Transcripción automática
0:00:00 Señores, atención, atención, apague las luces.
0:00:06 Cuentos de Resucitado.
0:00:08 ¡Ah, be María!
0:00:10 ¡Ah, se vio en persínese!
0:00:15 Cuentos de Resucitados en los mitos griegos.
0:00:20 Primero Resucitado.
0:00:22 Esténelo,
0:00:24 que era hijo de Androgeo y compañero de Heracles,
0:00:28 a quien siguió en su expedición contra las Amazonas.
0:00:32 Le dijo que era que acompañáame a Esténelo,
0:00:34 que voy a rescatar el cinturón de Hipólita a una Amazona
0:00:38 y el otro la acompañó.
0:00:40 Esténelo fue herido en esta lucha contra las mujeres
0:00:44 y murió al regreso de la expedición en Pláfagonia.
0:00:48 Fue enterrado cerca de la costa.
0:00:51 Tiempo más tarde, cuando los argonautas pasaron por la región,
0:00:55 percibieron que en esos tiempos permanecía junto a Ades
0:00:59 en la dirección de los infiernos.
0:01:02 Le permitió a Esténelo volver a la tierra durante unos días
0:01:07 para saludar a los expedicionarios que pasaban por allí,
0:01:11 entre los cuales todavía, ya que después de bajo,
0:01:14 estaba Heracles.
0:01:16 Así que Esténelo resucitó.
0:01:18 Los argonautas lo saludaron,
0:01:21 lo ofrecieron sacrificios como si fuera un héroe
0:01:24 y pues continuaron su viaje.
0:01:26 Esténelo, después del alago, regresó tranquilamente a las profundidades.
0:01:32 Y entonces damos una resurrección elegante.
0:01:36 Nada de Alaracas, ni de Grito-Lastimero,
0:01:41 ni de que me quedo, me quiero ir, me agarran o no.
0:01:44 Y por un momento que voy a saludar, resucita viejo,
0:01:47 que es el dominó.
0:01:49 Resucitao, que bien, que tal, ché.
0:01:51 Mira qué bien, el finópolano, que sé por acá.
0:01:54 Y se me dejaron resucitar lo que había nascido.
0:01:56 No se hubiese levantado.
0:01:58 No, no se hubiera molestado por nosotros.
0:02:00 No, me voy a sentar un rato y hacer con una mollejita.
0:02:03 El tipo se come algo y dice, bueno, muchacho,
0:02:05 todo está muy lindo, pero usted está porque está vivo,
0:02:09 pero yo de un viaje ahora.
0:02:12 Tengo hasta el infierno saber lo que tengo.
0:02:14 Tengo el contapo.
0:02:15 Tengo el 53.
0:02:17 126.
0:02:18 Y es más dificultosa la digestión, ¿no?
0:02:20 Para un resucitado.
0:02:22 Sí, para un resucitado.
0:02:24 Otra resurrección.
0:02:25 Hay tres personas llamadas la odamía en los mitos.
0:02:30 Una de ellas era hija de Acasto y esposa de Protesilao,
0:02:35 que fue el primer héroe griego que murió en la Guerra de Troya,
0:02:39 el primero, lo ensartaron y bien llegó.
0:02:41 La odamía se acababa de casar
0:02:44 cuando partió su marido, por el cual sentió un tremendo amor.
0:02:49 Al conocer la noticia de su muerte,
0:02:53 la odamía se concernó muchísimo, parece mentira que sí.
0:02:57 Pero luego pidió a los dioses que se lo devolvieran al menos por tres horas.
0:03:03 Se devuelva melón ni en que sea por tres horas.
0:03:07 Protesilao por su parte en el infierno había formulado la misma petición
0:03:12 y los dioses se enternecieron ante la suplica.
0:03:15 Mira, que bien, esta muchacha, si no, si no.
0:03:17 Y le otorgaron a Protesilao ese regreso de Firmero.
0:03:21 Los amantes se reunieron y cuando Protesilao ya debía regresar al aves, al infierno,
0:03:28 la odamía se suicidó en sus brazos y lo acompañó.
0:03:32 Y digo, mira, te vas, vamos a matar los pajarones.
0:03:36 Me amas, hijo.
0:03:37 Y no vamos junto.
0:03:38 Y no vamos junto.
0:03:39 Y así fue, así fue.
0:03:41 Hay resoluciones que duraron un poco más.
0:03:44 Un mito tiene como personaje a Moria, una mujer de Libia.
0:03:48 Una tarde, un día en que su hermano Tilo se paseaba por las orillas del río Hermo,
0:03:53 tocó sin querer a una serpiente.
0:03:56 El hermano, ¿no?
0:03:58 La serpiente lo mordió y el tipo murió en el acto.
0:04:03 Moria, que había visto desde lejos la desgracia, llamó a Damacén, que era un gigante.
0:04:10 Damacén arrancó de cuajo un árbol y aplastó con él a la serpiente que había matado al hermano a Tilo.
0:04:18 Entonces, vieron como otra serpiente, dicen que la hembra de la serpiente muerta,
0:04:24 se metió en el bosque vecino y volvió a ratito, trayendo en la boca hierba vális,
0:04:31 una hierba de poderes milagrosos.
0:04:34 Aplicó la serpiente esa hierba a la nariz de la serpiente muerta y esta resucito.
0:04:41 Se animó instantáneamente y las dos escaparon a los altos,
0:04:47 a la lope, reptando al bosque.
0:04:53 Moria, aleccionada, tomó un poco de la hierba que la serpiente había dejado olvidada
0:04:59 y la aplicó con toda estucia a la nariz de su hermano muerto.
0:05:03 Inmediatamente, Che, el hermano volvió a la vida y también salió corriendo, dicen,
0:05:09 a lo mejor porque vio al gigante Damacén.
0:05:12 Hay un mito parecido pero mucho más prolijo con esta misma idea.
0:05:16 Glaucó, era hijo de Minos y Pacifáe.
0:05:20 Pacifáe se acuerda a aquella que fue novia de un toro,
0:05:24 de resulta de cuyos amores vino a nacer el minotauro.
0:05:29 Pacifáe también era medio bruja y maldisco a su marido que tenía muchas menas por ahí,
0:05:37 yo acabaré y eso.
0:05:39 Le echó una maldición conforme a la cual cada vez que el tipo estaba lo mejor del asunto con una mina,
0:05:49 salían de su cuerpo escorpiones, insectos, arañas y bichos venenosos,
0:05:58 con lo cual se corrió la bolilla y las menas no pasaban del primer café con el tío.
0:06:06 Bueno, un hijo de estos dos, de Minos y de Pacifáe, era Glaucó.
0:06:12 Un día, cuando Glaucó era un niño, Agum persiguió a un ratón.
0:06:17 Muy reyes de creta pero había ratas para apérate.
0:06:22 Tropesó este niño y se cayó en una tinaja llena de miel y se ahogó.
0:06:27 No lo cuidaban.
0:06:29 No, se crió solo en él.
0:06:31 Minos lo buscó durante mucho tiempo.
0:06:33 Glaucó, Glaucó, que es yo.
0:06:35 Y un día, gracias a la ayuda del Dios Apolo, encontró el cadáver de su hijo en la tinaja.
0:06:43 Ahora bien, los curetes eran unos genios que poseían el don profético.
0:06:48 Y cuando vieron que Minos estaba desesperado, le informaron que un hombre podía devolverle la vida a su hijo.
0:06:56 Y ese hombre debía ser reconocido por la siguiente habilidad.
0:07:02 Iba a ser el que mejor pudiese describir el color de una determinada vaca de los rebaños de Minos,
0:07:09 cuya tonalidad cambiaba tres veces al día.
0:07:12 De blanca pasaba roja y luego a negra.
0:07:16 Y los curetes le dijeron, cuando aparezca un hombre con habilidades tales como para describir el color verdadero de esa vaca,
0:07:25 que ese hombre será el que te dirá cómo resucitar a tu hijo Glaucó.
0:07:30 Minos convocó a los hombres más hábiles de Creta y les pidió que describieran el color de la vaca maravillosa.
0:07:37 Uno solo lo consiguió.
0:07:40 Se llamaba poliguido, no poligrillo, poliguido.
0:07:45 Y tenía el don de la profecía.
0:07:47 Poliguido describió a la vaca y dijo que tenía el color de la mora.
0:07:52 Un fruto que empieza siendo blanco, luego enrojece y termina negro.
0:07:57 Minos, juzgando que poliguido había resuelto el enigma, le ordenó que le devolviese la vida a Glaucó.
0:08:04 Y lo encerró junto al cadáver.
0:08:06 Poliguido, preplejo e inoperante, vio entonces entrar a una serpiente que se dirigió hacia el cuerpo del muerto.
0:08:16 Temiendo que la serpiente deteriorase el cuerpo, poliguido la mató.
0:08:21 Al poquito tiempo entró una segunda serpiente que al ver a la otra sin vida se retiró.
0:08:27 Pero no tardó mucho en volver.
0:08:29 Llevaba en su boca una hierba con la que tocó a su compañera y esta resucitó en el acto.
0:08:35 Poliguido se apoderó de la hierba, que no era otra que la hierba Vális, frotó con ella a Glaucó.
0:08:43 Y Glaucó volvió inmediatamente a la vida y continuó viviendo durante largos años.
0:08:49 Se dice...
0:08:53 Esta es otra historia.
0:08:55 Se dice que Silce y Medea eran magas y usaban también esta hierba, la hierba Vális, para resucitar personas.
0:09:05 Sin embargo, Medea les informó a las hijas del rey Pelias que había otro modo de resucitar, incluso de rejuvenecer.
0:09:15 Pero eso lo dijo por jorobarlas. Siempre cuento esta historia que es extraordinaria.
0:09:19 Pelias vivía, pero se estaba poniendo viejo.
0:09:23 Entonces Medea, que odiaba Pelias, lo tenía montado entre ceja y ceja, le dijo a las chicas que conocía una forma de hacer rejuvenecer a cualquier ser viviente.
0:09:34 Entonces, le mostró una calvera que tenía por ahí con hierbas, tomó un carnero viejo, lo despedazó y lo hizo hervir en esa olla.
0:09:43 Al ratito, el carnero saltó de la fuente, convertido en un pequeño cordero.
0:09:50 Las hijas creyeron que era una buena ocasión para rejuvenecer a su padre.
0:09:58 Lo despedazaron, lo metieron en un caldero y lo hicieron hervir al viejo Pelias.
0:10:06 Entonces, le ovisó.
0:10:08 Entonces, le esperaron a la hija que su padre volviera joven y chúcaro.
0:10:12 Pero pasaba el tiempo y el guiso se iba pasando un poco y Pelia no resucitaba.
0:10:19 Una de ellas reaccionó y dijo, si era cierto.
0:10:24 Nunca resucitó Pelias ni salió de la olla.
0:10:29 Minos, el papá de Glauco del chico este resucitado, era ambicioso.
0:10:34 Y aunque tenía a su hijo con vida, no quedó satisfecho.
0:10:37 Antes de permitir a Poliguido, el que lo había resucitado, que regresara a sus tierras, hizo que le enseñara su arte profético a Glauco.
0:10:46 Y así lo hizo Poliguido.
0:10:49 Y se enseñamele al pibe a profetizar.
0:10:52 Poliguido le enseñó.
0:10:54 Pero al ser puerto en libertad, en el momento mismo de partir, Poliguido escupió en la boca su discípulo,
0:11:01 con lo cual Glauco perdió toda la ciencia que acaba de adquirir y no pudo nunca usufruirla.
0:11:07 Cuando vos enseñas algo a alguien y le escupís en la boca lo que le enseñaste se le olvida.
0:11:12 Pasó famosamente con Cassandra, la hija del rey de Troya, Príamo.
0:11:20 A Polo le tenía ganas.
0:11:24 Y le dijo, mirá, casandrita, yo te voy a dar el don profético, te voy a dar el poder de adivinar,
0:11:35 pero vos tenés que revocarte conmigo ahí entre los lluvos.
0:11:41 Bueno, bueno, dijo Cassandra.
0:11:43 Y entonces a Polo le enseñó a adivinar.
0:11:47 Dice, bueno, a Polo ahora me toca a mí.
0:11:50 Y Cassandra dijo, no, no, que se yo, nada, no quiero nada.
0:11:55 A Polo entonces le escupió en la boca y Cassandra pudo seguir adivinando,
0:12:00 pero con la siguiente desgracia nadie creía en lo que ella profetizaba.
0:12:05 Bueno, en este caso, cuando algún profesor se arrepienta de haberle enseñado alguna destreza a un alumno,
0:12:14 pasará con que le escupa en la boca y lo enseñado será olvidado
0:12:19 o no podrá ser utilizado para ningún fin.
0:12:23 Entonces, un mensaje del Ministerio de Educación.
0:12:35 De todas estas historias, a mí me gusta la más ansiosa y la primera, la de Ténelo,
0:12:40 que el tiempo pasó a visitar a los amigos, saludo y nada más.
0:12:44 Nada de explosión en el enami, me gusta ese resucitado.
0:12:47 Sí, sí, el experimentoso.
0:12:49 Ah, no, eh, no, no.
0:12:51 Escucharemos, ya que hablamos,
0:12:54 fuimos a la discoteca naturalmente, todo, tipo cómo resucitado,
0:12:57 como son los de la discoteca acá que no creen en nada.
0:13:01 Y al final me dio un disco muy conocido, son tan muy conocidos,
0:13:06 ¿qué tiene que ver con la resolución? ¿Tiene todo que ver?
0:13:09 Con el retorno de la vida.
0:13:11 La va a volver nada menos.
0:13:13 Escucharemos la versión clásica de Gardel. Adelante.
0:13:36 Todas las mismas se alumbraron con su valido reflejo,
0:13:40 con las horas del dolor.
0:13:43 Y aunque no quise regreso, siempre se vuelve al primer amor.
0:13:50 La vieja calle donde le codijo, tuya su vida, tuya su querer.
0:13:58 Bajo el burlón, mirar de la ciberería,
0:14:02 que con el ciberería hoy me ve volver, volver.
0:14:10 Con la frente marcita, la nieve del tiempo plasearon mi cielo.
0:14:17 Perretir, aunque tú el sample la mira,
0:14:24 que veinte años no es nada, que febrir la mirada,
0:14:28 herrade en la sombra, la cebuja y terombra.
0:14:33 Vivir, con el alma perrada, aún no el te recuerda,
0:14:40 lo que yo no sé a ver.
0:14:43 Tengo miedo que te encuentro con el pasado
0:14:47 que vuelve a enfrentarte con mi vida.
0:14:51 Tengo miedo de las noches que pobladas te recuerdo,
0:14:56 en cadenas mi solidad.
0:15:00 Pero el viajero que hoy es tarde o temprano,
0:15:04 te siento andar.
0:15:07 Y aunque lo olvido de todo de este hombre,
0:15:11 al llamar a dos ni vieja ilusión,
0:15:14 un guardo escondido de penaltas unidas,
0:15:18 que no da la fortuna de mi corazón.
0:15:23 Con la frente marcita, la nieve del tiempo plasearon mi cielo.
0:15:33 Perretir, aunque tú el sample la mira,
0:15:40 que veinte años no es nada, que febrir la mirada,
0:15:44 herrade en la sombra, la cebuja y terombra.
0:15:49 Vivir, con el alma perrada, aún no el te recuerda,
0:15:56 lo que yo no sé a ver.
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