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22 de Junio de 2009

burdeles en España

Transcripción automática

0:00:00 El tema central de hoy, yo veo que hay muchos niños, de manera que vamos a hablar de burdeles en España.
0:00:07 ¡Lleve señor!
0:00:08 En el siglo XVI y XVII.
0:00:11 Ahora que estamos solos.
0:00:16 Bien, existían en esa época, en España, unos burdeles, llamados mansevillas.
0:00:23 Nombres que se usan en la bellísima canción, Ojos Verdes, paraba en la puerta de la mansevilla.
0:00:30 Los mansevos? ¿Quiénes eran?
0:00:32 Los mansevos son muchachos, jóvenes dispuestos a amarse entre ellos, generalmente.
0:00:38 Estos sitios, digo, estos burdeles, estas casas de tolerancia, eran amparados y reglamentados por el rey.
0:00:46 Nada de que usted tenía un burdel y veía esa policía y hacía lo que querían.
0:00:53 No, señor, este es un burdel serio.
0:00:55 Acá todo está reglamentado por el rey, todo el tiempo que usted tiene que estar, lo que le cobramos, todo.
0:01:00 Y las primeras disposiciones al respecto, las había dictado Felipe II, en 1560, digo el mismo, porque fue el monarca más rígido y puritano de la historia española.
0:01:12 Había mansevillas en Madrid, en Toledo, en Valencia, el se visa en Córdoba y en Granada.
0:01:18 Unos funcionarios del gobierno cuidaban de la limpieza de aquellos lupanar.
0:01:24 Muy bien, es fundamental.
0:01:26 Muy bien, es fundamental.
0:01:27 El lupanar ha de estar limpio.
0:01:29 Si no tiene usted hecho todo un...
0:01:31 No, pero el coche es un chiquero, eso.
0:01:34 Cuidaban de que no hubiera escándalo ni se ofendiera a las señoritas que trabajaban allí,
0:01:39 porque había algunos tipos que con el pretexto de que se acostaban con ellas las ofendían.
0:01:45 Así que una cosa es una...
0:01:47 Por ahí estaban de copas y...
0:01:49 Bien, de vez en cuando un médico recorría las instalaciones y revisaba a las muchachas para ver si todavía estaban sanas.
0:01:57 Se encontraban ellas, algún mal contagioso tenía que advertir a la Policía de Inmediato.
0:02:03 Las mansevillas tenían en sus entradas dos guardias que se encargaban de que los visitantes entraran así sin espada ni punial.
0:02:12 No, era el único que faltaba.
0:02:14 Bien, las muchachas de las mansevillas tenían la obligación de usar una vestimenta especial.
0:02:20 La ordenanza de mansevillas dictada en 1621 indicaba que las prostitutas que avistaban los burdeles públicos debían llevar medio manto negro.
0:02:30 No un manto negro, medio manto negro.
0:02:33 ¿Cómo es sería?
0:02:34 Las damas de medio manto eran las prostitutas porque sólo las honradas podían llevar un manto entero.
0:02:41 ¿Un manto que es una capa?
0:02:43 Una capa.
0:02:44 Una capa.
0:02:45 Y si existía el deseo de que la gente ya, al ver una vestimenta, supiera si una mujer era honrada o no.
0:02:51 ¿Tiene su ventaja?
0:02:58 Hasta fines del reinado Felipe II para entrar en...
0:03:01 ¿Qué tenía que hacer una chica para entrar en una mansevilla?
0:03:03 Supongo que sí que una chica, yo y no.
0:03:05 ¿El ingreso no creo?
0:03:07 Claro. No había como un enchame de ingreso.
0:03:10 Primero, te voy a acreditar con documentos ante el juez de su barrio ser mayor de 12 años.
0:03:16 Buen señor.
0:03:17 Y tenía que haber perdido la virginidad, si no lo te dejaban entrar.
0:03:21 Ser huérfana.
0:03:23 Pero, pute, me he hecho todo.
0:03:24 ¿Estás poniendo un poco difícil?
0:03:30 Es una parte complicada alguna de las cuestiones.
0:03:34 Bueno, señorita.
0:03:35 Se trata del juez.
0:03:36 Si no le gusta, ya sabe lo que tiene que hacer.
0:03:38 Dicen que el juez procuraba convencer al apostolante de que se alejara de que camino pecaminó.
0:03:46 Muy bien el juez.
0:03:47 Muy bien. Al principio, si a usted quiere entrar, bueno...
0:03:50 No le convié.
0:03:51 Todo le van a tomar por el churrete, decía mi tipo, mientras les acaba la blusa.
0:03:59 Si no podía convencerla y dice, bueno, ¿te estás segura?
0:04:02 Sí, decía, mira, ya estaba emperrada, ¿víos?
0:04:05 Porque se le había puesto...
0:04:06 ¿Se le había puesto?
0:04:07 No, yo ya posee.
0:04:08 Tengo 12 años y estoy segura del día.
0:04:11 Soy huérfana, perdí la virginidad y dice, ¿qué otra cosa voy a hacer?
0:04:15 Y le daba un documento que la autorizaba a ejercer allí su profesión.
0:04:20 No, me desbordé.
0:04:21 No, me desbordé.
0:04:22 Allí no, me desjugado, imagínense.
0:04:24 Víos con el tiempo, vio cómo pasan todas partes, surgió la corrupción.
0:04:30 Cada vez que llegaba una muchacha ante el juez, debía entregar sus argumentos.
0:04:36 ¿Qué es el tío?
0:04:37 Y eran los argumentos de su oficio, que se abacariciara el juez y con carice de toda índole, decía aquí, trataba de ser aceptada por el juez.
0:04:48 Me arrugó risa con este tema.
0:04:50 Yo también, yo también.
0:04:51 Yo pienso en el juez diciendo, a ver, frío, frío, frío.
0:04:55 A ver otro argumento ahora.
0:04:56 Tibio, tibio, tibio.
0:04:58 Caliente, caliente, caliente.
0:05:00 Ese argumento está a punto de convencerme, pero no.
0:05:07 Cada mansevilla tenía un regente que era conocido como padre.
0:05:13 La palabra padre suena bastante mejor que capillo, ¿no?
0:05:17 Pero era, en definitiva, un caraliza, un león, un lenón, un macro, un gigorón, un proxeneta.
0:05:29 Qué regente va las muchachas.
0:05:32 Un de estos tipos, los cafioros, respondían ante el juez respecto al orden de aquella casa.
0:05:40 Y tenían autoridad plena sobre las mujeres que así habitaban.
0:05:43 Las muchachas tenían que pagar a diario una suma estipulada y aceptar a todo varón que la requiriese.
0:05:50 Nada de que este me gusta y que no me gusta.
0:05:53 Quienes tenían el oficio de Fioccas tenían derecho a trato y título de hombre de bien.
0:06:00 Tenían jerarquía social.
0:06:03 Tenían derecho a trato y título de hombre de bien.
0:06:07 Trácteme bien porque yo soy padre de aquel lenociño.
0:06:13 Yo soy cafiolo de tal Burden.
0:06:16 Así que déjeme entrar.
0:06:18 Se daba a las mansevías muchos nombres distintos, tales como de esas, mesones de las ofensas, montes de los campos de Pinos, ninguna épicas, etcétera.
0:06:31 A las muchachas le decían, mozas de partido o niña de lagarro.
0:06:36 ¿Lagarro de Atrici?
0:06:38 Atrici.
0:06:42 A principios del siglo XVII funcionaban tres mansevías en Madrid.
0:06:47 Una estaba en la calle Franco's y era visitada por los nobles y el rey.
0:06:51 Era ahí los macanúdos.
0:06:53 Otra estaba en la calle de Luzón que era para la burlesía.
0:06:57 Y una tercera, más popular, estaba en la Plaza de Caramillo destinada a los muchachos.
0:07:04 Cuentan que un día se presentó Felipe IV naturalmente en la mansevía de la calle Franco's.
0:07:10 Como se sabe, Felipe IV era un rey muy dado al amor, tuvo cientos de amantes y unos cuarenta hijos a tardos.
0:07:17 Ahora, en la mansevía fue rechazado por una morocha y eso que no se podía rechazar.
0:07:23 Pero a ti no lo rechazó.
0:07:24 Yo le dijo, tan fero era.
0:07:25 Y que soy yo.
0:07:26 Le dijo, vaya con Dios vuestra majestad que no quiero ser prostituta de historia.
0:07:32 He de decirle, mira, pensó que si estaba con el rey iba a trascender su prostitución y no quiso.
0:07:39 Que era bien, qué raro.
0:07:41 Algunos dicen que Francisco de Quevedo iba a la mansevía de la Plaza, la más pobre.
0:07:47 Y parece que allí fue rechazado también por una muchacha quevedo que dijo, estoy cansada.
0:07:53 Y lo rechazó.
0:07:55 Pero un día, tiempo después, Quevedo se encontraba en una fiesta en el Palacio con el rey.
0:08:02 Y allí se encontró con esta chica que lo había rechazado en la mansevía.
0:08:07 La chica estaba bailando con un noble de quien evidentemente había recibido favor.
0:08:13 Y en un momento Felipe IV pidió a Quevedo que improvisara una cuarteta.
0:08:18 Para eso lo tenía a Quevedo.
0:08:19 A ver, improvisé en una cuarteta.
0:08:22 Y el tipo decía, qué sé yo, aquí le traigo el mondongo que usted me mandó a comprar.
0:08:27 Como no lo puedo entrar, en la puerta se lo pongo.
0:08:31 Señor, no lo pongo.
0:08:33 Hoy, Quevedo improvisó esto.
0:08:37 No pretendas cortesana, blasonar de tu idaquía.
0:08:42 Que en caliente mansevía te conocí una mañana.
0:08:47 No es muy buena.
0:08:49 Ni lo honra mucho a Quevedo, qué sé yo.
0:08:51 Pero sí la desenmascaró a ella.
0:08:54 Sí, pero tenía derecho a ella rechazarlo.
0:08:58 No me gustas, loco.
0:09:00 Ese mismo día Felipe le pidió que improvisara otra rima.
0:09:04 Y esta vez tuve un poco mejor.
0:09:06 Porque el rey le decía a ver, improvisé una rima, quevedo.
0:09:10 Y dice, majestad dice, déme pie.
0:09:14 Un tema.
0:09:15 Claro, y el rey, que era gracioso, le levantó la pata
0:09:20 y le acercó, le dio la mano.
0:09:23 Y Quevedo tomó la pata del rey y le dijo,
0:09:26 en semejante postura falta comprender, señor,
0:09:31 que yo soy el orador y vos la cabalgadura.
0:09:36 Tuvo mal, ¿eh?
0:09:38 El rey no se ofendió por haber sido tratado de caballo
0:09:41 y felicitó a Quevedo y la fiesta, señor, qué sé yo.
0:09:44 Ahora bien, parece que la gente piadosa, sobre todo en cuaresma,
0:09:48 procuraba sacar a las prostitutas de las mansevías
0:09:52 y las llevaban a oír sermones ejemplares.
0:09:55 Imagina usted, el tipo va ahí al burbé, le dice,
0:09:58 bueno, afuera a tutti.
0:10:00 A la iglesia que vamos a escuchar un sermón.
0:10:02 Uy, Dios.
0:10:03 Esto no daba buenos resultados, como ya suponíamos.
0:10:07 A veces, para intentar otra alternativa,
0:10:11 directamente a la mansevia un predicador
0:10:14 y empezaba a predicar ahí.
0:10:16 Esto provocaba muchísimo secándalo,
0:10:18 porque el tipo se ha querido ese hermano.
0:10:20 Había toda una actividad.
0:10:21 La elegitaba, la hacían rimas, todas ese sermón.
0:10:24 Las chicas, incluso viendo peligrar su pan,
0:10:28 ponían en grave aprieto a los redentores.
0:10:32 Lárguense de aquí, bueno, sé, no me voy a meter.
0:10:35 Lo cierto es que el número de muchachas
0:10:37 entregadas a las mansevías del Estado fue cada vez mayor.
0:10:40 La mansevia sevillana más importante se llamaba el compás.
0:10:45 Así así se dirigieron los esfuerzos de los moralizadores
0:10:49 que lograron alguna retribución.
0:10:53 En la puerta del compás, el arzobispo Pedro de Castro
0:10:58 ordenó levantar un crucifijo,
0:11:01 con el ánimo de espantar a los devotos.
0:11:04 Con un devoto y el crucifijo, y decía, bueno, voy a pecar.
0:11:07 Pero no consiguió que el lugar cerrara, por lo menos, la fiesta.
0:11:11 Y que no hubiera allí ninguna prostituta llamada María.
0:11:15 Todo eso fue consiguiendo.
0:11:17 Y al fin consiguió que lo clausuraran del todo en 1620.
0:11:21 Así que si usted va ahora a Sevilla y pregunta por el compás, ya lo cerraron.
0:11:25 Curiosamente fue Felipe IV, el que clausuró las mansevías y los burdeles.
0:11:30 La verdad es que la inquisición tenía mucha fuerza.
0:11:35 Y por más que algunos declaraban que eran útiles a la moral, a la salud pública
0:11:40 y al bienestar del reino, prevaleció el disteño de la inquisición.
0:11:45 ¿Los reyes mantenían una autonomía con respecto a la iglesia?
0:11:49 ¿En alguna manera?
0:11:51 Sí, según las épocas.
0:11:53 En esa época la inquisición era muy poderosa, y entonces convenía a estar bien.
0:11:58 El 4 de febrero de 1623, el Tribunal del Santo oficio de la Inquisición,
0:12:03 que dijo al rey que cerrará todos los burdeles públicos y que mandara al convento a todas las muchachas.
0:12:10 Eso es terrible, imagínense.
0:12:13 Viene, te clausura el burdel, y te vas, te independizás,
0:12:17 vas a trabajar por tu cuenta, pero no, cerraban el burdel y a vos que estabas ahí,
0:12:23 te mandaban al convento.
0:12:26 Y Felipe no tuvo alternativas, tuvo que rendirse ante el poder de la inquisición,
0:12:30 se cumplió y desde entonces no hubo más mansevías públicas en España hasta ahora.
0:12:37 Yo he ido a España y he preguntado, porque yo no sabía que habían cerrado.
0:12:43 No, digo una mansevía pública, por acá le digo que ando con...
0:12:48 Así no más, ¿sabes?
0:12:50 Así no más, yo me he ando un poco desesperado,
0:12:54 y se dice, no, se las han cerrado en 1620 billos, qué barbaridad parece mentira.
0:13:00 Y no piensan abrirla nada, ¿no?
0:13:03 Sí, eso pregúte, digo, ¿qué onda? No la piensan abrir.
0:13:07 No, dice, que eso no.
0:13:09 Y pregúte, ¿cómo hago?
0:13:11 Y dice, no, va a tener que conseguir que alguien se enamore de usted.
0:13:19 Por menos de un momento para otro es difícil.
0:13:22 Ya me resulta difícil de un año para otro,
0:13:25 calculo de un momento para otro, ¿no?
0:13:27 El curso se entraba a los lugares,
0:13:29 y alguna se quiere enamorar de mí, o así, de onda.
0:13:33 Y peor que no desían nada, desían no.
0:13:40 Claro, porque me podría quedarse así, mira para abajo.
0:13:43 Usted dice, ganate a todo.
0:13:45 Alguna quiere salir conmigo y nadie dice nada.
0:13:48 Si una pregunta, ¿alguna quiere seguir salir conmigo?
0:13:51 No, eso está mal.
0:13:53 No está muy convencida.
0:13:55 ¿Alguna quiere salir conmigo?
0:13:57 Más fuerte.
0:14:04 Mejor ahí.
0:14:09 No hay mucha onda, ¿eh?
0:14:13 Así que aquí estoy, tanto desesperado como en...
0:14:19 Alito tema, alito tema.
0:14:21 Bueno, pero yo estaba pensando que...
0:14:23 en aquel momento era el convento, pero ahora van en cana, ¿eh?
0:14:27 ¿Cómo van en cana? Buenas tardes.
0:14:30 Y aparece una redada policial en un bordel
0:14:33 y todo el mundo va a la comisaría.
0:14:35 Pero hay bordeles o no hay bordeles.
0:14:37 ¿Cómo que no? No en España.
0:14:39 ¿Aca? ¿Aca?
0:14:42 Incluso en la plata.
0:14:44 ¿A qué en la plata?
0:14:46 Puede haber alguno, uno o dos.
0:14:48 Seamos confidenciales, no te demuestran, ¿eh?
0:14:52 ¿Qué onda?
0:14:54 ¿Dónde crean?
0:14:56 Dice, hay un cartero en la puerta.
0:14:58 Un crucifijo tiene en la puerta.
0:15:00 Lo deben haber puesto, pero...
0:15:03 Bueno, señores, hemos ido al...
0:15:08 Un discotecario, empezó a contar...
0:15:11 experiencias...
0:15:13 suyas en bordeles, ¿no?
0:15:15 Pero qué es el nombre que cuente sus experiencias.
0:15:17 Los temas históricos mucho le importan, pero cuando es de bordeles...
0:15:20 Ah, de bordeles. Yo conocí, que soy yo...
0:15:23 y pone los ojos...
0:15:25 Y me encajuntan o que es clavado, que es...
0:15:28 Gira, gira.
0:15:30 Ah, muy bien. No habla específicamente de ese episodio, pero...
0:15:33 No, pero dice el nombre de la profesión, que es lo que llama.
0:15:36 Vamos a escuchar la versión clásica de Carlos Gardel.
0:16:06 La diferencia del mundo, que sordo y es mudo, recién es el entidad.
0:16:13 Y la diferencia es que, si no, no es el mundo.
0:16:16 No es el mundo, que se llama.
0:16:18 No es el mundo, que se llama.
0:16:20 No es el mundo, que se llama.
0:17:58 No es el mundo, porque se llama.
0:18:00 No es el mundo, todos ellos.
0:18:02 Los ellos son Şele,
0:18:04 los ellos sonios son hanando por un unido.
0:18:22 rhymes
0:18:25 орт
0:18:26 vamos a Carlos Gardel, Gira Gira.

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