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21 de Enero de 2008

La infidelidad

Transcripción automática

0:00:00 El tema es hoy la infidelidad. Atención.
0:00:05 Es difícil pasarlo de memoria.
0:00:21 Vamos a decir que hay distintas formas de ser infiel.
0:00:28 Usted puede engañar a su esposa diciendo que va a otro lado y se encuentra con otra dama,
0:00:35 la forma más tradicional.
0:00:37 Pero en la antigua era clásica, a veces, directamente un seductor se metía en la cama de una dama
0:00:44 disfrazado del marido aprovechando la costumbre antigua de dormir en la oscuridad.
0:00:51 Costumbre que permitió aquel episodio, por ejemplo, de Jacob con Raquel y Lía,
0:01:00 que apagaba las luces, el padre de Raquel y Lía sustituía a la silla.
0:01:05 Le prometía Raquel y le metía a Lía en la cama.
0:01:08 Y te diré cómo se hablaba con este tipo y porque estaba oscuro, porque eran un poco parecidas.
0:01:12 Y el hombre también era poco exigente.
0:01:17 Que son 50 kilos de más, 50 kilos de menos.
0:01:20 Y el caso es que ha habido muchas historias de sustituciones, lisas y llanas en la cama.
0:01:26 En Atenas vivía una princesa que se llamaba Procrís y estaba casada con el joven Céfalo.
0:01:33 Fueron muy felices.
0:01:35 A Eos, la aurora, se enamoró de Céfalo y se le ofreció del modo más sostenible.
0:01:42 A Eos, hay que decir, cualquier colectivo la dejaba en la vecindad.
0:01:47 Se había enamorado previamente de Orión y también causó la desgracia de este pobre muchacho.
0:01:55 Pero en este caso se le había metido entre seca y seja, digamoslo así, el pobre Céfalo.
0:02:01 Se le ofreció y el muchacho la rechazó firmemente.
0:02:05 Dijo que no podía engañar a su mujer Procrís porque había hecho con ella botos de perpetua fidelidad.
0:02:14 Hay cada botos.
0:02:18 Eos, la aurora, quedó despechada o despachada.
0:02:23 No, despechada. Despechada quería quedar.
0:02:26 Pero quedó despechada y le dijo a Céfalo que hacía muy mal en prohibirse el mismo placeres
0:02:33 pues Procrís, su mujer, sería capaz de engañarlo en cualquier momento.
0:02:37 Dijo, mira, vos te estás prohibiendo estos placeres
0:02:41 y sin embargo tu mujer lo te aseguro que en cualquier momento te va a engañar.
0:02:45 Céfalo negó, indignado que su mujer pudiera ser la infiel.
0:02:50 Entonces, Eos, que era muy asturda, es la aurora.
0:02:54 Le propuso ponerla a prueba. La mujer.
0:02:59 Y Céfalo aceptó, seguro de que su esposa no lo engañaría.
0:03:10 Entonces Eos, la aurora, cambió la apariencia de Céfalo.
0:03:17 Lo cambió por arte de magia, por algo era la aurora, era una diosa.
0:03:21 Muy bien, ahora vas a ver.
0:03:23 Y lo convirtió nuestro muchacho, ni más lindo ni más feo, no otro.
0:03:27 Y le dijo que invitara a Procrís a su cama.
0:03:30 Dijo, andá a invitar a tu mujer bajo esta apariencia, ya no te va a reconocer.
0:03:34 Y va a aceptar porque tu mujer es fácil.
0:03:40 Céfalo, transformado y siguiendo instrucciones de Eos, tenía que seguir unas instrucciones.
0:03:47 Le ofreció a Procrís una corona de oro a cambio de sus favores.
0:03:51 La vio por la calle y le dijo, ¿qué te parece si te doy una corona de oro y vos me favoreces?
0:04:00 Para su sorpresa, para la sorpresa de Céfalo, ella aceptó inmediatamente, le dijo, hecho.
0:04:07 Y Céfalo se sustituyó a sí mismo en su propia cama.
0:04:15 Y se metele que viene mi marido.
0:04:19 Una vez regresado a su figura habitual y libre ya de cualquier remordimiento,
0:04:23 pues dijo, si ésta me engañan con cualquiera, incluso conmigo,
0:04:27 Céfalo olvidó el juramento de fidelidad y correspondió por no ser otra cosa,
0:04:32 finalmente a Eos durante toda la noche, la anduvo correspondiendo de arriba abajo.
0:04:40 Ahora, bien, Procrís, la chica, nunca supo que había engañado su esposo con él mismo,
0:04:45 pero sí se enteró de que Céfalo había amado a Eos.
0:04:49 Nunca falta un buen corneta.
0:04:52 Triste y despechada, una palabra que le gusta a nuestro cronista,
0:04:56 Procrís abandonó a Tenas y se dirigió a Creta.
0:05:00 Dijo, me voy de esta ciudad, no puedo creer lo que me está ocurriendo.
0:05:04 Y allí se encontró nada menos que con el Rey Minos, era un gran seductor
0:05:08 y estaba casado con Pásifa,
0:05:13 la mujer que estaba muy enojada porque Minos le era infiel.
0:05:18 Y como Pásifa era un poco bruja, le había impuesto un hechizo a su marido, a Minos,
0:05:26 un incómodo hechizo. Cada vez que Minos se acostaba con otra mujer,
0:05:31 le salían del cuerpo, en el lápice de su placer,
0:05:35 una multitud de serpientes venenosas, escorpiones y cien pies
0:05:41 que inmediatamente picaban o mordían al amante de Turna.
0:05:45 ¿Qué sorpresa tan desagradable para el amante de Minos?
0:05:50 Por qué sí, por qué sí.
0:05:52 Y esta es gulebra dice dónde salió.
0:05:56 Pero no había maldiado.
0:05:59 A pesar de esta ingrata regularidad, a Minos no le costó mucho seducir a Procris,
0:06:07 que aquí entre nosotros, ¿cuánto así? Empezamos a hablar de las cinco minutos, ya se bajó a tres.
0:06:20 Pero parece que había que convencerla regalándole algo a Procris.
0:06:24 Y Minos le regaló un perro llamado Lelaps,
0:06:29 perro que nunca perdía una presa, el famoso perro que nunca perdía una presa,
0:06:35 y también le regaló un dardo que siempre daban al blanco.
0:06:40 En verdad, el perro y el dardo eran un regalo que Artemis, la diosa de la caza, le había hecho al rey Minos.
0:06:47 Como Procris era una apasionada de la caza, aceptó alegremente las daribas y el amor de Minos.
0:06:54 Sin embargo, antes de unirse le insistió al rey para que tomara una infusión de raíces mágicas
0:07:03 que la magasir se preparaba para evitar que la llenara de reptiles e insectos,
0:07:11 que después eran cruzos difíciles de herradicar.
0:07:17 Con jerozena, teniendo.
0:07:20 Y por eso en que aquella bebida curó a Minos, pero Procris, temiendo que la mujer del Niato pasifade pudiera embrujarla,
0:07:29 regresó inmediatamente a Tenas, y se lo agarro el perro, Lelaps, y el dardo que era siempre en el blanco y me la estuvo.
0:07:36 Y se gode y frazada a Tenas, no quería que nadie la reconociera,
0:07:40 pues le daba vergüenza lo que le había pasado, disminaba esta, el marido tal cosa y ella peor.
0:07:45 Le metía los cuernos con él mismo, no sé qué.
0:07:49 Cuando Céfalo la encontró, no la reconoció, naturalmente era un poco pavo sin aquel tiempo, ¿no?
0:07:55 Usted no reconocería a su mujer por más que se disfrazara.
0:08:00 Eso es lo malo de la mujer de uno. Uno enseguida la reconoce por más que se disfrace.
0:08:05 De espaldas y adocuado.
0:08:06 En cambio el amor requiere que uno no reconozca a la persona disfrazada. Por eso se enamora.
0:08:11 Bien, Céfalo no la encontró.
0:08:14 Se acercó a ella y trató de comprarle el perro y el dardo.
0:08:18 Y dijo, no me vendería ese perro y ese dardo, porque Céfalo era amante de la caza también.
0:08:24 Proki respondió que sólo le entregaría aquellas maravillas a saber el perro y el dardo,
0:08:30 si él accedía a llevarla a su lecho.
0:08:32 Era vos.
0:08:33 Y Céfalo aceptó y dijo, ¡Uff!
0:08:38 Pero después del amor, ella llorando, se le reveló como su esposa.
0:08:42 Le dijo, ¡Sulto, esposa!
0:08:44 Esniff.
0:08:46 No me ha reconocido, porque estoy disfrazada.
0:08:49 Y se sacó la careta de Ronald Reagan que llevaba.
0:08:58 Y Céfalo dijo, ¡Pero son mis mujeres!
0:09:02 Hubo reconciliación.
0:09:05 Fueron nuevamente felices.
0:09:07 En los ratos libres que aquella dicha le dejaba, Céfalo disfrutaba de la caza con el perro y el dardo.
0:09:14 Maravillosa, así cualquiera caza.
0:09:16 Chumbale, ¡Pah!
0:09:17 No perdí a la presión.
0:09:18 Tiraba el dardo, tiraba allá y el dardo, ¡Pah!
0:09:20 En el corazón de los pumas.
0:09:23 Pero la diosa Artemis se había ofendido al ver que sus preciosos regalos iban de mano en mano
0:09:30 como la falsa moneda entre aquellos adulteros y se nos juegó y planeó una venganza.
0:09:35 La diosa metió en la cabeza de Procris la sospecha.
0:09:41 Céfalo solía levantarse dos horas después de medianoche para ir a cazar.
0:09:46 Inducida por la diosa, Procris dio en creer que su marido iba a visitar a Eos, otra vez la aurora.
0:09:56 Una noche, vestida con una túnica oscura, Procris siguió a su esposo a escondidas en la penumbra.
0:10:11 Céfalo, que no la había visto, oyó de pronto un susurro en la espesura.
0:10:16 Criéndose amenazado le disparó el dardo infalible.
0:10:29 Desde luego Procris cayó muerta. La ensartó como yurrasco de croto.
0:10:35 A su debido tiempo el areó pago sentenció a Céfalo al despierro perpetuo.
0:10:42 Procisín fue a Tebas, donde tuvo lugar un asunto famoso.
0:10:48 El rey de Tebas, San Fitrón, tomó prestado al perro Lélabs para dar caza a la zorra de Humesia.
0:10:55 Pero esta zorra había sido destinada por los dioses a no ser casada nunca.
0:11:01 Y surgió un conflicto, una zorra de captura imposible perseguida por un perro que jamás perdía su presa.
0:11:10 Entonces Zeus, el príncipe de Olimpo, resolvió la paradoja convirtiendo en piedra tanto al perro Lélabs como a la zorra de Humesia.
0:11:18 Y de este modo evitó que el universo está allá.
0:11:22 Cuando pasan estas cosas, saltan los tapones del universo.
0:11:27 Y hay como una especie de Bing Bang al revés y sonámos los de Levita.
0:11:34 Bueno, Céfalo, abrumado por la culpa y lleno de pena, decidió buscar el olvido arrojándose de la roca del Leucade,
0:11:42 que era una roca justamente donde, en nativo de los enamorados no correspondidos, se tiraba.
0:11:49 Acudían a ese lugar y buscaban remedio a su pena.
0:11:52 Según la leyenda, era necesario arrojarse al mar, ya que el promontorio.
0:11:56 El salto era tan peligroso que muchos morían.
0:11:59 Pero el que se salvaba olvidaba a todos sus presares.
0:12:04 Céfalo se arrojó y murió.
0:12:10 Pero hay otra historia, mucho más breve, que es como la fórmula opuesta.
0:12:17 Aquí el marido toma otra forma y la mujer cree que él es otro.
0:12:27 Vamos a contar una historia pequeña, más breve, donde otro toma la forma del marido y la mujer cree que es el marido.
0:12:36 Y en ambos casos hay adulterio.
0:12:38 Y este fue nada menos que el príncipe de los dioses Zeus, cuando Amphitrion dejó a su esposa, Alcmena,
0:12:48 para ir a luchar contra los televeos.
0:12:50 Y yo me atacaba a la esquina a luchar contra los televeos y vengo.
0:12:54 Zeus, viendo que el marido estaba ausente y sintiendo un gran deseo por Alcmena, tomó la forma del marido, para eso era un dios.
0:13:03 Tomó la forma de Amphitrion.
0:13:09 ¿Quién es, dijo Almena?
0:13:10 Tu marido, dijo Zeus con cara de dibujo animado.
0:13:17 A Amphitrion le abrió como que tal.
0:13:20 Dice, la verdad que estuve luchando contra los televeos.
0:13:24 Fue fácil.
0:13:25 Bueno, dice, vamos a unirnos.
0:13:28 Para eso era mi mujer, le dijo.
0:13:31 Y Zeus, para eso era también un dios, le dijo al sol, no salgas por tres noches.
0:13:38 Porque, dice, le tengo bastante ganas.
0:13:43 Aprendan algunos maridos.
0:13:46 Y 72 horas estuvo el príncipe de los dioses ahí demostrándoles su estimación alcmena.
0:13:54 Mientras tanto, entre mate y mate, le contó alguna cosa.
0:13:59 Porque la mía, pues, dice, ¿cómo te fue en la cara?
0:14:01 Bien, bien, dice, con todo su teregeneralidad.
0:14:05 Bueno, ya estaba, dijo, a las 72 horas.
0:14:08 ¿Puede salir de la casa?
0:14:09 Me voy, me voy hasta casa.
0:14:12 Al rato, al otro día o a los meses, vuelve el verdadero anfitrión de la guerra.
0:14:18 Y le medio le sorprendió que la mujer no tratara con esa frialdad.
0:14:24 Porque la mujer lo vio venir y no le preguntó.
0:14:28 Dice, ¿por qué no me preguntas cómo me fue en la guerra contra los televeos?
0:14:32 Y dice, pues, ya me contaste el otro día.
0:14:36 Y ahí, anfitrión comprendió que era un cornudo.
0:14:44 Pero como el causante de su infortunio había sido nada menos que Zeus, se sintió orgulloso.
0:14:51 Era motivo de orgullo en la Edad Media y aún después del Renacimiento.
0:14:56 Y más acá también, el que los cuernos le fueran puestos a uno por el rey.
0:15:05 Calcule si, además, era el rey del cielo.
0:15:08 Así que, anfitrión se quedó de lo más contento.
0:15:13 Y, incluso, se asio con su esposa, no por 72 horas, sino por 20, 25 minutos.
0:15:20 Y le dijo, bueno, es lo que hay.
0:15:25 Es decir, es la historia opuesta.
0:15:31 Pero en ambos casos hay tres involucrados.
0:15:34 La mujer, el marido y un intruso.
0:15:39 Que, a veces, ni siquiera es un intruso como el caso de Céfaro.
0:15:46 Es la apariencia.
0:15:48 Y, sin embargo, se produce el conflicto.
0:15:53 Entonces nos preguntamos qué cosa es la fidelidad.
0:15:57 En el primer caso, así que nos formulemos esa pregunta con mucha intensidad.
0:16:03 Si después de todo ella había estado con el mismo marido, cuál era el problema.
0:16:08 Era mejor decirse que era un problema de confianza, que era un problema de engaños,
0:16:14 que lo que le dolía a Céfaro, si es que algo le dolía, era que lo hubieran mentido.
0:16:22 O era ver comprobado la facilidad con que su esposa era seducida por otro.
0:16:32 Hay gente, sin embargo, que no siente mucho el dolor de ser engañada.
0:16:39 Pero que sí solamente siente el dolor de la ausencia.
0:16:44 Y a mí me parece debería ser más fuerte que el dolor del engaño o de la infidelidad.
0:16:51 Hay en el que se queja, de que hayan sido infiel, un síes no es de posesión.
0:17:00 Siempre que alguien se ha apoderado de su patrimonio.
0:17:04 Y eso, a los efectos amorosos, es el segundo orden.
0:17:09 Se prefiero al que siente el dolor de la ausencia.
0:17:14 Al que siente el dolor de lo que ha perdido, de lo que quisiera tener a su lado.
0:17:19 No por poseerlo, sino por amarlo.
0:17:24 Hemos buscado discos de infidelidad.
0:17:28 Y había tantos, pero tantos, que no supimos que hacer.
0:17:37 Entonces voy a convocar artistas amigos para cantar una canción sobre trios amorosos.
0:17:49 Para cantar un trio de amor.
0:17:52 Federico Misragi, adelante por favor.
0:18:00 Karina Biorlegi, que debe estar ensayando con San Jorjo y sus tres manos.
0:18:08 Y Sonia Rollón.
0:18:21 Me voy a incorporar digo.
0:18:25 Y vamos a comenzar con este trio, que como algunos trios comienza con un dúo.
0:18:38 ¿Cuánto descuerta que?
0:18:47 Mariana me amaras.
0:18:51 Quizá.
0:18:55 ¿Cuánto contestarás?
0:18:59 No sé. Tal vez jamás.
0:19:04 Tal vez jamás.
0:19:09 Promete una vez más.
0:19:13 Promete una vez más.
0:19:15 Que no me engaunirá.
0:19:22 Soy como la tempestad que ha venido a cantar y a cantar este cabello.
0:19:29 Soy quien vino a revelar que la moral es un asunto feces.
0:19:42 Sucede que tú serás.
0:19:47 Fugaz.
0:19:51 Una chistapa suave.
0:19:59 Y es el presente igual.
0:20:04 Al círculo de un junio.
0:20:11 Y es el amor saber.
0:20:15 Es el amor saber.
0:20:18 Un asunto de tres.
0:20:26 Le deseo a todos ustedes, muchos asuntos.
0:20:31 De dos, de tres, de cinco.
0:20:35 Tiene uno.
0:20:44 Soy quien vino a revelar que la moral es un asunto feces.
0:20:53 Sucede que tú serás.
0:20:58 Fugaz.
0:21:01 Y es el presente igual.
0:21:06 Al círculo de un junio.
0:21:13 Y es el amor saber.
0:21:17 Es el amor saber.
0:21:20 Un asunto de tres.
0:21:31 Fugaz.
0:21:46 Saluda.
0:21:48 Voy a contarles que esto es de la obra en molés con ventiros.
0:21:52 Se llama Trío de Amor y es interpretado por Carina Veo-Meggy,
0:21:57 Soña Rollón, Alejandro Dorina y Federico Mierragui.

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