Encontrá todos los archivos de audio en MP3 del programa de radio La Venganza Será Terrible de Alejandro Dolina

25 de Junio de 2008

Coches y Carruajes

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy de coches y carruajes, lo hemos hecho alguna vez, es un pedido esto, accediendo a gentiles pedidos.
0:00:08 Algunas curiosidades históricas sobre coches y carruajes.
0:00:11 La invención de los coches perfectamente cerrados con puertas, ventanas y techo de madera, es relativamente reciente Barton.
0:00:19 Cuando usted ve una película del Imperio Romano en donde un tipo se baja de un coche con techo tirado por caballo, es mentira.
0:00:27 No había eso.
0:00:29 Recién en el siglo XVI cuando mucho, ante esa época las personas distinguidas viajaban en literas, viajaban, que eran vehículos para a los sumo dos personas.
0:00:40 No tenían techo, pero sí tenían dos varas y a veces, como usted sabe, eran llevados por personas.
0:00:48 El nombre coche parece haber sido tomado el verbo francés Cuscher, porque estas nuevas comodidades daban la posibilidad de acostarse dentro del espacio.
0:01:06 El habitáculo.
0:01:07 El habitáculo, no quería decirlo.
0:01:10 Otra versión indica que podría derivar de la palabra alemana Cusche, Cusche es el grano, que significa lecho de reposo.
0:01:21 El 23 de febrero de 1519 hizo su entrada en Barcelona.
0:01:27 El señor Don García de Toledo, junto a su esposa Victoria Colona, vivan en un magnífico coche, que según dicen sería el primero en Europa.
0:01:39 Poco después, en tiempos de Francisco I, que eran esos, en París había solo tres carruajes.
0:01:45 El de la reina, el de Diana de Poitier, que era amante del hijo de Francisco, y el de un noble que se llamaba René de Abal,
0:01:56 que en realidad tenía un coche porque no podía ir al caballo, ya que era muy gordo.
0:02:02 Allá en 1600, carrosas y carruajes ya había por todas partes.
0:02:07 Y esta moda produjo algunas consecuencias curiosas.
0:02:12 La primera es que las calles no estaban preparadas para aquel tránsito.
0:02:16 Casi todas las ciudades sostenían aún su aspecto medieval, con calles muy estrechas, donde no entraban los coches.
0:02:24 Quedaban entonces encajados entre las paredes.
0:02:28 En Francia, eso sí, había algunas calles señalizadas, pero otras presentaban el siguiente inconveniente.
0:02:34 Eran anchas en alguna parte y luego se estrechaban, de suerte que los cocheros quedaban allí atorados.
0:02:41 La proliferación de nuevos coches era tal que los caminantes protestaban ante el peligro de verse atropellado.
0:02:49 Claro, la aparición de los carruajes fue abrupta y no se había desarrollado una atención conveniente para evitar la sorpresa.
0:02:57 Aún hoy no se ha desarrollado esa atención.
0:03:01 La gente sigue siendo aplastada, no por coche, pero sí por ómnibus, automóviles y pisonadoras de tierra.
0:03:12 En las ciudades había muchos accidentes, porque los tipos miraban para cualquier parte venían cocheros con sus coches y caballos y se los llevaban por verá.
0:03:22 También había, además de coches arrastrados por caballos, literas arrastradas por hueses.
0:03:33 Además, con tanto caballo y tanto huey, había mucho estiércol en la calle, díganme lo a mí.
0:03:40 Y esto también provocaba las quejas de los que no tenían carro.
0:03:44 Era muy importante, en cierto momento, poseer carruaje propio.
0:03:52 Dice Paul Janssen que la gran línea de visoría durante siglos, entre opulentos y los demás, fue la posesión de un carruaje.
0:04:03 Un tipo era, gente de carruaje o no lo era.
0:04:06 Ingresar en el grupo poseedor de carruajes era el signo más obvio de que se había llegado a la más alta jerarquía social.
0:04:15 Todavía existe ese prejuicio.
0:04:18 Lo importante de poseer carruaje no era el costo del vehículo, que desde luego podía ser enorme.
0:04:26 Pero por ahí había baratos.
0:04:30 Se usaba mucho comprar coches de segunda mano.
0:04:34 Pero cuando uno compraba un auto, no, un auto, coche de segunda mano, tenía que pintarlo y reformarlo,
0:04:41 de tal modo que no se entendiera que estaba manejando el coche de otra persona.
0:04:48 Pues cada coche era individual e identificado.
0:04:53 Si usted no pintaba el coche, todo se iba a decir, ahí va Dolina en el coche de Barton.
0:05:01 Era tuneado, ahora se dice tooling.
0:05:05 Lo más costoso de un coche, sin embargo, era mantenerlo en marcha.
0:05:09 Un carruaje respetable llevaba dos caballos.
0:05:12 Porque usted se compraba el coche de carruaje sin caballo.
0:05:16 No me lo creía.
0:05:18 No era la puerta de su casa como un gil.
0:05:20 Un carruaje respetable llevaba dos caballos o cuatro para viajes largos.
0:05:25 Si hacían postas después de la primera etapa, decir si alquilaban caballos en las posadas subsiguientes,
0:05:31 si uno conservaba los propios, tenía que darle descanso durante dos o tres días.
0:05:36 Con lo cual desde luego se retrasaba.
0:05:39 Se requería entonces un establo, uno o dos palafreneros.
0:05:44 Y además ningún caballero y menos una dama conducía su propio carruaje.
0:05:49 Por lo que se necesitaba también un coche.
0:05:53 Por otra parte, el coche era un criado superior de cierta dignidad.
0:05:58 Y en consecuencia costoso de mantener, jamás el coche se rebajaba a realizar la tarea de los palafreneros y de los mozos de establo.
0:06:09 Los que tenían coche en la ciudad necesitaban también de un lacallo.
0:06:13 Se iba a Tricky, colegado atrás del vehículo, para estabilizarlo.
0:06:19 Sigo moviendo con elegancia.
0:06:21 Para las curvas, sobre todo.
0:06:22 En las curvas, cuando el coche giraba, se movía en dirección opuesta a la de giro, como hacen los neatos del Saacar.
0:06:29 Con la moto, la moto del otro del Sidecar.
0:06:33 Se mueve a Pablo Leipa al otro.
0:06:36 Hay una historia graciosa que contamos siempre aquí con respecto a los lacallos,
0:06:41 cuyo protagonista es Alejandro Dumas.
0:06:44 El padre, Alejandro Dumas, es padre.
0:06:49 Los jimás eran dos.
0:06:51 Alejandro padre y Alejandro hijo.
0:06:53 Era el jimás un tipo muy vanidoso y además mulato.
0:06:58 Y era muy famoso.
0:07:00 Pero había poca gente que lo conocía, que conocía este detalle, su color.
0:07:04 Entonces, como no podía pagarse un lacallo, si bien era famoso, muchachita no tenía.
0:07:10 Y entonces ponía el mismo atrás.
0:07:13 Y hacía bandera de tener un lacallo mulato que era el mismo.
0:07:19 El lacallo también bajaba cuando el coche se detenía, desplegaba una pequeña escalinata y abría la puerta de suela con una reverencia.
0:07:29 Un detalle curioso.
0:07:31 Un carruaje apropiado no tenía pica a puerto del lado de adentro.
0:07:36 Quería salir, quería estirarte que el coche no podía.
0:07:40 Si una dama iba de visita a algún sitio, el lacallo bajaba primero y golpeaba la puerta.
0:07:47 ¿Quién es? Gritaba la dama.
0:07:49 El lacallo, decía el tipo.
0:07:53 El golpe de los lacallos de carruajes era siempre el mismo.
0:07:58 Según Johnson, sonaba como dos tresillos rápidos.
0:08:03 De este modo, todos los reconocían.
0:08:07 Tener que guardar el carruaje o venderlo era signo inequívoco, de decadencia o fracaso.
0:08:15 Se pusieron algunas reglas curiosas en vigencia para los dueños de coches.
0:08:22 Felipe III de España, allá por 1611, ordenó que sólo pudieran transitar en carruaje los que tuvieran una orden real.
0:08:32 Una especie de registro, claro.
0:08:34 Pero fíjese, las mujeres sólo podían ir dentro de los habitáculos, con el rostro descubierto,
0:08:42 de manera que se las pudiera reconocer para evitar eso de...
0:08:48 Ahí va Adolina en el carruaje de Barton con la mina de Cocosili.
0:08:55 Dejo por decirle, un ejemplo.
0:09:00 Después, los coches no podían prestarse, tal como sucede con la guitarra, etc.
0:09:06 Con la mina.
0:09:08 Ninguna prostituta podía andar en coche.
0:09:11 Si lo hacía, la mandaban al deshierro, la mandaban.
0:09:15 Última.
0:09:16 Los hombres con licencias sólo podían llevar a sus esposas, hijas o madres.
0:09:22 Jamás podían llevar a otra mujer que no tuviera ese lazo para evitar los toques imprudentes.
0:09:31 Imprudentes tocamientos.
0:09:34 Y claro, si uno va a llevar una mina en el auto y no le puede hacer un tocamiento imprudente,
0:09:40 rosa, entonces en qué país vivimos.
0:09:43 Para eso, de apata.
0:09:45 ¿Qué novela, imprudentes tocamientos?
0:09:47 Imprudentes tocamientos extraordinarias.
0:09:49 Yo cada vez que subo una mina en el auto le digo, permiso, después de aquella esquina,
0:09:54 para advertirla, darle tiempo a que se acomode el mameluco.
0:10:00 Después de aquella esquina, voy a empezar con tocamientos imprudentes.
0:10:06 Sépalo.
0:10:07 Digo, yo y me escupo las manos.
0:10:08 Así que, es tardía entonces la aparición del carro para llevar señoritas.
0:10:15 Esto apareció después, derogada a esta exposición.
0:10:19 Todo es tardío.
0:10:20 La antigüedad clásica no conoció todo esto de lo que estamos hablando.
0:10:25 Los carros que había eran carros que se habían llevado a las casas,
0:10:30 y a las mujeres que no podían andar en carro, ya sea por no ser hijas, madres,
0:10:35 hermanas, o por ser prostitutas que estaban condenadas a ir caminando a todas partes.
0:10:41 Y, por eso, no se ha hecho nada.
0:10:43 Y, por eso, no se ha hecho nada.
0:10:45 Y, por eso, no se ha hecho nada.
0:11:21 En la discoteca
0:11:25 encontramos
0:11:29 una canción muy conocida
0:11:33 de un
0:11:35 prócer oriental
0:11:37 que es Don Arturo de Navas
0:11:39 y que se llama El Carretero
0:11:41 y escucharemos
0:11:43 en la versión de Carlos Gardel.
0:11:45 En Francia tenía mucho éxito
0:11:47 esta canción
0:11:49 y se miraba en el medio
0:11:51 y a los franceses les parecías
0:11:55 les gustaba, no solo el canto, sino
0:11:57 oírlo chiflar y se miraba
0:11:59 entonces, ¿cómo hace este pa' chiflar?
0:12:01 Porque parece que en Francia no se conoce el sirvido.
0:12:03 Es más difícil afinar
0:12:05 el sirvido que de...
0:12:07 El sirvido es muy difícil.
0:12:09 No, afinarlo es muy difícil,
0:12:11 pero que suene bien
0:12:13 es difícil.
0:12:15 Pepe Iglesias el Sorro
0:12:17 y la verdad muy bien.
0:12:19 Bueno, vamos a escuchar
0:12:21 El Carretero
0:12:23 en la versión clásica de Don Carlos Gardel.
0:12:47 El Carretero
0:12:49 en la versión clásica de Don Carlos Gardel.
0:12:51 En Francia
0:12:53 es muy difícil afinarlo
0:12:55 y escucharemos
0:12:57 en la versión clásica de Don Carlos Gardel.
0:12:59 En Francia
0:13:01 es muy difícil afinarlo
0:13:03 y escucharemos
0:13:09 es muy difícil afinarlo
0:13:15 La, la, la, la, la...
0:13:17 La, la, la, la
0:13:19 La, la, la, la, la...
0:13:21 La, la, la, la...
0:13:33 Con pañeros
0:13:35 de mi vida
0:13:37 cuida algo
0:13:39 con esa sancar
0:13:41 No se le quiebra el pérdigo, vi que se huele con la blanca.
0:13:53 Hoy la blanca, huélla, huélla, huélla.
0:14:23 Salí de Montevideo, en Dirección, una mi casa.
0:14:42 Mi mujer estará diciendo, mi marido estará y saraja, saraja, huélla, huélla, huélla.
0:15:12 ¡Volvorao! ¡Volvorao, huélla, huélla, huélla!

Comentarios (0)

No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!


Tenés que Iniciar sesión para comentar.
Podés darle estilo y formato al texto utilizando Markdown