Transcripción automática
0:00:00 Bueno, vamos a hablar entonces, brevemente, de algunos lugares fantásticos.
0:00:04 En el Tung Fan Shuo, que es el libro de las Deidades y las Maravillas,
0:00:09 escrito allá por el siglo I a.C.,
0:00:13 aparece un lugar llamado Erial del Sud-Oeste.
0:00:17 Es una región de la China
0:00:20 sí libre por sus plantaciones de azúcar.
0:00:23 Según los mitos, alcanzan las cañas
0:00:26 una altura de unos 300 metros
0:00:29 y casi un metro de circunferencia.
0:00:32 El jugo que se extrae de hélias
0:00:35 otorga fuerza y vigor.
0:00:38 Una especie característica de la fauna de la región es
0:00:41 la bestia yacente.
0:00:45 Es un animal parecido a un conejo
0:00:48 pero con cara de hombre
0:00:50 y capaz de hablar como un ser humano.
0:00:53 La carne de este animal es deliciosa.
0:00:56 Pero los habitantes no la comen
0:00:59 porque el que prueba esa carne empieza a decir mentiras
0:01:03 y las dice para siempre.
0:01:08 Algunas veces la escasez
0:01:10 ha llevado a los pobladores a intentar el consumo de la bestia.
0:01:16 En una oportunidad luego de una discusión que reunió a buena parte de los habitantes de la región
0:01:22 estos preferieron morir de hambre
0:01:25 para poder
0:01:27 seguir diciendo verdades.
0:01:29 Don Sebastián Medrano, en otro orden
0:01:33 en su geografía, geografía de Sebastián Medrano, un libro que hoy no ha llegado
0:01:38 dice que en la Georgia
0:01:40 existe una provincia llamada Ansen.
0:01:44 Este lugar está siempre cubierto de una nube oscura
0:01:47 sin que pueda entrar nadie en aquel territorio.
0:01:51 Los pobladores de las regiones fronterizas
0:01:54 solo ven la nube que cubre toda la provincia
0:01:57 pero aseguran que dentro se oyen ruidos de gente,
0:02:01 relinchos de caballos
0:02:03 y el canto de algunos galios.
0:02:06 La certeza de que allí vive alguien la trae en verdad un río que cruza Ansen
0:02:12 y pasa también por las regiones vecinas.
0:02:14 Ese río trae con su corriente
0:02:17 algunas cosas
0:02:19 que seguramente arrojan los habitantes de la provincia brumosa.
0:02:24 Encantó mucho esta información.
0:02:28 Panchaia
0:02:30 es una isla que
0:02:32 dio doros eculos
0:02:35 situa en el mar arabico.
0:02:38 Solo tiene una característica diferencial.
0:02:41 Se trata de una isla perfumada.
0:02:45 Qué olor.
0:02:47 El aroma es tan intenso que marea al visitante.
0:02:50 Es amacielo.
0:02:52 Y quién pasa largo tiempo allí
0:02:54 queda perfumado para todo el viaje.
0:02:58 Diodoro explica que la isla era tan fértil en aromas
0:03:03 que los viajeros
0:03:04 podían olerla a muchos kilómetros de distancia
0:03:08 aún cuando todavía no la tuvieran a la vista.
0:03:11 Pero es interesante.
0:03:11 Empiezan a olerla antes de verla.
0:03:14 La presiente.
0:03:15 Como ocurre tanta vez.
0:03:17 Algunos mercaderes viajaban hasta allí, hasta Panchaia
0:03:22 para llevarse unas muestras de
0:03:26 sustancias olorosas
0:03:28 y fabricar luego incienso.
0:03:31 Pero por el peligro ante dichos,
0:03:33 es decir, quedar impregnados de un gedor imperecedero,
0:03:37 se retiraban antes de que esos gedores se les incorporaran.
0:03:44 En América existieron algunas regiones imaginarias,
0:03:47 además del dorado,
0:03:49 en las que se suponía existía abundancia de riquezas.
0:03:55 Poco después de la conquista de México,
0:03:57 un religioso llamado Marcos Misa
0:04:00 afirmaba que existía un lugar llamado Reino de Cebola
0:04:05 que guardaba las mejores riquezas de América.
0:04:08 Albirrey, don Antonio de Mendoza, se le ocurrió enviar
0:04:12 a Francisco Vázquez Coronado
0:04:14 para que buscara aquella ciudad, aquel Reino.
0:04:19 Dice la crónica que este coronado
0:04:22 era un campitán muy valiente
0:04:24 que había participado en las expediciones de Cortés.
0:04:28 Coronado salió a buscar el Reino con 400 ginetes.
0:04:33 En el viaje perdió tiempo, caballos y gente.
0:04:38 Descubrió que el lugar que Marcos Misa le había indicado
0:04:42 en realidad era una aldea de 200 chosas
0:04:45 en las que vivían unos indios muy pobres.
0:04:48 Coronado supo que la expedición había sido inútil.
0:04:52 Pero volvió a esperanzarse
0:04:55 cuando uno de sus hombres le habló de otra ciudad,
0:04:58 de la ciudad de Equivira.
0:05:01 Se le dijo a Coronado
0:05:02 que se trataba de un imperio extraordinario
0:05:05 en riquezas y bellezas femeninas.
0:05:08 Y emperio que se había formado luego de la ruina del Imperio Azteca.
0:05:13 Equivira había sido fundada por un príncipe de la sangre de Montezuma,
0:05:17 llamado Tatarrajo.
0:05:19 Ah, desconfio.
0:05:22 Cuauhtémoc, Pase y Pase.
0:05:26 Francisco salió con sus hombres a la búsqueda.
0:05:30 Dice la crónica que anduvieron por sendas escabrosas,
0:05:34 parajes incultos y campos inhabitables.
0:05:37 Anduvieron con mil fatigas y fracasos.
0:05:40 Coronado y sus expedicionarios
0:05:43 no llegaron nunca a ninguna parte,
0:05:45 que es lo que nos pasa en general a todos.
0:05:48 Sin embargo, este hombre no renunció jamás a su búsqueda,
0:05:52 tal vez porque no había llegado a ninguna parte.
0:05:55 La expedición duró, duró años.
0:05:59 Y el hecho de no encontrar el reino de Equivira
0:06:03 hacía a Coronado dudar de sí,
0:06:05 pero no de la existencia del lugar.
0:06:08 O sea que era perfectamente inútil.
0:06:11 Murió en aquella búsqueda de fiebres en un desierto cualquiera.
0:06:17 Claudio Eliano, que tal,
0:06:20 vivió entre los siglos II y III
0:06:23 y escribió historia varia
0:06:25 de donde extrajimos el siguiente aportado.
0:06:30 Dice así,
0:06:31 Anostus es una isla situada en el norte del Mediterráneo,
0:06:36 poco antes de llegar al estrecho de Gibraltar.
0:06:39 Anostus tiene un cielo particular,
0:06:41 no hay noches ni días,
0:06:43 solo una bruma rojiza tiene el paisaje.
0:06:48 Hay en Anostus dos ríos,
0:06:50 el del placer y el del dolor.
0:06:53 Están estos ríos rodeados de árboles venerables,
0:06:57 quienes comen los frutos de los árboles del río del dolor,
0:07:01 y que penarán por el resto de sus días,
0:07:03 quienes comen de los frutos del río del placer,
0:07:06 sentirán placer.
0:07:08 Pero el efecto dura poquísimo.
0:07:11 Y aquí termina la historia.
0:07:13 ¿Para qué más?
0:07:14 Sí, sí, sí, está todo dicho.
0:07:15 Ya está todo dicho.
0:07:17 El placer es eso,
0:07:18 durar poquísimo.
0:07:20 El dolor es todo lo contrario.
0:07:25 Eso es todo en materia de catálogo,
0:07:27 es muy breve este catálogo,
0:07:29 pero también muy intenso.
0:07:31 Yo quisiera que usted le dedicara algunas palabras
0:07:36 a los distintos parajes que...
0:07:39 Tenemos al amigo Diodoro,
0:07:40 ya está rajo sin ir más lejos.
0:07:44 Tenemos primero los chinos,
0:07:46 que comían carne de la bestia que te hacía mentir.
0:07:49 Cara de la bestia,
0:07:50 cara de hombre y cuerpo de conejo
0:07:52 es una quimera de las más difíciles de digerir,
0:07:54 ciertamente.
0:07:56 Me quedo conmigo.
0:07:57 ¿Qué dile que más miedo me da?
0:07:58 Me impresiona mucho, además.
0:08:00 Que lo llaman la bestia.
0:08:01 Usted lo ve de atrás al conejo
0:08:03 y se da vuelta y aparece por él el chulz.
0:08:06 Eso no era...
0:08:09 No, era otra vez la cierta.
0:08:10 Pero de todo modo,
0:08:13 se nos ha contado,
0:08:15 se nos ha dicho de siempre,
0:08:16 aquí yo, nuestros ancestros latinos,
0:08:18 aquí yo de Nahuígar, en el quésis de...
0:08:20 O sea, navegar es preciso vivirlo,
0:08:22 con lo cual nos sentiríamos como dotados
0:08:24 de esa capacidad ajena,
0:08:26 de las especies,
0:08:27 algo, alguna catástrofe,
0:08:28 de desplazarnos por el mundo,
0:08:29 vaya uno en busca de cosas extrañas,
0:08:33 sabrá Dios.
0:08:34 Pero en realidad,
0:08:35 hemos despliegado aquí la teoría alguna vez
0:08:37 de que la humanidad exija del exilio.
0:08:39 Desde todos los mitos se sabe que,
0:08:41 si alguna vez el hombre tuvo un lugar,
0:08:43 ese lugar, el paraíso,
0:08:44 fue el lugar del que fue echado.
0:08:46 De modo que, al ser una especie de exiliados,
0:08:48 lógico es que uno anda buscando por allí
0:08:50 alguna tierra que le recuerde,
0:08:53 por lo menos, el de refresque,
0:08:54 de la memoria de aquella tierra originaria,
0:08:56 aquella especie de patria fundante de su condición.
0:09:00 Tengo para mí que, en realidad,
0:09:01 eso queda bien para algunas historias,
0:09:03 pero que, en realidad,
0:09:04 esa patria imaginaria,
0:09:06 ese lugar de sueño que supuestamente provenimos,
0:09:09 es lo que se va construyendo en los viajes.
0:09:11 De modo tal que esa patria es soñada
0:09:13 para uno es ocasionalmente
0:09:14 la escritura de un verso feliz,
0:09:16 el hallazgo de algún amor intenso, importante,
0:09:20 el logro que es de dar un tipo de sentido
0:09:23 a la vida de uno.
0:09:24 De modo que, una vez que uno alcance a visorar esto,
0:09:27 siempre va a tener esa nostalgia
0:09:28 de volver a acercarse a ese lugar para conquistarlo,
0:09:31 cosa en la que no le queda casi ninguna esperanza,
0:09:33 porque, si no, de qué otro modo podríamos estar pensando
0:09:36 y cantando todo el tiempo para seguir viviendo
0:09:38 aquello de Lejana Tierra Mía, ¿no?
0:09:41 Bien, y Lejana Tierra Mía es la canción
0:09:43 que vamos a escuchar ahora ya,
0:09:44 que todas estas, ¿no?
0:09:45 Todas son, ¿no?
0:09:46 Bien, las lejanas.
0:09:47 Y el paraíso es siempre deja.
0:09:49 Recordaré una frase,
0:09:52 probablemente del libro del cielo y del infierno,
0:09:55 una antología de Vioy y de Borges,
0:09:58 que es un epitafio,
0:10:00 es un supuesto epitafio sobre la tumba de Eva,
0:10:04 escrito por Adán,
0:10:06 y dice, el paraíso estaba donde ella estaba.
0:10:10 Y no está mal eso, como idea, ¿no?
0:10:13 Lejana Tierra Mía cantar Carlos Gardel.
0:10:52 Y yo quiero morirme un día con tu colzuelo,
0:10:55 con tu colzuelo.
0:10:58 Y oír el canto diólogo de tu cuerpo,
0:11:02 lo que tiene peñoro.
0:11:05 No sé si al contemplarte, al regresar,
0:11:09 sabe al rey de un sol.
0:11:13 Y no sé si al contemplarte, al regresar,
0:11:16 sabe al rey de un sol.
0:11:19 Y no sé si al contemplarte, al regresar,
0:11:22 sabe al rey de un sol.
0:11:25 Didercio de bien atea,
0:11:28 que solo quiere ganar la serenada.
0:11:31 De un ardiente robero,
0:11:34 bajo una dulce lulo de planta.
0:11:37 En un balcón florido,
0:11:40 se oye el formulo de un puramento.
0:11:43 En la brisa llevó con el robot
0:11:48 de otra acuita de amor.
0:11:54 Tiene presa del borcón
0:11:59 por su flor y su toro.
0:12:03 Tú estás,
0:12:06 mandas tú
0:12:09 con mi amor.
0:12:14 Lejó la tierra mía
0:12:19 de mis amores como tenón.
0:12:23 Con mil noches y sueños
0:12:26 con la cubita,
0:12:28 con la nubia,
0:12:30 con mi esperanza mía
0:12:33 que no son vanas
0:12:36 con mis esperanza.
0:12:39 Pierta, ves tú, qué dolor
0:12:41 tuve de volver
0:12:44 a mi viejo juzguer.
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