Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de una familia espantosa, es una historia llena de asesinatos, de venganza, de desgracia y de muerte.
0:00:11 Una familia que podríamos decir que es la de los átridas, pero si vamos más atrás podríamos llamarle la de los tantálidas.
0:00:20 Empieza con tántalo la cosa, un tipo que hemos hablado no hace mucho, pero por otra radio.
0:00:27 Tántalo era un amigo de los dioses que un día los invitó a morfar, a invitar a los dioses a comer, se tradina.
0:00:34 Y como no tenía que servirle, guiso a su propio hijo, Pellope, y se los sirvió a los dioses.
0:00:42 Ninguno se dio cuenta, salvo de meter creo, o mejor dicho todos se dieron cuenta, pero de meter no, y se muerfó un pedazo de hombro.
0:00:50 A su hijo se llamaba Pellope, los dioses se condolieron y le devolvieron la vida, Pellope, que se casó con Hipodamnia y tuvo hijos.
0:01:04 Pero ya venía la familia medio maldita, los dioses se la juraron.
0:01:12 Y de hecho todavía está el pobre Tántalo ahí en el infierno, conocen ustedes su terrible suplicio, que consiste en estar en una laguna con el agua hasta acá.
0:01:23 Pero no puede tomar ni siquiera el agua de la laguna, porque cuando se agacha a beber el nivel de las aguas baja y él muere del ser.
0:01:32 Por otra parte también tiene hambre y muy cerca hay unas ramas con racismo, y anda a saber qué.
0:01:39 Pero cuando él quiere comerse alguna guinda, la rama se aleja, ese es suplicio de Tántalo.
0:01:45 Tántalo era el papá de Pellope y Pellope con Hipodamnia fue el padre de tres chicos, de dos en realidad, a treo y tiestes, había otra también pero no me acuerdo.
0:02:01 A treo y tiestes.
0:02:03 Y estos chicos se odiaban a muerte, se odiaban por mil razones, no eran buena gente.
0:02:17 Ya habían asesinado una especie de hermanastro que se llamaba Crisipo, por culpa de ese asesinato fueron enviados a misenas y ahí vivían.
0:02:26 Hasta que el rey de misenas, famosamente Euristeo que fue aquel que le impuso los trabajos, era aquel que se murió.
0:02:34 Y un oráculo, dijo Che, dice aquí lo que conviene, dijo el oráculo, es nombrar rey a un hijo de Pellope.
0:02:42 Y justo estaban viviendo ahí estos dos chicos que eran hijos de Pellope.
0:02:46 Y dijeron bueno, uno de ustedes dos era rey, vamos a ver a quién elegimos.
0:02:52 Entonces ahí empezaron a odiarse porque cada uno quería reinar y quería por tanto la desgracia del otro.
0:03:00 Ahora bien, parece que a treo tenía porque se le había mezquinado a la diosa Artemis un toizón, no pasón,
0:03:16 un toizón que es una palabra castellana también, que es un velozino, es una piel de carnero, el famoso velozino de Oro, que era mágico.
0:03:25 Y bueno, ya que fuera de Oro quería decir algo.
0:03:33 Y confiaba en la magia de esa piel aurea de carnero para ser ser rey.
0:03:40 Pero también tenía a treo una mujer, estaba casada con aéropes, que entre otras cosas andaba con el hermano, andaba con tiestes.
0:03:49 A treo por un lado tiene un vellón mágico, tiene una mujer que se llama aéropes y la mujer lo engaña con el hermano.
0:03:57 Entonces un día la mujer le afana el vellón de Oro al mar y duce los dan amantes que era el hermano.
0:04:03 Toma y dice, mira lo que la afana mi marido.
0:04:07 Y dice, ahora dice, vas a ver lo que voy a hacer porque vos seas el rey.
0:04:11 Y vuelve y le dice al marido, sea treo, dice vos que tenés el vellón de Oro, mentiras, no lo tenías más, se lo voy a afanar.
0:04:17 ¿Por qué dice no inventas algo, por ejemplo, que seas rey el que tenga un vellón de Oro mágico?
0:04:27 Uy, sí que buena idea, dice treo.
0:04:32 Me dio soño.
0:04:34 Ya me dio soño.
0:04:36 Pero no tan soño, porque parece que los dioses le fueron a contar a treo lo que estaba pasando.
0:04:43 ¿Me dieron los dioses?
0:04:45 ¿Quién es? dice treo.
0:04:47 Los dioses.
0:04:48 Contestaron los dioses.
0:04:50 ¿Qué queréis?
0:04:52 O dioses de lo limbo, contestó a treo y los dioses le dijeron.
0:04:56 Mira, queremos decirte algunas cosas.
0:04:58 La primera de ellas es que no tenés el velló sino de Oro.
0:05:02 Lo tiene tu hermano.
0:05:04 Ay, qué sello, bueno, lo contaron todos.
0:05:06 Mira, tu mujer se lo dio.
0:05:08 Así que, ahora cuando vos digas mañana en el mercado, elijan rey a uno que tenga el velló sino de Oro,
0:05:14 tu hermano va a saltar con el velló sino en la mano.
0:05:17 Así que lo mejor es que inventes otra cosa.
0:05:21 Por ejemplo, dice los dioses,
0:05:24 ¿Por qué no decís que sea rey,
0:05:28 que sea rey yo si consigo hacer que el sol se ponga por el este?
0:05:33 Y nosotros, dice que para algo hacemos los dioses,
0:05:36 vamos a hacer que el sol se ponga mañana por el este,
0:05:39 y entonces la gente te va a elegir.
0:05:42 Imagínate cómo negarle el voto a alguien que ha conseguido invertir la órbita solar.
0:05:50 El recorrido aparente del astro llamado Sol, decían los dioses.
0:05:56 Bueno, muy bien, dijo Atreus.
0:05:58 Está bien, está bien.
0:06:00 Y así se hizo.
0:06:02 El sol se puso por el este y fue rey Atreo.
0:06:06 Ante la sorpresa de fiestes.
0:06:09 Me ha dicho, ¿Cómo no se va a sorprender que el sol se pusiera por el este?
0:06:14 Pero, además, Atreo, una vez que fue rey,
0:06:17 y habiendo recibido la confidencia de los dioses,
0:06:20 la traición de su hermano, dijo, bueno, a ver si, me voy a vengar, me voy a vengar.
0:06:27 Y primero lo desterro, despierro, andate acá, y se fue el otro.
0:06:33 Pero después, ¿vió cómo eso que les parece en poco efectiva sus crueldades
0:06:40 y lo llaman a la víctima y le siguen gritando?
0:06:46 Ya está, ya está, ya no, lo llamó, lo llamó de nuevo.
0:06:51 Y lo invitó a comer, parece que esto era una cosa de familia,
0:06:54 y le sirvió a tres de sus hijos, el llamado Aglao, el llamado Cali Leonte y el llamado Orkómeno.
0:07:04 Y Tiestes se los comió.
0:07:07 Tiestes tenía otros hijos también.
0:07:10 Por ejemplo, tenía una hija llamada Pelópea, disculpe, no.
0:07:15 Y Tiestes no tuvo mejor idea que cometer incesto con su hija,
0:07:21 y allí le nació otro hijo que se llama Egisto, se llamó Egisto.
0:07:28 Este chico fue abandonado por ahí, no sé, el mismo Egisto no sabía quién era su padre,
0:07:38 y Atreo, el otro hermano, lo creó.
0:07:42 No, que hay que no la cosa.
0:07:45 Pero un día, cuando Egisto fue grande, Atreo, que seguía,
0:07:48 no le bastaba con haberle hecho comer a sus propios hijos,
0:07:51 y ya lo iba a matar, porque ya no sé más qué hacerle.
0:07:55 Y le dijo a Egisto, o Egisto le dijo, ve y mata a Tiestes.
0:08:02 Egisto no sabía qué Tiestes era el padre.
0:08:05 Pero justo en el camino se enteró de que Tiestes era su padre, y entonces se volvió.
0:08:11 Y en vez de ir a matarlo, se volvió y lo mató a Atreo.
0:08:15 Y ahí lo tenemos a Atreo, muerto.
0:08:18 Pero Atreo, y aquí lo sigue en pieza la historia, tenía tres hijos,
0:08:24 dos de los cuales son muy importantes, ya que son Agamenón, el jefe de las tropas griegas en la Guerra de Troya,
0:08:32 y Menelao, el marido de Helena de Troya, el tipo a causa de cuyos cuernos se desató la guerra.
0:08:39 También tenía una chica anaxivia, pero bueno.
0:08:42 Agamenón, como se ha dicho, era el jefe supremo de las tropas griegas, tenía los oso también, Agamenón.
0:08:48 Era un poquito asesino, este muchacho, un poquitito asesino.
0:08:52 Se había enamorado de Clitemnestra, y Clitemnestra ya estaba casada,
0:08:57 estaba casada con un señor llamado como Tántalo.
0:09:01 Ah, mi dulce.
0:09:02 Porque bueno, hay gente que se llama, de la misma manera.
0:09:05 Y Agamenón, ¿qué hizo? Lo mató a Tántalo, y también a los hijos que Clitemnestra había tenido con él.
0:09:12 Los hermanos de Clitemnestra, los famosos diósculos, castoripolis, se medio se opusieron al matrimonio,
0:09:20 porque no les pareció muy bien que la hermana tuviese un pretendiente que principiera por matarle al cuneado y al sobrino.
0:09:27 Dijo, Che, no te gases con ese tipo.
0:09:29 No, dice Clitemnestra, dice.
0:09:32 Y se casaron.
0:09:34 Agamenón casado con Clitemnestra, y puede haber matado al dolegma.
0:09:37 Clitemnestra que no lo ama.
0:09:39 Nunca lo hizo.
0:09:41 Incluso le tiene bronca, imagínense, le mató al marido y al hijo.
0:09:45 Sin embargo, tuvieron tres hijos.
0:09:47 Electra, y Figenia, y Orestes.
0:09:50 Por ahí tuvieron más.
0:09:52 Pero los que nos interesan para esta historia son Electra, y Figenia, y Orestes.
0:09:58 Bueno, Agamenón fue elegido Jefe Supremo de la Fuerza de la Guerra de Troya.
0:10:06 Y por ahí llegan a Aulíde, a Aulíde, una plaza de donde tenían que charpar para ir a Sitiartros.
0:10:15 Y bueno, están ahí esperando para hacerse al amar, y se divierten cazando.
0:10:21 Y en eso, Agamenón caza una sierva, y dice,
0:10:25 le ha cazado también como arte, la diosa de la casa.
0:10:30 Arte, me hice en hoja, y dice, ¿cómo?
0:10:32 Pues, también como arte, me no caza nadie.
0:10:35 Este tipo se está dando di, que lo voy a jorgar.
0:10:37 Le voy a mandar una calma chicha, una ausencia de vientos.
0:10:41 No habrá vientos para nada, y no podrán serpar.
0:10:45 Y pasan los días, y las semanas, y los meses, y los tipos no pueden serpar.
0:10:50 Hasta que aparece un adivino, el famoso adivino calcante, que le dice a Agamenón.
0:10:57 Bueno, he consultado a los dioses, o al oráculo,
0:11:02 y aquí lo que hay que hacer para asociar a Artemis, es ofrecerle un sacrificio.
0:11:07 Así que vos, Agamenón, tenés que sacrificar a tu hija y Figenia,
0:11:13 y a Artemis te va a mandar buenos días.
0:11:16 ¿Cómo no, hijo Agamenón?
0:11:18 Habrá pensado, ¿qué vale más una hija o un buen viento?
0:11:22 Y como era un verdadero miserable, contestó un buen viento.
0:11:26 Se dispuso a sacrificar.
0:11:28 Algunos dicen que lo hizo, pero otra versión, que es la que vamos a creer,
0:11:32 es que, al último momento, como suele pasar en esto,
0:11:36 sacrificios, cuando iban a matar a Figenia,
0:11:39 Artemis se apiadó y aceptó una sierva en reemplazo.
0:11:47 Incluso la diosa raptó a Figenia y se les llegó a Tauride,
0:11:52 donde había un famoso santuario de Artemis, y le salvó la vida.
0:11:58 Bueno, vinieron los vientos, se arpó la flota griega,
0:12:02 llegó la guerra de Troya, nueve años de guerra, todo lo que ustedes saben.
0:12:06 Terminó la guerra, y Agamenón se volvió para su casa.
0:12:10 ¿Dónde va él?
0:12:12 Pero parece que como botín de guerra, como sabemos,
0:12:16 Agamenón se había ganado una mina, lo cual no es un mal botín de guerra.
0:12:20 La mina no era otra que la hija del rey de Troya, la hija de Prigamo,
0:12:24 que se llamaba Cassandra, que como saben ustedes, tenía el don de la profecía,
0:12:29 pero también la desgracia en virtud de una maldición de Apolo,
0:12:33 de que nadie creyera sus baticinas, sus profecías.
0:12:37 Profecías que se cumplían exactamente, pero nadie las creería.
0:12:41 Bueno, se venía Agamenón con Cassandra,
0:12:44 a la cual desde luego transaba cuidadosamente.
0:12:47 Y Cassandra le dijo, siendo como era capaz de ver el futuro,
0:12:55 le dijo, haga, no vuelvas a tu casa, haga, le decía,
0:13:00 como le va a decir, porque te esperan y te van a matar.
0:13:08 No vuelvas a mis senas, porque te van a líquidas.
0:13:11 No, que se yo, volvió, volvió.
0:13:16 Clíternestra, la mujer, ya se había entreverado con un Gil.
0:13:20 Y adivinen quién era ese Gil.
0:13:23 Ejisto, ejisto, ejisto, aquel, el hijo de Tiestes,
0:13:33 con su propia hija, Pilopla.
0:13:38 Se había entreverado Clíternestra con el Gil.
0:13:42 Estaban allí, decía, bueno, ahora que no está tu marido, etc.
0:13:47 Sí, durante nueve años, ¿no?
0:13:50 Me usaba todas las cosas a Agamenón, supongo yo, hasta los cazonsillos.
0:13:58 Pero por ahí, yo decía, ¿y bien Agamenón?
0:14:04 Vieron que venía con el barco, no sé, al ambiente.
0:14:07 O alguien, que lo conocía, lo vio, venía,
0:14:10 ¡Amenón, Agamenón, Agamenón!
0:14:16 Los vigías tienen que decir tres veces el nombre de la persona que viene.
0:14:22 Por ejemplo, si hay alguien cuidando, o si hay alguien de campana en la puerta de una aula,
0:14:29 para ver si viene alguna autoridad del colegio, mientras el resto de los compañeros se matan,
0:14:35 al ver venir a un funcionario, o una funcionaria, gritan,
0:14:40 ¡La bice, la bice, la bice, la bice!
0:14:44 No, la bice, la bice.
0:14:46 Ejiste una de más, ¿qué?
0:14:47 Ejiste una de más, claro, esto puede provocar graves cosas.
0:14:50 ¿No confundió?
0:14:51 Bueno, ¡Agamenón, Agamenón, Agamenón!
0:14:54 ¿Cómo va a ser? ¿Qué va a venir si está en troya?
0:14:57 Dijeron, vieron.
0:14:59 No dice, ahí viene.
0:15:01 Bueno, vamos a matarlo, ya que vino, vamos a matarlo.
0:15:05 Clita en mestra, ejisto.
0:15:08 Entonces, hay varias versiones acerca de cómo lo mataron.
0:15:12 Una de ellas dice que lo invitaran a comer,
0:15:17 y que había 20 hombres ocultos,
0:15:20 que en determinado momento lo liquidaron.
0:15:24 Parece que primero lo trataron más o menos,
0:15:26 ¿qué tal la guerra troya?
0:15:29 Le preguntaban mientras se tocaban por abajo la mesa.
0:15:32 Vio cómo son las personas cuando son amantes de día,
0:15:34 hace nueve años, y vuelve el marido.
0:15:37 Bueno, lo mastan.
0:15:41 Lo mastan.
0:15:44 Ahora bien, como se ha dicho,
0:15:48 además de Ifigénea, Agamenón tenía otros dos hijos,
0:15:51 que eran orestes y electra.
0:15:54 Todos estaban en otra parte al cuidado del tío Estrófio,
0:15:58 que está el tío.
0:16:00 Pasaron los años, los chicos se quedaron ahí con Estrófios,
0:16:03 pues se separaron, electra fue por un lado, oreste por otro,
0:16:07 y no se vieron más.
0:16:09 Pero cuando llegaron a la edad adulta, se volvieron a encontrar.
0:16:12 Hay una historia muy graciosa,
0:16:15 en que electra va a visitar la tumba de Agamenón,
0:16:20 y un rato antes se había estado oreste,
0:16:23 se había dejado como expuesto un rulo.
0:16:28 Y electra lo reconoce el rulo como pertenecientas hermanos.
0:16:32 Algunos autores clásicos dejaron ese historio,
0:16:36 que les parecía un poco ineficaz.
0:16:39 ¿Cómo te van a reconocer por un rulo?
0:16:43 ¿A usted lo reconoce?
0:16:45 Por el rulo, sí.
0:16:50 El caso es que hicieron un plan para...
0:16:55 yo vamos a vengar.
0:16:57 Y oreste volvió disfrazado a mi llena,
0:17:00 y golpeó la puerta de la casa donde todavía vivían,
0:17:05 que era un extra y ejisto,
0:17:08 así entonces pasaron por un mensajero
0:17:10 que venía a anunciar justamente la muerte de orestes.
0:17:14 Entonces salió la madre y ya dice,
0:17:17 no vaya a creer que soy oreste.
0:17:20 Soy un mensajero y dice,
0:17:22 que vengo a decir que me morí.
0:17:24 Y la madre, que era malísima,
0:17:30 según ustedes se habrán conjeturado,
0:17:33 empezó a gritar viento porque tenía miedo.
0:17:37 Tenía miedo que...
0:17:39 La venganza del hijo y dice, bien, se murió, qué es el yo.
0:17:42 Y el jisto también, ché jisto, dice, qué, se murió oreste.
0:17:47 ¿Quién te dijo acá?
0:17:48 Este es el mensajero, estaba.
0:17:50 Oreste, sí, el mensajero, dice, es el yo.
0:17:53 Y bueno, lo invitan a comer algo, también,
0:17:57 y oreste se aprovecha una distracción de la madre
0:17:59 y la mata.
0:18:01 Y también lo mata jisto, ya que estaba.
0:18:04 Y también a un hijo de jisto y de Cliftenestra,
0:18:08 que se llamaba Letez, que pasó por ahí,
0:18:10 ya pagó también a él.
0:18:13 Electra y orestes habían consultado,
0:18:16 antes de cometer el crimen,
0:18:19 al oráculo de Delfos, y el oráculo les había dicho,
0:18:22 cométalo.
0:18:25 Cométan el crimen que les va a hervir.
0:18:28 Bueno, pero a pesar del oráculo favorable,
0:18:31 los dioses cuando vieron este crimen,
0:18:33 después de todo había matado a la vieja el tipo,
0:18:36 se horrorizaron y allí aparecieron tres señoritas,
0:18:39 las heriñas, es una institución
0:18:41 quasi policial de la mitología griega,
0:18:44 las heriñas o vengadoras,
0:18:46 que tenían la misión de perseguir a los que cometían crímenes,
0:18:49 especialmente a los que cometían crímenes
0:18:51 contra su familia.
0:18:53 Y luego volvieron locos, tal como era la costumbre,
0:18:56 a orestes, no en el sentido que lo volvieron,
0:18:59 como el estando, literalmente le ocasionaron la locura.
0:19:04 Es decir, que orestes salía con un melón en la cabeza,
0:19:07 la valla de la camisa de los en la tienda.
0:19:10 Y habitaban viva a viva.
0:19:13 También como era costumbre,
0:19:17 en Grecia se fue a otro país, se fue a Tauride,
0:19:21 lo acompañó Electra, no,
0:19:23 la acompañó Pila, es un primito que tenía.
0:19:26 Se llevamos, que te vamos a curar en Tauride,
0:19:29 que es yo, y cuando llegaron a Tauride,
0:19:31 se enteraron de lo siguiente,
0:19:34 Ché dice uno,
0:19:36 ustedes son viajeros sigas que vamos a llegar.
0:19:40 Bueno, desinformamos que acá tenemos la costumbre
0:19:44 de matar a los extranjeros que llegan.
0:19:47 ¿Déjate cuando es eso?
0:19:49 Desde ayer.
0:19:54 Uy, si que mala suerte.
0:19:56 Bueno, y si cualquier cosa,
0:19:58 ¿por qué no consultan con las sacerdotisas?
0:20:00 ¿A dónde están las sacerdotisas?
0:20:02 Ahí está. ¿Quién era la sacerdotisa?
0:20:04 Y fiquenia.
0:20:06 Uy, ché, fiquenia.
0:20:08 Mira, somos nosotros, acá nos quieren matar.
0:20:10 Al principio no quería la nache, mirá.
0:20:12 Me pones en un compromiso.
0:20:14 Me está cuidando.
0:20:16 Todo termina bien.
0:20:18 Y se casa con una antigua prometida, armíone,
0:20:22 finalmente reina, pero en Argos,
0:20:24 en otra ciudad está.
0:20:26 Vive en larguísimo tiempo,
0:20:28 algunos dicen que está enterrado en Roma
0:20:30 debajo del templo de Saturno,
0:20:33 y fiquenia se hace inmortal y se casa.
0:20:38 Qué mejor cosa le puede pasar a uno que hacerse inmortal.
0:20:48 Se casa con Aquiles, pero en el otro mundo.
0:20:53 Qué raro era inmortal.
0:20:55 Pero bueno, parece que los inmortales pueden incluso...
0:20:58 Ir y volver.
0:20:59 Ir y volver del otro mundo, se casó con Aquiles.
0:21:01 Uno que no solamente era mortal, sino que estaba muerto.
0:21:05 Todo esto es un poco raro, amigos.
0:21:08 Y Electra se casó con quien?
0:21:10 Con Pílades, con el primito este.
0:21:12 Y así terminó la larga cadena de desgracias,
0:21:15 que siempre dura tres generaciones.
0:21:17 Todo terminó bien.
0:21:18 Es una historia hermosa para contarle a los niños.
0:21:25 Es un espanto, le digo.
0:21:27 Es familia.
0:21:28 Así se las gastaban los pies.
0:21:30 Al ver todo esto,
0:21:34 en la primera página, o quizá en la segunda,
0:21:37 en la segunda edición,
0:21:38 del nacimiento de la tragedia,
0:21:40 que es una obra de Santísima en Este,
0:21:44 dice, pero como los que inventaron esta cosa,
0:21:48 dice, esta cosa tremenda,
0:21:51 que es la tragedia,
0:21:53 fueron justamente los más luminosos entre los antiguos,
0:21:57 los más divertidos, los más lindos,
0:21:59 los más queridos, los más admirados.
0:22:01 ¿Cuál es el pueblo que uno admira?
0:22:03 ¿El antiguo?
0:22:04 Bueno, eso fueron los que inventaron la tragedia.
0:22:07 No un pueblo triste,
0:22:09 un pueblo desesperanzado,
0:22:12 y melancólico, no,
0:22:14 un pueblo que sabía gozar
0:22:16 de los placeres del cuerpo y del espíritu.
0:22:19 Y esos inventaron la tragedia.
0:22:21 Y Nietzsche dice,
0:22:22 y yo le creo,
0:22:24 le creo,
0:22:25 quiero decir que estoy casi de acuerdo,
0:22:27 como si el mundo esperara
0:22:31 mi despacho acerca de Nietzsche.
0:22:34 Pero lo que dice Nietzsche es esto,
0:22:38 que por ahí las artes tortuosas
0:22:42 y la visión pesimista del mundo
0:22:45 no son surgidas de un pueblo tortuoso y pesimista,
0:22:50 sino de un pueblo con tanta fortaleza
0:22:52 que es capaz de asumir convicciones pesimistas
0:22:56 o de construir un arte
0:22:59 en algún punto siniestro
0:23:01 y hecho de tristeza.
0:23:03 Por el contrario, dice Nietzsche,
0:23:05 las visiones optimistas del mundo,
0:23:08 es decir, todo se arreglará,
0:23:11 el bien prevalecerá.
0:23:13 Miren más el vaso medio lleno.
0:23:16 Y claro, todo eso
0:23:17 es propio de pueblos más medrosos
0:23:20 que necesitan una colección mítica y artística
0:23:23 que les diga que nadie se muere,
0:23:26 que todo lo que se pierda se recupera,
0:23:29 que es la tragedia.
0:23:33 La vida es un carnal ejército.
0:23:36 Esto mola, la tragedia proviene en carnaval.
0:23:39 Pero bueno, eso es lo que dice la Miga Nietzsche.
0:23:42 ¿A quién quiere dedicar esta historia
0:23:45 de la familia de Atreo, de la familia de Tantal,
0:23:48 de la familia de Pélope y también
0:23:50 de la familia de Agamenón,
0:23:52 y Crita Nestra, de todas las agentes,
0:23:54 después el pobre Orestes,
0:23:56 y Electra y Figenia,
0:23:58 y esa familia.
0:24:00 Yo cuando pienso en esto,
0:24:02 yo creo que mi familia no está tan mal.
0:24:08 Es cierto, le agarro un pesamento optimista.
0:24:11 ¡Optimista!
0:24:12 Bueno, y yo que me estoy haciendo dos problemas
0:24:15 porque me deben 700 pesos.
0:24:18 Porque un cuñado me debe 700 pesos.
0:24:21 Pero sería que me matara.
0:24:23 O que le diran de comer a un pariente.
0:24:26 A algún pariente.
0:24:28 Bueno, déjeme dedicarle a Letes,
0:24:31 que me dio toda esta historia,
0:24:33 es el único que pasaba por ahí, la Ligo de Arriba.
0:24:36 Ya que usted ha hablado de Nietzsche a Nietzsche,
0:24:39 y ya que hemos citado al Bellón de Oro y a las Pieles Mágicas,
0:24:42 al amigo Hugo del Carril,
0:24:44 que subo protagonista a dar la piel de Zapa,
0:24:46 que también era una piel mágica.
0:24:48 Y que nos gusta mucho, porque era una piel
0:24:50 que tenía que ver con el deseo.
0:24:52 Cuéntelé a la gente cómo funcionaba,
0:24:54 la piel de Onagro, la piel de Zapa.
0:24:56 Era una piel que concedía los deseos de su poseedor,
0:25:00 pero que con cada deseo se consumía un poco.
0:25:03 Se iba chicando.
0:25:05 Y según terminaba la leyenda,
0:25:09 al extinguirse por completo la piel,
0:25:12 su poseedor moriría.
0:25:17 Es una novela de Balzac,
0:25:20 una película argentina protagonizada por Hugo del Carril,
0:25:23 que está muy bien.
0:25:25 A parte lo que marca es la imposibilidad de no desear.
0:25:28 Claro, porque el tipo cuando descubrió el funcionamiento
0:25:31 de la piel dice, bueno, ahora no deseo más.
0:25:34 Y no pudo no desear.
0:25:36 Cada deseo que formulaba o no formulaba, se le cumplía.
0:25:40 Lo cual producía también un inconveniente relacionado
0:25:43 con lo que dijimos antes de hacer.
0:25:45 Inmediatez.
0:25:47 Inmediatez o casi simultaneidad entre el deseo y el cumplimiento.
0:25:50 Pero además se le ha chicado la piel y se va moriendo.
0:25:53 Y deseaba sonceras por ahí.
0:25:55 El hindo sería que refrescara.
0:25:59 Un cachito menos de piel.
0:26:01 ¿Cómo me comería un pastelito?
0:26:04 Está muy bien, porque está la fuerza para no desear,
0:26:06 la imposibilidad de no desear,
0:26:08 pero también la idea de que la vida no es otra cosa que el deseo.
0:26:12 Y que consumir a puro deseo es la vida,
0:26:16 era finalmente lo que nos pasa todo.
0:26:19 Aquí estamos nosotros.
0:26:21 Pero por suerte no tenemos pieles de zapa nosotros.
0:26:24 No sé si por suerte o por desgracia.
0:26:26 No vamos a morir igual y no se nos cumplió mucho.
0:26:29 No se nos cumplió mucho y no refresca.
0:26:36 Bueno, hemos buscado discos acerca de esta colección de desgracias
0:26:40 y no hay nada.
0:26:42 Pero sí, hay un saludo que yo me olvidé de hacer
0:26:45 y que es el de mi amigo Agustín,
0:26:48 la Laura que vive en Chacarita.
0:26:51 Entonces, ellos lo dedican a usted.
0:26:53 Una forma de deseo también.
0:26:55 Mi longa que vamos a utilizar hoy se llama el conventillo.
0:27:00 Nos pareció muy adecuada porque resumen todas estas
0:27:06 hidas y venidas y todas estas maldades,
0:27:09 todas estas miserias.
0:27:13 El conventillo está bien.
0:27:15 Y lo que está compuesta pensando en esta familia de Agamelo.
0:27:20 Porque vivían la calle La Barría, estas gente de ahí.
0:27:23 No, vivían mis senas.
0:27:25 Y eso me desconcierta un poco.
0:27:28 Sí, es un poco transconcertante realmente.
0:27:30 Sí, sí, yo no sé, no sé, que estoy muy disimulada en la letra.
0:27:35 Tampoco encuentro Altar Lo Yola en esta historia.
0:27:41 Bueno, como quiera que sea,
0:27:43 escucharemos el conventillo en la versión del mundo rivelo.
0:28:40 No sé si me vengo al suelo, como el zorro perdí el pelo,
0:28:44 pero agarré la manía, pero fiar la cilería
0:28:48 y al primer punto volía,
0:28:51 con algún lado estudiado dejarlo en Pampirabía.
0:29:00 Una vez un tal lollola, me emboropueno un guayfunero,
0:29:06 batida por un catanquero celular, diablo y gallota,
0:29:11 un concierto de pianolas, mancha estos nínguesos feos.
0:29:15 Y aunque me llaman el feo,
0:29:17 no es mi fotografía,
0:29:20 donde está la galería de los ases del choreo.
0:29:26 Hoy que estoy en los 40,
0:29:29 en el debe de la villa,
0:29:31 en el debe de la villa,
0:29:34 ya veo una mina raíla que tiene más de la cuenta,
0:29:38 ando en un auto polenta diciendo menochiría,
0:29:43 sin manger la gilería,
0:29:45 que me esté viviendo al feliz,
0:29:48 yo que nací en un conventillo de la calle de la barría.
0:29:59 hemos escuchado al mundo rivero interpretar el conventillo.
No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!