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8 de Septiembre de 2008

Catalina de Rusia

Transcripción automática

0:00:00 Señores, hablaremos de Catalina de Rusia, pero no de Catalina la grande, sino de la primera Catalina,
0:00:07 una Catalina más oscura, más fea, pero que también tiene su interés.
0:00:13 Así que vamos a Rusia, año 1725.
0:00:17 Cuando se murió Pedro el Grande, la sucesión recalló en su esposa Catalina.
0:00:23 Este matrimonio tuvo dos hijas, Ana e Isabel.
0:00:27 Pedro había tenido un hijo varón, Alexis, pero lo había mandado a matar por conspirar en su contra.
0:00:34 Esa es la llamada Elón.
0:00:36 Hemos contado cómo se conocieron Pedro y Catalina, pero nunca contamos,
0:00:42 además lo contamos a Muto, pero nunca contamos qué pasó cuando Catalina asumió el poder.
0:00:48 Hubo un hecho que vivió a Europa.
0:00:50 Cuenta la crónica que la Zarina, si había vuelto una mujer corpulenta, vigorosa, recargada de joyas
0:01:02 y que profesaba una dudosa higiene.
0:01:06 Me parece que le estuviera oliendo.
0:01:12 Todo el mundo coincidía en resaltar sus modales de cantinera disfrazado de emperatriz.
0:01:21 Tenía eso sí, muchos amantes a los que les compensaba el asco económicamente.
0:01:31 Algunos de sus amantes eran nobles y otros eran favoritos de segundo orden.
0:01:37 Solo conocía a sus amantes, Johanna, la dama de compañía de Catalina, que era la encargada de conseguir.
0:01:44 Y iba por ahí, le conseguía un tiempo, y ella me decía,
0:01:47 hay un 50 si le asaltan los patinas a la emperatriz.
0:01:53 Además parece que la Zarina bebía como una esponja.
0:01:57 Pero es un desastre esa mujer, discúlpeme.
0:02:00 Bebía tanto que era muy frecuente que se desmayara después de comer con vodka.
0:02:05 Un plato de fideos, con un litro y medio de vodka.
0:02:10 Ahora bien, después de cada borrachera, los médicos sometían a Catalina a unas sangrías.
0:02:17 Pero no sangrías en el sentido de tomar.
0:02:20 Sangrías se acaban sangres porque se creían a que el tiempo era bueno.
0:02:25 Y estos médicos creían que servía para purgarla de los alcooles.
0:02:31 En esas borracheras sorrier a acompañarlas sus familiares,
0:02:35 que eran campesinos de Livonia.
0:02:37 Ella había nacido en Livonia y traía a las familias.
0:02:39 La miré a un peor que ella. Pior es que ella.
0:02:43 Cuando pasaban unos días, después de cada desmayo,
0:02:46 se desmayaba por 3-4 días,
0:02:48 Catalina salía a montar pero a caballo unas horas.
0:02:53 Salía a montar a caballo unas horas para mostrarse fuerte ante los súbitos.
0:03:00 ¡Ah! Esa mirada que fuerte es.
0:03:03 Un asunto público que atendió Catalina con todo interés
0:03:07 fue el casamiento de su segunda hija, Isabel.
0:03:11 Catalina quiso darle a su hija un matrimonio
0:03:15 que provocara la envidia de toda Europa.
0:03:19 Y asegurar también que continúe la dinastía,
0:03:26 Buscó entonces...
0:03:30 En algún momento nos caemos.
0:03:32 Le explicamos a los soldentes radiales que la gente se ríe yo también.
0:03:36 De los ruidos, los ruidajes que hay detrás del señor.
0:03:39 Algunos coinciden con algunas actividades de Catalina.
0:03:42 Claro, los trato incluso...
0:03:49 Trato entonces de hacer variar la biografía, la emota...
0:03:53 Y dije, ¡tenía muchos amantes!
0:03:55 ¡Pum, pum, pum, pum!
0:04:03 Bueno, el caso es que Catalina quería casar a su hija Isabel
0:04:07 y buscó a un príncipe, que es yo.
0:04:10 Ella le gustaba un príncipe francés.
0:04:13 Tenía la ilusión de que su hija se casara con un príncipe francés.
0:04:16 Enterado de este deseo, el embajador de Francia,
0:04:19 Jacques de Campflenon, se llamaba Campflenon.
0:04:22 Jacques de Campflenon, un hombre a quien le convenía
0:04:25 un acercamiento entre Rusia y Francia,
0:04:27 le habló a Catalina de lo interesante que sería un acercamiento entre sus reinos.
0:04:32 Un acuerdo así, libraría a la farina de las solapadas intromisiones de Inglaterra.
0:04:40 Y para endusar más a Catalina, el embajador le habló de la bellicia.
0:04:45 De la belleza de Isabel, la hija Catalina.
0:04:48 Ay, su hija es tan linda que yo estoy seguro.
0:04:50 Cualquier príncipe francés quería casarse con ella, que se llenó.
0:04:55 En abril de 1725, Catalina se enteró de que había un príncipe soltero en Francia
0:05:01 que estaba por casarse.
0:05:03 Y ese príncipe era nada menos que el futuro rey, el joven Luis XV.
0:05:10 Entusiasmada, Catalina convocó al embajador y le dijo,
0:05:16 ¿qué? ¿por qué no auspiciamos la unión de mi hija Isabel con Luis?
0:05:23 Catalina soñaba, aunque su hija fuera reina de Francia.
0:05:27 Aún si tuviera que recibir la religión católica,
0:05:30 recordece que en Rusia se profesaba la fe ortodoxo,
0:05:35 pero Catalina dijo, si hay que convertirla,
0:05:38 esta chica se convierte ni en que sea el budismo con tal de ser reina de Francia.
0:05:45 Antes tal ofrecimiento, el embajador se deshizo en agradecimiento,
0:05:50 que se lló y solicitó un plazo para transmitir los detalles de la propuesta.
0:05:55 El embajador viajó con retratos mejorados de Isabel
0:06:01 y de la que los vieron en Francia.
0:06:05 Pero Catalina cometió un error para congraciarse con Luis
0:06:12 a modo de regalo extra envió también un retrato de la hija del rey estanislado de Polonia,
0:06:19 María Lechinska, para ofrecerla también en matrimonio a otro,
0:06:25 algún otro noble francés del Segundo Orden que hubiera por ahí.
0:06:28 Mire, dice, aquí está mi hija, aquí está el rey,
0:06:31 y tengo esta, dice que es la hija del rey estanislado de Polonia, a ver si le encajan alguno.
0:06:35 Era mucho más linda.
0:06:37 En la Corte de Rusia esperaron la respuesta,
0:06:41 todos se preparaban para el boato de una unión.
0:06:44 La respuesta llegó en septiembre de 1725.
0:06:48 Efectivamente Luis XV se había decidido casarse con María Lechinska,
0:06:54 con la polaquita.
0:06:56 Para los rusos era una polaca de segunda clase.
0:06:59 Catalina, desesperada, pidió al embajador explicaciones.
0:07:04 Y el embajador dijo que ese yo, de, mire, Isabel no le va a gustar,
0:07:10 París, que ese yo, y al final terminó confesando que a Luis le había gustado una polaca.
0:07:16 Para compensar, Canfrenón, el embajador, le ofreció a Catalina
0:07:22 al duque de Charolet, que era un noble de segunda fecha.
0:07:27 Catalina aceptó, enojada, pero más tarde vino a chocar con otro rechazo más humillante.
0:07:34 El mismísimo duque de Charolet se negó.
0:07:40 O sea, terminó fracasando hasta con el duque de Charolet.
0:07:44 Bueno, llegaron las consecuencias políticas.
0:07:47 Catalina invitó al alto consejo de su país a romper relaciones con Francia
0:07:52 y a preparar incluso una alianza con Austria.
0:07:55 Se enviaron cartas a Viena y la Unión fue exitosa.
0:07:58 Y Europa se dividió durante 50 años en dos bandos.
0:08:02 Por un lado, Rusia, Austria y España.
0:08:04 Por el otro, Francia, Holanda y Prussia.
0:08:08 Canfrenón, harto de ser encargado de enviar mensajes ofensivos a la Zarina,
0:08:14 que hoy se fuera Rusia.
0:08:16 Isabel Petrovna, la hija de Catalina, quedó sola sin casamiento principesco.
0:08:22 Catalina, amargada, siguió bebiendo y disfrutando de otros excesos que la destruyeron.
0:08:29 Murió un año después de este desengaño en mayo de 1727.
0:08:36 Se armó una nueva intriga para decidir la sucesión,
0:08:40 pero esa es otra historia.
0:08:43 Da un poco de pena pobrecita, ¿no?
0:08:48 A mí me gustaría dedicar esto al pobre Canfrenón,
0:08:51 que se la tuvo que ver con Catalina.
0:08:54 Y a María Lechinska, que era linda y ciertamente fue la mujer de Luis XV.
0:09:00 Hay un detalle que me gustaría aclarar.
0:09:04 En realidad, el que eligió a María Lechinska no fue tanto el rey Luis,
0:09:11 sino su regente.
0:09:13 Ya era rey Luis XV, pero todavía no gobernaba porque era muy pibes.
0:09:19 Y el regente de Francia era Felipe Orleans,
0:09:23 un verdadero degenerado famoso por las orgías que organizaba,
0:09:29 uno de los seres más disolutos y viciosos que se han conocido.
0:09:34 Y el que miró el retrato fue ese, Felipe Orleans, el regente de Francia,
0:09:39 y no Luis.
0:09:40 Miró el retrato y dijo, no, no, esta.
0:09:42 Pero Luis confiaba en él.
0:09:44 Sí, sabía mucho de esto, Felipe.
0:09:47 Parece que Felipe tenía un amante, Felipe Orleans, Felipe,
0:09:53 tenía un amante que no era tanto que le gustaba el amante,
0:09:57 sino que el amante le conseguía mina.
0:09:59 Luis hizo algo parecido con la pompadur.
0:10:03 Y se preguntó, dirá, yo, tener un amante que no te gusta mucho,
0:10:06 pero te consigue mina.
0:10:08 Y no es celosa.
0:10:09 Un día parece, mirá, yo conté una historia que está buena.
0:10:14 Un día la mina esta le consiguió a su amante, a Felipe, una muchacha,
0:10:23 llamada Fernán, llamada muchacha.
0:10:26 Felipe andaba con ganas de tener un amor con ella,
0:10:33 pero esta chica Fernán era casada y lo rechazó.
0:10:40 Felipe le ofreció dinero, rechazó, rechazo de la mina.
0:10:45 Por último, ya cuando estaba por hacer una tercer oferta,
0:10:48 se le apareció el marido de la mina.
0:10:51 Se le dijo, Mecie, si usted me nombra gobernador
0:10:55 y me da una fuerte suma de dinero,
0:10:57 yo abandonaré a mi esposa y ella podrá aceptarlo.
0:11:02 A la noche siguiente se hicieron amantes con Fernán, con la mina de esto.
0:11:07 ¿Qué es el enemigo?
0:11:09 Pero sí, la mina de esta, la Fernán,
0:11:12 se hizo cargo de las orgías que organizaba Mecie.
0:11:15 Y empezó a armar unas orgías mucho mejores.
0:11:19 Eran orgías temáticas.
0:11:22 Invitaba a cierto número de personas, les daba instrucciones,
0:11:28 tales como que se los presentó en ser todos vestidos de romano,
0:11:32 o de, qué sé yo, de cazadores.
0:11:35 Siempre había una consigna.
0:11:37 Y montaba incluso, es decir, escenografías.
0:11:42 Bueno, un día estaba en una orgía
0:11:45 cuya consigna era que los hombres se disfrazaran de mujeres
0:11:49 y las mujeres de hombre.
0:11:51 Esa era la orgía.
0:11:54 Y en eso, en medio de la orgía estaban todos,
0:11:56 y, ¿qué sé yo?
0:11:58 Ruyo de orgía.
0:12:02 ¿Qué orgía?
0:12:03 ¿Qué orgía tan pobre?
0:12:05 ¡Un orgía, vamos!
0:12:15 En medio de la orgía los hombres disfrazaron de mujeres,
0:12:17 las mujeres disfrazaron de hombres.
0:12:19 En eso se abre la puerta
0:12:21 y el marido de la mina esta,
0:12:23 el que se había ido nombrado de gobernador,
0:12:26 que le había abandonado, el marido de Forran.
0:12:29 ¿Que no tuvo tiempo de frasarse?
0:12:33 Entró justo en el momento en que la mujer de él, en calzoncillo,
0:12:36 estaba siendo acariciada por dos soldados vestidos de campesinas.
0:12:45 Parece que el tipo se había repentido por su deshonra.
0:12:49 En medio, en el momento menos oportuno,
0:12:51 en la puerta gritó Felipe,
0:12:54 Felipe, me vuelvo atrás de lo convenido,
0:12:57 agarró a su mujer del brazo y se fue,
0:12:59 y en la puerta dejó la guita y los nombramientos.
0:13:02 Se fue con la mina y no lo vieron nunca más.
0:13:06 Bueno, esa era Felipe,
0:13:09 esa era Felipe, el que eligió a María Lechinska,
0:13:14 antes que el Saber petrófna,
0:13:16 la hija de Catalina de Rusia.
0:13:18 Y tenía mucha razón, era mucho más bonita.
0:13:21 Así que dedicamos esto también a Felipe de Orleans,
0:13:24 el disoluto.
0:13:26 Qué lindo la palabra disoluto.
0:13:30 El señor es un disoluto.
0:13:34 Y en la cancha, disoluto, disoluto.
0:13:39 Es extraordinario para gritarle a un jugador
0:13:42 que se marcha de las concentraciones.
0:13:46 Son todos burros.
0:13:48 Claro, ya todos saben que Finlandia está del luto.
0:13:53 Son todos rubios, son disolutos.
0:13:58 Fui bonza la discoteca.
0:14:01 No va a haber un tango de esta historia.
0:14:03 No, vemos una canción de Miguel de Molina,
0:14:06 que se llama Catalina justamente,
0:14:09 en honor a esta primera Catalina,
0:14:12 la más oscura, la bigotuda, la robusta,
0:14:15 emperatriz, que reino dos años solamente,
0:14:19 entre 1725 y 1727.
0:14:23 La otra es muy posterior,
0:14:26 Catalina II a la grande,
0:14:28 que fue la que tuvo los amantes,
0:14:30 el Saltikov, el Orlov, el Potemkin,
0:14:33 aquella cuyo amante, el Tuerto Potemkin,
0:14:37 le iba construyendo pueblos a su paso.
0:14:40 Pero ya hablaremos de eso después.
0:14:42 Escuchemos Catalina
0:14:44 para homenajear a Catalina la bigotuda.
0:15:14 Catalina II
0:15:44 Un pañeno carmesí, Catalina,
0:15:47 una Catalina y sí,
0:15:50 un jugón de tercio pelo,
0:15:54 y una fantasia lelida, Catalina,
0:15:57 y no, Catalina y sí,
0:16:00 Catalina, Catalina,
0:16:04 quien te habito y quien te vio.
0:16:08 Catalina II
0:16:10 Están bonitas y tan contuestas,
0:16:15 a sonar al tubal con Catalina,
0:16:19 sí, Catalina, no,
0:16:22 Catalina, y abre mi corazón.
0:16:26 A la fuente Catalina,
0:16:32 no ha vuelto más bebe, Catalina,
0:16:36 Catalina, y te vio,
0:16:39 y no salen de su casa,
0:16:42 aunque se muera de ese Catalina,
0:16:46 y se cura a Catalina y quien,
0:16:49 ya puesto un traje de luto,
0:16:53 y aún terra su corazón.
0:16:57 Catalina, Catalina,
0:17:00 y se le apuja la cara,
0:17:04 como rosa de pasión.
0:17:07 Catalina, sí, Catalina, no,
0:17:11 Catalina, y abre mi corazón.
0:17:26 La enterraron por la tarde,
0:17:30 ah, y al nado está de sol,
0:17:37 y los alamos del frío,
0:17:41 repetían la canción.
0:17:44 Catalina, sí, Catalina, no,
0:17:48 Catalina, y abre mi corazón.

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