Transcripción automática
0:00:00 En aquella oportunidad dijimos que Añe había puesto de moda el escote y que a veces escondía un seno y mostraba el otro,
0:00:09 con infinita gracia y corrección, me imagino.
0:00:14 También dijimos que Carlos, muy enamorado, no era para menos, le había regalado una mansión sobre una colina cercana al mar.
0:00:23 El lugar se llamaba precisamente Botte Sur Marne, belleza sobre el mar, que es un río, un río que inmortalizó Eduardo Arolas,
0:00:34 cuando escribió el tango que se llama Sì, porque según parece él estaba en Europa cuando tuvo lugar la batalla del marne en la primera guerra millada.
0:00:45 Bueno, esta chica, Añe, había hecho de Carlos un buen rey.
0:00:52 Antes de conocerla, Carlos se dedicaba con total exclusividad a seducir muchachas, incluso a inventar a demandes que denotaran propuestas de honestas.
0:01:06 Todos esos a demandes que nosotros bien sabemos y conocemos, los inventó Carlos VII de Francia.
0:01:15 Todos. Ese que usted está pensando también.
0:01:18 Sí. ¿Y este?
0:01:19 Ese no.
0:01:21 ¡Tú que es la etimolosía de Cristo!
0:01:23 Ese no es una propuesta.
0:01:27 Bueno, parece que había descuidado los asuntos políticos, imagínese si uno está inventando a demandes, mal puede ocuparse de asuntos políticos.
0:01:36 Y todos los conocían como Carlos el Indolente.
0:01:41 Después de un discurso que le dio su amante, la Sorel, se hizo bueno, o mejor dicho, se hizo más aplicado en su función de príncipe
0:01:50 y derrotó a los ingleses, los expulsó de las últimas regiones que habían ocupado, y entonces le cambiaron el apodo y le pusieron Carlos el Vistorioso.
0:02:00 Parece que los franceses no podían evitar el poner esa clase de remoquetes, por ejemplo el Indolente, el Vistorioso, el Gordo, el Bueno, el Pelado, el Navo.
0:02:14 Esos eran los apodos que se gastaban en aquellos años.
0:02:18 Pero esta muchacha que tanto había cautivado a Carlos VII murió, murió muy joven a los 28 años.
0:02:23 Muchos incluso acusaron de asesinato al delfin, al heredero, al Luis, al hijo de María de Anju, que le detectaba a la favorista y temía la influencia que ella ejercía sobre el rey.
0:02:34 Carlos, sin embargo, no culpó a su hijo.
0:02:37 Lloró durante algún tiempo la pérdida de su amada, pero, pasado un tiempito, se entregó una vez más a un desenfreno tal que le ocasionó serios inconvenientes con el Papa,
0:02:49 con algunos de sus súbditos y sobre todo con las muchachas.
0:02:53 Curiosamente, tras la muerte del Azorel, volvió a ser llamado el Indolente.
0:02:58 Algunos le decían también el Galante y otros lo decían otras cosas, que son el Desgraciado, el Pategadre.
0:03:07 Dicen las crónicas que Carlos buscó una nueva amante pensando que los frutos del mismo árbol tendrían idéntico sabor.
0:03:18 Fue a buscar una prima de la Azorel, que se llamaba Antoinette de Ménielet.
0:03:26 Era una mujer muy hermosa que, como su prima, enamoró al rey y este hombre, impulsado por un resto de pudor,
0:03:35 quiso justificar la presencia de Antoinette en la corte y la cazó.
0:03:42 No la cazó de Cogoté, sino la cazó con un señor.
0:03:47 La hizo casar con el noble André de Billet-Key, que interpretó a la perfección el papel y se requería.
0:03:56 Los reyes sonían hacer eso. Casaban a su favorita con un tipo y el tipo tenía que hacerse los carios.
0:04:04 Muy bien, Carlos, que tenía 50 años y por esos tiempos era mucho, vivió una segunda juventud con Antoinette.
0:04:12 Enamorado con locura de esta chica, la llamaba a su habitación 4 o 5 veces por día, bajo pretextos que no engañaban a nadie.
0:04:23 Al poco tiempo sucedió algo. Carlos VII consideró que una sola amante no le ha alcanzado.
0:04:29 Un día llamaban a Antoinette y le preguntó si conocía a algunas jóvenes agradables a la vista y al tacto,
0:04:37 que estuvieran dispuestas a acudir por separado o juntas a su habitación.
0:04:42 Antoinette, que por supuesto conocía el insaciable apetito de su amante y su gusto por ciertas complicaciones,
0:04:51 no puso dificultades en buscar lo que se le pedía y ahí empezó.
0:05:00 ¿Continúa el código de la verdad?
0:05:03 Sí, se puede.
0:05:06 Bueno, qué tal.
0:05:09 Bueno, bueno, disculpáenos si no podemos seguir conversando contigo, pero tenemos que hacer el programa.
0:05:14 Otro día charlamó.
0:05:17 Otro día charlamó.
0:05:19 Bueno, entonces empezó el asunto.
0:05:25 Antoinette, a cada muchacha de Buenberg que conocía, le rogaba que tuviera la habilidad de pasar por la cama del rey.
0:05:33 Y así se verificaba el asunto.
0:05:36 Después de algunas visitas, Carlos recordó a su favorita que para quedar satisfecho necesitaba diversiones muy fuertes.
0:05:44 Entonces Antoinette reanudó la búsqueda y encargó a los mercaderes ambulantes,
0:05:51 que andaban por todo el rey, que le informaran de cuántas jóvenes apetecibles vieran en cualquier parte.
0:05:58 Se produjo una especie de eleva femenina y no se guardó ningún secreto.
0:06:04 Se recorrieron los pueblos y visorios buscando mujeres hermosas.
0:06:08 ¡Aviva vos!
0:06:10 A ver, las mujeres hermosas, ¿dónde está el rey?
0:06:14 En pancho de otro.
0:06:16 El rey había dado precisas instrucciones a Antoinette
0:06:20 y todas las que concurrían voluntariamente debían someterse al visto bueno de la favorita.
0:06:25 Para que el rey no tuviera que andar eligiendo tanto.
0:06:31 Carlos no confiaba en este respecto en ninguno de sus équitos y hacía bien,
0:06:35 porque siempre están los agrandadores del oro.
0:06:38 Esos amigos que nos presentan, nos prometen, muchachas hermosas,
0:06:44 que nos están esperando en determinado bar,
0:06:47 una de cuyas amigas será la compañera de este amigo y uno llega al mencionado bar
0:06:52 y se encuentra con personas que son el desengaño.
0:06:56 Si usted es la joven cuya belleza sonó iba a poder creer,
0:07:00 pues efectivamente mi descreimiento acerca de su belleza es total.
0:07:08 Bueno, gracias a este metódico trabajo, Antoinette reunió muy pronto
0:07:17 una gran cantidad de mujeres que maravillaban al rey de Francia.
0:07:24 El año de 1459 fue considerado el año de las orgías.
0:07:29 Cuando la gente veía una muchacha hermosa decía,
0:07:32 esta está bien para la cama del rey.
0:07:34 Era un dicho ya, esa expresión se repitió tanto,
0:07:37 que muchos padres comenzaron a enviar sus hijas directamente al rey.
0:07:41 Según los cronistas, en el camino que vaya, si no,
0:07:45 podrían verse tropillas de ilusionadas que corrían a la corte
0:07:53 y parsimoniosas rechazadas que retornaban a su pueblo,
0:07:58 sino arrastrándolo a los fanguses y arrimadas a la pared.
0:08:03 Aquel período del rey a su favorita se transformó en una especie de nueva institución
0:08:08 que tenía a su lado noble.
0:08:10 Todos en el reino estaban de acuerdo en que a causa de los grandes trabajos
0:08:13 que el rey había realizado para reconquistar el reino de Francia,
0:08:17 se había decidido entregarle las más hermosas mujeres que se encontraran.
0:08:21 Era como una recompensa del pueblo a su rey en agradecimiento.
0:08:27 Pronto pudo notarse que el comportamiento del rey
0:08:30 tuvo una enorme influencia sobre las costumbres del pueblo.
0:08:34 Una especie de epidemia de amor se apoderó hasta de los más sensatos.
0:08:42 Un viento de voluptuosidad hizo caer a los habitantes de París en espantoso visión.
0:08:51 Y ahí andaban magistrados, monjes eclasiásticos,
0:08:55 hombres de toda condición, con sus concubinas a las que exhibían sin pudor.
0:09:01 Bueno, esta actitud se conoció incluso en Roma.
0:09:05 El Papa Pio Segundo decidió poner fin al escándalo,
0:09:09 envió una carta a la curia francesa, pidió a todos los franceses que se desprendieran.
0:09:14 Ya lo hicimos, decía Antonio, que se desprendieran de aquellas monturas del demonio
0:09:18 que tomaban no por caridad cristiana, sino con fines de zonas estos, etc.
0:09:23 Se recordó a los religiosos que un canon del Concilio de Asburgo
0:09:27 prohibía a los clerios tener mujeres subintroducidas,
0:09:31 nombres que se le daban a las mujeres que vivían en Casa de los Curas.
0:09:35 Yo hubiera jurado que era otra cosa, pero así era.
0:09:40 Y los primeros en la repetición fueron justamente los eclasiásticos.
0:09:44 Decidieron enmendarse.
0:09:46 Y bueno, vendieron a las mujeres con las que habían pecado.
0:09:51 Ah, caramba.
0:09:53 Y esto los reconcilió con el Papa y les dio dinero.
0:09:57 Y el pueblo poco a poco también fue desprendiéndose de sus concubinas.
0:10:03 Las muchachas empezaron a ser cada vez más difíciles de seducir.
0:10:07 El único que seguía firme era el rey.
0:10:11 Pero al principio de 1461 se supo que completamente agotado
0:10:16 Carlos yacía moribundo en su castillo.
0:10:19 Todo el mundo dijo lo mismo, por culpa de las mujeres.
0:10:23 No era exactamente verdad, pero en realidad, porque en realidad
0:10:28 hacía varios meses que Carlos sabía que el del fin Luis
0:10:31 esperaba con impaciencia su subir al trono.
0:10:34 Quiero decir, esperaba la muerte de su papá, Carlos, ¿no?
0:10:39 Que el rey tenía miedo que lo envenenara.
0:10:42 Y esa idea lo hizo renunciar a cualquier clase de alimento.
0:10:45 Cada cosa que le traían le producía temor y entonces no comía.
0:10:49 No comía.
0:10:50 Y se murió.
0:10:51 No por andar con muchas menos, sino por no comer.
0:10:55 Se murió de una misión rodeado de sus osantes concubinas
0:10:59 entre ellas a Anto-Annet.
0:11:01 El rey murió, no sabemos lo que ocurrió luego con Anto-Annet,
0:11:05 y él termina la historia de los últimos años,
0:11:08 la breve historia de los últimos años Carlos VII,
0:11:11 y de aquel 1459 que fue el año de las orgías.
0:11:23 Me gustó. Me gustó.
0:11:26 Y hemos sido a la discoteca a buscar discos de orgías,
0:11:30 de reyes que mueren por el demasiado desemfreno,
0:11:33 de noches en las que un rey recibe a cuatro o cinco damas,
0:11:37 y hemos encontrado el tango que noche que vamos a escuchar
0:11:41 en la versión de Roberto Vrela.
0:11:45 Un tango que según dicen fue compuesto la noche en que nevó en Buenos Aires.
0:11:50 Quiere decir que el autor más que en una noche de amor
0:11:53 pensaba en una noche de frío,
0:11:54 pero eso lo dijo para quedar bien con el comisario.
0:11:56 En realidad, Gustín Bardi compuso este tango
0:11:59 pensando en las noches de Carlos VII, el rey francés de Semprenada.
0:12:04 Escuchamos ahora ya mismo a Roberto Vrela.
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