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0:00:00 Continuamos en la venganza Serata Arrible, estamos hoy en nuestro galponcito de Radio
0:00:08 del Plata en la ciudad de Buenos Aires, en la calle Gorriti 5963, mañana y el resto
0:00:13 de la semana, insistiremos aquí como cada medianoche la entrada es libre y gratuita
0:00:18 y los estamos esperando.
0:00:21 Hablaremos esta noche de caminantes, unos que han hecho verdaderas proesas y el más
0:00:35 famoso a mí me parece que fue Alvaroñez cabeza de guácano, él mismo escribió una
0:00:43 crónica llamada Naufragios en la que cuenta una caminata que le emprendió con los tres
0:00:53 compañeros que quedaron a su lado después de un naufragio que los dejó en la Florida
0:01:00 y dejó constancia de esta caminata en forma escueta, es un libro modesto, la relación
0:01:08 comienza diciendo, cuento esto así brevemente porque no hay necesidad de contar las miserias
0:01:13 y los trabajos en que nos vimos y lo que contó fue de todas maneras terrible, porque Alvaroñez
0:01:21 caminó hacia el oeste desde Florida hasta California y atravesó los actuales estados
0:01:30 de la Florida, Georgia, Alabama, Mississippi, Louisiana, Texas, Nuevo México y Arizona
0:01:37 iba descalzo y desarmado, comió arañas, culebras, estiércol de venado, etc. y llegó a colonias
0:01:47 españolas en 1536 después de andar 8 años, me parece que era el naufragio de Gumbán
0:01:54 pero ya hablaremos, pero después caminó también en Sudamérica, él venía a Asunción
0:02:02 y se le ocurrió bajar en Santa Caterina y atravesar desde la costa del Brasil la celua
0:02:12 en dirección a la ciudad de Asunción y él y sus hombres fueron los primeros europeos
0:02:18 que vieron los saltos del Iguazú, en realidad aquel encuentro fue desastroso para Alvaroñez
0:02:25 porque tuvo que desviarse hacia el norte muchos kilómetros para poder lograr un buen cruce,
0:02:32 es decir, para un tipo que lo único que quiere es cruzar el río, darse de narices con los
0:02:38 saltos del Iguazú no era una buena noticia, dicen que hubo un caminante más osado que
0:02:44 Alvaroñez que se llamaba Andrés Do Campo y no muchos se acuerdan de él, cabeza de vaca
0:02:50 anduvo más de 10.000 millas, Do Campo pasó de 20.000 y su andar duró 9 años, Do Campo
0:02:58 escapaba de los indios allá por 1540 en América del Norte, pertenecía a un grupo de misioneros
0:03:06 cristianos y en realidad su recorrido se hizo largo porque estaba siempre perdido, no
0:03:13 sabía dónde estaba, huyó de Kansas, ahí lo tenían prisionero y llegó hasta el extremo
0:03:19 sur de México y dio mil vueltas por los desiertos hasta que llegó a una colonia y lo recibieron
0:03:27 como a un resucitado. Semejante trayecto no le sirvió de mucho porque tras algún tiempo
0:03:34 de descanso Andrés Do Campo abandonó la ciudad de Tampico a donde había llegado y qué le
0:03:41 pasó se perdió, volvió a perderse y lo peor es que nadie supo más de él. Como dijimos
0:03:49 al comienzo Alvaro como Do Campo fueron caminantes involuntarios, no tenían otra alternativa
0:03:57 que caminar para salvar el pellejo, pero no hace mucho hubo un famoso caminante profesional
0:04:06 que se llamaba Edward Weston y que era norteamericano. Se hizo célebre como resultado de una apuesta
0:04:15 sobre una elección presidencial que hizo a un amigo. Los términos de la apuesta era
0:04:22 que el perdedor era, que el perdedor debía caminar desde Boston a Washington en diez
0:04:27 días consecutivos de suerte de poder llegar a tiempo para ver la toma de posesión del
0:04:34 mando del nuevo presidente, una ceremonia que debía realizarse el 4 de marzo de 1861.
0:04:41 El recorrido son 770 kilómetros. Ahora bien, el tal Weston había apostado en contra de
0:04:52 Ibrahan Lincoln y perdió y comenzó su caminata el 22 de febrero. Un cortejo de curiosos acompañó
0:05:02 al caminante. Los primeros 8 kilómetros los hizo en 47 minutos, pero luego redujo la velocidad
0:05:09 más o menos de unos 5 kilómetros por hora en forma constante. En cada ciudad lo esperaba
0:05:15 una multitud. Las muchachas lo besaban y le pedían que entregar esos besos al Lincoln.
0:05:25 Weston no siguió un plan establecido, descansaba al lado del camino su sueño más largo de
0:05:32 6 horas, comía mientras caminaba y comía lo que le daban los aldeanos. En Filadelfia
0:05:40 lo quiso recibir el gobernador, pero Weston rehusó subir a un piso superior del hotel
0:05:47 continental en una censora a vapor porque lo consideró contrario a las reglas establecidas
0:05:52 por la apuesta. Solo podía detenerse para hacer sus necesidades y descansar. Llegó
0:05:59 el capitolio el 4 de marzo a las 5 de la tarde y ya era demasiado tarde para ver el juramento
0:06:06 de Lincoln, pero no para el baile oficial al que tuvo ánimos para asistir aquella noche.
0:06:14 En aquel primer viaje Weston caminó por nada, pero más tarde decidió caminar para ganar
0:06:21 dinero. La gente apostó para verlo cumplir sus recorridos. En distancias de mil millas
0:06:29 podía conservar un ritmo en paso tan sostenido que ni los caballos de los árbitros podían
0:06:36 seguirlo. Era necesario proveer de relevos a los caballos de los encargados de controlar
0:06:42 los tiempos. Andaba con pantalones ajustados, zapatos de cuero, pues sé que lo conozco.
0:06:51 Un sombrero hongo igual antes de seda. Siempre llevaba un bastón liviano para espantar
0:06:57 los perros y más los perros y marrones, que son los más peligrosos cuando uno se hace
0:07:01 caminante profesional. En algunas ocasiones cuando se adelantaba los horarios establecidos,
0:07:10 Weston se ponía a hablar con los vecinos y a veces visitaba sus admiradoras o asistía
0:07:16 a servicios religiosos. Weston continuó caminando hasta los 74 años. Su última prueba fue
0:07:24 New York Minneapolis, que son 2.474 kilómetros, los hizo en 51 días. Fue su última caminata.
0:07:34 Había ganado una verdadera fortuna apostando. Un destino espantoso vino a detenerlo. Un
0:07:42 día de 1927, mientras caminaba en una calle Brooklyn, lo pisó un coche y sufrió heridas
0:07:52 tan graves que le vio pasar el resto de sus días en una silla de ruedas. Murió poco
0:07:59 después en 1929 a los 90 años de edad. Hay otros caminantes, pero estos son los 3 que
0:08:15 tenemos hoy. A mí me se empatiza mucho al barno y es cabeza de vaca. Y el otro, el
0:08:22 del medio, el do campo, me parece un perdido. Le salió medio de casualidad. Y el otro,
0:08:31 desde luego, profesional, una cosa es caminar al costado de una carretera de los Estados
0:08:39 Unidos en el siglo XX o fines del XIX y otra cosa es caminar en medio de la selva brasileira
0:08:50 en 1550. Descalzo también. Esa era una compadrada de Alba Rooña, quizás. Hemos
0:09:02 sido a la discoteca. El discotecario me ha dicho que él era caminante aficionado, que
0:09:08 solía ir mucho a Luján cumpliendo promesas. Hay gente que consigue fortuna yendo a Luján.
0:09:17 Pasta con hacer una promesa y yo camino a Luján y pedirle a la divinidad o a quien
0:09:25 fuera o a un santo adecuado una gracia que puede ser, por ejemplo, dinero.
0:09:32 ¿Dinero es abstracto o una cifra?
0:09:34 Dinero es abstracto, pero al mismo tiempo concreto. Dinero es una abstracción, quizás la más
0:09:42 grande de las abstracciones que se han inventado. Pero sí, dinero, por ejemplo, voy a ir a
0:09:49 Luján, te prometo ir a Luján, sí, consigo 50 mil pesos.
0:09:57 Así con cifra y todo.
0:09:59 Sí, con cifra y todo. Por 20 pesos no me voy a ir a Luján.
0:10:02 Bueno, pero soy yo, no sé, me parece que...
0:10:04 Por 50 mil mangos me dedico a ir y volver de Luján, ya por medio.
0:10:08 Pero es un acto de fe, no sé, ¿te has provista de...?
0:10:12 La fe es una cosa que no tiene nada que ver en esto.
0:10:15 Sí, la avenida.
0:10:16 Hay Dios. Bueno, esto es lo que me dijo el discotecario.
0:10:22 Claro, sí.
0:10:23 Él caminaba, sí, había ido muchas veces a Luján y que se había ganado tres autos y dos lanzas.
0:10:30 Porque cura le había dicho que plata no, en efectivo no.
0:10:34 Pero igual son valores, son objetos de cambio que los puede hacer dinero.
0:10:39 Bueno, eso es lo que merecía él.
0:10:41 ¿Y de dónde se ganó tres autos y dos lanchas?
0:10:44 Me imagino que la divinidad, al ver la fe y el fervor de este hombre, le habría puesto en la puerta autos y lanchas.
0:10:52 No es así, si no. Usted no se levanta.
0:10:54 ¿Qué pasa? ¿Cura de Luján?
0:10:55 No, no se levanta un día y aparecen dos lanchas en la puerta de su casa porque...
0:10:59 Entonces para qué voy a Luján?
0:11:00 No, porque es por otro lado...
0:11:01 ¿Y de gusto va Luján?
0:11:03 Usted puede ir, por ejemplo, al revés prometiendo algún esfuerzo suyo, decir...
0:11:07 Este tipo hacía New York, Minneapolis, 2474 kilómetros.
0:11:12 Luján son 74 kilómetros.
0:11:15 Te faltan 2400 todavía.
0:11:17 Sí, bueno.
0:11:18 La caminata de Weston llegaba a Luján y le faltaban todavía 2400 kilómetros.
0:11:23 Eso es caminar.
0:11:24 Y sin embargo, ni una lancha se sacó.
0:11:27 Pero él le apostaba menos creyente que uno.
0:11:31 Apostaba. ¿A qué voy?
0:11:33 Claro, y ganaba dinero.
0:11:35 Para comprar varios lanchos.
0:11:36 Sí, además supongo que habría todo el circuito de apuestas.
0:11:41 ¿Y alguno que pasara que sea así perdés?
0:11:43 Te doy el doble lo que apostaste.
0:11:45 Sí, alguno iba menos por ahí.
0:11:47 Claro, no me importa.
0:11:48 No me importa.
0:11:49 En cada lugar.
0:11:50 Y me ha dado un disco hermoso, hermoso porque es por el camino adelante.
0:11:55 Desde luego una canción criolla compuesta pensando en Albarno y el cabeza de barca.
0:12:01 ¿Sí? ¿En una barca?
0:12:02 No, la letra lo dice y mundo.
0:12:04 Pero lo raro es que vamos a escuchar a Julio Sosa cantar una canción criolla como esta
0:12:09 y con acompañamiento de guitarras.
0:12:11 Así que vamos ya mismo a escuchar a Julio.
0:12:15 ¡Aplausos!
0:12:45 Por el camino adelante
0:12:54 cruza un pájaro agorero sobre los campos silentes
0:13:02 y una canción entre dientes
0:13:07 cuantonando el carretero sobre Nidales Espartos
0:13:15 se ponen las paves presas
0:13:21 relucen como turquesas
0:13:24 los ojos de los lagartos
0:13:33 y en la hora agonizante
0:13:38 tras la carreta una mosa
0:13:43 marcha mientras que Sosa
0:13:46 por el camino adelante
0:13:54 déjame subir al carro carretero
0:14:03 déjame subir al carro que me muero
0:14:14 mira que voy muy cansado que hace mucho que camino
0:14:18 mira que marcho sin tino desde que fue la alboraba
0:14:22 he recorrido senderos echado por el ataco
0:14:27 monte arriba monte abajo sin pedir a los cabreros
0:14:31 un descanso en los apiriscos
0:14:36 sin implorar con mis quejas la leche de sus ovejas
0:14:41 hiriendo mientras los ricos bebiendo en las cristalinas
0:14:45 aguas de los marantiales
0:14:49 me han glavado los arsal de sus espinas
0:14:53 sus espinas
0:15:07 carreteros de mis quejas
0:15:12 caigo en tierra y me levanto
0:15:17 pronto no podría ser tanto
0:15:20 si en el camino me debo el carro
0:15:28 carretero de habiles
0:15:33 me han herido los arsales
0:15:37 los mastines y rizcanes
0:15:42 llevo sangrando los pies
0:15:46 toda manchada de barro
0:15:51 de mis fuerzas nada espero
0:15:57 déjame subir al carro
0:16:00 carretero que me muero
0:16:09 cae la moza sollozán
0:16:12 y otra vez vuelve a caer
0:16:14 comienza el cielo a llover
0:16:16 mientras la noche adelanta
0:16:18 la moza aquí me se inquieta
0:16:20 el carretero no escucha
0:16:23 porque ya entre el barro lucha y esta lejos
0:16:26 la carreta
0:16:31 cae la moza sollozán
0:16:33 sin poderse levantar
0:16:35 va el carro en su caminar
0:16:37 por el camino adelante
0:16:39 y la moza en el sendero
0:16:41 llora caída del barro
0:16:45 déjame subir al carro
0:16:49 carretero
0:16:53 déjame subir al carro
0:16:59 que me muero
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