Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza Serata Arrible, estamos hoy en nuestro galponcito de Radio del Plata en la calle Gorriti 5963 de la Ciudad de Buenos Aires.
0:00:12 Mañana también estaremos aquí a la medianoche, será el último día de la semana que estemos en vivo porque el viernes se emitirá un programa grabado y la semana que viene ya estaremos en Montevideo en el Teatro El Galpón.
0:00:27 Hablaremos esta noche de bufones en la través de la historia. Volter dice que la palabra bufón proviene de bufo término del Bajo Latín con el que se designaba a los que aparecían en las representaciones populares con las mejillas infladas para que para recibir bofetadas.
0:00:53 Todo esto a fin de que el golpe fuera más ruidoso y según Volter, para que quisiera reír de mejor gana a los espectadores.
0:01:02 La moda de tener bufones domésticos parece haber tenido origen entre los persas o en Egipto o quizá en la India.
0:01:13 En antiguas pinturas de Sepulcros egipcios se veían unos nobles acompañados de personajes contrahechos hidrotejicos.
0:01:24 Pero doy unos datos más.
0:01:26 En el Ramayana se cuenta que la esposa de Rama la bella Sita. Sita se llama la Pérfida extranjera.
0:01:35 Tenía a su lado un bufón que se encargaba de describirle las cualidades de sus amantes. No está muy claro esto.
0:01:42 Un bufón que describía las cualidades de los amantes de Sita.
0:01:47 Sí, me imagino que sí.
0:01:49 Tiene gracia.
0:01:51 Pero en tono de bufón, en tono de burla.
0:01:54 Incluso para burlarse de Sita.
0:01:57 Su amante, bla bla bla, marca 1.33 la mecha.
0:02:02 En un pasaje del libro de Samuel puede leerse que el rey Akish, del país de Gath, tenía bufones de corte y que el mismo Salomón tenía un bufón preferido que se llamaba Marcolfo.
0:02:18 Este Marcolfo tenía la cara ancha y arrugada, los ojos grandes, las orejas largas, los labios colgantes, la barba chivo, me parece que lo conozco.
0:02:28 Y la cabellera como un matorral.
0:02:31 Daba consejos a Salomón y era el único que osaba burlarse de él. Se burlaba a Salomón.
0:02:38 Los soberanos griegos tenían todos ellos bufones a su lado. Sólo que no había muchos soberanos griegos.
0:02:46 Los reyes griegos eran un fenómeno que ocurría a veces en algunos de los muchos estados en que la elea de consistía por ahí había un rey.
0:03:00 Por ejemplo el rey Filippo de Macedonia.
0:03:03 Pero en otros lugares no había tal cosa. Había ciudades estados que eran democráticas, aristocráticas, también estaban los tiranos, etc.
0:03:14 Pero el caso es que algunos reyes de Grecia, no había el rey de Grecia.
0:03:19 Algunos reyes de algunas regiones de Grecia tenían bufones.
0:03:23 Los había en la corte de Alejandro, que era un tirano de feres, no Alejandro de Macedonia.
0:03:29 Pero sí en la corte del papá de Alejandro, que era Filippo de Macedonia.
0:03:34 También en la corte de los hierones en Sicilia también había bufones.
0:03:40 Antioconoveno, que fue rey de Siria, ya por el cien antes de Cristo, quiso ser el mismo bufón.
0:03:48 Era rey, pero quería ser bufón.
0:03:51 Sin embargo, no encontró una jerarquía superior a quien destinar sus gracias.
0:03:58 Porque en aquel tiempo se era bufón del príncipe.
0:04:02 Y si vos eras el príncipe, no era muy gracioso que te hicieras el viejo con el que te estaba por debajo.
0:04:11 Lo piola del bufón era que se hacía indispensable para causar la gracia del que le estaba por encima.
0:04:21 Bien, el caso es que estudió sin embargo Antioconov, con aplicación el oficio del farzante.
0:04:30 Y aprendió a hacer desaparecer aceitunas.
0:04:37 A mí me causa gracia.
0:04:38 A mí también.
0:04:39 A mí también.
0:04:40 Con la actuación de Antioconoveno, con su famoso número haciendo desaparecer las aceitunas.
0:04:48 También dice que imitaba animales salvajes.
0:04:52 A continuación voy a imitar un animal salvaje.
0:04:56 Arf.
0:04:58 Bleda, el hermano de Attila, tenía un bufón llamado Sercón.
0:05:02 Que era enano, patizambo, chato y desnarivado.
0:05:07 Una gracia bárbara.
0:05:09 Parece que este desdichado, Bleda, recorría el mundo de un extremo a otro.
0:05:15 En realidad el que recorría el mundo de un extremo a otro era Attila.
0:05:19 Bueno, y Bleda, el hermano de Attila, no podía estar ni un minuto sin Sercón, el bufón.
0:05:27 Lo tenía a su lado en la mesa, en la guerra.
0:05:30 Y hasta hizo que le fabricaran una armadura a su medida.
0:05:35 Bleda se divertía viéndolo moverse y escuchándolo hablar.
0:05:41 Parece que Sercón mezclaba virtuosamente la lengua latina, la lengua de los unos y la lengua de los godos.
0:05:48 Entre los bufones domésticos de la antigüedad, quizás el más famoso fue Esopo,
0:05:54 aquel esclavo que era también fabulista.
0:05:57 Planudio, que fue un monje griego del siglo XIV, es decir, un griego bizantino, seguramente.
0:06:06 Por ahí se trata de máximo planudis, pero no estoy seguro.
0:06:12 Escribió una biografía de Esopo, que luego la fontén reprodujo con algunas modificaciones en su colección de fábulas.
0:06:23 Según Planudio, Esopo era de una fealdad impresionante, pero era un gran actor y su eloquencia al hablar era poco común.
0:06:32 Esopo tuvo como amos al examio Janto a un tal de Marco, ¿qué hace de Marco?
0:06:39 A Ténez y a Hadmón, y su función con estos no tenía nada que ver con el relato de historias edificantes,
0:06:48 como las fábulas que hemos conocido nosotros.
0:06:51 Debía hacerlos reír solamente, y para ello contaba las anécdotas más atrevidas y las historias más ingeniosas,
0:07:01 como por ejemplo resulta que había un señor llamado Pascual Angulo.
0:07:07 Esa era la historia que contaba Esopo.
0:07:10 En Grecia estaba lleno también de bufones callejeros.
0:07:14 Los más solicitados eran los imitadores de gruñidos de chancho.
0:07:22 La cosa que más me hace reír es el imitador de gruñidos de chancho.
0:07:30 ¿El chancho hace otra cosa que no sea gruñido o el gruñido es el sonido del chancho?
0:07:35 No lo sé señor, yo estoy hablando así como público.
0:07:42 Los otros que también tenían mucho éxito, es lo que imitaban cacareos de gallinas.
0:07:48 Caedón de trasias, además de experto, imitador y ventrilo cubo,
0:07:53 deslumbraba con unas muñecas traídas de Egipto,
0:07:57 a las que hacía mover con hilos y resortes.
0:08:01 Y Aristóteles escribió acerca de estas muñecas en el capítulo secto de Mundo.
0:08:09 Y leo a Aristóteles.
0:08:14 Cuando estos que mueven la figurilla estiran del hilo atado a uno de los miembros,
0:08:19 estas obedecen al punto y se ve doblarse su cuello,
0:08:24 inclinarse su cabeza y sus ojos, sus manos, todos sus miembros,
0:08:29 parecen los de una mujer viva.
0:08:33 Aristóteles hablando de las marionetas.
0:08:37 Muchas veces los ciudadanos más ricos contrataban de por vida
0:08:43 algunos de estos hombres con virtudes bufonescas.
0:08:47 Había unos burladores públicos llamados planes,
0:08:50 formaban en tiempos de Filippo de Macedonia,
0:08:53 una verdadera corporación, una especie de cofradía burlesca
0:08:57 que se reunía en el Diumeo o templo de Heracles,
0:09:01 y Filippo quiso contratar a algunos para llevárselo para la casa,
0:09:06 pero no quisieron.
0:09:08 Filippo no se dio por vencido y envió una verdadera fortuna a aquella cofradía
0:09:14 para que le mandaran una colección escrita con sus mejores chistes.
0:09:20 A mejores gracias.
0:09:21 Escribime y dicen que la ejecución de las gracias enviadas
0:09:31 no satisfizo a Filippo que había dado orden a sus ayudantes
0:09:37 para que ejecutaran las gracias y no lograron sacarle ni una sonrisa.
0:09:42 O sea, el tipo compró los chistes y después le dijo a los ayudantes de él,
0:09:47 así que ordenanza de palacio, y dice, bueno, a ver, cuenten estos chistes.
0:09:52 El tipo empezaron a leer.
0:09:54 Había una vez un señor llamado Pascual Angulo.
0:10:01 Estaba mal leído, ese era el tema.
0:10:04 Bueno, claro, así era el asunto.
0:10:06 Bueno, en Roma, especialmente durante los banquetes, participaban los bufones.
0:10:13 Pero tal que ocupaban el sitio más relevante que en otros tiempos tomaban los cantores o los aedas o médicos.
0:10:22 Los bufones que participaban en los banquetes romanos eran especialmente expertos cantores de epigramas priapeos.
0:10:34 O priapeos.
0:10:36 Se refiere al dios Priapo, cuyas virtudes no vienen al caso enumerar.
0:10:41 Eran poemas helóticos que tenían como tema básico al dios Priapo.
0:10:47 Así los epigramas que lanzaban estos bufones eran breves sátiras en verso que terminaban con una expresión así, pulsante.
0:11:00 Por ejemplo, que sé, hermana no tengo.
0:11:05 También existían los banquetes la figura del parásito.
0:11:13 El parásito en Roma era un personaje que solía ser invitado a comer,
0:11:18 a condición de estar siempre de buen humor, de excitar la risa, de hacer buena cara a las injurias que se le hicieran
0:11:27 y aún de recibir sonriendo cualquier cosa que le tiraran por la cabeza.
0:11:32 Escribió Luciano, un filósofo escéptico del siglo II al respecto.
0:11:39 El parásito... parece el historiante.
0:11:42 Sí, es pariente.
0:11:44 El parásito es un miserable que sin preocuparse de las cuestiones filosóficas con las que nada tiene que ver
0:11:51 ni del gobierno del mundo que le importa poco ríe, creciendo que todo va bien.
0:11:57 Cómo me bebe y se regocija gozando en paz sin ser siquiera tormentado por los malos sueños,
0:12:04 pues como no tiene ninguna inquietud de día, no puede tenerla de noche.
0:12:09 Dice Luciano que era decidor.
0:12:12 Digamos para terminar que el parásito a veces era reemplazado por un filósofo
0:12:18 que a pesar de su título no desempeñaba un oficio más digno.
0:12:23 En realidad, este filósofo de banquete llevaba el nombre de aretálogo,
0:12:28 provocaba en la risa con ocurrencias chistosas después de exponer sentencias filosóficas.
0:12:35 Eran pensadores pobres que no teniendo escuelas ni discípulos,
0:12:41 frecuentaban los festines de los ricos y divertían a los convidados
0:12:46 con burlescas disputas sobre el visión y la virtud.
0:12:52 Esto es todo lo que tenía para decir de los bufones.
0:12:56 A usted que le hace más gracia la imitación de un chancho...
0:13:02 O un tipo que camina en cuatro patas.
0:13:09 La imitación de un chancho es muy difícil de superar.
0:13:13 Sí, es bueno. Ahora si el tipo en cuatro patas además imita un chancho...
0:13:16 Ese es el más grande de todos.
0:13:18 Eso es irresistible.
0:13:20 Yo fui a la discoteca y hablé con el discoteca y me contó chistes...
0:13:27 Muy graciosos.
0:13:28 No, horribles.
0:13:30 Un chiste es una cosa espantosa.
0:13:35 Sí, en general sí.
0:13:36 Sí, sí, se va creando, como si no tiene que hacer así.
0:13:40 Yo en realidad no nos entiendo muy bien los chistes, no sé cómo.
0:13:43 No me adecuenta cuando terminan.
0:13:45 Por eso me pone muy nervioso que me cuenten un chiste estando yo solo.
0:13:49 Yo necesito que me lo cuenten con varias personas.
0:13:52 Ah, lo que es el cuán.
0:13:53 Yo me río junto con todos.
0:13:55 Pues no me atrevo a pedirle aclaración al tipo.
0:13:58 No, no, hay una etiqueta del chiste.
0:14:01 Que tiene sus bemoles, sus códigos.
0:14:05 Claro, el peor es reírse incluso cuando el chiste todavía no terminó.
0:14:10 Eso es peor.
0:14:11 Ocurre saber que hay mucho en las radios en donde hay uno que cuenta chistes
0:14:18 y que el resto de los compañeros tiene que reírse.
0:14:23 Y por ahí se ríe mucho, ¿vac?
0:14:25 Y se ríe mucho, inclusive...
0:14:26 Resulta que había una vez un loco que...
0:14:29 Ah, no empecé.
0:14:34 Claro, y se ríe en todos, todos, sí.
0:14:37 Bueno, el caso es que me contó varios chistes
0:14:41 y después me sugirió, viendo que yo no me reía,
0:14:46 que pusiera este tango que se llama Risa Loca.
0:14:51 Bueno, muy bien.
0:14:52 Y lo escucharemos en la versión de Horacio Salgan con Ubaldo Delío.
0:15:36 Y bueno, el caso es que me contó un chiste.
0:15:41 Y bueno, el caso es que me contó un chiste.
0:15:45 Y bueno, el caso es que me contó un chiste.
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