Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos ya que hablábamos del programa de bufones.
0:00:04 Pero bufones en antigüedad, ¿no?
0:00:07 ¿Qué son los únicos que existían o que admitían, además, de así, no?
0:00:11 Volter dice que la palabra bifón proviene de bufón, término de bajo latín,
0:00:17 con el que se designaba a los que aparecían en las representaciones populares
0:00:23 con las mejillas infladas para recibir bofetadas.
0:00:27 Inflaba las mejillas para que el golpe fuera más ruidoso
0:00:31 e hiciera reír de mejor gana a los espectadores, disolta.
0:00:35 Y ahí viene la palabra.
0:00:38 La moda de tener bufones domésticos
0:00:42 parece haber tenido origen entre los persas, o en Egipto, o en la India.
0:00:48 En antiguas pinturas que adornan los repulcros del Delta,
0:00:54 se ven ricos egipcios acompañados de personajes contrahechos y grotescos
0:01:00 que se conjeturan los bufones.
0:01:03 Eso en el Egipto, pero en la India está el Ramayana,
0:01:06 donde se cuenta que la esposa de Rama, la bella Cita,
0:01:10 tenía a su lado un bufón que se encargaba de describirle las cualidades de sus amantes.
0:01:17 En Cinesio siempre causó gracia.
0:01:20 A ver, o sea, la mera no solo tenía un amante, sino que tenía un bufón que describía el amante.
0:01:28 A ver, dice, para lo cual, desde luego tenía que gozar de la mante en presencia del bufón.
0:01:35 A ver, describa a mi amante, bueno, dice, muchacho, así, así, extraordinario.
0:01:42 En un pasaje del libro de Samuel, pasamos a los hebreos,
0:01:47 puede leerse que el rey Akish, del país de Gath, tenía bufones de corte y que el mismo Salomón,
0:01:54 tenía un bufón preferido que se llamaba Marcolfo.
0:01:58 Este Marcolfo tenía la cara ancha y arrugada, los ojos grandes, las orejas largas, los labios colgantes,
0:02:06 la barba de chivo y la cabecera común maturrán.
0:02:09 No me mire así.
0:02:10 Me parece que la conozco.
0:02:11 Parece que era con cejos a Salomón y era el único que osaba ofenderlo.
0:02:22 Los griegos tenían, imagino, los reyes griegos, no, los tiranos, tenían todos ellos bufones a su lado.
0:02:33 Digo porque hay distintas formas de gobierno en los estados de la isla,
0:02:38 incluso en el mismo estado en forma sucesiva había distintas formas de gobierno.
0:02:43 Pero había bufones en la corte del tirano de Feres, en Sicilia, en la corte de los Ierones
0:02:49 y en Macedonia, en la corte del rey Filippo, el papa de Alejandro Grande.
0:02:53 Ahí había bufones.
0:02:55 Antiguo conoveño, el rey de Siria, allá por el año 100 a.C., quiso ser el mismo bufón.
0:03:01 Pero no encontró jerarquía superior a quien destinar sus gracias.
0:03:07 Está muy bien esto.
0:03:09 Estudiaba con aplicación el oficio del farzante, aprendió a hacer desaparecer aceitunas
0:03:15 e imitaba animales salvajes.
0:03:18 Pero comprendió que para hacer de bufón era necesario un rey.
0:03:22 Y si el rey no encontraba quién lo sojuzgara.
0:03:28 Qué gracia tiene hacerle chistes a los inferiores.
0:03:36 Bleda, el hermano de Artila, tenía un bufón llamado Sercón.
0:03:41 Era, según las crónicas, enano, patizambo, chato y desnarigado.
0:03:47 No lo mire hacia abajo.
0:03:49 Este desvichado recorría el mundo de un extremo a otro,
0:03:54 como el objeto más extraño y divertido.
0:03:56 A la gente se divertía en esas cosas.
0:03:58 Bleda, el hermano de Artila, calcula.
0:04:01 No podía estar un minuto sin él, no sin Artila, sin Sercón.
0:04:05 Lo tenía a su lado en la mesa, en la guerra.
0:04:08 Bleda se divertía viendo al bufón moverse,
0:04:14 escuchándolo hablar y hablaba en varios idiomas.
0:04:19 Entre los bufones domésticos de la antigüedad,
0:04:22 quizá el más famoso ha sido Esopo, el fabulista esclavo.
0:04:27 Planudio, un monje griego del siglo XIV, máximo planude,
0:04:32 escribió una biografía de Esopo que luego la fontaine
0:04:36 reprodujo con algunas modificaciones y su presión.
0:04:40 Según Planudio, Esopo era de una fealdad impresionante.
0:04:47 Era muy feo.
0:04:49 Pero era un gran instrucción y su eloquencia al hablar era poco común.
0:04:55 Esopo tuvo como amos a Janto, que era de Samia, o Esamos.
0:05:00 Era Samio, quiere decir que era de la isla de Samos.
0:05:03 A un tal de Marco, a Atenes y a Jarmón.
0:05:07 Y su función con ellos no tenía que ver con el relato de historias edificantes,
0:05:12 como hoy nos imaginamos a Esopo.
0:05:15 Debía ser los reyes.
0:05:17 Y para ello contaba las anécdotas más atrevidas
0:05:21 y las historias más ingeniosas.
0:05:23 Además, era buen bailarino.
0:05:26 En Grecia estaba lleno de bufones callejeros.
0:05:31 Pues los clientes, espectadores eran los paseantes.
0:05:36 Son más independientes los bufones callejeros que los bufones de corte.
0:05:40 No tienen un jefe al cual agradar.
0:05:47 Entonces son más independientes en sus discursos.
0:05:51 Y que la gente les pagaba.
0:05:53 Creo que sí, le da una propina.
0:05:55 Los más exitosos eran los imitadores de gruñidos de cerdo
0:06:00 y de cacareos de gallina, tal como sucedió.
0:06:03 Caedón de trasia, además de experto imitador y ventriloquo,
0:06:10 deslumbraba con unas muñecas que había traído de Egipto
0:06:14 a las que hacía mover con hilos y resortes.
0:06:17 Y escribió Aristóteles en el capítulo sexto de Mundo,
0:06:21 acerca de estas marionetas.
0:06:23 Cuando estos que mueven las figurillas
0:06:26 tiran del hilo atado a uno de los miembros,
0:06:29 estas obedecen al punto y se ve doblarse su cuello,
0:06:33 entrenarse su cabeza y sus ojos, sus manos.
0:06:36 Todos sus miembros parecen de una mujer viva, dice Aristóteles,
0:06:40 que era muy pajuelano.
0:06:42 Pero ya porque no tenía en su pasado,
0:06:47 no tenía dos mil años de marioneta.
0:06:50 Se había visto por primera vez.
0:06:52 Así que bueno.
0:06:55 Nosotros que ya nos hemos abiestrado
0:06:59 desde los pícoli de podreca en adelante,
0:07:02 ya no, no, no, no saltamos de admiración,
0:07:05 cuando vemos un tipo de marioneta,
0:07:08 como le pasó Aristóteles, que me hacía un casillo de desmadazo.
0:07:12 Había también ciudadanos ricos que contrataban de por vida
0:07:18 algunos de estos hombres con virtudes bufonescas.
0:07:22 Había también unos burladores públicos llamados planes
0:07:26 y formaban en tiempo de Filippo de Macedonia
0:07:29 una verdadera corporación,
0:07:31 una especie de cofradía burlesca,
0:07:33 que se reunía en el templo de Hércules.
0:07:37 Filippo quiso contratar a algunos para llevarlos a su casa,
0:07:41 pero los tipos se negaron.
0:07:43 Entonces insistió Filippo
0:07:46 y ofreció una fortuna para que al menos
0:07:49 escribieran una colección con sus mejores gracias
0:07:53 y se la dieran a él para que hiciera representar esas gracias
0:07:58 por otras personas.
0:08:00 Y la ejecución de aquel libreto no satisfizo a Filippo.
0:08:05 Había dado órdenes a sus ayudas para que ejecutaran las gracias,
0:08:10 pero no le arrancaron ni una sola sonrisa.
0:08:14 En Roma era especialmente durante los banquetes
0:08:17 cuando intervenían los bufones.
0:08:20 Su importancia era tal que ocupaban el sitio más relevante
0:08:25 que en otros tiempos era tomado por ejemplo
0:08:29 por los cantores y aedos homéricos.
0:08:32 No, aquí a los bufones en Roma.
0:08:34 Los bufones que participaban en los banquetes romanos
0:08:37 eran en general expertos cantores de epigramas priápicos
0:08:44 en la Grecia clásica los priapeos eran poemas eróticos
0:08:51 que tenían como tema básico al dios priapo,
0:08:54 cuyas virtudes me imagino todos ustedes conocerán.
0:08:57 Así los epigramas que lanzaban estos bufones
0:09:00 eran breves sátiras en verso que terminaban
0:09:04 con alguna expresión punzante.
0:09:06 Por ejemplo, en el medio de la plaza del pueblo de Pehuajó
0:09:12 hay un letrero que dice, y ahí venía la expresión punzante.
0:09:17 Bien, se dividían en dos partes estos epigramas,
0:09:25 los llamados de expectativa y de explicación.
0:09:29 El orador llevaba a los gente por un camino
0:09:33 que luego quebraba brusca inesperadamente
0:09:37 con el inciso como flor de regadera.
0:09:41 Muy bien, también existían los banquetes
0:09:48 Bueno, el mecanismo del humor clásico.
0:09:50 Es claro, exactamente.
0:09:52 Que tienen los ciebres, que ponen las cosas donde no deben ir.
0:09:57 También existían los banquetes la figura del parásito.
0:10:00 El parásito era un personaje simpático
0:10:04 que solía ser invitado a comer
0:10:06 a condición de estar siempre de buen humor,
0:10:08 de excitar la risa de los demás,
0:10:12 de hacer buena cara a las injurias que se le hicieran
0:10:15 y aún de recibir sonriendo lo que se le tirara a la cabeza
0:10:21 cuando el vino acaloraba a los comensales.
0:10:24 Escribió Luciano, un filósofo escéptico del siglo II al respecto.
0:10:31 El parásito es un miserable que sin preocuparse
0:10:35 de las cuestiones filosóficas con las que nada tiene que ver
0:10:38 con el gobierno del mundo, que a lo importar poco,
0:10:41 ríe creciendo que todo va bien.
0:10:44 Come, bebe y se regocija gozando en paz
0:10:48 sin ser siquiera tormentado por los malos sueños.
0:10:51 Pues como no tiene ninguna inquietud,
0:10:54 no puede ni siquiera soñar con ella.
0:10:57 Digamos para terminar, que a veces el parásito
0:11:01 era reemplazado por un filósofo,
0:11:04 que a pesar de su tículo no desempleñaba
0:11:06 un oficio mucho más digno del parásito.
0:11:10 El filósofo del banquete se llevaba el nombre de aretálogo
0:11:14 y provocaba la risa con ocurrencias chistosas
0:11:17 después de exponer sentencias filosóficas.
0:11:21 Eran pensadores pobres, estoicos o cínicos,
0:11:25 que no tenían dos escuelas donde enseñar,
0:11:28 frecuentaban los festines de los ricos
0:11:31 y divertían a los convidados
0:11:33 con burlescas disputas sobre el viso y la virtud,
0:11:36 como hacemos nosotros.
0:11:38 ¿Como hacemos nosotros?
0:11:41 O como vinimos haciendo durante este tiempo,
0:11:44 vamos a seguir haciendo hasta el día 30 de diciembre.
0:11:48 ¿En qué pasaremos a alegrar otras cortes?
0:11:51 ¿O acaso estaremos en la calle?
0:11:54 Ymitando a los cerdos o a las gallinas.
0:12:00 Hemos sido...
0:12:04 Ah, la historia barba.
0:12:07 Sobre todo el personaje del parásito.
0:12:10 Parásito es una cosa del ojo.
0:12:12 Me imagino que era terapéutico,
0:12:14 por lo que los comensales empezaron a tomar vina.
0:12:17 Tiremosle al parásito.
0:12:19 Yo conozco parásitos.
0:12:21 Hay muchos poderosos que tienen,
0:12:23 esos que invitan a comer y que les festejan los listes
0:12:25 y que les paguen, y después se dejan maltratar un poco
0:12:36 y reciben como contrapartida algunos beneficios materiales.
0:12:41 Pero siga bien.
0:12:43 Bueno, fui a la discoteca.
0:12:45 ¿La historia barba, al discotecario?
0:12:47 El discotecario, a mí me hizo gracia,
0:12:51 fue el cuento de...
0:12:53 Le voy a contar este cuento.
0:12:55 Resulta que había un tipo llamado Pascual Angulo.
0:12:57 Y, señor, ya me conté...
0:12:59 No me parece que tiene que haber lo que acaba de hablar.
0:13:02 ¿Qué tiene que ver con eso?
0:13:03 ¿Cómo? ¿Qué tiene que ver?
0:13:05 Yo tengo mucha gracia para contar siempre.
0:13:07 Piden que cuente cuentos y soy muy gracioso.
0:13:11 Me dice, conoce el del japonés que se desgració en un velorio.
0:13:16 Señor, qué temática.
0:13:18 Pero qué le dio un disco.
0:13:19 Estuvo contando chiste durante dos horas.
0:13:20 ¿Y usted no encontró la manera de pedirle un disco en esas dos horas?
0:13:30 Y entonces el tipo me lo dio ver, el disco.
0:13:33 Un disco que se llama...
0:13:34 Un tango que se llama, justamente, que riza.
0:13:37 Ah, no se, no se, no se.
0:13:39 Bien, y fue escrito seguramente pensando en los bufones
0:13:46 de la historia, de la iglesia, de Roma y de la edad.
0:13:49 ¿Lo menciona la letra?
0:13:50 No, en absoluto, lo menciono.
0:13:53 ¿Lo sugiere?
0:13:54 No, no lo sugiere.
0:13:57 Tampoco son tangos graciosos.
0:14:01 Es más bien dramático.
0:14:05 Pero se llama qué riza.
0:14:07 Hablado de bufones, qué riza es lo que dice uno.
0:14:10 ¿Qué dice uno cuando uno imita el gruñido de un cerdo?
0:14:13 ¿Qué riza?
0:14:17 Ya, escucharemos entonces a El Mundo Rivero,
0:14:20 en este bello tango que se llama,
0:14:22 qué riza.
0:14:38 Qué riza, pensar que te entregué mi vida entera,
0:14:43 el matrimonio de la cadrera,
0:14:45 el mar rojo de ayer,
0:14:48 chí ola de un vuelto miserable que se olvida,
0:14:54 que le volvía la vida,
0:14:56 y fuiste mi mujer,
0:14:58 qué riza,
0:15:00 fijarme en tus andrijas de esmallada,
0:15:03 y en tu hoja gastada,
0:15:06 pidiendo un rincón,
0:15:08 bele.
0:15:11 Me has hecho un rejuñón del lado izquierdo,
0:15:14 y de bronca me muerdo por tanto es sin razón,
0:15:18 cuando el sol te alumbró,
0:15:22 con su alegría,
0:15:24 le pudo acomplejarme,
0:15:26 me fui achicando,
0:15:28 hasta que me cansó mi mundo un día,
0:15:32 y entonces recién gaudí que,
0:15:34 hasta cuando,
0:15:36 yo ya penesala,
0:15:38 bonafa donde quieras,
0:15:41 yo sigo en mi rincón afanimate,
0:15:44 si así para lo que por vos me hiciera,
0:15:48 andate a mi lado,
0:15:49 hoy mismo andate,
0:15:52 yo sigo aquí a murar,
0:15:55 sin fe, sin ilusión,
0:15:57 verando este filao,
0:16:00 que fue mi corazón.
0:16:03 ¡Qué risa!
0:16:05 Pedirte una palabra, cariño,
0:16:08 a mi vida zarosa, que confíe sólo a vos,
0:16:13 grotesco,
0:16:15 con mi caricia, vil burleto, en janto,
0:16:19 y confundito llanto, creyéndote mi Dios,
0:16:23 ¡Qué risa!
0:16:25 seguir este papel de buenitario,
0:16:28 que mundo sanguinario que te arrastra a mi lado,
0:16:33 ¡Qué anguón!
0:16:35 ¡Qué anguón!
0:16:36 Es para una vez que un pobre diablo sueña,
0:16:38 el destino se peña,
0:16:41 en dejando colgado,
0:16:43 cuando el sol te alumbró,
0:16:47 con su alegría,
0:16:49 me pudo complejar,
0:16:51 me fui achicando,
0:16:53 hasta que me cansó mi mundo un día,
0:16:56 y entonces resinaudí,
0:16:59 hasta cuando,
0:17:01 ya tenés alas,
0:17:03 con la palom de quiéras,
0:17:05 yo sigo en mi rinco de afán y madre,
0:17:09 si así pagas lo que por vos lo hicieras,
0:17:12 andá'nme en mi náu,
0:17:14 hoy mismo andá'nme,
0:17:17 yo sigo aquí a Murán,
0:17:20 sin fe, sin ilusión,
0:17:23 velando en que final,
0:17:26 lo que fue mi corazón.
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