Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza Serata Arriba, estamos en el auditorio del Rayo del Plata, esto es Gorriti, 5.963 Gorriti entre Areva, Llojorraviniani, en Palermo.
0:00:13 Mañana también estaremos aquí, estamos tomando mate con yerba amanda y con chito candela.
0:00:20 Bueno, señores, vamos a hablar sobre Monte Cassino y cómo operaba este lugar sobre la salvación del alma.
0:00:30 Hablaremos primero del fundador de Monte Cassino, un monasterio, que era San Benito, Benito de Núrcia.
0:00:38 Benito de Núrcia nació en el 480 y se educó en Roma.
0:00:45 En el año 529 en Monte Cassino se dio una parte de su propiedad para fundar un monasterio, de acuerdo con una regla que él mismo había adquireado.
0:00:57 Y después se murió. Se murió incluso ahí en el monasterio.
0:01:02 Cuentan que en la víspera del día de su muerte, en el año 543, dos religiosos que estaban en el monasterio tuvieron una visión.
0:01:16 Se les apareció un largo camino iluminado por infinidad de antorchas, camino que se extendía hacia el oriente y luego subía al cielo.
0:01:26 Es raro esto porque en general el camino del cielo, el camino de la muerte, es siempre en dirección a occidente, conforme a las mejores tradiciones de los mitos solares.
0:01:37 El caso es que este camino se extendía hasta el oriente y luego subía al cielo.
0:01:42 Un personaje venerable se presentó y les hizo saber a estos dos monjes que pronto Benito se remontaría por aquel camino al paraíso.
0:01:55 Cuentan también que los monjes refirieron esta visión a Benito inmediatamente.
0:02:00 Mire, Benito. Desde luego al padre de aquella orden no lo satisfizo mucho que le hablaran de su muerte por más que les garantizaran el cielo.
0:02:12 La cuestión es que al día siguiente, a lo mejor para no desautorizar visiones ajenas, Benito se murió.
0:02:21 Y cuando los benedictinos quedaron solos sin el fundador, en el monasterio se gestó otra creencia.
0:02:31 Los benedictinos suponen que les advierte la proximidad de la muerte un ruido nocturno que ellos llaman el golpe de San Benito.
0:02:44 Cuando uno va a morir, los benedictinos oyen un golpe que es el golpe de San Benito.
0:02:51 Unos treinta años más tarde, cuando los lombardos invadieron la zona, algunos de los monjes de Montecasino huyeron a Roma.
0:03:01 Y se llevaron la copia de la regla escrita por Benito.
0:03:08 Las reglas de conducta, ¿no? Como tenían que comportarse los monjes, los benedictinos.
0:03:14 Como cualquier orden que tiene, exactamente.
0:03:16 Sí, el ganamiento del consorcio, digamos.
0:03:19 En Roma muchos religiosos quedaron impresionados y desde así comenzó a promoverse la regla benedictina como norma de todo el monaquismo, de todos los monjes de Occidente.
0:03:31 Como ustedes saben, los monjes debían pasar el tiempo entre el trabajo manual y la lectura de las obras sagradas,
0:03:38 eso cuando no estaban asistiendo a los servicios divinos.
0:03:41 Debían practicar constantemente el silencio, sólo podían tener consigo dos túnicas, un cuchillo, un tintero y unas tabletas para escribir.
0:03:54 Fuera de eso no existía la propiedad individual.
0:03:57 Los lectios eran revisados a diario en busca justamente de posiciones privadas, por ejemplo, terrenos en San Clemente del Dufro.
0:04:07 Una requisa todos los días, qué feo.
0:04:09 Si castigaban las infracciones a las reglas mediante el retiro de la comunión, es decir, la ex-comunión,
0:04:15 el abate y los...
0:04:18 La bate era otra, por más parte de las reglas también.
0:04:22 Y los hermanos más ancianos y más sabios, lo cual parece un oxímbolo,
0:04:28 debían tratar de reconciliar al descomulgado.
0:04:32 Descomulgaban, pero después venía el abate y se dará al amigate.
0:04:36 Bueno, a veces para atender a los descomulgados se usaba el flaquelo, el látigo.
0:04:45 Pero más allá de las famosas reglas de San Benito, en Montecasino sucedía algo muy interesante.
0:04:52 Según la opinión del Papa Gregorio, y aquí está la creencia central de esta charla,
0:04:58 todos los que morían en Montecos... en Montecosino, el nombre de un famoso bactito...
0:05:04 Todos los que morían por el mate cocido...
0:05:07 Era un bandido como Cristiano, claramente.
0:05:12 No, todos los que morían en Montecasino conseguían la salvación.
0:05:17 Es decir, si vos morías allí, no podías irte al infierno.
0:05:22 Por más que fueras... disculpenme que se lo diga del temor, un degenerado.
0:05:27 La orden religiosa que aseguraba la salvación eterna,
0:05:31 se extendió muy pronto a otras naciones, cuyo soberano se presuadieron
0:05:36 de que era muy conveniente proteger a una institución que les aseguraba un sitio en el paraíso.
0:05:45 En cierto modo, pero tenías que irte a morir ahí.
0:05:48 Y sí, justo.
0:05:49 Así, en la gesta del rey d'Agoberto, se cuenta que fundó unos edificios
0:05:56 que también otorgó a los genedictinos, que eran muy similares a los de Montecasino.
0:06:04 Pero algunos dicen que para morirse y salvarse
0:06:10 hay que ir a Montecasino, al verdadero Montecasino.
0:06:13 Y no a los facsimiles que construyó o a los similes que construyó este muchacho d'Agoberto.
0:06:19 El caso opuesto al de d'Agoberto es el de Carlos Martel.
0:06:24 Algunos entendidos aseguran que fue condenado en cuerpo y alma
0:06:31 por haber dado a sus caudillos sitios benedictinos en recompensa por sus servicios.
0:06:39 Lo hispo de Lyon, llamado Oyer, estando un día entregado a la oración,
0:06:48 fue conducido por un ángel a los infierno.
0:06:51 El tipo estaba entregado a la oración, lo más tranquilo,
0:06:54 cuando apareció un ángel que lo condujo a los infierno.
0:06:57 Y ahí este hombre vio a Carlos Martel en medio de espantosos fuegos.
0:07:02 Así que, efectivamente, si este hombre lo vio, Martel está condenado.
0:07:08 Parece que a la vuelta de su travesía, Oyer,
0:07:12 contó la revelación que tuvo a Bonifacio, que era lo hispo de Maguncia,
0:07:16 y pidió que se abriera el sepulcro de Martel
0:07:19 para ver si el cuerpo estaba ahí, como si eso demostra algo.
0:07:23 Lo que estaba en el infierno era el alma de Martel.
0:07:26 Igual abrieron el sepulcro, y según el cronista,
0:07:32 vieron que el fondo del sepulcro estaba quemado,
0:07:35 y de él salió una gran serpiente entre una nube de humo gedeondo.
0:07:41 La nube de humo me resulta sospechosa.
0:07:44 Bueno, contemos una historia para cerrar este informe sobre Montecasino,
0:07:50 y para demostrar cómo, efectivamente, el que se muere allí lleva al cielo.
0:07:55 Carlos Taliaferre era un pecador consumado.
0:08:01 Había nacido allá por el año 1546 en la Toscana, y era ladrón.
0:08:07 Participaba en peleas de todo tipo, generalmente como consecuencia de discusiones de Taur.
0:08:14 Por los dados había matado a un hombre, pero en la disputa quedó mal herido.
0:08:20 Entonces, entirado de las fondades de Montecasino,
0:08:24 Taliaferre emprendió el viaje hasta allí para entrar y morir en aquel sitio.
0:08:31 Como se vio que estaba listo, dijo guay.
0:08:34 Vice la crónica, y llegó a la abadía hecho un despojo.
0:08:39 Los sabates vieron aquel hombre, y asustados,
0:08:44 cerraron la resga, quedaba acceso a la salvación.
0:08:49 Pero mira si será.
0:08:52 Había una recta entre la salvación y esto.
0:08:55 Era la puerta del monasterio, por si usted no lo puede imaginar.
0:09:01 Ahora, ellos no sabían que el tipo era un malandra.
0:09:05 Cerraron la puerta porque lo vieron en mal vestido.
0:09:08 Claro, ahí está, como era un tipo mal vestido al cielo.
0:09:11 Al cielo, que habrán dicho.
0:09:14 Yo que Taliaferre le decía, no es difícil,
0:09:18 es que entre un rico al cielo,
0:09:21 que no pasara una escoba por el ojo del agujero de la cerradura.
0:09:27 Taliaferre pidió que lo dejaran pasar.
0:09:30 Me estoy muriendo, que sé yo.
0:09:33 Pero le negaron el pedido y lo dejaron morir mundo afuera.
0:09:36 Lo dejaron morir afuera, como quien?
0:09:39 Abramén gritaba el tipo, ¿no?
0:09:42 Hasta que se canso y no insistió más.
0:09:45 Pero realizó el siguiente movimiento.
0:09:48 Pasó un brazo a través de la reja.
0:09:50 Y el carno.
0:09:52 Para ver si con solo una porción de su cuerpo,
0:09:55 dentro de un lugar tan santo,
0:09:57 podía conseguir el cielo.
0:09:59 Y así murió, con un cacho del mismo,
0:10:02 dentro de Montecasino.
0:10:04 De todos modos, con un brazo o con el cuerpo entero,
0:10:08 jamás conoceremos su destino.
0:10:11 Yo me atrevo a decir que si salvo,
0:10:14 invoco para esto las reglas de la FIFA.
0:10:19 Porque para...
0:10:26 Para que un tipo se considere fuera de Montecasino,
0:10:32 tiene que estar totalmente afuera.
0:10:35 Si no, ya está.
0:10:37 Es una obra de la Casa que garantiza la salvación.
0:10:40 Si tiene un pedazo adentro, es que está adentro.
0:10:44 Un casito adentro de la línea está adentro.
0:10:47 Así que salvado el hombre y todos los guitarristas.
0:10:52 Y aquí viene el asunto, porque hay quien dice que no.
0:10:55 Claro, pero es una malda.
0:10:57 Fíjese, por ejemplo,
0:10:58 como si otra cosa, por ser sino abogado del diablo,
0:11:00 no así me va la vida, pero veamos esto.
0:11:03 ¿Qué es una religia?
0:11:05 Es que el cuerpo que entró en el olor de saltida
0:11:07 dice consagró al Señor.
0:11:09 Puede una muela ser considerada
0:11:11 una muela de salinacio de Loyola.
0:11:13 Ser tenida a mí no simplemente porque es un cacho de hueso.
0:11:18 La muela es tan santa como el resto de salinacio.
0:11:20 Más aún, los objetos que tocaba cualquier santo,
0:11:23 que llegara a los sitios.
0:11:25 Sí, hasta podría discutirse que algo tocado por Taliaferre
0:11:28 y puesto luego dentro de Montecasino
0:11:31 también le aseguraría una salvación.
0:11:34 Y por otra parte, el mismo nombre, Taliaferre,
0:11:36 Cortador de Fierros,
0:11:38 que otra cosa es que encima quede de la vieja la reja.
0:11:40 Estaba ya predestinado, Carlos.
0:11:42 Usted tiene más fe que yo, los nombres.
0:11:44 No, pero soy el abogado, ¿qué tiene que hacer?
0:11:46 Estoy preparado para mentir, pero...
0:11:48 Otra cosa es la siguiente.
0:11:52 Demostró mucha fe.
0:11:55 Más fe que los monjes.
0:11:57 Mucha más que los monjes.
0:11:58 Más fe que nosotros.
0:11:59 Bueno, eso es fácil, Alejandro.
0:12:01 Fíjese, además, que se sabe un moribundo
0:12:06 y en principio creen dios.
0:12:08 Porque digo, esto me supongamos, me estoy muriendo.
0:12:10 No digo que me quieran 10 minutos,
0:12:12 voy a perderlo, se diría hasta Montecasino, ni loco.
0:12:14 Hay algo que puede ser, puede ser que exista
0:12:17 la idea de salvación parcial.
0:12:19 Si, como...
0:12:20 Residir el brazo al cielo
0:12:22 y el resto del cuerpo al infierno.
0:12:24 Yo no quería venir, va, grita, ¿no?
0:12:26 Usted tiene un brazo...
0:12:28 Un brazo no jugó más.
0:12:30 Y el resto del cuerpo reprobó.
0:12:32 No juego más, Alejandro.
0:12:34 Comenamos igual que en estos casos
0:12:36 los límites son raros.
0:12:38 Por ejemplo, aquí no le ha pasado
0:12:40 a todos nosotros que quizás algunos de los que están aquí
0:12:42 no han ido nunca, Montecasino.
0:12:44 Aquí no le ha pasado pensar dónde empieza la lluvia
0:12:46 y dónde termina.
0:12:47 O bien, en qué momento empecé a amarla.
0:12:50 En qué momento también mucho más difícil de terminar,
0:12:52 con eso sí la vi, que se yo...
0:12:54 Cuando dejé de amarla y empecé
0:12:56 a sentirla un verdadero fastidio.
0:12:58 Digo, ¿en qué momento cuál es el límite
0:13:00 de todas las cosas?
0:13:01 Las cosas y los procesos y las personas
0:13:03 y los objetos se parten en un punto
0:13:05 o basta con que una parte
0:13:07 de ese todo sea un ser humano,
0:13:09 un objeto o un paisaje.
0:13:11 En el cielo
0:13:13 tenemos la idea límite,
0:13:15 como si la parte de la frontera
0:13:18 fuera una propiedad de los objetos.
0:13:20 Una propiedad de los objetos es su frontera.
0:13:24 Que la que termina la forma.
0:13:25 De manera que ahí somos clásicos,
0:13:27 nosotros, como en todas nuestras opiniones.
0:13:30 O sea que la frontera
0:13:32 del monasterio de Montecasino
0:13:35 es su límite.
0:13:37 Es su límite, bien.
0:13:38 No, nada de auras,
0:13:40 ni de influencias, señor abogado.
0:13:43 No funcionó esto, su señoría,
0:13:45 pero permítame objetarlo desde otro lugar.
0:13:47 Pásale yo, pásale Semen,
0:13:49 y después de largo tiempo de la muerte
0:13:51 de San Benito y de la muerte de Carlos Talía Ferre,
0:13:53 sucedió algo que no esperábamos,
0:13:55 ni San Benito, ni nosotros los monjes,
0:13:57 ni nosotros los satellos.
0:13:58 Y fue el que se juntaron.
0:13:59 Persones que hablaban italiano por un lado,
0:14:01 personas que hablaban alemán,
0:14:03 muchas que hablaban alemán por el otro,
0:14:05 y unas cuantas que hablaban inglés,
0:14:07 y murieron todos.
0:14:08 El bombardero sobre Montecasino
0:14:10 es uno de los más sangrientos,
0:14:11 más crueles de la guerra.
0:14:12 Tengo para mí que ninguno de ellos
0:14:14 por el cielo aún habiendo muerto así dentro.
0:14:16 O sea, eso vino de algún modo
0:14:18 a poner en entredicho
0:14:20 el carácter milagroso
0:14:22 de las instalaciones de Montecasino
0:14:25 para cuarecerse en ella
0:14:27 de cuarta clase de infierno.
0:14:29 Es más, alguien empezó que todo el tercer raíz
0:14:31 se iba a refugiar adentro Montecasino,
0:14:33 y van al cielo, porque a Zafarno
0:14:35 iba a la Zafarno.
0:14:36 Morir morían seguro.
0:14:37 Morir morían seguro.
0:14:38 ¿Qué pasa después?
0:14:40 dijo el figura y nadie le contestó.
0:14:42 Quizás, alizando eso,
0:14:43 uno debe plantearse cuando llega ese momento
0:14:45 qué harías, dice,
0:14:47 si supieras que dentro de un rato es el fin del mundo.
0:14:49 Nosotros a veces iríamos a una pausa,
0:14:51 solo para poder disfrutar fuera del programa
0:14:53 el fin del mundo,
0:14:54 pero si no, quizás lo mejor
0:14:56 para poder pensar claramente
0:14:58 es, en principio, estar cerca de alguien
0:15:00 que uno ame,
0:15:01 que eso ya es una gran fortuna
0:15:02 a la hora de morir.
0:15:03 Aunque el otro se quede vivo, digo,
0:15:04 no poder morir en brazos de alguien
0:15:05 que uno ame,
0:15:06 creo que debe ser una cosa afortunada.
0:15:08 Y en ese sentido, creo que es lo mismo que
0:15:10 cuando uno está andando por el campo
0:15:12 y llueve a cántaros,
0:15:13 lo mejor es no moverse,
0:15:14 lo mejor es mirárselos ojos
0:15:16 a la persona amada
0:15:17 y decirle,
0:15:18 queremosnos aquí.
0:15:19 Queremosnos aquí es el tango que iremos
0:15:22 en solo de piano por su autor Héctor Estampone.
0:17:28 Es merica.
0:17:38 Será terrible whether
0:17:38 Ch slipp theーバ.
0:17:40 gu student
0:17:41 Impact
0:17:42 Was nothing.
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