16:30 No va huyendo.
0:17:00 No va huyendo.
0:17:30 Entonces como jugando, veis la conancia al clave, y aunque ya ni un cinto fiel, le promete su ventura, supirando con ternura, se pregunta, ¿será él?
0:18:00 Y lo demás, ¿para qué decirlo si ya he sabido?
0:18:07 El reproche no ha existido y la tristeza se fue, solo al mirarlo ya ves que no es posible en el ojo.
0:18:21 Hay tanto amor en sus ojos, que solo pierde el terreno, mientras temblando en su suelo, rey Belclavel Marrón.
0:18:44 En la venganza será terrible, hemos escuchado a Victoria Morán interpretando, ¿será él?

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