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21 de Marzo de 2008

Consejos para tratar las mordeduras de los perros

Transcripción automática

0:00:00 No, hoy hablaremos, perdón, de los anteojos, o mejor todavía de los anteojos.
0:00:07 Concepto, objeto y visión histórica de los anteojos.
0:00:16 Porque nos han escrito muchas veces y nos han dicho, usted nunca habla de anteojos.
0:00:22 Empecemos diciendo que el esfuerzo que se exigía de los ojos en tiempos medievales
0:00:29 al desplegarse actividades culturales con mayor fuerza, por ejemplo la lectura, era enorme.
0:00:36 Las habitaciones generalmente estaban oscuras, en verano para protegerlas del calor
0:00:42 y en invierno porque las ventanas se cerraban para evitar el chifrete.
0:00:46 Los escribas medievales se quejaban continuamente de las condiciones en las que tenían que trabajar.
0:00:52 Con frecuencia, anotaban sus quejas en los márgenes de los mismos libros que copiaban.
0:00:58 Ay, qué desgraciado soy.
0:01:01 Con anterioridad, en Babilonia, en Grecia, en Roma, los lectores con mala vista
0:01:07 no tenían otra alternativa que hacerse leer los libros por algún desconocido
0:01:11 o por algún esclavo con buena vista y además con la destreza indispensable para leer.
0:01:17 Unos pocos descubrieron en algún momento que mirar a través de un disco de cristal transparente
0:01:23 ayudaba a ver mejor.
0:01:26 Al escribir sobre las propiedades de la Esmeralda, Plinio el Viejo señalaba
0:01:32 que el emperador Nerón, que era miope, solía contemplar los combates declaradores
0:01:39 a través de una Esmeralda, incluso eruditos como Roger Bacon
0:01:45 hicieron muchos comentarios sobre las Esmeraldas y sus efectos en la visión.
0:01:52 Pero muy pocos lectores disponían de piedras preciosas para leer.
0:01:56 La mayoría estaba condenada a realizar penosos esfuerzos o depender de algún comedido.
0:02:03 En algún punto del siglo XIII el destino de todos estos lectores con mala vista cambió.
0:02:09 Alguien inventó los anteojos. No se sabe quién los inventó,
0:02:15 pero aquí tenemos algunas pistas interesantes.
0:02:19 El 23 de febrero de 1306, desde el púlpito de la Iglesia, Santa María Novella de Florencia,
0:02:27 Giordano Garibaldo predicó un sermón en el que recordaba a sus feligreses
0:02:32 que la invención de los lentes cumplía ya 20 años.
0:02:37 Y después agregó lo siguiente, el Tano Garibaldo.
0:02:41 He visto a hombres que antes que ningún otro...
0:02:44 No, he visto al hombre, dijo, lo conocía.
0:02:48 He visto al hombre que antes que ningún otro fabricó un par de lentes y he hablado con él.
0:02:53 Pero no dijo quién era el tipo.
0:02:57 Quizá fuera un contemporáneo de Garibaldo.
0:03:01 Hay varios posibles inventores, Coco.
0:03:03 Quizá fuese el monje Spina de quien se dice que hacía gafas y que enseñaba gratis a hacerlas.
0:03:11 Quizá fuese un miembro del gremio de cristaleros de Venecia,
0:03:15 que siempre se instalan, famosamente, en la islita vecina de Murano.
0:03:22 Allí se encontraron algunas especificaciones del año 1301.
0:03:26 Quiere decir que ya los anteojos para ese año se habían inventado.
0:03:30 Otros dicen que el inventor pudo haber sido un tal salvino del Yarmati,
0:03:35 a quien una placa funeraria, todavía visible en la Iglesia Santa María Mayor de la Florencia,
0:03:42 lo llama Inventori de Lolenti.
0:03:45 Y se agrega que Dios perdone su pecado.
0:03:50 Otro candidato es el propio Bacon, a quien Kipplen, en un relato de sus últimos años,
0:03:56 convirtió en testigo del uso de un antiguo y diminuto microscopio árabe
0:04:02 llevado a Inglaterra por un ilustrador.
0:04:05 En 1268 Bacon había escrito,
0:04:09 si alguien examina letras por media de un cristal,
0:04:14 siempre cuando tenga forma de un segmento de esfera,
0:04:18 verá las letras mucho mejores y más grandes.
0:04:23 El caso es que hasta bien entrado del siglo XV, los anteajos para leer fueron un lujo.
0:04:28 Costaban mucha plata y pocos lo necesitaban porque no mucha gente leía,
0:04:34 pero después vino la emprenda y con la relativa popularización de los libros
0:04:40 aumentó la demanda de anteojos.
0:04:43 Yo se dio algo curioso a partir del siglo XVI.
0:04:46 Algunos pintores, para resaltar la personalidad estudiosa y prudente
0:04:51 de los personajes de sus retratos, les pintaban lentes.
0:04:56 Pero a veces sucedía que ese personaje estudioso y erudito pertenecía a la antigüedad clásica,
0:05:03 y entonces algunos le pintaban lentes a los sabios antiguos,
0:05:08 como por ejemplo a los que rodeaban a la Virgen María o a los apóstoles.
0:05:13 Había en la pintura algunos detalles que ayudaban al público
0:05:17 a percibir el carácter estudioso de los personajes.
0:05:21 Por ejemplo, un libro en Oriente, en Roma, en Grecia, un libro, una tablilla,
0:05:26 menos los dioses.
0:05:28 Los dioses nunca llevaban libros.
0:05:32 Su sabiduría les venía por nacimiento y por su carácter divino,
0:05:39 y no por haber estudiado en Salamanca.
0:05:43 Distinto es el caso de Egipto, donde sí, los dioses tenían rollo y papiros.
0:05:51 Me acuerdo de Toth, aquel dios con cabeza de Ibis.
0:05:54 Ibis es un ave, ¿no?
0:05:57 Leyendo un papiro del libro de los muertos,
0:06:00 aquel libro que según dicen fue enterrado en ennilo y del cual proviene el tarot.
0:06:05 Pero los dioses griegos no, no tenían libros,
0:06:08 pues se supone que no los necesitaban.
0:06:10 El cristianismo heredó ese criterio.
0:06:13 Hablando de figuras antiguas como Cicerón y Aristóteles,
0:06:16 que aparecen a veces con anteojos, ¿no?
0:06:21 En alguna pintura anacrónica,
0:06:23 parece que Aristóteles realmente necesitaba anteojos,
0:06:26 pues tenía muy mala vista sin hablar de Homero.
0:06:30 Homero no los necesitaba porque carecía de vista.
0:06:35 Es decir, para no necesitar anteojos,
0:06:38 hay que tener muy buena vista o ninguna vista.
0:06:42 Tenemos una lista de escritores y artistas
0:06:45 que tenían serios problemas con sus ojos.
0:06:48 Lutero, el Dr. Johnson, ¿no?
0:06:51 Alexander Pope, Quevedo, un amigo de este programa,
0:06:55 Wordsworth, Dante Gabriel Rossetti,
0:06:58 Unamuno, Joyce, Milton y Borges.
0:07:03 Dice el poema de los dones, el ascedor.
0:07:06 Nadie rebaje al ágrima o reproche
0:07:09 esta declaración de la maestría de Dios,
0:07:13 que con mágica e ironía me dio a la vez
0:07:16 los libros y la noche.
0:07:19 Borges era el director de la Biblioteca Nacional
0:07:21 y era ciego, naturalmente, ¿no?
0:07:24 Contaremos para...
0:07:27 No sé si para terminar.
0:07:29 Contaremos un episodio
0:07:32 al inversa de alguien que no podía no mirar,
0:07:37 que tenía demasiada vista.
0:07:40 Lamia era una doncella orionda de Libia,
0:07:44 hija de Velo, de Velo pero con vercorta.
0:07:47 Zeus la había amado y se había unido a ella.
0:07:55 Pero cada vez que Lamia daba luz a un hijo,
0:07:59 era la mujer de Zeus, siempre celosa, ¿no?
0:08:02 Se la se arreglaba para hacerlo morir, le mataba a los hijos.
0:08:05 Al final Lamia fue ocultarse en una cueva solitaria
0:08:09 y se desesperó tanto que se convirtió en un monstruo
0:08:13 envidioso de las madres dichosas
0:08:16 y entonces para ponerle manifiesto ese odio y esa envidia
0:08:21 empezó a robar los hijos de las madres dichosas.
0:08:25 Robaba hijos y los devoraba.
0:08:29 La diosa era para extremar la persecución,
0:08:32 privó a Lamia de la posibilidad de cerrar sus ojos
0:08:36 para que no pudiera dormir.
0:08:38 Y bueno, y esto es esta mujer, veía siempre,
0:08:41 no podía dejar de ver, pero Zeus, compadecido,
0:08:44 le concedió una gracia,
0:08:46 la posibilidad de quitarse los ojos
0:08:49 y volver a ponérselos a voluntad.
0:08:52 Me siga la noche, me imaginó yo,
0:08:54 si se sacaría los ojos, yo pondría dentro de un vaso,
0:08:57 entre un vasito, claro, para no ver.
0:09:02 Me imagino, incluso a sujetos poco escrupulosos
0:09:06 teniendo esta posibilidad de quitarse los ojos,
0:09:09 haciendo esas gracias de los papanatas en los festines, ¿no?
0:09:13 Sacándose los ojos, poniéndose los en el bolsillo, el sed,
0:09:17 asustando a los obrinos.
0:09:21 Claro, o aguacellos que querían entretenerse,
0:09:23 hablando de las bolitas, sacándoles el vaso,
0:09:26 lo jugando, jugando sus propios ojos.
0:09:29 El caso es que cuando Lamia no tenía ojos,
0:09:33 era inofensiva, pero ya con los ojos puestos,
0:09:37 espiaba a los niños para devorarlos.
0:09:40 Incluso se me ha pedido que indique a los niños presentes,
0:09:43 cuyo comportamiento no alcanza a los niveles esperados,
0:09:49 que por la noche vendrá este monstruo, Lamia,
0:09:53 que ingerirá a aquellos que no acrediten una conducta honrada.
0:09:58 No sé qué, ya saben niños...
0:10:11 Después de todo esto es un programa infantil.
0:10:14 Aquel que no hiciera caso a los caprichos de su madre,
0:10:18 será castigado al peor modo por este monstruo,
0:10:21 que ya será este mismo momento.
0:10:23 O niño que escucha este programa,
0:10:26 bajo tu cama, un monstruo espantoso,
0:10:29 está esperándote.
0:10:39 Tengo una historia interesante,
0:10:42 esta vez y ya para terminar,
0:10:45 acerca de ojos.
0:10:48 En el tibet, hablamos ayer del Dalai Lama,
0:10:52 pero en el tibet se cree que los hombres sabios tienen un tercer ojo.
0:10:56 Recuerde, el execrable libro de Lovsak Rampa,
0:11:00 el tercer ojo.
0:11:02 Y ese tercer ojo se le la clarividencia,
0:11:05 o la sabiduría, o la superstición refinada.
0:11:09 En otro orden, en otra escuela,
0:11:13 el maestro Sen Tang Yuan Jing Cheng,
0:11:17 que fue servidor del maestro nacional Chung,
0:11:21 señaló, o se olvidó de señalar,
0:11:25 la conveniencia de desconfiar de los ojos.
0:11:29 Sus discípulos juraban que la vista
0:11:32 era el instrumento principal del engaño cósmico.
0:11:36 El mundo no es como lo vemos.
0:11:39 El ojo cambia los colores, las formas y los movimientos.
0:11:44 La joven bella que nos seduce,
0:11:47 es, acaso, un demonio oripilante.
0:11:50 La anciana, que lava ropa en el río,
0:11:53 bien podría ser un dragón.
0:11:55 Y el río está, al vez, un arco iris,
0:11:57 y el arco iris, un pájaro negro y opaco.
0:12:00 Jamás sabremos cómo es el universo.
0:12:03 El resto de nuestros sentidos y el idioma
0:12:06 contribuyen a completar este sueño de falsas apariencias,
0:12:10 que es nuestra percepción.
0:12:12 Cuanto menos sabemos, menos nos hundimos en el error.
0:12:16 Cuanto menos vemos, más cerca estamos de la verdad inconcebible.
0:12:22 Los adeptos de una rama erética de esta doctrina
0:12:26 tenían por costumbre arrancarse los ojos para no engañarse.
0:12:31 Hombres astutos del Japón han señalado
0:12:34 que tal vez lo que ellos creían que eran sus ojos
0:12:37 eran otra cosa imposible de sospechar.
0:12:41 Mientras los maestros relatan estas historias con fines didácticos,
0:12:45 los alumnos perciben significados diferentes
0:12:48 y tal vez no ven maestros,
0:12:51 sino árboles, cerdos o miliarios de piedra
0:12:55 erigidos por un antiguo emperador.
0:13:02 Esto es todo lo que tenemos que decir acerca de los anteojos.
0:13:10 pero los anteojos no han tenido mucha suerte en los tangos.
0:13:14 Lástima porque anteojos rima convenientemente con rojos,
0:13:18 que podrían ser, por ejemplo, los labios,
0:13:21 el fulgor de tus anteojos y tus bellos labios rojos.
0:13:26 Los tangos son maravillosos hasta que describen a la persona amada.
0:13:33 A partir de entonces son boleros.
0:13:43 Bueno, el discotecario nos dio en su reemplazo,
0:13:48 en el plazo de tangos sobre anteojos,
0:13:51 y este que habla sobre ojos y que no es un tango,
0:13:54 y que es más bien una jota.
0:13:56 Escucharemos una jota, atención amigos de Aragón,
0:14:00 cantada por Carlos Verdel, que se llama los ojos de mi mosa.
0:14:05 Se llamaba en primera instancia los anteojos de mi mosa,
0:14:09 ya que se trataba de una doncelía corta de vista
0:14:15 y de entendimiento.
0:14:20 Pero después les pareció que era mucho mejor
0:14:24 referirse directamente a los ojos.
0:14:27 Los ojos de mi mosa, canta Carlos Verdel.
0:14:44 Pero después les pareció que era mucho mejor
0:14:48 referirse directamente a los ojos.
0:14:51 Entonces, en el plazo de tangos sobre anteojos,
0:14:55 se llamaba el bote,
0:14:59 su mosa, canta Carlos Verdel.
0:15:06 Solo los ojos de mi mosa,
0:15:10 como el filo de urpunia, con los ojos de vivuta.
0:15:24 Y yo no vivo sin ello, virgencica o velpidad.
0:15:34 Si lo sopo de mi moza, virgencica o velpidad.
0:15:54 Maradera, maradera, maradera, maradera.
0:16:11 Arrollito de mi aldea
0:16:18 A ti se puedo conectar
0:16:24 Arrollito de mi aldea
0:16:30 Que por mi amor hoy la fiero
0:16:35 Una lágrima de ramas
0:16:41 Una lágrima de ramas
0:16:50 Arrollito de mi aldea
0:17:17 Que por mi amor hoy la fiero
0:17:23 Una lágrima de ramas

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