Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos sobre confesiones. La confesión, esta es una verdad estupenda, que no me pertenece, pero que va comienzo a la charla.
0:00:10 La confesión siempre se ocupa de los asuntos sexuales. Y esto es verdad.
0:00:15 ¿Qué tanto que voy a confesar que me afané una torta en la panadería? No.
0:00:23 Las confesiones son interesantes si tienen que ver con asuntos sexuales, sino no.
0:00:30 Haga así la siguiente experiencia. Permite a Celé, a un señor cualquiera, la oportunidad de quedarse escuchando en un confesionario.
0:00:40 Y también la oportunidad de elegir el confesionario en el que habrá de quedarse.
0:00:46 Después de una recorrida se instalará este amigo del ejemplo allí donde la confesión verse sobre asuntos sexuales, no sobre al máximo vecinos pisoteados.
0:00:59 Aunque en los confesionarios también se interrogaba a la gente sobre el orgullo y la mentira, las preguntas siempre se dirigían hacia los pecados carnales,
0:01:11 mucho más que hacia la práctica de la usura, los agrilejos e incluso los crímenes de sangre.
0:01:17 La confesión se ha definido como una acusación sacramental que hace el pecador lamentándose de sus pecados.
0:01:27 Esto lo hace con el fin de obtener el perdón por el poder de las llaves. ¿Qué quiere decir esto del poder de las llaves?
0:01:35 La fórmula hace referencia a las llaves de San Pedro.
0:01:38 Así se llamaba el poder de perdonar que el Cristo confidió a los discípulos inmediatos.
0:01:46 Y sólo a ellos dicen los protestantes.
0:01:49 Los protestantes dicen a los discípulos y nadie más.
0:01:53 Los católicos dicen que a los discípulos y a todos sus sucesores.
0:01:59 Lutero era adversario de la confesión precisamente por ese punto.
0:02:04 Lutero afirmaba, como se ha dicho, que sólo los discípulos tenían la capacidad de dar perdón y que Jesús nunca había hablado de confesión.
0:02:13 Poco después de resucitar, Jesús dice exactamente a sus discípulos.
0:02:19 Recibir el Espíritu Santo.
0:02:22 A quien perdonareis los pecados, les serán perdonados.
0:02:25 A quienes los retuvierais, les serán detenidos.
0:02:30 ¿No se sabe cuándo nació la confesión? Jesús no la practicaba.
0:02:35 No escuchaba a nadie en confidencia privada.
0:02:39 San Pablo tampoco habló de confesión.
0:02:42 Juan Crissoff, como que vivió afín en el siglo IV,
0:02:47 parecía conocerla, pero no la consideró una obligación.
0:02:51 Y incluso aconsejó a los pies dirigirse directamente a Dios más que a sus intercesores.
0:02:59 Allá por decir, los Quintos, Sextos, en lugares lejanos del Imperio, como Egipto y luego en Irlanda,
0:03:08 la práctica se fue extendiendo.
0:03:11 Al parecer, los monjes fueron tomando la costumbre de charlar con sus superiores acerca de sus imperfecciones
0:03:20 y comenzaron a recibir la indicación de una penitencia.
0:03:24 Y con ese proceder se sentían rediorizados y reconfortados.
0:03:30 La confesión era como un nuevo bautismo.
0:03:35 Y hubo, como dice la canción, un nuevo bautismo que les permitía reconciliarse con ellos mismos.
0:03:46 Nacieron poco después los penitenciales para compensar al pueblo
0:03:52 y aplicar unas penas adecuadas en los pecados dichos.
0:03:56 Eran respuestas ya establecidas con un escalafón codificadas para cada error.
0:04:05 Los primeros penitenciales fueron británicos e herlandeses, por decirlo sexto.
0:04:09 Estaban los de San Vinyán y San Colombo, los de Veda, el venerable y los de Egberto.
0:04:16 Después aparecieron los penitenciales francos y hermanas.
0:04:20 En un principio, la ceremonia de confesión era pública.
0:04:24 La ceremonia de confesión era obligatoria, pero la pública.
0:04:27 Se guste confesada, mire padre, pero no anti-confesionaria.
0:04:32 En el antes código de la iglesia, el padre le dice,
0:04:35 «La guerra es mi cuneada».
0:04:38 Y a los cinco minutos nos jugó el mismo.
0:04:48 Y todos se esperaban.
0:04:50 ¡Es más divertido!
0:04:52 Con comentarios de la gente.
0:04:55 Bien, en el siglo X se sabe de ovidos que al pasar por las ciudades
0:05:01 convocaban a los criminales para que se acercaran a cambiar su pecado por penitencia y perdón
0:05:08 en cualquier escena y no más.
0:05:10 Confesarse pasó a ser una obligación anual recién a partir de los siete años de edad.
0:05:16 Pero se decidió así recién en el Concilio de Letran, de 1215.
0:05:22 Existieron periodos en donde prevalecía la falta y su cambio por la penitencia precisa.
0:05:28 Pero hubo otros en donde la pena pasó a ser secundaria
0:05:32 y lo esencial era el arrepentimiento, esa institución tan compleja.
0:05:38 Con Abelardo, con San Anselmo y Hugo de San Victor
0:05:43 se pensó que no había motivos para negar al chisteano el alivio que podía conseguir
0:05:49 si lamentaba sinceramente su falta pasada.
0:05:53 La Visión Republicana tenía los cancenistas, aquellos que polinizaron con Pascal.
0:05:58 En el siglo XVII los cancenistas, partidarios del rigor,
0:06:02 se revelaron contra los defensores del laxismo que habían terminado por recomendar que se perdonara todo.
0:06:09 En el siglo XVII se presentó una historia que nos representaba sucedida.
0:06:17 Una dama que se arrepentía.
0:06:22 Y a los dos segundos le daba que se arrepentía de nuevo.
0:06:27 Y se arrepentía de nuevo.
0:06:30 ¿No sabe quién era el señor?
0:06:32 Mataba uno y le decía, más repiden, pero se acuerdan delincuentes.
0:06:35 Y el demonio en persona se quejaba de aquella institución porque ya que no había seriedad.
0:06:40 Ante esta actitud de los laxistas que perdonaban a cualquiera enseguida,
0:06:50 se aconsecuó a los confesores que fueran más severos
0:06:54 y que no concedieran la resolución más que cuando estuviera justificada por una profunda constricción.
0:07:00 En la mayoría de las veces ninguna reja ni ningún velo separaban al sacerdote del penitente.
0:07:07 O se sentaba al lado del cubra o se le arrodillaba ahí y se empezaba a batir la canaveri.
0:07:13 A partir del siglo XIII la confesión empezó a hacerse adentro a la eleccional en Goliche.
0:07:19 Esto debía suceder en algún lugar apartado y solitario.
0:07:24 Y el confesionario tal como lo conocemos no apareció hasta a mediados del siglo XVI.
0:07:30 Su edición fue muy lenta, una gran resistencia de los religiosos que no se querían meter en aquellos muebles o focantes.
0:07:37 Tiene algo de encerrarse en un ropero, el confesionario.
0:07:41 Pero en 1565 en Valencia y en San Carlos Borromo en Italia se impuso la utilización del confesionario.
0:07:49 Algunos fabricantes de confesionarios ganaron mucho dinero.
0:07:55 Con el señor hemos puesto una fábrica de confesionarios nuevos.
0:08:02 La con más confort.
0:08:04 Sí, el 21.
0:08:05 Mucho más confort.
0:08:07 Aira con israel.
0:08:08 Entonces eso es un de fórmica.
0:08:10 Sí, más preco.
0:08:14 Almovida, perroidad.
0:08:18 Se puede mirar hacia abajo.
0:08:19 Un vidrio que el cura te ve pero vos no lo hagas.
0:08:22 No, la cámara Gs.
0:08:24 Cámara Gs.
0:08:25 No, todo lado.
0:08:26 No, no, ya, o el cura acá adentro.
0:08:28 Toda costa, no.
0:08:29 Bueno, pero no caminó.
0:08:32 No pudimos venderme uno.
0:08:35 En 1614 Roma se ordenó el empleo de confesionarios en toda la silencia.
0:08:41 Se prohibió, salvo para la confesión última, cualquier sustituto del mueble.
0:08:47 Quiso decir del confesionario.
0:08:50 Es que se había generalizado el uso de confesionarios portátiles.
0:08:56 Quiero decir, reja de mano, pañuelos, pedazo de igustro.
0:09:03 No ponía adelante el tipo de venido por el circunstancio entre las ramas.
0:09:07 Es pecado, padre.
0:09:08 Ah, sí, decía.
0:09:10 Bueno, prohibieron todo eso.
0:09:12 Una pequeña historia para terminar.
0:09:15 Allá por el año 1670 el Jesucristo Sildes Sanseo tomaba confesión al honor de Mendoza.
0:09:23 La mujer hermosa.
0:09:26 Contaba cada vez sus faltas en cada confesión, que eran todas faltas de amor.
0:09:32 Tenía, a decir verdad, una vida disoluta.
0:09:36 Sanseo le indicó penitencias inicialmente fuertes, que fueron disminuyendo cada vez que el honor se presentaba en confesión con un nuevo pecado.
0:09:47 Casi cuatro días venía la mena.
0:09:50 La indulgencia de Jesucrista era llamativa, incluso para la propia Leonor,
0:09:56 que creyó que más que penada era acompañada graciosamente en cada una de sus faltas.
0:10:01 Un día Leonor se presentó otra vez en confesión, y Sildes Sanseo le advirtió que era él quien debía confesar algo.
0:10:10 Le digo que se había enamorado de ella.
0:10:13 Leonor aprovechó para confesar que deseaba besarlo.
0:10:21 Doña Leonor abrió la reja y hubo entre los dos palabras amorosas y pocamientos.
0:10:35 El problema fue que Leonor se arrepintió de su pecado.
0:10:39 Ay, ay, ay, ay, y fue confesarse los otros religios.
0:10:45 Histérica y guiñona.
0:10:47 El otro religioso bateó la cana, la insicción cayó sobre Sildes Sanseo,
0:10:52 que marció en cana y fue es como el gado.
0:10:55 Me encantó esta historia.
0:10:57 Leonor de Mendoza.
0:11:00 ¿Qué cuidarse de las Leonores de Mendoza?
0:11:04 El primero se sienta en el apóstolo.
0:11:07 Ya se endeudó lo cornudo, como dijo Gardel.
0:11:11 ¿Lo puedo ver con esta?
0:11:14 Bueno, esto prenda este informe acerca de la construcción
0:11:19 y especialmente esta historia.
0:11:21 ¿A quién quiere dedicar usted las charlas o no?
0:11:24 Aquellos concesores que no son extremadamente religios.
0:11:28 Saben comprender la debilidad y aquellas ocasiones en las que no puedo haberse tentado
0:11:35 y los tratan con firmeza pero con bonda.
0:11:40 Usted dice los iguales listos.
0:11:46 Tira algo de eso, Leon, el tibaraje uno no se mira, el otro habla.
0:11:54 Bueno, y yo al pobre Sildes Sanseo.
0:11:58 Al Sildes Sanseo.
0:12:01 Bueno, hemos ido a la discoteca a buscar discos de confesión,
0:12:06 desde luego estaba el tango confesión,
0:12:08 pero también estaba, me da pena confesarlo,
0:12:10 que canta ahora Carlos Gardel y qué es lo que debe haber dicho esta chica Mendoza,
0:12:18 Leonor de Mendoza, cuando dio al segundo clérigo.
0:12:21 Clérigo sería mejor.
0:12:23 Me da pena confesarlo padre pero estuve con el Sildes Sanseo.
0:12:27 Que a través de la reja, efectó unos tocamientos.
0:12:33 Así que adelante, Carlos.
0:13:26 Bueno, y yo al pobre Sildes Sanseo.
0:13:56 Bueno, y yo al pobre Sildes Sanseo.
0:14:56 Bueno, y yo al pobre Sild emperor,
0:14:58 y nosotros a los que interen,
0:15:00 con su honor.
0:15:09 de Gardel y de Pera,
0:15:11 me da pena confesarlo.
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