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24 de Junio de 2008

catalogo de tesoros enterrados

Transcripción automática

0:00:00 Catálogo de tesoros enterrados, hablando de la zona.
0:00:04 Hablando de en tierras prematuras.
0:00:08 Atención a las personas que se dediquen a este ministerio, a saber buscar tesoros.
0:00:13 Tesoros de los piratas, ¿no?
0:00:15 Que enterraban el oro para evitar que otro pirata los robara.
0:00:21 O incluso a veces lo enterraban porque no tenían como transportarlo.
0:00:24 Se afanaban 90 mulas de oro y dónde lo cargaban.
0:00:28 A veces tenían barcos muy pequeños o que necesitaban velocidad.
0:00:34 Comienza esta charla de hoy con una declaración de Barba Negra.
0:00:39 Uno de los más crueles piratas que ha existido.
0:00:43 Y decía, el lugar lo conocemos tan solo el diablo y yo.
0:00:48 El que viva más de los dos se quedará con el oro.
0:00:51 Barba Negra hizo esta declaración el 17 de noviembre de 1718.
0:00:56 Pocas horas antes de su muerte.
0:00:58 Le habían preguntado si su mujer, que le sobrevivía, sabía dónde estaba enterrado el tesoro.
0:01:06 No faltó alguien que afirmó conocer aquel sitio.
0:01:11 Un tal silvestro que había navegado en el barco de Barba Negra, dijo que él sabía.
0:01:17 Y sus indicaciones parecían ser precisas.
0:01:21 El río York, Maryland, cerca de la isla de Mulberry.
0:01:25 En la margen superior, cerca de la bahía arenosa donde se puede desembarcar bien.
0:01:31 Allí donde se alzan cinco árboles, bueno, entre ellos se encuentra el lugar donde está escondida.
0:01:37 Una considerable cantidad de oro en cajas de hierro.
0:01:41 Esto parece preciso, pero no lo es realmente.
0:01:45 Algunos tienen unos procedimientos para indicar lugares que son fatalmente confusos.
0:01:50 Por ejemplo, dar como referencia perpetua una entidad mudable.
0:01:55 Ese es un grave error.
0:01:57 Allí hay cinco árboles, es un inciso de dudosa perpetuidad.
0:02:02 Es como decir, a los dos kilómetros se va a encontrar con un perro.
0:02:08 Bueno, este tal silvestro dio esas indicaciones, se buscó y nunca se encontró nada.
0:02:14 En verdad, nunca se supo del tesoro de Barba Negra si es que enterró el mundo.
0:02:19 En el año 1818 un tal William Reed recorrió los mares en su vergantín llamado Dear Mary.
0:02:28 Va a utilizar la memoria de la filibucera Mary Reed.
0:02:31 Bueno, andaba buscando tesores escondidos.
0:02:35 Se puede creer o no su afirmación de que era nieto de Mary.
0:02:38 En cualquier caso se consiguió una patente de corso y capturó algunas presas insignificantes.
0:02:45 Asaltó algunas naves de poca monta.
0:02:48 Pero la verdad es que William Reed no andaba en absoluto tras la conquista de riquezas,
0:02:54 Mercedes al Saquieu.
0:02:55 Todos sus pensamientos discurrían tras las huellas de lo que hubieran podido dejar enterrado sus colegas.
0:03:02 Así, entre 1818 y 1822 anduvo por la costa de América del Sur, de México y de los Estados Unidos.
0:03:10 Revolvió tierra en la isla del Coco, que pertenece a Costa Rica, siempre buscando barras de oro.
0:03:17 En Costa Rica buscaba las que había enterrado el capitán Ked.
0:03:22 Cabó en distintas partes de la costa del Perú y terminó por indagar en el viejo cementerio incaico de Aucon,
0:03:29 situado a unos 300 kilómetros del Cusco.
0:03:32 Descubrió unos cuantos cuerpos y telas, dice la crónica, pero como su espíritu no era el del antropólogo,
0:03:39 dejó así las cosas y se las tomó.
0:03:42 Poco después, Reed se encontró con la historia del pirata holandés llamado Spielberg, casualmente.
0:03:49 Este señor había salido de la isla de Texel, que pertenece a Holanda, y está en el mar del Norte, la isla de Texel.
0:03:58 Lo hizo allá por 1614.
0:04:01 Cruzó, después de una larga navegación, el estrecho de Magallanes, robó en las costas de Sudamérica como tantos,
0:04:11 y regresó a Texel en julio 1617, y así escondió su tesoro.
0:04:16 Spielberg murió en una riña de taberna en ese mismo lugar.
0:04:20 Sabemos que William Reed excavó en Texel durante un año.
0:04:25 En realidad era una isla poco usual para buscar tesoros.
0:04:29 Casi todos estaban en las islas del Caribe.
0:04:32 Algunos dicen que tuvo suerte porque, inmediatamente después de salir de aquella isla,
0:04:38 William Reed empezó a vivir como un millonario.
0:04:42 Y con tu tesoro.
0:04:44 Y los restaurábamos otra vez en Medeto, otra vez en el otro.
0:04:48 Si antes era una rata.
0:04:49 Envolvemos cinco pisas para llevar y antes era una rata.
0:04:53 Los famosos tesoros de Capitán Kier y de Eibri pertenecen de seguro al mundo de la fábula.
0:05:00 Sin embargo, existe una lista de islas para encontrar tesoros que han sido recomendadas por los expertos del modo más insistente.
0:05:09 Atención, nuestros buscadores de tesoros enterrados.
0:05:14 La isla de Malpelo en Colombia.
0:05:17 Las islas Galápagos.
0:05:19 La isla de Crippleton.
0:05:21 Y las mexicanas de Reville a Jijedo.
0:05:25 Hay quien dice que los piratas enterraban los tesoros con mucha menos frecuencia de lo que la gente cree.
0:05:32 La gran mayoría de los piratas no tenían mucho dinero.
0:05:35 Parece que eran pobres los piratas.
0:05:37 Fueron sobre todo los piratas del Caribe, los bucraneros, los que se valieron de tales escondictes.
0:05:43 El problema principal de los que andaban por las aguas del mar del sur, del Océano Pacífico, era el regreso al Caribe a través de la intrincada selva del ismo de Panamá,
0:05:54 ante la ausencia de Canal en aquellos tiempos.
0:05:57 Prefería empeorar toda la vuelta.
0:05:59 Cortaban por la tierra.
0:06:01 Cortaban por la tierra.
0:06:02 Cada kilo de más que llevaba a uno por esos lugares significaba menos chance de poder atravesar el ismo.
0:06:09 La verdad es que los piratas no llevaban consigo más de lo que les permitía huir a toda velocidad.
0:06:15 Incluso los barcos eran más bien pequeños y veloces.
0:06:19 Un esclavo de Francis Drake, llamado Diego, le pasó un día a Drake el dato de cómo podía apoderarse de un convoy español, un conventillo español.
0:06:31 Que llevaba dinero o tesoros desde el Golfo de Panamá a Portoverlo.
0:06:40 Drake salió al ataque en las costas del Pacífico y tuvo éxito.
0:06:45 Se afanó la carga de 190 mulas que llevaban oro y plata.
0:06:51 Pero desde luego aquello era mucho más de lo que podían llevar consigo.
0:06:56 Entonces lo enterraron. Enterraron la mayor parte del botín y luego cargados con lo poco que podían llevar fueron bajando a través de la jungla hasta la costa.
0:07:05 Los españoles los perseguían.
0:07:07 Cuantito Drake consiguió llegar al Caribe solo quedaban con vida 30 de los 54 hombres que lo habían acompañado.
0:07:19 Y porque se habían muerto 24.
0:07:23 Quedó con vida un cocinero llamado John Oxenham que no pudo olvidar el tesoro que habían enterrado.
0:07:31 Soniaba.
0:07:32 Y prometió volver.
0:07:34 Sí, dijo. Veo volver.
0:07:36 Y hizo lo siguiente. Todos los demás regresaron en Granterra.
0:07:39 Pero un año después Oxenham con un pequeño barco llegó otra vez aquella región.
0:07:46 Buscó la lluvia de algunos indios y llegó a donde habían enterrado el oro y los tesoros.
0:07:55 Orolizado Oxenham vio que el lugar había sido saqueado.
0:08:01 Parece que algunos compañeros que parecían agonizar en verdad habían sobrevivido y contaron la historia del tesoro igual.
0:08:12 A Oxenham le dio por buscar otros tesoros ya con desesperación.
0:08:17 Incluso tesoros de los cuales no tenía indicio alguno hasta que terminó mal.
0:08:22 Una hueste española lo apresó mientras estaba haciendo un oso.
0:08:27 Fue llevado a Lima y así ahorcado.
0:08:34 Allá por menos 130 el Bibliotecario francés Charles de la Ronsier logró descifrar el plano de un tesoro enterrado por el pirata La Vise
0:08:46 que había sido aburcado en la isla de la reunión.
0:08:49 Cuando de la Ronsier llegó a la isla de los piratas, el lugar indicado,
0:08:54 se encontró con un gran agujero excavado hacia poco
0:08:58 y todavía estaba en las huellas dejadas por las ollas de barro que aparentemente habían estado allí.
0:09:03 Alguien no se sabe quién había sido más rápido.
0:09:06 Al historiador le quedó solo el consuelo científico de haber hecho unas investigaciones perfectamente acertadas
0:09:14 cuando, casi a modo de propina, encontró una moneda dorada del siglo XVII
0:09:19 que se habían dejado olvidada de los saqueadores más rápidos.
0:09:22 Es una situación algo triste ir a buscar un tesoro
0:09:27 y descubrir que otros han sido más rápidos que nosotros.
0:09:30 De modo que cuando uno sabe la ubicación de un tesoro debe ir más rápido que ligero a hacer el hoyo.
0:09:36 Pues la información corre rápidamente y uno va con la pala y este hoyo ya lo hicieron.
0:09:44 Yo creo que ya no deben quedar tesoros enterrados.
0:09:50 Por ejemplo, en Egipto ya no quedan tumbas no saqueadas.
0:09:55 Incluso las que parecían impenetrables la saquearon.
0:09:59 Cómo la tumba de Tutankhamun, que en realidad había sido saqueada.
0:10:06 Lo que pasa es que los saqueadores originales se llevaron lo que pudieron y dejaron lo mejor el verdadero tesoro.
0:10:17 En realidad Tutankhamun era un faraón de medio pelo.
0:10:22 Murió cuando tenía solo 18 años.
0:10:25 Se calcula que su tumba no era de las más ricas.
0:10:28 Pero si bien ya había sido saqueada era de las menos saqueadas.
0:10:35 Por eso se hizo tan célebre.
0:10:39 La cosa es que los saqueadores no han dejado ninguna tumba.
0:10:46 Imagino que debe haber tesoros por ahí en el fondo del mar.
0:10:49 En el fondo del mar que iba del marco.
0:10:51 Claro, es verdad, tiene razón.
0:10:53 De manera que el buscador de tesoros piola lo que hace es conseguirse un submarino o un batiscafo como el del profesor Picard.
0:11:06 Y allí buscar tesoros.
0:11:09 Hemos ido a la discoteca a ver si conseguíamos un...
0:11:17 ¿Están golepiratas?
0:11:19 Incluso el discotecario nos dijo a quién le puede importar.
0:11:22 Y ese es el tango que vamos a escuchar.
0:11:24 Tango de Mariano More, canto yo pero por lo menos toca Fernando Marzano y su trilio.
0:11:29 ¿A quién le puede importar un tesoro de piratas?
0:11:33 ¿A quién le puede importar este tango?
0:11:36 Que fue compuesto pensando en piratas pero que después seguimos lo del caso.
0:11:41 Adelante por favor.
0:11:52 Y me mandó Dios que grabé y resongo de la nocturna verbena.
0:12:05 En mi corazón tu gangoso sol hace más onda mi pena.
0:12:15 Con tu viruta sentimental vas enredando mi viejo mar.
0:12:24 Un viejo mar que me ha dejado enamorado, arrinconado, que olvidado para siempre.
0:12:33 Sin una sola caricia que me tiriste y sabití que su risa mala me persigue y me persigue bien.
0:12:46 Te la sigue tu resposo cuanto neo.
0:12:56 Se van con neos y he sido pueblo.
0:13:02 ¿A quién le puede importar el novedor del maracremo?
0:13:12 Si a esa que fue mi ilusión no le importó mi abatimiento.
0:13:26 Se van con neos y sufrimiento.
0:13:39 Suena velojteris, ancho para mi.
0:13:45 Si en que no pasa la encuentro
0:13:50 les ha creado intentar para distrazar el drama que llevo adentro.
0:14:00 En otros brazos me engañaré, en otras bocas me atufiré.
0:14:09 Aunque sus ojos y su risa me persigan y me sigan y me digan que la quiero.
0:14:18 Me quería borrar el fantasma de aquel amor siempre atento.
0:14:27 Así termina que el lamento y el tormento de este cruento sufrimiento van con neos.
0:14:41 Se van con neos y he sido pueblo.
0:14:46 ¿A quién le puede importar el novedor del maracremo?
0:14:56 Si a esa que fue mi ilusión no le importó mi abatimiento.
0:15:10 Se van con neos y sufrimiento.

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