Encontrá todos los archivos de audio en MP3 del programa de radio La Venganza Será Terrible de Alejandro Dolina

11 de Mayo de 2011

Despojados de los placeres terrenales

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos de las tentaciones de los asetas.
0:00:05 Ya hemos hablado de estos hermitanios que se retiraban al desierto
0:00:12 y que ya en los primeros años de la Edad Media trataban de establecer una comunión con la Divinidad
0:00:20 a partir de la renuncia a casi todos los estímulos terrenales.
0:00:25 Ahora bien, el diablo, al ver la virtud de estos hombres, lo intentaba.
0:00:32 Lo intentaba con la intención de alejarlos de la virtud naturalmente.
0:00:36 ¿Cómo sabemos el diablo suele asustar con el horror?
0:00:43 En este caso lo hacía para que los anacoretas huyeran de la vida apiadosa.
0:00:48 Se presentaba muchas veces como monstruo, como serpiente.
0:00:53 Cuando San Antonio llegó al desierto egipcio vivió muchas aventuras, muchos enfrentamientos con el diablo.
0:01:01 Aquellas que luego pintara Yerónimus Bosch, el bosco.
0:01:06 Parece que una noche una tropa infernal produjo un ruido tan intenso que toda la morada de Antonio fue sacudida.
0:01:15 Cuando los muros de la caverna donde apolillaba el santo se resquebrajaron,
0:01:21 los demonios entraron de prolija y tumultuosamente y se presentaron bajo la forma de leones, osos, toros y serpientes.
0:01:31 Antonio permaneció sin embargo en su caverna sin saleres, sin hacer caso.
0:01:38 Parece que después de cada asalto del diablo el santo quedaba en el suelo desmayado,
0:01:45 pero nunca abandonó la caverna ni mucho menos la vida ascética.
0:01:51 Ahora si bien esto era lo clásico, después empezaron algunas apariciones del diablo
0:01:58 y ya bajo la forma no terrorífica sino tentadora de mujeres jóvenes.
0:02:06 Parece que Antonio se cruzó un día con una muchacha en el desierto.
0:02:10 Ya el hecho tiene algo inusual. Se trata del desierto.
0:02:15 Ya cruzarse con alguien allí.
0:02:18 Encima suena muchacha.
0:02:20 Errarísimo. Antonio siguió el camino y no dijo nada, pero desde el principio estuvo seguro de haberse encontrado con el diablo.
0:02:29 La verdad es que no se especifica si la mujer era el diablo o si se trataba de una peregrina cualquiera,
0:02:37 pero el profesor Lacarrié dice que la distinción hubiera sido vana,
0:02:42 puesto que para San Antonio, en tanto que a Zeta, todas las mujeres eran el diablo.
0:02:47 Así que no vale la pena distinguir entre el diablo verdadero o el diablo hecho mujer.
0:02:59 Antonio murió en el año 356 a la edad de 105 años, escribió su biógrafo lo siguiente.
0:03:08 Vivió hasta la vejez sin que sus fuerzas disminuyeran y ninguno de sus dientes cayó.
0:03:15 No quisiera tener este biógrafo. O mejor dicho, sí.
0:03:20 Pero esto también tiene una moraleja. Seguramente es esta.
0:03:28 Si yo dejo pasar a todas las mujeres en el desierto, llegaré fuerte y con dientes a la muerte.
0:03:35 Aunque tal vez uno prefiere detenerse a saludar a las chicas que pasan por el desierto.
0:03:40 Por este desierto que es nuestra vida.
0:03:43 Hablemos ahora de la tentación de San Pachón, que es la que más me gusta,
0:03:49 porque sufrió una tentación que provenía del pasado.
0:03:53 San Pachón llevaba 40 años en el desierto y no pensaba más que en su salvación.
0:04:00 Un día comenzó a tormentarlo. Recuerdo y escribió.
0:04:07 Un día, habiéndose presentado el diablo en la forma de una joven etíope,
0:04:13 a quien yo había visto en etiopía un verano recogiendo trigo,
0:04:17 me pareció que ella venía a sentarse sobre mis rodillas
0:04:20 y me dio tal deseo de ofender a Dios que me sentí un trajado de dolor.
0:04:25 Tras darle un cachetazo a la etíope, ella desapareció.
0:04:35 Qué grande, pudo resistirse a ese recuerdo y le dio un cachetazo.
0:04:41 Pero la mano de San Pachón, todavía dos años después de aquel cachetazo,
0:04:47 despedía mal olor, un mal olor, una pestilencia que ni él mismo podía soportar.
0:04:54 El sentido poético de esto es más bien extraño,
0:04:57 pero sí es cierto que algunos recuerdos son fuerzas demoníacas
0:05:02 que nos conducen a lugares de los que no podemos salir,
0:05:08 nos empujan a hacer una patología pecaminosa cuando no hacía la locura.
0:05:14 Los fantamas del pasado son los peores y los únicos que existen.
0:05:20 La tentación de San Pachón no es única, el diablo aparecía muchas veces
0:05:27 bajo la forma de una mujer de maravillosa hermosura.
0:05:31 Generalmente parecían estar extraviadas en el desierto
0:05:36 y se dirigían a cualquier persona solitaria en demanda de hospitalidad.
0:05:41 Y esto le sucedió a Juan de Egipto, según la historia de los monjes escrita por Rufín.
0:05:47 Un día el diablo tomó la forma de una mujer bellísima y llegó hasta la caverna de Juan.
0:05:53 Fingió estar estenuada y dijo,
0:05:56 ¡Ay, estoy estenuada!
0:05:58 La noche me ha sorprendido en este desierto.
0:06:02 Permitirme, os lo suplico, descansar un poco en un rincón de vuestra celda
0:06:08 a fin de no ser devorada por las bestias, dijo la mina.
0:06:13 Juan de Egipto aceptó y le preguntó cuál hicieron los motivos que lo obligaban a andar por el desierto.
0:06:19 Dicen que ella lanzó en su discurso todo el veneno de sus encantos.
0:06:25 Sin embargo, no fue esto solo porque a esas palabras siguieron unas segundas más dulces aún,
0:06:33 mezcladas con risas y caricias.
0:06:38 Y según la crónica, la mujer tuvo el atrevimiento de llevar las manos a las barbas y al mentón de la seta
0:06:48 y según algunos llegó a besarle la cabeza y hasta el cuello.
0:06:57 ¿Qué descripción más meticulosa hay?
0:07:00 Bueno, condenado a 10 infiernos, Juan de Egipto quiso iniciar ya...
0:07:06 Ya estoy condenado, dijo.
0:07:08 Abrazos impúdicos.
0:07:10 Muy bien, dijo. Voy a comenzar un abrazo impúdico.
0:07:13 Entonces, el demonio se desvaneció entre sus manos lanzando al herido sepantoso.
0:07:21 Juan de Egipto se avergonzó y en ese momento un tropeel de otros demonios se agrupó alrededor de la seta
0:07:29 y comenzó a reírse a carcajada.
0:07:31 ¡Cajaray, jajay, jajay, jajajay, jajajay, jajajay, jajajay, jajajay, jajajay, jajajay, jajajay!
0:07:40 Y por haber sido tentado, Juan abandonó el desierto y se dedicó al comercio,
0:07:45 que es lo que tendría que haber hecho desde un principio.
0:07:50 Los asetas hablaban del envío de un sentimiento que adjudicaban al diablo
0:07:57 y que era la asidia, atención los psicoralistas.
0:08:01 Asidia es una palabra griega que significa indiferencia,
0:08:05 apatía del corazón y del alma.
0:08:08 En su libro acerca de los monjes de Egipto,
0:08:15 Casiano escribió que se trataba de una fiebre pertinaz, me refiero a la asidia,
0:08:21 cuyos efectos comenzaban a aparecer gradualmente.
0:08:25 En la seta comenzaba a sentir horror por el lugar donde vivía, por su celda,
0:08:30 desprecio por sus hermanos.
0:08:33 La asidia es un mal de la soledad y era generalmente atribuida al diablo.
0:08:38 Y parece que era muy intensa el medio día, el medio día de la hora de la asidia.
0:08:46 El medievalista italiano de la Universidad de Bologna, Vito Fumagali,
0:08:51 cuenta que en los siglos XI los monjes europeos le tenían miedo al sueño,
0:08:58 porque la carne, durante las horas nocturnas, escapa a la virtud.
0:09:03 Casiano, en el siglo X, distinguía entre las visiones nocturnas voluntarias y las involuntarias.
0:09:11 Las primeras las provocaba un deseo no combatido,
0:09:15 las segundas eran independientes de la voluntad del hombre, pero también amargas derrotas.
0:09:20 Decía Casiano que las visiones nocturnas eran amargos naufragios y triunfos del demonio.
0:09:27 Entonces los monjes dormían poco, casi todos, no más de una o dos horas.
0:09:34 Se establecían incluso guardias para despertar al que durante el sueño iniciaran movimientos deshonestos.
0:09:42 Contemos para terminar algo de uno que hacía cosas raras para evitar las tentaciones.
0:09:50 El franciscano Pedro de Alcántara llegó a Santo después de morir en 1552.
0:09:59 Dicen que nunca miró a una mujer y en verdad no miró jamás a nadie.
0:10:04 No era ciego, simplemente procuraba no mirar.
0:10:08 Pedro conocía a los otros frailes por la voz.
0:10:13 Nunca levantaba la mirada del suelo y a veces andaba con los ojos cerrados.
0:10:18 Cuando tenía que ir a algún sitio de viaje no sabía por dónde pasaba,
0:10:23 se contentaba con ir detrás de los compañeros atado a una soga.
0:10:27 Pasaba en vela toda la noche y después mortificaba los sentidos que eran la ventana del alma para evitar tentaciones.
0:10:37 Este muchacho, además de dormir poquísimo, no se protegía del calor ni del frío.
0:10:42 Comía una vez cada tres días, hablaba poco y torturaba su carne.
0:10:48 Santa Teresa dice que aquella penitencia le dio resultado y que a ella misma se le apareció en un par de oportunidades a orelado de victoria.
0:11:01 Qué bárbaro pasar por el mundo viendo solo el piso.
0:11:05 A mí también me gustó de esta charla esa consideración de Antonio.
0:11:13 Cuando se cruza con una mujer y enseguida dice que es el diablo.
0:11:18 Tenía razón, no importaba quién era la muchacha, para él era el diablo.
0:11:24 En su vida una mujer y el diablo eran los mismos.
0:11:30 Qué cosas, qué vidas tan raras, que vidas que uno no elegiría.
0:11:37 Sobre todo, pero creo que ahora es tanto nunca.
0:11:40 No, no, no de esa manera en cualquier caso.
0:11:44 Bueno, mire, hemos sido la discoteca, le hemos contado esta historia al discotecario,
0:11:51 que me contó historias de él, que él tenía un despertador que no le andaba.
0:11:57 Tenía que despertar temprano, perdí al trabajo.
0:12:01 Entonces le había dicho un vecino que se despertara a la misma hora, que él también lo llamara.
0:12:08 Bueno, sí, pero estamos hablando de la parte que nos va.
0:12:12 Acabamos de hablar de los monjes que dormían una o dos horas,
0:12:16 porque consideraban que durante el sueño el espíritu escapaba de la virtud.
0:12:23 Y el discotecario le habrá parecido pertinente contar cómo él se quedaba dormido,
0:12:27 también llegaba tarde al trabajo.
0:12:29 El discotecario me parece que está revelando sus formas de demonio con sus accionantes.
0:12:34 El discotecario es el demonio.
0:12:36 Señor, es...
0:12:38 ¿Y le dio un disco o lo dejó ir así?
0:12:40 Un disco, un disco porque... y se estaba en el desierto, ellos.
0:12:44 Sí, en lo que entonces era desierto.
0:12:46 Sí, que era casi todo el mundo, creo.
0:12:47 Claro, ahora usted va allí donde estaban aquellos anacoretas.
0:12:51 Hay un rally.
0:12:52 Viene, está de gente, hasta la pera.
0:12:55 Galpón, en fábrica de inodoro, que usted se aconseja de ahí alrededor.
0:12:59 Así que ya no hay futuro para el anacoreta.
0:13:04 No dio un disco, que es la huella del desierto.
0:13:07 De otro desierto, un desierto no muy rico en asetas,
0:13:14 que es el desierto concebido en términos criollos.
0:13:20 Es decir, lo que viene después del río Salado.
0:13:23 Esa calma.
0:13:24 Te cruce el río Salado, el desierto.
0:13:28 Muy bien, se llama Huella del Desierto, esta huella que va a cantar Don Alberto Merlo.
0:14:14 Unas son las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las
0:14:44 que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, los que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, las que me han dejado, de же y uno Yes, y uno.
0:14:55 He, x y الإ,es.
0:15:02 Thank you.
0:15:08 humeaban de lo lindo las tercerolas
0:15:14 se juntaban lanzazo con un relincho
0:15:19 rodaban por dineros caiban los indios
0:15:26 una huella dejaron los que murieron
0:15:31 peleando como machos poniendo el cuero
0:15:37 huella huella de sangre el campo abierto
0:15:43 galopecía la herido por el desierto
0:15:49 La La La La La La La La La La La La La La La La La La A La
0:15:53 Galopecía la herido por el desierto
0:16:02 Era Alberto Merlo en la venganza
0:16:05 huesa del desierto.

Comentarios (0)

No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!


Tenés que Iniciar sesión para comentar.
Podés darle estilo y formato al texto utilizando Markdown