Transcripción automática
0:00:00 Vamos a hablar de la competencia entre Francia y Venecia en la fabricación de espejos.
0:00:09 Atención, ¿eh? Fabricación de espejos.
0:00:12 Entonces vamos a situarnos a principios del siglo XVI, los vidrieros de Murano sabían fabricar un vidrio muy puro,
0:00:21 al que llamaron cristalino, porque recordaba el cristal de roca que era de una transparencia perfecta.
0:00:27 En 1503 la familia de vidrieros de Gallo, Gallo, será porque era italiano,
0:00:34 declaraban ser los únicos que conocían el secreto de hacer espejos de aquel vidrio cristalino.
0:00:40 La isla de Murano está ahí, pertenencia a Venecia, todavía se siguen fabricando unas cosas,
0:00:47 o mejor dicho, todavía se siguen vendiendo unas cosas que dicen que la fabricaron en Murano.
0:00:52 Y te la encajan, ahí en Venecia te encajan unos ceniceros, los lavasteveses y se le va el dibujo.
0:00:59 La tradición vidriera de Venecia se remonta al siglo XIII.
0:01:05 A partir de 1255 había unos artesanos que fabricaban frascos, también fabricaban perlas de vidrio,
0:01:13 y se instalaron en Murano, una islita que estará, 400 metros de Venecia.
0:01:21 Allí les predicó sus favores, los consideró artistas antes que artesanos,
0:01:28 les concedió privilegios especiales, como por ejemplo el derecho a contraer matrimonio con la hija de la nobleza.
0:01:37 Me dirá qué nobleza si era República, o sea, la República, pero la República aristocrática es peor que muchas monarquías en algunos sentidos.
0:01:48 Y así las familias de los vidrieros de Murano estuvieron siempre asociadas a las autoridades venecianas, y fueron muy prósperos.
0:01:58 Y ahí tiene usted, a los Berovieri, los Briatti, los Bertolini, ¿qué tal?
0:02:04 A las todas las familias de Bertolini, los Mota, y a los yacitados del Galo.
0:02:13 A partir del siglo XV, Venecia monopolizaba la fabricación de espejos, y los exportaba a Oriente.
0:02:22 El Palacio de Ispajam tenía una sala de espejos venecianos.
0:02:27 En el Palacio de las Ores, las paredes de los aposentos reales estaban recubiertas de oro y espejos venecianos en todo superímetro,
0:02:35 lo cual provocaba innumerables confusiones cuando uno se levantaba.
0:02:40 En un principio, la mayoría de los monarcas orientales pagaron fortunas por estos espejos.
0:02:46 Estaban cansados, en verdad, de observarse en espejos engañosos, de vidrio opaco, de metal pulido, para no hablar de los manantiales y de esos lugares.
0:02:58 En realidad, uno, hasta la invención del espejo, no sabía quién era o no sabía cuál era su verdadero aspecto, sino por un testimonio ajeno.
0:03:09 ¿Cómo sabe uno cómo es, ciertamente? Hablemos de épocas en donde no había fotografías.
0:03:17 Si no hay espejo ni fotografías ni aún pintores, uno tiene que preguntarle a un amigo.
0:03:25 ¿Chié? ¿Cómo sois?
0:03:28 Y esto es una pregunta. Nosotros ya estamos acostumbrados.
0:03:32 Tal vez no estaba tan claro un tipo que vivía solo en el Medio El Campo que se había acomodado.
0:03:37 Entonces venía a algún viajero y dijo, ¿donde viene tal lo bueno? Dígame, le voy a hacer una pregunta.
0:03:42 Dice, ¿cómo soy yo?
0:03:44 Y le dije, ¿estás un muchacho alto, delgado, cara de amargado, un poco sucio?
0:03:54 Bueno, me deja más tranquilo.
0:03:57 Podría haber sido peor.
0:03:59 Yo tenía miedo.
0:04:01 Dígame la verdad, porque a veces no veo. Soy visco.
0:04:05 No, visco no, al menos de acá de donde lo miran.
0:04:10 Pero uno tenía que confiar también en que no lo engañaban.
0:04:15 Era muy posible que por adulación, por piedad o incluso por malevolencia,
0:04:20 el interrogador contestase una mentira y nos describirá peores de lo que éramos o mejores en sus intereses.
0:04:28 Y luego vino a solucionar este grave problema, de no saber cómo es uno.
0:04:32 Al menos en lo que se refiere al espectro exterior.
0:04:35 Usted dirá, no importa que uno se vea en el más perfecto de los espejos, nunca sabe cómo es.
0:04:40 Me dirá que la epísteme que tenemos dentro nos condiciona para vernos más lindos, etcétera, etcétera.
0:04:46 Bueno, déjenme de embromarlo.
0:04:48 Usted no sabe qué hacer para disimular que el vivote no le crezca.
0:04:54 Le echa la culpa a los espejos, a la imposibilidad de conocer y todo eso.
0:05:01 El caso es que estos monarcas orientales que querían ver, se compraban espejos en Venecia, que eran los únicos buenos.
0:05:08 Nosotros eran como los espejos que compraba mi primo Carlito Bugarin para el caso.
0:05:12 Se compró un espejo y se miraba parecía al del Parque Retillo.
0:05:17 ¡Qué davancho!
0:05:20 Ahora muy bien, se vendían muy caros los espejos.
0:05:22 Quiere decir que era una fuente de riqueza para la República Venecia.
0:05:25 Ahora vea, André Clemence, que era dueño allá por 1520, de una tienda llamada La Flor de Lis, en la casa de Saint Jacques, en París, tenía 12 espejos de Venecia.
0:05:37 Algunos dicen que eso era imposible y que seguramente eran falsos porque eran tan caros.
0:05:42 La gente iba a mirarse allí a los espejos.
0:05:45 Y entonces iba el joven Francisco I, el rey de Francia, y se quedaba horas frente al espejo, incluso gesticulando, para ensayarse caras de pícaro.
0:05:57 Pronto los espejos venecianos fueron moda.
0:06:00 En Francia se empezaron a gastar sumas enormes.
0:06:03 Parece que un espejo veneciano estaba mejor cotizado que un cuadro de Rafael.
0:06:08 Catalina de Medichís, primero, estamos hablando de la mujer de Enrique II,
0:06:13 y más tarde Margarita de Valois, la hija de Catalina, y después Ana de Austria, la de los tres mosqueteros,
0:06:21 y Masarino y la Valier, y el propio Luis XIV, se hicieron construir gabinetes de espejo.
0:06:28 Se decían salas llenas de pecaímes para ir a mirarse.
0:06:32 Incluso para ir con alguna dama y ver qué parecía él dedicado a menesteres íntimos,
0:06:40 porque uno no sabe si queda tan bien como parece.
0:06:45 Entonces, se conviene hacerlo por el espejo, con el espejo no por una cosa, si nada.
0:06:50 Yo prefiero la habitación del espejo porque me estoy estudiando.
0:06:55 Bien, la nobleza contagió su entusiasmo a los notables de la administración y a la burguesía pudiente parisina.
0:07:04 Bien, en 1660, el ministro de los XIV, Colbert, se asustó por lo que llamó una hemorragia de divisas.
0:07:13 Se gastaba mucho dinero en importar espejos de Venecia, y quiso que el reino limitara las importaciones, nuestro Juan Domingo Colbert.
0:07:22 Para ello debía crearse una manufactura francesa de espejos al estilo veneciano.
0:07:29 ¡Nadie quería los espejos, estos irregulares de vidrio Gomón!
0:07:34 ¡Esto no! Queremos veneciano.
0:07:37 En 1662 Colbert creó la manufactura real de cristales y espejos,
0:07:42 y se estipuló que debía contratarse mano de obra italiana.
0:07:49 Entonces, el embajador de Francia, en Venecia, recibió el encargo de tentar en secreto
0:07:55 a maestros vidrieros de Murano, que eran los únicos que podían hacer espejos que satisfisieran al rey a su séquito y a los macanugos.
0:08:04 Entonces empezaron los problemas, porque naturalmente Venecia no iba a permitir que se la privara de un monopolio que le enriquecía tanto.
0:08:13 Mira qué piola, nosotros gastamos todo el dinero en educar a estos tipos para que aprendan a hacer espejo,
0:08:21 y cuando aprenden a hacer espejo van a hacerlo a Francia.
0:08:25 ¡Ah, no, flanco! ¿Dónde te crees que estamos? En la Argentina.
0:08:34 Entonces, la República de Venecia instaló una tremenda barrera de protección en torno a sus maestros de Murano.
0:08:45 Tenían prohibido emigrar o comunicarse con el exterior.
0:08:50 Si los atrapaban huyendo o eran denunciados por pretender huir, se consideraba que habían atentado contra la seguridad del Estado,
0:09:00 y se los perseguía como si fueran traidores a la patria.
0:09:03 Si les confiscaban los bienes y las represales se extendían a toda la familia de que se piantaba,
0:09:10 la familia que era utilizada de manera de reen.
0:09:15 Leía una parte del reglamento que me he conseguido.
0:09:20 Si el vidriero lleva suerte a un país extranjero, las personas más cercanas a él irán a la cárcel,
0:09:26 y si pese al encarcelamiento a sus familiares, ya tienen que permanecer fuera,
0:09:30 se enviará a un emisario para que lo mate, y tras su muerte entonces los parientes se lo han puesto en libertad.
0:09:40 Democrático.
0:09:43 Ya había precedentes de todos estos líos.
0:09:46 Dos maestros venezianos, aquí en Leopoldo primero, atrajo hacia Alemania,
0:09:50 fueron asesinados en 1547, y en 1589, un tal Antonio Obiso, que tal,
0:09:57 fue condenado a cuatro años de Galera por haberse unido a un maestro vidriero de Amberes.
0:10:04 Ahora bien Colbert, el ministro francés que sabía todo esto,
0:10:07 ordenó a espías y emisarios que consiguieran algunos maestros, pero con cautela, que no fueran,
0:10:12 que no hicieran mucha bandera, y por supuesto, en la más absoluta clandestinidad.
0:10:18 Digo yo, diciendo dos veces la misma cosa.
0:10:21 En 1664 comenzaron las operaciones.
0:10:24 El embajador de Francia, en Venecia, Pierre de Bonci,
0:10:28 habló a Colbert de las dificultades de trasladar a algún maestro.
0:10:31 Todos tenían miedo, tenían miedo a las represalias, temían por su familia, que se yo.
0:10:37 Pierre de Bonci se introdujo en Murano y recurrió a un mercader llamado Pietro Scuzzi,
0:10:43 que rápidamente consiguió convencer, entre otros, a los maestros La Motta, Pietro Rigo y Suane dándolos.
0:10:52 Dándolos una familia importante de Venecia.
0:10:58 Se les prometió sumas enormes de dinero y una escolta segura hasta Francia.
0:11:03 Muy bien, agarraron viajeros.
0:11:07 Se dispusieron a construir sus hornos, la manufactura real de cristales y espejos se ubicó en la calle Rili,
0:11:14 junto a la badía de Saint Antoine, y ese día muy contento Colbert, el ministro, ofreció una fiesta.
0:11:21 Se llevó a comer unos angucchitos, que ahora nos vamos a hacer ricos, vendiéndoles espeja y manolos monarcas orientales,
0:11:28 que se pasan hasta el día mirándose.
0:11:30 Pero Venecia se había enterado de la fuga de sus maestros, naturalmente,
0:11:34 y entonces sus funcionarios empezaron a enviar espías, emisarios y amenazas.
0:11:40 El embajador veneciano en Francia, Giustiniani, asustó a los maestros con el ejercicio del reglamento que hemos contado hace poco.
0:11:49 Ayer los vidrieros que estaban en Francia, corrió el rumor que habían entrado a Francia,
0:11:56 algunos asesinos asuelto para liquidarlos a eso.
0:12:01 Para asegurar su permanencia en París, Colbert, el ministro,
0:12:05 contrató a varias prostitutas para que se dujeran a los vidrieros,
0:12:10 y establecieran un vínculo de amor para que los tipos no le dieran ganas de irse.
0:12:15 Pero el plan fracasó, sea por insolvencia de las prostitutas o por desinterés de los vidrieros,
0:12:24 el plan fracasó.
0:12:28 Los encuentros fueron muy efímeros y nada.
0:12:32 Colbert le llevó entonces familiares de Murán,
0:12:38 y le raptó a las novia y esposas de los vidrieros que llegaron a París.
0:12:45 Pero cuando se enteraron de eso, los venecianos resolvieron adoptar medidas más severas.
0:12:52 Y en enero de 1667, en la manufactura regal de Espejos de París, apareció envenenado un maestro pulidor veneciano.
0:13:00 A la mañana siguiente, no, a la semana siguiente, liquidaron a un maestro soplador para descansar.
0:13:08 Doménico Morase, ¿qué me hace Morase?
0:13:12 Que era especialmente hábil en la preparación de la pasta de vidrio,
0:13:18 y murió a causa de un fuerte dolor de vientre.
0:13:22 En realidad estaba bien envenenado.
0:13:26 Y así la manufactura regal fundada por Colbert había perdido a dos de sus mejores artistas.
0:13:32 Y las ellas muertes paralizaron la fábrica porque el resto de los maestros entró en pánico y rajaron todo.
0:13:42 Justiñani, el embajador veneciano de Francia, dictó una amnistía en ese mismo momento para todos los que quisieran volver,
0:13:50 y el regreso fue total.
0:13:52 A principios de 1667, todos los maestros abandonaron Francia,
0:13:56 y Venecia no los molestó cuando reanudaron su oficio,
0:14:00 y siguió siendo la primera en fabricación de Espejos,
0:14:07 y todos fueron felices para siempre en Venecia,
0:14:11 y desdichados para siempre en Francia.
0:14:15 Para siempre no, por un rato.
0:14:17 Después, claro, los secretos terminan por saberse, los Espejos se abarataron,
0:14:24 actualmente es bastante más caro un cuadro Rafael que un espejo,
0:14:28 por muy veneciano que sea, ya no es lo mismo la vida del fabricante de Espejos.
0:14:34 La gente se acostumbró a que el espejo es algo natural.
0:14:38 En aquellos años, lo digo como viejo fabricante de Espejos,
0:14:43 el espejo era considerado como un mirar.
0:14:47 También creció la confianza en el espejo, que antes no era tanta.
0:14:51 La gente se miraba en el espejo, y no confiaba,
0:14:54 acostumbraba a desconfiar de quienes les describían su aspecto,
0:14:58 tomaban el espejo como otro descriptor de aspectos,
0:15:01 y de este modo relativo procesaban la información recibida.
0:15:06 Había en mi frente tantos inviernos, pero anda a saber, anda a saber si este espejo,
0:15:12 ahora no, ahora la confianza en el espejo es total,
0:15:15 incluso hasta superior a la realidad.
0:15:19 Espejos deformantes vemos y creemos en la imagen deformada del espejo,
0:15:24 por más que después nuestro tacto y nuestros amigos nos digan que somos petizos.
0:15:30 Creemos que somos altos, porque nos miramos en un espejo que afina.
0:15:35 No sólo nosotros, vemos el florero que tenemos ahí arriba de la mesa,
0:15:40 pero también se lo vemos grande porque el espejo aumenta.
0:15:44 Y vemos un florero grande, creemos que tenemos un florero grande, es muy pequeño.
0:15:49 Y así toda la realidad que vemos en los espejos,
0:15:53 está deformada de un modo o de otro,
0:15:56 como siempre ocurría a favor de los intereses del descriptor de aspectos,
0:16:01 a favor de los intereses del espejo.
0:16:04 Y quizá vivimos en una época en que el espejo es más poderoso
0:16:08 que los fabricantes de espejos y que los que se miran en el espejo.
0:16:12 Ya los reyes orientales que antes se miraban en el espejo son el espejo.
0:16:18 Los reyes del mundo son los espejos,
0:16:22 que le dicen a uno como es uno, como es el mundo,
0:16:26 como es la conducta que uno tiene que seguir,
0:16:30 y es tal la confianza que nos han instaurado casi de prepos en los espejos,
0:16:36 que creemos en ellos y desconfiamos de lo que vemos y tocamos.
0:16:41 ¿A quién dedicar a los que no se fidan de espejos?
0:16:47 A los que no creen en espejos,
0:16:50 especialmente cuando esos espejos son fabricados en el extranjero.
0:16:54 También a las familias de Murano,
0:16:58 a Delgado, a Bertolini, a los motas,
0:17:03 que eran siempre motivos de burla entre todos los gandules de Venecia,
0:17:11 que los iban a esperar por la ventana y los llamaban mientras mota trabajaba en el vídeo
0:17:16 y le gritaban cosas a pobre mota.
0:17:19 Hemos ido a la discoteca de la radio,
0:17:26 que es un lugar cubierto de espejos.
0:17:29 Todo espejado.
0:17:32 Y nos atendió a alguien, no sabemos si hablábamos con un reflejo,
0:17:36 con el verdadero discotecario, o con el reflejo del reflejo del reflejo del discotecario,
0:17:42 o si éramos nosotros mexicanos, entendiendo.
0:17:45 Y me dice, no hay tango sobre espejos.
0:17:51 Algúrme era el espejo de Cusó, o sea que cantaba Ángel Vargas,
0:17:55 ¿qué es de Ángel Vargas también?
0:17:57 Pero mire, dice, tengo un disco que es sobre espejos que se han roto,
0:18:03 espejos que no se han roto.
0:18:05 Como lo que hacían en Francia.
0:18:07 Claro, que es el Vals no nos veremos más,
0:18:09 es lo que uno dice cuando se le rompe el espejo.
0:18:13 Es un Vals que ponemos bastante seguido porque nos gusta mucho,
0:18:17 especialmente en esta interpretación del trío argentino,
0:18:21 y es también este Vals un espejo en el que ya no nos miramos.
0:18:25 Nos hemos acostumbrado a otra clase de espejos musicales,
0:18:29 que creemos que nos representan,
0:18:33 y nos miramos en esos espejos musicales,
0:18:36 y nos encontramos decidores, propensos a la exageración,
0:18:43 al gesto, al grito, a la ampulosidad y al desagradable, a fan de lucirse.
0:18:49 Nada de esto encontrarán en este espejo que es el Vals.
0:18:53 Nos veremos más que refleje una imagen de una Argentina austera, noble, confiada,
0:19:03 y que no necesitaba la afectación ni la publicación de sus entrañas,
0:19:10 ni la morbosidad de la sinceridad patológica.
0:19:15 Adelante el trío argentino, no nos veremos más.
0:19:23 La música es muy importante,
0:19:27 porque es un espejo que nos va a dar un poco de suerte.
0:19:32 Y es una música que nos va a dar un poco de suerte.
0:19:36 Y es una música que nos va a dar un poco de suerte.
0:19:40 Y es una música que nos va a dar un poco de suerte.
0:19:48 Sueno de toda la vida, ahogar el amor, moro de rango que a qué nos miede.
0:19:55 Después, adiós, y el alma de un rosal te vuelve.
0:20:08 Vésame otra vez, siento que después no nos vemos más.
0:20:16 Se irá las eras son, pero la ilusión no vendrá jamás.
0:20:22 Sombré entre los dos, de un dolor a otro, no por la claridad.
0:20:27 Amor que se abre en cruz, al cuñal de luz, de todas las estrellas.
0:20:35 Voy por distintas fuerzas, no sé echar la vida.
0:20:41 Amor que nunca rega, no sabe llorar.
0:20:50 Vésame otra vez, siento que después no nos vemos más.
0:20:56 Se irá las eras son, pero la ilusión no vendrá jamás.
0:21:11 Por un querer, por tier sin lágrimas ni agabios.
0:21:25 Y del placer, devlar la copa flor de labios.
0:21:30 En un cantar, rima el nombre bien querido,
0:21:35 dejo el marchar hacia la ausencia sin olvido.
0:21:54 Sombré entre los dos, de un dolor a otro, no por la claridad.
0:22:02 Amor que se abre en cruz, al cuñal de luz, de todas las estrellas.
0:22:09 Voy por distintas fuerzas, no sé echar la vida.
0:22:16 Amor que nunca rega, no sabe llorar.
0:22:25 Vésame otra vez, siento que después no nos vemos más.
0:22:31 Se irá las eras son, pero la ilusión no vendrá jamás.
0:22:55 Hemos escuchado al trío argentino interpretando de Demare y Navarrimia, no nos veremos más.
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