Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de inventos hoy. Un catálogo de inventos.
0:00:05 Algunos de ellos no muy importantes. No se trata del fonógrafo, esos inventos famosos de autor,
0:00:15 como el fonógrafo, como el cinematógrafo, etc.
0:00:18 Ni tampoco de inventos decisivos y ancestrales como la rueda, sino de algunos inventos laterales.
0:00:27 El primero es el más antiguo y el único legendario de esta lista es el aplauso.
0:00:34 Repito, es el aplauso.
0:00:36 Vamos a aplaudir para...
0:00:38 Como muestra.
0:00:48 Esto por si alguien no sabía lo que era un aplauso, está bien ilustrado.
0:00:51 Por si alguien no es el programa ilustrativo.
0:00:53 Que es un aplauso esto. Es la famosa demostración extensible.
0:00:58 Sostener con la mano el objeto que uno intenta definir.
0:01:02 Para ahorrarse problemas.
0:01:04 Que es una desilusión.
0:01:06 Bueno, uno mete la mano así y yo saca una desilusión y las acude delante del público
0:01:11 y todos comprenden y metan... inmediatamente hay que ser tratados.
0:01:15 Primero invento el aplauso.
0:01:17 Las musas vivían cerca del monte Helicón.
0:01:25 Pequeño barrio, me imagino. Yo era 9 las musas.
0:01:29 Y tenían un...
0:01:33 Un entenado, un ayudante, un muchachito.
0:01:39 Que no tenía mucha importancia.
0:01:41 Tanto y así que se llamaba croto.
0:01:44 De nombre croto, fíjese.
0:01:46 Croto proviene, recordemos, aquí estamos.
0:01:49 De un gobernador de la provincia de Buenos Aires, el doctor croto.
0:01:53 Que en cierta ocasión para unas elecciones permitió que los que no tuvieran recursos
0:01:57 para viajar en Puerto Carril pudieran hacerlo gratuitamente en los vagones de carga.
0:02:02 Y desde entonces se llamó croto a todos los que viajaban en los vagones de carga hubiera una elección.
0:02:09 De manera que así se llamaba, incluso antes del doctor croto,
0:02:14 este ayudante de las musas croto.
0:02:17 Y cierta vez para enfatizar, para surrayar, para aprobar los cantos, las danzas, los poemas de las musas.
0:02:28 Croto tuvo la ocurrencia de golpear sus manos.
0:02:32 Y decir, me parece que esto puede ser un código universal de aprobación.
0:02:39 E inventó el aplauso.
0:02:41 Y las musas, para agradecerle, se imaginó, te inventó.
0:02:47 O lo hicieron inmortal, o le dieron a algún don que en este momento no me acuerdo.
0:02:53 Pero podría ser la inmortalidad? No creo, las musas no daban la inmortalidad.
0:02:58 Pero podrían dar algún don poeta.
0:03:01 No importa, lo premiaron, no sé qué.
0:03:03 Dejaron que se acostara con ella sucesivamente, no lo sé.
0:03:07 Pero ese es el primer invento que está casi fuera de la lista,
0:03:13 pero me parece extraordinario recordar a croto.
0:03:17 Si no hubiera aplausos, no habría una forma de surrayar
0:03:23 y no habría forma de darse cuenta de que las horas del teatro han finalizado.
0:03:29 Y los discursos y todo.
0:03:32 Incluso hay un recurso, no neguemos que se le aplaudir en cualquier parte
0:03:36 para ver si el artista o el orador condesciende a dar término al discurso,
0:03:44 nada más que por...
0:03:54 Muy bien, y ahora sí vamos.
0:03:58 Al primero de los inventos, después de uno que está fuera de concurso,
0:04:04 la lata de conserva se inventó medio siglo antes que la abre el lata.
0:04:10 No, no, no me está diciendo.
0:04:14 Lo que nos permite conjeturar que durante 50 años
0:04:19 todas las latas de conserva permanecieron cerradas.
0:04:22 Pues eso se llaman de conserva, porque había que aguantar.
0:04:25 Yo creo que Julio Bernabé hecho el abre el lata antes de todo, de la lata.
0:04:29 Igualmente. En 2012 los soldados británicos llevaban entre sus pertenencias unas latas con comida.
0:04:37 Las tenían que abrir con la ayuda de la vallonesta,
0:04:41 pero se ofrecían muchas dificultades.
0:04:44 Un tiro solucionaba el problema.
0:04:47 No saben, atiros los... en base de quesitos hardware.
0:04:53 Son absolutamente inecupugnables.
0:04:56 Y hay otra cosa que es muy difícil de abrir, y un día se lo voy a contar.
0:05:00 No lo puedes decir ahora?
0:05:04 Eso me imagino.
0:05:06 Las primeras latas eran enormes, muy pesadas, y de gruesas paredes de hierro.
0:05:13 Solo cuando se consiguió crear un embase más liviano, allá por 1850,
0:05:18 se pudo pensar entonces en el abre elata.
0:05:21 Y el primer abre elata fue la idea de un norteamericano llamado Ezra Warner.
0:05:28 Era un artilugio enorme, me refiero a Ezra Warner.
0:05:33 No, a la brelata me refiero.
0:05:35 Cuyavista impresionaba a cualquiera. Me gusta esta frase.
0:05:38 Era un artilugio enorme cuya vista impresionaba a cualquiera.
0:05:42 Es la descripción de un vino.
0:05:45 Una mezcla mecánica entre o... y basoneta.
0:05:51 Debía hacerse una fuerza de comunal, que muchas veces terminaba en accidentes
0:05:57 para quienes los manejaban, accidentes de todo orden.
0:05:59 Por ejemplo, el que estaba abriendo la lata se desgraciaba, redondamente.
0:06:04 O se cortaba, o también a veces sufrían accidentes los que miraban.
0:06:10 Y la brelata saltaba y se le clavaba en la frente a una vieja.
0:06:15 Ese es lo que pasaba con el abre elata, el primero.
0:06:26 Pata, donde están las brelatas, que los miro de las patas.
0:06:33 No los puedo encontrar.
0:06:37 Recién en 1870 apareció la brelata que conocemos,
0:06:42 con rueditas cortantes girando alrededor del borde de la lata.
0:06:47 Lo inventó William Lehmann, un herrero que se dedicaba a hacer cortes ornamentales
0:06:54 para soldar bergas lujosas, esas cosas, para la berga, vió, esos firuletes.
0:07:00 Su éxito fue instantáneo.
0:07:02 En Lehmann, que había patentado el invento, se hizo millonario.
0:07:08 Segundo invento.
0:07:10 La primera máquina extractora de polvo, se presentó en 1898 en Londres.
0:07:18 Se trataba de un artefacto que en realidad no merecía el nombre de aspiradora,
0:07:23 ya que en realidad soplaba.
0:07:26 Era una máquina provista de una caja metálica, en la que se alejaba una bolsa de aire comprimido.
0:07:36 Entonces, el aire se proyectaba sobre la alfombra,
0:07:39 con la pretensión de que el polvo se depositará en la caja, cosa que no ocurría jamás.
0:07:44 La sociedad salía disparada para cualquier parte.
0:07:49 Un joven inglés llamado Herbert Boot asistió a una demostración
0:07:55 e insinuó la conveniencia de que en vez de expirar el aire,
0:08:00 lo que la máquina debía hacer era aspirarlo.
0:08:04 Boot pasó algún tiempo pensando en aquella idea y escribió en su cuaderno de notas.
0:08:12 Hoy hice el experimento de aspirar con mi propia boca.
0:08:17 El respaldo de una silla tapizada en un restaurante de Victoria Street.
0:08:24 El polvo me hizo toser excruendosamente, pero conseguí aspirarlo.
0:08:32 Coral, contestámenlo ahora, contestan aspiradoras, no la puedo encontrar.
0:08:43 Boot comprendió que además de la bomba aspiradora, el secreto residía
0:08:50 en encontrar un tejido de urdimbre espesa para utilizarlo como filtro.
0:08:56 Esto lo encontró en 1901, aquel año patentó su invento, pero era muy grande, aspirador.
0:09:03 Era tan grande que debía ser trasladada entre tres personas en una caja de prilla.
0:09:10 Sus primeros clientes fueron los dueños de grandes locales públicos.
0:09:14 Tuvo encargos importantes como, por ejemplo, aspirar la avalia de Wendminster
0:09:19 en ocasión de la visita de Eduardo VII para su coronación.
0:09:23 Imagínense, no lo vamos a recibir con la avalia rognosa.
0:09:27 Pueblén, más tarde, durante la Primera Guerra Mundial, se ordenó llevar numerosas aspiradoras
0:09:33 al Palacio de Cristal, en cuyo suelo ya hacían los enfermos de Tifus.
0:09:39 Aquel Tifus se contagiaba a través del polvo en suspensión.
0:09:47 Quincias aspiradoras, al mando de Boat, trabajaron día y noche.
0:09:53 Se sacaron 26 camiones de polvo, y tal vez por una feliz casualidad, lo que sé.
0:10:00 Terminó la epidemia. A partir de 1918 empezaron a comercializarse aquellas máquinas.
0:10:08 Eso es todo lo que tenemos que decir respecto de las aspiradoras.
0:10:15 Hace 2.700 años, el pueblo de Trusco confeccionaba prótesis dentales con puentes de oro
0:10:26 utilizando como materia prima dientes de animales, incluso humanos,
0:10:32 que tallaban a la medida de las necesidades del cliente.
0:10:38 Ya en la Edad Media los dentistas no creían en la posibilidad de la dentadura postiza,
0:10:43 y las prácticas odontológicas se estancaron.
0:10:47 Isabel I de Inglaterra, como hemos contado aquí, disimulaba la oquedad
0:10:55 en la que la ausencia de dientes dejaba su boca rellenando los agujeros con tiras de tela
0:11:01 que colocaba sobre la sencilla para evitar, por lo menos, que se le hundieran los labios.
0:11:07 Y eso era la reina, calcular.
0:11:10 Y comandaríamos los pobres.
0:11:13 A finales del siglo XVII, la dentadura postiza era todavía una rareza.
0:11:19 Los dientes de arriba se sujetaban lateralmente a sus dientes vecinos mediante ataduras de seda.
0:11:29 Y las piezas eran talladas a mano.
0:11:33 Se utilizaban dientes humanos que vendían los pobres.
0:11:38 Otras veces eran engastados estos dientes en encizos artificiales hechas de marfil.
0:11:45 Lo paradójico era que con aquellas dentaduras no se podía comer,
0:11:50 porque al primer mordisco se tetorcian todos los dientes.
0:11:55 Prisa, alcanzaré de prisa, la dentadura postiza, que tengo que salir.
0:12:08 A principios del siglo XVIII, un francés llamado Follard,
0:12:13 conmovido por los padecimientos de las damas de la corte,
0:12:19 y deó un sistema de fijación de las piezas dentarias superiores.
0:12:25 No de abajo ni hablar.
0:12:27 Usaba unos muelles de acero que conectaban los dientes de arriba con los de abajo.
0:12:33 Y el riesgo era compensado por un sistema de resortes.
0:12:38 Pero había un problema.
0:12:43 No, resulta imposible mantener la boca cerrada.
0:12:50 Ya que los resortes te la abrían.
0:12:54 Pero se la pasa masticando aire.
0:12:57 Hay mucha gente que va a hablar.
0:13:00 Pero se inventó el chicle para te algo.
0:13:02 Para algo.
0:13:03 Entre los problemas de las dentaduras postizas,
0:13:06 uno de los más serios era el deterioro de los dientes artificiales.
0:13:10 Se pudrían.
0:13:12 George Washington, que usaba dentadura postiza,
0:13:15 tuvo problemas de esa naturaleza.
0:13:17 No soportaba el mal olor de los dientes de marfil,
0:13:21 por lo que los sumergía en oporto durante toda la noche.
0:13:28 El problema desapareció a finales del siglo XVIII,
0:13:32 cuando murió Washington.
0:13:35 Con el invento de la dentadura de porcelana.
0:13:39 La vulcanita,
0:13:41 una samba,
0:13:44 un compuesto de caucho,
0:13:47 fue muy útil para la fabricación de encias artificiales.
0:13:51 También llegaron a hacerse dentaduras de celuloide,
0:13:57 hasta que en cierta ocasión se prendió fuego la boca de los burros,
0:14:06 que pitaba hasta el final un cigarro en un club del hombre.
0:14:10 Veo cómo decirlo.
0:14:11 Pitaba hasta el final y le agarró fuego la dentadura de celuloide
0:14:16 y tuvieron que apagarlo a sifonaso.
0:14:22 A principios del siglo XIX, y este es el último invento,
0:14:26 en Inglaterra, inventaron unos pequeños órganos
0:14:31 que mediante unos procedimientos mecánicos,
0:14:41 hacían música sin que fuera necesario un instrumentista.
0:14:46 Bastaba con girar una manivella,
0:14:52 directamente daba vuelta la manija
0:14:55 y estos órganitos llenaron las calles de música
0:14:59 y contribuyeron a popularizar melodías
0:15:02 que de otro modo sólo podían escucharse
0:15:04 ante la presencia de un orquesta.
0:15:06 Todavía no existía el fonógrafo.
0:15:08 Y así gente que jamás había oído un piano o un violín
0:15:13 pudo conocer cierta humilde emoción musical.
0:15:19 Después el fonógrafo desplazó estos aparatos,
0:15:24 que inmediatamente sólo en virtud de su ausencia
0:15:28 tomaron una dignidad artística que antes no tenían.
0:15:35 Hay una poesía de carriego,
0:15:45 el mejor verso que escribió carriego,
0:15:47 que se llama Has Vuelto,
0:15:49 que habla de un orranito.
0:15:52 Todavía existían los órganitos en tiempos de carriego.
0:15:57 Viren qué linda que es.
0:16:01 Es más larga que esto, pero al organito se le dice pianito.
0:16:07 Tengo tiempo de recitarlo, no pensás en lo que es.
0:16:12 Pianito que cruzas la casa cansado,
0:16:16 voliendo el eterno familiar motivo
0:16:20 que el año pasado gemía la luna de invierno.
0:16:24 Con tu voz gangosa dirás en la esquina
0:16:28 la canción ingenua, la de siempre.
0:16:31 ¿Acaso esa preferida de nuestra vecina?
0:16:36 La costurerita que dio aquel mal paso.
0:16:40 Y luego de un bar se peirás
0:16:42 como una tristeza que cruza la calle desierna.
0:16:46 Y habrá quien se quede mirando la luna desde alguna puerta.
0:16:52 ¡Adiós, alma nuestra!
0:16:54 Parece que dicen las gentes en cuanto te alejas.
0:16:58 Pianito del dulce motivo que mese memorias queridas y viejas.
0:17:04 Anoche, después que te fuiste,
0:17:09 cuando todo el barrio volvía al sosiego,
0:17:15 qué triste, lloraban los ojos del cielo.
0:17:20 Queridas.
0:17:32 Los aparatos posteriores vinieron a eliminar al organillero,
0:17:39 fueron ya eléctricos, y vinieron a agregar otra cosa.
0:17:43 El tipo del organillero que pedía una moneda,
0:17:48 vos le dabas una moneda para que el tipo diera vuelta la manija.
0:17:53 Los aparatos, las vitrolas de los barres,
0:18:00 me acuerdo cómo se llamaban.
0:18:02 Sí, safonolas.
0:18:04 Sí, pero no era la fonola, pero la fonola es otra cosa.
0:18:06 En la máquina que había que poner el dinero,
0:18:10 en vez de darse la moneda a un señor, la ponías en una ranura.
0:18:18 Fui a la discoteca, le conté todo esto,
0:18:23 volvía a recitar el verso de cardiego,
0:18:34 y el tipo me dio una moneda.
0:18:37 Le di lástima, y me dio una moneda.
0:18:42 Bueno, no sé si le dio lástima, fue un gesto de...
0:18:47 Una moneda es la canción que escucharemos ahora, por Cabernet.
0:18:56 Así que, en homenaje, aquellos organilleros que recibían una moneda,
0:19:03 en homenaje a mí mismo, que fui limonesneado por el discotecario,
0:19:08 y a todos los aparatos que devuelven música por moneda,
0:19:13 que otra cosa mejor podrán comprar los mercaderes
0:19:16 con el dinero que pagamos por subidmos, o marcadilla.
0:19:20 Escucharemos entonces este tema de Alé Dolina, que canta Cabernet.
0:19:33 Una vez fue único, vivía Champanil, Cabear,
0:19:38 tenía dinero y mujeres, solamente pensaba en gastar y ganar,
0:19:45 todo el sol tan es pasado, ahora en el que se llogó.
0:19:51 No hay nada en mi bichetera, y esto pero fundoso es más limpio que yo.
0:19:58 Señor, en una moneda, pero es una moneda, escúcheme.
0:20:08 Aunque estando en el Cree, al sol tuve moda,
0:20:12 salamero, su beauty tu tan.
0:20:16 Tenía mil cien palazos, ciegadas palacionares,
0:20:21 y un millón de mansos robos, que a sonar la campana cantaban así,
0:20:28 salamada, salamada, salamada, salamada, salamada, salamada, salamada,
0:20:36 te tira, salamada, te traería un ratón.
0:20:43 Pau, de dejar a la luna, Dios que un día propia naves pasar,
0:20:49 tu dueño de Asia y de Europa, y después lo bendino,
0:20:54 me acuerdo, que señor, de una moneda,
0:21:00 que escúcheme.
0:21:05 Aunque estando en el Cree, al sol tuve moda,
0:21:09 salamero, su beauty tu tan.
0:21:13 Te cagare, si le quitas, tu beauty tu tan.
0:21:18 Aunque estando en el Cree, al sol tuve moda,
0:21:24 salamera, salamera, salamada, salamada, salamada, salamada,
0:21:30 Pau.
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