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24 de Junio de 2010

El Congreso de las Funciones Matrimoniales

Transcripción automática

0:00:00 Entonces hablemos de esta institución que existió en Europa desde el siglo XIV hasta el XVII
0:00:06 y que se llamaba Congreso de las Funciones Matrimoniales.
0:00:10 Ya veremos de qué se trataba.
0:00:13 Vamos a algunos antecedentes.
0:00:15 En muchas dinastías europeas debía certificarse que la consumación del matrimonio,
0:00:23 la unión sexual, parece un clúno, se había producido.
0:00:28 Porque de esa manera el sacramento quedaba cristalizado.
0:00:32 Un matrimonio no consumado no podía seguir adelante.
0:00:36 Pero también podía suceder que si el hombre no sostenía su consumación después de la primera vez,
0:00:42 sobreviniera un pedido legal de separación por esa causa.
0:00:47 Cuenta Volter que los romanos esperaban dos años para disolver el matrimonio si no había satisfacción.
0:00:54 Justiñano ordenó que ese lapso se extendiera a tres años.
0:00:59 En muchos casos los hombres que no podían amar a sus esposas se consideraban hechizados.
0:01:07 Carlos II el hechizado justamente.
0:01:10 Esos hechizos eran antiquísimos y aparecen en infinidad de notas legales y en la literatura.
0:01:18 Eran como la inversa del filtro de amor, no un gualicho al revés.
0:01:22 Muchas víctimas alegaban padecer dicho encantamiento frente a la sugerencia de la dama
0:01:30 de destruir el matrimonio por ese asunto.
0:01:33 Hay un antecedente extraño en la historia cristiana.
0:01:36 El Papa Alejandro III posibilitó una vez a un marido la libertad de tomar a otra esposa
0:01:42 por no poder emprender el comercio carnal.
0:01:46 Que tampoco es una venta de carne.
0:01:49 Esta orden pareció dictada por alguien que pensaba más en la necesidad de aumentar la población
0:01:56 que en el carácter indisoluble del vínculo matrimonial.
0:02:00 Pero bueno, esos son antecedentes extraños.
0:02:02 Vamos al asunto prometido.
0:02:04 El del Congreso de las funciones matrimoniales.
0:02:08 Contaremos un caso puntual en que funcionó este Congreso en la historia de Francia.
0:02:14 Gabriel de Estre era como ya sabemos una chica un amante del rey Enrique IV.
0:02:20 Pero ella estaba casada con un señor, Nicolás Dammerbal.
0:02:25 Con Gabriel, Enrique tuvo un hijo que se llamaba César.
0:02:30 Pero en verdad ese chico era legalmente el hijo de Messier Dammerbal.
0:02:36 Puesto que como dijimos, el té por el esposo de Gabriel.
0:02:40 En realidad había certeza absoluta respecto a la paternidad de Enrique.
0:02:45 Porque Gabriel no se unía a su esposo, El Dammerbal, desde hacía muchísimo tiempo.
0:02:51 Enrique IV estaba triste porque quería legitimar su paternidad para disfrutar más del chico.
0:02:58 En consecuencia le pareció urgente entablar los procedimientos necesarios para poder casarse con Gabriel.
0:03:05 Para eso primero ella debía separarse del otro niato.
0:03:09 Gabriel, a petición del rey, mandó a Lobispo una súplica que decía.
0:03:16 Una nota que decía.
0:03:18 Se declara que Gabriel de Estre fue casada por la fuerza cuando tenía 18 años con Nicolás Dammerbal.
0:03:25 Sin embargo, desde hace dos años no ha vivido ni conversado con su marido,
0:03:30 como se acostumbra a ser con personas capaces en legítimo matrimonio.
0:03:35 Eso era en consecuencia, decía Gabriel, de la impotencia de su esposo.
0:03:40 Muy bien. Convocado por El Arzo Obispo, Nicolás Dammerbal, respondió que
0:03:46 su impotencia última se debía a una caída del caballo.
0:03:52 Vaya a saber cómo habrá caído.
0:03:55 Agregó que no había falta de amor ni de voluntad,
0:03:58 puesto que había intentado en varias ocasiones favorecer a su esposo.
0:04:02 Por su parte, Gabriel se dijo lesionada por no haber recibido los deberes con sus gales
0:04:07 y se inició un proceso que naturalmente divirtió muchísimo al pueblo.
0:04:13 Gabriel creía que iba a conseguir la separación para poder unirse definitivamente al rey Enrique IV.
0:04:20 Pero vino a suceder que tres meses más tarde de la iniciación de la disputa,
0:04:24 Nicolás Dammerbal dijo que había recuperado sus protestades amatorias,
0:04:30 por lo que podía recuperar también a su esposa,
0:04:33 lo cual naturalmente iba a revinar las intenciones de Enrique de casarse con ella.
0:04:39 Entonces la justicia indicó que era necesario someterlo a la prueba del Congreso íntimo.
0:04:45 Se trataba de un procedimiento utilizado en las demandas de divorcio por impotencia.
0:04:51 El marido acusado de no ser un compañero galante era analizado por un consejo de notables.
0:05:00 De notables degenerados.
0:05:03 Parece que lo dejaban acostarse con su mujer y a una señal dada, por ejemplo, ahora,
0:05:14 debía cerrar las cortinas y esforzarse por cumplir con la dama.
0:05:20 Se concedían dos horas para la prueba a la que asistían además de los médicos y de los jueces
0:05:27 y algunas matronas conocidos y colados.
0:05:32 En cualquier momento el marido de cuyo honor se juzgaba, se estaba hablando,
0:05:38 podía llamar a los testigos para hacerles comprobar su victoria.
0:05:44 Al momento, a ver, el testigo, por favor, regarde.
0:05:49 Bien, pero casi siempre el tipo intimidado por la presencia de jueces y espectadores
0:05:56 permanecía en el mismo estado por el cual se lo estaba juzgando.
0:06:00 Imagínense, no es la forma más adecuada, no todo es juzgado número 37,
0:06:06 ahí, yo nunca falta un comisario, no?
0:06:11 Nicolás de Amerba... sin embargo, algunas personas les gusta, a revés.
0:06:16 A favores.
0:06:17 Nicolás de Amerba solicitó la prueba del Congreso,
0:06:20 pero cuando vio llegar a la comitiva, se asustó tanto, incluso antes del desafío,
0:06:26 que redactó lo siguiente, a modo de informe y renuncia.
0:06:31 Por obedecer al rey y temer perder la vida,
0:06:36 conciento la disolución del matrimonio,
0:06:40 de acuerdo con la petición presentada ante los viespos.
0:06:44 Más advierto que no es cierta la confesión de que sea inávil para la Unión Amorosa.
0:06:53 Es prominaria.
0:06:55 El 24 de diciembre de 1594, el matrimonio de Gabriel y Nicolás fue declarado nulo.
0:07:04 Y el rey tuvo vía libre, por decirlo así, para ver a su hijo
0:07:08 y para soñar con casarse con su querida.
0:07:11 Y después no se casó, pero por otras razones que sería ocioso detallar.
0:07:15 Se casó en realidad con María de Mérici.
0:07:18 En 1659 se produjo otro caso.
0:07:21 El marqués de Nanche pidió la prueba del Congreso
0:07:26 para refutar los desídes de su esposa, María de San Simón.
0:07:31 Un detalle.
0:07:32 En estos casos, en este caso, casi un siglo después del asunto de Enrique IV,
0:07:38 había una segunda oportunidad.
0:07:41 Si el marido salía vencido, podía pedir un segundo combate.
0:07:46 Pueden que te fue mal en el primer Congreso.
0:07:49 El repechaje.
0:07:50 El repechaje.
0:07:52 Esto era prohibida.
0:07:54 Bien, la cámara declaró entonces al marqués impotente,
0:07:59 anuló el matrimonio y le prohibió casarse de nuevo.
0:08:02 Y dejaron que su esposa eligiera a otro niato.
0:08:06 El marqués, sin embargo, se juntó con Diana de Novel,
0:08:11 de la que tuvo siete hijos.
0:08:14 Así que esta mujer se emburrió
0:08:18 y el marqués apeló a la gran cámara
0:08:21 contra la sentencia que lo había declarado impotente.
0:08:25 Y los jueces confirmaron su unión.
0:08:31 Se lo declaró potente, le perdonaron las costas del juicio
0:08:35 y le declararon una plaqueta recordató.
0:08:39 ¿Qué habrá puesto en su cama, al lado de la mesita de luz?
0:08:43 Por suerte, hoy estas prácticas no se verifican.
0:08:47 Pero por mala suerte, imagina, con todo el furor mediático,
0:08:51 conseguirían ustedes el vídeo.
0:08:55 Y los juicios, los programas de la tarde.
0:09:00 El juicio de Fulano de Tardes.
0:09:02 Lo hacen sin vídeo.
0:09:04 Lo hacen sin vídeo.
0:09:08 Bueno, vamos a dedicar esta charla
0:09:12 a los pobres tipos que tenían que someterse
0:09:15 a este consejo, a esta observación,
0:09:18 en condiciones tan deplorables.
0:09:21 Hemos ido a la discoteca a buscar una canción alusiva.
0:09:26 El discotecario me preguntó si todavía no había esas cosas
0:09:30 que él le gustaba mucho ver.
0:09:33 Me dijo que yo le voy a confesar algo, me dice.
0:09:37 Yo soy un poco vedo allá.
0:09:39 Bueno, sí, señor, no interesa.
0:09:41 Eso es por no decir guayé.
0:09:43 Y como era el asunto?
0:09:46 Me volvió a preguntar y le digo, bueno,
0:09:49 si puedo ir, tenía que forzarse mucho, imagínense.
0:09:53 Dice, no tengo ningún disco así, imagínense,
0:09:55 es un tema un poco escabroso.
0:09:57 Déjenmelo pensar.
0:09:59 Al rato me llamo, me dice, ¿cómo era el asunto?
0:10:02 Y me dice, venía la gente y el tipo tenía que demostrar
0:10:05 ante todo el mundo su habilidad, su potencia, su competencia.
0:10:11 Sí, bueno, pensaba.
0:10:14 Al rato vino y nos trajo este disco que vamos a oír ahora
0:10:17 en la voz de Victoria Morán, el tango que se llama
0:10:21 ¡Vamos, vamos!
0:10:23 ¡Ay, no viejo!
0:10:25 ¿Qué es lo que dirían los juzgados para darse ánimo?
0:10:31 Sí, no sé si uno se gana el entusiasmo
0:10:35 escuchando Saino Viejo.
0:10:37 Sí, sí, sí, sí, sí, pero Saino Viejo.
0:10:41 Bueno, generalmente esa dificultad la tiene los Sainos Viejo.
0:10:46 Escuchamos a Victoria Morán.
0:10:49 Morán, no, Morán, vamos, vamos, Saino Viejo.
0:10:55 La vida es triste, garriba del pescante
0:11:08 con los recuerdos de un corazón amante
0:11:12 avanzo lejos al ferazco con mi carro
0:11:17 y me parece que estoy siempre en el barro
0:11:21 y es que no tengo quién me se evaba un maquete
0:11:25 y entras ataba mis ainos verdes cerros
0:11:30 acariciando mi cuerno chocolate
0:11:34 tomaba alegre un trago del porro
0:11:38 tranco a tranco trenzo venia
0:11:43 recordando mi pasado
0:11:47 pensando que fue tan buena
0:11:51 y el destino tan malvado
0:11:55 vamos, vamos, Saino Viejo.
0:11:59 Ya estamos los dos iguales
0:12:02 nos hemos ido tan lejos
0:12:04 son 50 carnavales
0:12:07 vamos, vamos, Saino Viejo.
0:12:12 Ya es hora de descansar
0:12:17 Recuerdo tu ríde se agolpan cada año
0:12:22 pensando en ella que hoy cumplía sus años
0:12:27 y me esperaba solo un riente y buena moza
0:12:31 porque era así mi linda María Rosa
0:12:35 y hoy ya no tengo quién me se evaba un maquete
0:12:39 entras ataba mis ainos verdes cerros
0:12:44 solo me queda mi perro chocolate
0:12:48 entre las ruidas del viejo Corralón
0:12:52 tranco a tranco trenzo venia
0:12:57 recordando mi pasado
0:13:01 pensando que fue tan buena
0:13:05 y el destino tan malvado
0:13:09 vamos, vamos, Saino Viejo.
0:13:13 Ya estamos los dos iguales
0:13:16 nos hemos ido tan lejos
0:13:18 son 50 carnavales
0:13:26 Ya es hora de descansar
0:13:31 Ya es hora de descansar

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