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25 de Julio de 2013

Curiosa llegada de la inquisición a Portugal

Transcripción automática

0:00:00 Vamos a hablar de la curiosa llegada de la inquisición a Portugal. Surgió esta llegada
0:00:19 de un modo particular en dos sentidos. Fue un hombre solo que llevó al tribunal inquisidor
0:00:26 y su método fue extraño. Pero vamos a ver.
0:00:29 Desde los comienzos del siglo XV, el Papa Bonifacio Noveno intentó inútilmente instalar la inquisición
0:00:38 en el Reino de Portugal. Había nombrado un dominico llamado Vicente de Lisboa, inquisidor
0:00:44 general. Pero a Vicente de Lisboa no le fue bien. El rey de Portugal, Juan I, le escribió
0:00:51 al Papa para decirle que el establecimiento de la inquisición en su reino se oponía
0:00:58 al bienestar de sus vasallos, a sus propios intereses como rey y al interés de la religión.
0:01:04 Dijo además que había notado en el trabajo de Vicente de Lisboa algunas anomalías. O
0:01:11 sea, le dijo, vea, ya que me ha la inquisición de aquí.
0:01:14 El Papa Bonifacio atendió los reclamos de Juan I, revocó los poderes que había aconseguido
0:01:21 a los inquisidores y autorizó a un talmarcos o bispo de Sinigália para absolver a los
0:01:30 acusados por Vicente, por la anterior, por Vicente de Lisboa. Dice, absolverlos a todos,
0:01:37 igual, listo. Se reúbico en sus cargos y dignidades a los que habían sido privados.
0:01:44 Muchísima gente se vio libre del temor de que le conficara los bienes.
0:01:49 Chao. No hubo inquisición en Portugal. Después del intento del Papa Bonifacio, el Papa Climente
0:01:55 séptimo también intentó que la inquisición tuviera residencia fija en Portugal, pero
0:02:01 no hubo caso. Unas disputas entre la curia romana, siempre más cercana a España. La curia romana
0:02:08 siempre anduvo mejor con España que con Portugal. Digo, unas disputas entre la curia y la corte
0:02:14 de Lisboa impedían que el Santo Tribunal llegara a Portugal. Tiempo más tarde, ya
0:02:21 a mediados del siglo XVI, el rey portugués era Juan Tercero y durante su reinado se produjo
0:02:29 el lecho notable que vamos a contar. Juan Tercero, hay que decir, tuvo una hija María de Portugal
0:02:38 que fue la primera esposa del príncipe de Asturias, es decir, del heredero del trono
0:02:42 de España, que luego sería Felipe II. Aquella muchacha, ya hemos contado su historia aquí,
0:02:48 murió a los 18 años y no pudo llegar a ser reina de España. La casaron con Felipe cuando
0:02:53 Felipe todavía no era rey, era rey Carlos, su papá. Y murió muy joven. Estaban muy enamorados,
0:03:01 los dos, etcétera, fue una historia. En el año 1539 se presentó en Lisboa un enviado
0:03:08 del Papa. Había llegado hasta allí, según se decía, para establecer la inquisición sobre
0:03:14 cimientos inquebrantables. El tipo se llamaba Saab Bedra y se presentó al rey Juan Tercero
0:03:21 con sus credenciales, o ahí la credencial de el Papa Pablo III. También llevaba otras
0:03:28 cartas de Roma para los principales dignitarios de la corte. Sus patentes delegados estaban
0:03:34 firmadas, selladas, contenían amplios poderes para nombrar un inquisidor general e incluso
0:03:41 todos los jueces del Santo oficio. Lo curioso es que este Saab Bedra en realidad era un impostor.
0:03:51 Ningún Papa lo había enviado, mejor dicho, el Papa no lo había enviado. Y había falsificado
0:03:57 todos los papeles que acabo de mencionar. Se había aprendido el arte de la falsificación en Roma
0:04:04 y se había perfeccionado en Sevillea. Desde así había llegado a Lisboa, junto con dos cómplices
0:04:12 que se hacían pasar por cléricos y que le iban de secretarios. Saab Bedra se ganó rápidamente
0:04:19 en el favor y el respeto de Juan Tercero. El rey pensó que ya no se podía contrarrestar el avance
0:04:26 de inquisición, que se había instalado en casi todos los países y aceptó las cartas de Saab
0:04:32 Bedra. El impostor, que más que nada quería vivir cortesanamente, quería chupar de ojo en la corte,
0:04:39 eso es lo que quería, comenzó a edificar toda la burocracia de la inquisición en Portugal. Y al
0:04:46 principio le fue bien. Saab Bedra tuvo su servicio más de 120 ayudantes para enfrentar los gastos,
0:04:54 recibía de Juan Tercero y del Gobierno de Sevillea, por donde antes se había pasado también,
0:05:00 sumas cuantiosas en nombre de la Cámara Apostólica de Roma. Cuenta uno de los cronistas de esta
0:05:07 historia, que en este caso es Volter, hemos seguido a Volter, que el plan que se habían propuesto
0:05:14 a aquellos impostores lo habían concertado con un artificio deslumbrante. Una razón los ayudaba.
0:05:24 Un inquisidor nunca puede ser falso, del mismo modo que un asesino tampoco puede serlo.
0:05:29 Sucedió que Saab Bedra, además de vivir bien, hizo lo que hubiera hecho la inquisición, es decir,
0:05:37 fue la inquisición. La impostura de Saab Bedra recibía solo en ser un hombre cualquiera que no
0:05:43 había obtenido permiso de nadie, no acreditaba ninguna nobleza y tampoco era muy religioso, pero
0:05:51 hacía su trabajo. Cuando el rey Juan Tercero preguntó a Saab Bedra por ahí un día, ¿por qué había
0:05:57 llegado a Portugal sin que el Papa se lo hubiera advertido antes? El falso legado le contestó que
0:06:05 cosa tan apremiante como establecer la inquisición no podía esperar. Le dijo también que debía
0:06:10 considerarse muy honrado de que directamente llegara un legado del santo padre. La cuestión fue
0:06:17 que Saab Bedra nombró un inquisidor adjunto, envió a recolectar diezmos por todo el reino,
0:06:26 además se mandó a la hoguera a doscientas personas, nada menos. Unas meses más tarde el engaño se
0:06:35 descubrió en Sevilla. El marqués Bilanova de Barcarota, de Barcarota esa realidad,
0:06:42 Bilanova de Barcarota, había sospechado los pedíos desde Lisboa, pidió asesoramiento en Roma y ahí
0:06:49 le dijeron que nadie había enviado allí ningún legado. Y el marqués Bilanova fue a buscar a Saab
0:06:55 Bedra con 50 hombres armados hasta su casa. Lo atrapó y se lo llevó a Madrid. Hecha algunas
0:07:02 investigaciones, se informó de todo al red de Portugal a Juan Tercero. Se hizo comparecer a Saab
0:07:09 Bedra ante Juan de Tabera que era arzobispo de Toledo. Y el arzobispo asombrado por la audacia
0:07:16 increíble del falso legado lo condenó a ser azotado y a diez años de galeras. Esa sentencia
0:07:26 implicaba una muerte segura. En las galeras no se podía sobrevivir más que un par de años,
0:07:33 después de morías o de hambre o apestado o hundido por algún barco enemigo. Juan de Tabera
0:07:42 envió la sentencia al Papa Pablo IV para que fuera confirmada y sucedió otro hecho increíble.
0:07:49 Y el Papa, contento de que por fin se habían podido instalar los tribunales del santo oficio en
0:07:57 Portugal, no confirmó la sentencia, sino que confirmó a Saab Bedra el impostor como legado
0:08:05 Papal en Lisbuga. Pablo IV advirtió que no podía dejar de reconocer en la historia sucia de aquel
0:08:14 privón la mano de Dios y un milagro de su providencia. Y se citó para el caso un diálogo en el que
0:08:24 participaba Jesús. Juan le dijo a Cristo, señor, hemos visto un hombre que no es discípulo vuestro,
0:08:32 que expulsaba los demonios del cuerpo en vuestro nombre y hemos impedido que lo hicieran.
0:08:37 Jesús respondió, no lo impidáis porque el que hace milagros en mi nombre no dirá mal de mí y el
0:08:43 que no está contra nosotros con nosotros está. Era otro asunto, pero el caso es que en el año
0:08:50 1545 Saab Bedra fue absuelto y encargado de la inquisición portuguesa. Cuando los españoles
0:08:59 se establecieron en América, llevaron rápidamente allí a la inquisición y una de las primeras
0:09:08 decisiones de Saab Bedra, ya legitimado, fue introducir en las colonias portuguesas en América
0:09:15 los tribunales del Santo Fecio. Esta es la historia del falso inquisidor Saab Bedra,
0:09:23 del impostor Saab Bedra, que fue confirmada. También cantan las historias de impostores
0:09:31 y especialmente esta, que es un impostor que tiene éxito. Porque finalmente yo creo que
0:09:42 da lo mismo que uno sea cualquiera. Entonces fui a la discoteca, pregunté por el discotecario,
0:09:51 yo me atendió otro señor que no era el de siempre y me dijo que era el discotecario.
0:09:56 Un impostor. Un impostor evidentemente, pero como manejaba discos.
0:10:02 El disco se lo dio. El disco me lo dio. Y bueno, señor.
0:10:06 Y bueno, dije que no es, que me importa. No estaba legitimado por el dueño de la radio.
0:10:13 Pero qué importa. Le conté la historia, se la conté varias veces.
0:10:18 Y la historia es interesante. Curiosamente él me miraba.
0:10:23 Me miraba como diciendo, pero usted qué programa es.
0:10:28 Entonces yo le dije que era del programa de César Maceti.
0:10:33 Ah, usted también.
0:10:36 Entonces ahí sí, ahí sí me dio un disco. Porque me explicó que programas más allá
0:10:44 de las 10 de la noche no eran reconocidos como tales por la discoteca.
0:10:49 Entonces me dio este disco que es una casa portuguesa.
0:10:56 La casa portuguesa es la casa reinante en Portugal.
0:10:59 Evidentemente algo tiene que ver.
0:11:01 Y es un disco cantado por Amalia Rodríguez.
0:11:05 Todo el mundo sabe que no hay otra cantante en Portugal que no sea Amalia Rodríguez.
0:11:13 Entonces vamos a escuchar este fado. El fado es el ado.
0:11:18 Es también el sino. Tiene algo que ver con el duende y el destino.
0:11:25 Escucharemos una casa portuguesa por Amalia Rodríguez dedicada a todos los impostores
0:11:31 de este mundo, incluidos a este que está hablando con usted. Adela.
0:11:44 Una casa portuguesa fica bien con el virus sobre la mesa.
0:11:51 Y si aportan, menosmente bata a alguien, excepta si hay mesa con gente.
0:11:58 Fica bien esta franquesa, fica bien que el povo nunca desmante.
0:12:05 La alegría de la pobreza está en esta grande riqueza de dar y ficar contante.
0:12:12 Cuatro paredes caídas, un cheirinho al críp.
0:12:19 Un cacho de ojeras, dos rosas, un gelín.
0:12:26 No son juzgadas largas, más el sol de primavera.
0:12:34 Una promesa de beijos, dos brazos a mi espera.
0:12:45 Una casa portuguesa con certeza, una casa portuguesa.
0:12:54 No confundo pa' el brazino de mi área, la apertura de cariño.
0:13:01 Ni a por ti, nada es jamela o lo hay, más el sol que bata en ella.
0:13:08 Basta poco el povo se va a dar, con más existencia sin gelar.
0:13:15 Nézse al amor, pared y no caldo, pared y no barriño, es de nosar y no jela.
0:13:22 Cuatro paredes caídas, un cheirinho al críp.
0:13:29 Un cacho de ojeras, dos rosas, un gelín.
0:13:36 No son juzgadas largas, más el sol de primavera.
0:13:44 Una promesa de beijos, dos brazos a mi espera.
0:13:56 No es una casa portuguesa con certeza, una casa portuguesa.
0:14:04 No es una casa portuguesa con certeza, una casa portuguesa.
0:14:12 Era Amalia Rodríguez en la venganza, será terrible una casa portuguesa.

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