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24 de Septiembre de 2008

Catalina Sforza

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos de Catalinas Forza. Hemos hablado de la familia Forza en las últimas semanas, algunas veces.
0:00:08 Así que vamos a ubicarnos en Italia, poco antes del año 1500, el papa era Alejandro Borja y su hijo era Chezare Borja.
0:00:19 Ambos querían extender los dominios del papado sobre otros territorios. En aquel entonces el papa tenía un poder secular también.
0:00:31 Es decir, dominaba algunos territorios, tenía ejércitos, cobraba impuestos, etc. Algunos feudos eran autónomos y hostiles a Roma.
0:00:40 Y esa autonomía los sustraía de las obligaciones impositivas, desde luego no agarparon impuesto.
0:00:46 Para que agarparan los Borjas iniciaron algunas invasiones. Yo voy a mandar unas cuantas invasiones acá, que no quieren pagar impuestos.
0:00:55 Y ahora contaremos lo sucedido en Imola y Forley, donde fueron a invadir los Borjas.
0:01:02 Estos lugares estaban gobernados por Catalinas Forza, que habían sido en 1463 en Milán. No sé, por serán todos en Milán.
0:01:12 Algunos, como Giovanni Forza, habían venido a Roma a casarse con Lucrecia.
0:01:19 Otros, como el caso de Catalina, estaban gobernando ahí en Imola y Forley.
0:01:23 Pero eran de Milán. Era hija legítima de Galeazzo, María Forza, el hermano del famoso Ludovico Esforza llamado El Moro.
0:01:32 El papá de esta chica de Catalina, Galeazzo, fue asesinado cuando ella tenía 13 años.
0:01:38 Además, Catalina envió dos tres veces. Cuando cumplió 16 la casaron con Giro Lamo Riario, un hombre vulgar y disoluto.
0:01:47 Sin embargo, no sé por qué, pero era conde de Imola y Forley, como si no se pudiera ser disoluto y conde.
0:01:58 Murió cuando lo tiraron por una ventana, lo desfenestraron, durante una conjura popular.
0:02:04 Más tarde, Catalina se casó con Jacopo Feo, que también murió rápidamente a la vuelta de una partida de casa.
0:02:12 Parece que un miembro de una familia enemiga le tiró con un pico y le abrió el marote.
0:02:20 El tercer matrimonio fue con Juan de Merici, que murió prematuramente durante un sofocón amoroso. Lázima que fue prematuramente.
0:02:35 Catalina no quiso volver a casarse, imagínense. Era muy hermosa.
0:02:42 Su carácter se agrió profundamente y se volvió una mujer despreciable para todos sus súbditos, que no perdían ocasión para manifestar su descontento.
0:02:51 Cuentan que gobernó Imola y Forley con el verdugo a su lado.
0:02:55 Cuando, en cierta ocasión, los de Forley se revelaron, amenazaron con matar a sus hijos.
0:03:02 Y ella, que también era muy vulgar, se levantó la falda y dijo, tengo la horma para hacer más hijos.
0:03:11 La horma?
0:03:12 Sí, la horma, sí. Catalina odiaba a los borjas y pensó que si eliminaba al padre, podría obtener, me fue hecho detener el avance de Cesare por la zona.
0:03:29 Es decir, el plan de ella era matar a Alejandro, matar al Papa Alejandro.
0:03:36 Y entonces le confió a Tomasino de Forley, un camarero pontificio, la tarea de entregar al Papa una carta.
0:03:44 Pero esa carta había permanecido mucho tiempo en contacto, en contacto sería mejor, con el cuerpo de un apestado.
0:03:51 Y se había impregnado de sus venenos, en el que al tiempo creían esas cosas.
0:03:56 Me dio raro a este veneno, ¿no?
0:03:58 Pero Tomasino cometió una imprudencia, le contó lo que iba a hacer a un amigo.
0:04:02 Este amigo le confió secreto a otro y este a otro y así hasta que se enteró al Papa.
0:04:07 Tomasino fue arrestado, confesó, lo mataron y Cesare apuró su avance sobre el territorio de Catalina.
0:04:15 No me gustaba esa, una carta apestada, toda sucia, y el otro como la agarraba.
0:04:21 ¿Tal con una pinza?
0:04:23 Y además para envenenar a los borjas.
0:04:25 Justo a los borjas.
0:04:27 Y había todo de los venenos.
0:04:29 Un pésimo plan.
0:04:32 El 24 de noviembre de 1499, una parte del ejército de César Borja se presentó en Imola y la ciudad se rindió sin luchar.
0:04:42 Se rindió directamente cuando el cabullo, Aquiles Tiverty, pidió a sus habitantes que se rindieran, no vacilaron en hacerlo.
0:04:51 Porque preferían a cualquiera de afuera antes que su gobernante Catalina.
0:04:56 Así que se rindieron ahí nomás.
0:04:59 Esta capitulación supuso para Catalina una frente imperdonable.
0:05:05 Entonces llamó traidores a sus habitantes, mandó a la capital unos cuantos, se refugió en Forley,
0:05:12 y tuvo peor suerte porque lo de Forley también hicieron lo mismo que sus vecinos.
0:05:17 César de Borja entró a la ciudad y fue bien recibido.
0:05:23 Cuando veo que la cosa se ponía tan fea, Catalina se refugió en un castillo con dos mil hombres,
0:05:29 que estaban decididos a lavar la vergüenza de los que se habían rendido.
0:05:34 Y así su propio castillo, no un castillo cualquiera.
0:05:37 Catalina dio la orden de disparar sobre los asediantes e incluso sobre los súbditos desleales que andaban paseando por ahí.
0:05:45 Antes de responder al fuego, César trató dos veces de inducirla a entregarse, pero ella se negó.
0:05:52 Se atendió además una trampa, lo invitó a negociar y cuando César entró, le levantó el puente y le va de eso,
0:05:59 dejólo adentro, pero César se avivó, volvió sobre sus pasos, pegó un salte y quedó afuera.
0:06:06 El asedio a la fortaleza de Catalina fue largo, esto debilitó a ambas partes.
0:06:12 César estaba al mando de 15 mil hombres, una carga de hombres para alimentar, tremendo, imagina.
0:06:20 El dinero empezaba a escasear, los mercenarios pedían el sueldo,
0:06:26 Catalina mandó a inundar los campos, a destruir las cosechas, a matar las reces, así que había muy poca comida.
0:06:36 Atento a estos problemas, César decidió un ataque furibundo y finalmente consiguió derrumbar las murallas y hubo lucha.
0:06:46 Catalina fue la última en rendencia, murieron 400 de los que la defendían.
0:06:51 Aquella misma noche de enero del 1500, César condujo a Catalina a sus propios aposentos
0:06:58 y allí, mediante halagos y amenazas, obtuvo sus favores, o sea que yació con ella después de haber tomado la plaza.
0:07:11 Algunos dicen que ella conocía a los ardores de César y que para evitar cualquier castigo le dio su amor.
0:07:18 Otro cronista dice que considerando la clase de personas que eran estos dos, no había ningún motivo para extrañarse,
0:07:26 ambos eran impetuosos, pericosos, se admiraban mutuamente.
0:07:30 El caso es que con esa unión terminó la guerra y no volvieron a amarse más, es decir, solamente esa noche.
0:07:38 Cuentan que cuando Catalina abandonó Forley, atada, lloró al franquear la puerta de la ciudad que no había sabido conservar.
0:07:47 Algunos dicen que César la llevó atada con cadenas de oro vestida como una reina.
0:07:52 Poco después César llegó con su cautiva a Roma y la mandó a una prisión.
0:07:58 Catalina quiso escaparse con la complicidad de un criado, pero fue descubierta.
0:08:04 Al criado lo tiraron al tíber, al tíbere, y ella en un encierro fue a parar un encierro mejor vigilado,
0:08:12 nada menos que el castillo de San Ángel, donde permaneció hasta junio de 1501.
0:08:20 Tal vez lo hubieran dejado allí hasta su muerte, sino fuera por un pedido de Francia.
0:08:25 Como el rey francés había ayudado a César en su asedio a Forley, exigió un mejor trato a la prisionera.
0:08:32 El papa y César no se atrevieron a contrarrecer al rey de Francia y liberaron a Catalina.
0:08:39 Catalina entonces, que como se ha dicho, era hermosa, a pesar de ser vulgar y asesina,
0:08:46 quedó sin embargo bastante maltrecha después de un año en las masmorras.
0:08:50 Como había perdido sus tierras, unos amigos la recibieron en Florencia y allí murió en 1509.
0:08:59 Alguien la pintó en Florencia, pero no se sabe quién.
0:09:04 Es un cuadro anónimo que está en la Galería de los Oficios, la Galería de los Uffichos.
0:09:10 Así que, si alguno está interesado, se toma un avión a Roma, un colectivo a Florencia,
0:09:16 y allí le pregunta al titpo, al vigilante dónde está la Galería de los Oficios
0:09:22 y el guardia le va a decir ahí, donde están todos los japoneses.
0:09:27 Mira el cuadro, lo mira y se vuelve.
0:09:30 ¿La pintaron antes o después de la masmorra?
0:09:33 Es día de mañana cuando alguien habla de Catalina esforza, te levanta la mano y dice,
0:09:40 yo voy al cuadro y pide otro vermo.
0:09:44 Ese yo voy al cuadro, vale un viaje a Florencia.
0:09:50 Hay gente que va a Florencia nada más que paró el cuadro y no hablan en toda su vida,
0:09:54 imagínense de Catalina esforza, es muy difícil, uno va a la pisería y no sacan la conversación.
0:10:00 No sale fácil.
0:10:01 Y uno está esperando para levantar la mano y dice, yo voy al cuadro y seguir con los susos.
0:10:06 Pero no, no, uno no puede en el mismo viaje ir a ver el coliseo.
0:10:10 No, no, no, no. A veces pasa que empiezan a hablar del coliseo.
0:10:16 Por eso, por eso.
0:10:17 Y el tipo de ese puto, hubiera ido a ver el coliseo.
0:10:22 ¿O forzar un poco la conversación?
0:10:24 Ah, también sí, pero ¿cómo hace usted para introducir la conversación así?
0:10:30 Bueno, una línea de conversaciones, a ver, juguemos a ver qué familia dominaba cada ciudad
0:10:37 en la Italia del Renacimiento y posterior.
0:10:42 Claro, son juegos poco probables, pero es posible.
0:10:45 Y en una pisería son juegos poco probables, le digo.
0:10:49 Con un tema de conversación después de un Boca River domingo 8 de la tarde.
0:10:52 A ver, juguemos.
0:10:53 El Caño dominaba Milagro.
0:10:57 Nadie juega.
0:10:58 Bien, ¿a quién podemos dedicar esta charla?
0:11:02 A los súbditos de Catalina que estaban repodridos de la calle.
0:11:07 Y a sus tres maridos que también estaban repodridos.
0:11:11 Ya comenzar esta historia.
0:11:16 Sobre todo el del sofocón, ¿no?
0:11:20 El del sofocón prematuro.
0:11:23 Bueno, hemos ido a la discoteca y al discotecario le interesó especialmente
0:11:29 esa noche en que el Cesare borza, habiendo tomado el castillo, habiendo luchando todo el día,
0:11:37 contra la propia Catalina se le metió la pieza, se le metió.
0:11:41 Sí, entre amenazas y pilóquios.
0:11:43 Entre alago y amenaza.
0:11:45 Y la mena, la mena, la mena.
0:11:48 Lo que hayas dicho.
0:11:49 Eso es lo que dijo Cesare Borza.
0:11:52 Eso es lo que te voy a estar buscando, ¿no?
0:11:54 Con todo este dicho.
0:11:57 ¿Qué querías?
0:11:58 No, en tuya.
0:11:59 Me hubieras dicho, cerramos todo esto.
0:12:04 Dos potencias se saludan.
0:12:09 Hemos hablado hace poco de Cesare Borza cuando se casó con aquella noble francesa
0:12:15 y cuando pidió a uno de sus médicos que le diera una froricía y el médico por malevolencia o incompetencia
0:12:25 le dio una pura razón.
0:12:27 Ah, eso era Cesare.
0:12:29 Eso era Cesare, claro.
0:12:30 ¿Queres que le escribió al papa diciéndole que era su papá?
0:12:34 He hecho esta noche ocho viajes.
0:12:37 Pero los ocho viajes los había hecho leculsar.
0:12:45 Bueno, y nos dio, este discoteca de Rion, un tango que se llama ¿Qué noche?
0:12:50 Aludiendo aquella noche inolvidable.
0:12:55 Escucharemos la versión de Roberto Grela, de este tango de Agustín Bardi, ¿Qué noche?
0:13:01 Que fue compuesto.
0:13:02 Algunos dicen que la misma noche en Quenevo, en Buenos Aires, en Quenevo, no, el otro día, sino la primera vez.
0:13:10 En 1918, miramos.
0:13:12 Y otros dicen que se compuso una noche cualquiera para homenajear a Catalina Esforza y Chesa La Envosa.
0:13:20 Adelante, don Roberto Grela.
0:14:25 no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no
0:15:55 Roberto Grella en la venganza será terrible que noche

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