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0:00:00 Vamos a...
0:00:07 Como habíamos prometido, vamos a hablar de Don Antonio Berrio,
0:00:11 que era un soldado español que llegó a las Indias,
0:00:16 cuando tenía el 60 años, era 1580.
0:00:21 Poco cuesta calcular que había nacido en 1520.
0:00:25 Había luchado para España contra los piratas berberiscos,
0:00:30 también en Alemania, en los Países Bajos.
0:00:33 Bien, luchas que tenían los españoles.
0:00:37 Había luchado bajo las órdenes del Duque de Alba y eso.
0:00:41 Berrio se casó, ya bastante mayor, a los 54 años.
0:00:46 Su mujer era sobrina del famoso conquistador Jiménez de Quezada,
0:00:52 que había capturado el tesoro de los chibchas
0:00:55 y que había fundado el reino español de Nueva Granada.
0:01:00 Quezada era rico, pero tenía la siguiente ambición.
0:01:04 Quería ser el tercer marqués del Nuevo Mundo,
0:01:08 después de Hernán Cortés y de Pizarro.
0:01:11 Para eso Quezada buscó el dorado,
0:01:14 porque ese era el trato que había hecho con el rey de España.
0:01:18 El rey le daría esa jerarquía de Marqués si encontraba aquella ciudad.
0:01:23 Aquella famosa ciudad donde todos los objetos eran de oro,
0:01:27 donde había un rey que todos los años se hacía milanesa
0:01:32 con un polvo de oro y luego se tiraba una laguna
0:01:35 con el solo objeto de compadrear.
0:01:38 O de mostrar, especialmente a los que oían ese relato,
0:01:42 que allí había mucho.
0:01:44 ¿Qué piensa uno cuando le cuentan que el rey de un lugar
0:01:47 se hace milanesa con polvo de oro y se tira una laguna?
0:01:50 Así debe haber mucho oro.
0:01:52 O bien el oro no tiene ningún valor, porque también se dio una manera.
0:01:56 Pero así no tenía ningún valor.
0:01:59 Qué bueno es estar en un lugar donde el oro no tenga ningún valor
0:02:02 y traérselo a un lugar donde sí lo tenga.
0:02:05 Es el principio central del comercio.
0:02:12 Se fue entonces a buscar el dorado.
0:02:16 La expedición duró tres años.
0:02:19 De 2.000 personas que la integraban sobrevivieron 25.
0:02:25 Un escaso por milaje.
0:02:30 Que Sada murió poco después, desfigurado por la lepra
0:02:35 y sin haber encontrado nada.
0:02:37 Ahora bien, las tierras de que Sada pasaron a su sobrina.
0:02:41 Y a través de ella, al tipo que se casó con ella,
0:02:45 que era justamente este Antonio de Berrio.
0:02:48 En cuantito Berrio se enteró de semejan terencia,
0:02:52 piantó de las guerras de Europa y viajó a las Indias
0:02:56 para hacerse cargo de las tierras que tenía esta muchacha.
0:02:59 Cuando llegó a Nueva Granada, descubrió que había una cláusula
0:03:03 en el Testamento de Berrio que le exigía que continuara
0:03:07 con la búsqueda del dorado.
0:03:12 Y Berrio hizo tres viajes.
0:03:15 El primero duró 17 meses y no encontró nada.
0:03:20 El segundo duró 28 meses y tampoco encontró nada.
0:03:25 Inició entonces su tercera exploración 10 años después.
0:03:30 Ya entonces tenía 70 años, como nada cuesta calcular.
0:03:35 El plan de aquel viaje consistía, embajar por el orinoco
0:03:39 y en determinado momento debían abandonar el cauce central
0:03:44 y desviarse, ya que según algunas notas que había encontrado,
0:03:48 por ahí andaba la ciudad dorada.
0:03:51 Era una expedición pequeña con menos de 120 hombres.
0:03:55 La mitad de ellos fueron por el río, en 20 canoas,
0:03:58 a las órdenes de Berrio.
0:04:00 Es decir, los hombres estaban a las órdenes de Berrio.
0:04:03 Y la otra mitad, con 200 caballos por la orilla,
0:04:08 a las órdenes de un viejo soldado que ya había estado sirviendo aquezada.
0:04:13 Viajaron durante un año, viajaron y empezaron los problemas.
0:04:19 Primero apareció una peste que mató a 30 españoles.
0:04:24 Muchos desertaron, muchos que no se habían muerto.
0:04:28 Y para evitar las deserciones,
0:04:32 Berrio ordenó que sacrificaran a todos los caballos
0:04:36 y luego fueron comidos, porque no era cuestión tan poco de desperdiciar.
0:04:40 El tipo había leído mal la historia de Cortés, ¿no?
0:04:43 En vez de quemar las naves, quemó los caballos.
0:04:48 Más tarde fueron comidos,
0:04:51 incluso algunos soldados que tuvieron la mala suerte de encontrarse
0:04:55 con tribus de Caribe, cuyo plato preferido, como te vieron,
0:04:58 era el hombre alasador.
0:05:00 La expedición continuó, maltrecha y sin destino.
0:05:04 Finalmente lo único que querían era seguir el orinoco hasta llegar al mar.
0:05:10 Con eso nos damos por satisfechos.
0:05:13 Berrio pudo llegar, cruzó la isla Trinidad,
0:05:16 que es aquí en la desembocadura,
0:05:18 y luego Amargarita, que es la otra,
0:05:20 y allí se refugió con sus hombres
0:05:22 para lamentarse con tranquilidad de su fracaso.
0:05:26 Pero en poco tiempo empezó a surgir de nuevo el fervor por el dorado.
0:05:33 Había gente que contaba que había aparecido un tipo llamado Albujar,
0:05:38 que había pasado 16 años en la selva,
0:05:41 y el tipo decía que era el único sobreviviente de una expedición al dorado,
0:05:45 casi olvidada, por toda la isla circulaban distintas versiones de esa aventura.
0:05:51 Se decía que Albujar había estado a cargo de las municiones de esa misión,
0:05:55 que las municiones habían explotado,
0:05:57 que Albujar había sido condenado a muerte de una forma especial.
0:06:00 Lo habían dejado a la deriva por el orinoco en una canoa,
0:06:03 que los indios lo habían rescatado y lo habían cuidado.
0:06:07 Parece que lo llevaron con los ojos vendados, de un poblado a otro,
0:06:11 y un día llegó un sitio en el que le quitaron las vendas,
0:06:14 y así Albujar vio la Gran Manoa, la ciudad del hombre dorado,
0:06:18 allí donde, una vez por año, justamente como hemos dicho,
0:06:21 hacía milanesa un príncipe con polvo de oro.
0:06:25 Los cuentos decían también que Albujar había aprendido la lengua de los indios,
0:06:30 que se había casado con una India,
0:06:32 y que un día el casí que le preguntó, así porque sí,
0:06:36 se prefería quedarse o regresar a la civilización.
0:06:40 Y Albujar dijo que quería volver.
0:06:43 Entonces, te regalaron objetos de oro como despedida,
0:06:47 pero en el camino se los afanaron.
0:06:50 Cuando llegó a Margarita contó todas esas cosas,
0:06:53 no ofreció ninguna prueba, pero todos le creyeron.
0:06:57 Yo se quería el pero.
0:06:59 No ofreció ninguna prueba, y en consecuencia, todos le creyeron.
0:07:03 Incluso Berrío.
0:07:05 Y tanto le creyó que preparó otra expedición.
0:07:09 Era insistidor como el burro.
0:07:13 Consiguió la ayuda económica de un tal domingo de vera
0:07:17 que creía, conforme a su apellido,
0:07:20 en la veracidad de la historia y en las virtudes exploratorias de Berrío.
0:07:26 Así, los dos cruzaron de Margarita a Trinidad
0:07:30 y empezaron en Trinidad los preparativos.
0:07:33 Pero, ¿quién cae justo en ese momento?
0:07:36 Ser Walter Raleigh.
0:07:39 Con todo el apoyo de la reina Isabel.
0:07:43 Un apoyo que no era más que una retribución.
0:07:47 Sí, era la querida.
0:07:49 Había sido un poco novia la reina Isabel de Walter Raleigh.
0:07:54 El tipo había hecho una inversión interesante, que era una capa.
0:07:57 Una capa que se acabó de comprar, que la mina venía caminando por ahí,
0:08:00 la tiró en un charco.
0:08:02 Le había salido un Perú, incluso alguna otra colonia,
0:08:05 que era de los ingleses, y la mina le pasó por encima de la capa
0:08:08 y después le pasó por encima de la reina.
0:08:10 Ese fue un gesto que luego tomaron todos los caballeros de todo el mundo
0:08:16 y que hasta hace muy poco era clásico en las historietas.
0:08:19 Había un charco y el tipo se sacaba el gabán y lo ponía.
0:08:22 Otra cosa es el paso doble, que dice,
0:08:25 Pisa Morena, Pisa con Garbo, que un relicario.
0:08:28 Que un relicario me voy a hacer con el trocito de mi capote
0:08:32 que ya hayan pisado tan lindos pies.
0:08:34 Es decir, el tipo había tirado su capote sobre el charco.
0:08:38 La ausencia de charcos vino a menoscabar la actitud de los caballeros.
0:08:46 Cómo quiera que llegó ese tipo Raleigh con el apoyo de la reina Isabel
0:08:52 para descubrir el dorado.
0:08:55 Una de las cosas que descubrió Raleigh fue el territorio
0:09:01 que después llamaba Virginia, en homenaje justamente a la reina Isabel.
0:09:06 Y de ahí el tabaco Virginia, al cual Raleigh era muy aficionado,
0:09:12 y de ahí también la marca de ese tabaco de pipa que se llama Raleigh.
0:09:16 Ahora, lo peor del caso es que Isabel detectaba el tabaco
0:09:20 y no lo dejaba fumar en su presencia.
0:09:23 Pero estas son detalles. Llegó Raleigh, hace mucho que llegó, pero no avanzamos.
0:09:28 Se quedó fumando el tipo.
0:09:30 Y hubo un enfrentamiento entre españoles e ingleses y ganaron los ingleses.
0:09:34 Berrio terminó preso de Raleigh que lo trató con toda consideración.
0:09:39 Escribió incluso Raleigh acerca del español lo siguiente.
0:09:44 Tengo aquí justamente...
0:09:46 Este Berrio es un caballero de buen linaje,
0:09:49 muy valiente de gran confianza y gran corazón.
0:09:52 Lo he tratado según su situación, en todo cuanto he podido.
0:09:58 La verdad que se trataban con toda cortesía,
0:10:01 y Raleigh encontró su destino tras las confesiones de Berrio.
0:10:05 No solo le contó la historia del tipo este albujar,
0:10:08 sino le contó los viajes que él mismo había hecho,
0:10:12 le dijo por qué rutas no había que ir,
0:10:15 y el otro se tentó y continuó la búsqueda.
0:10:19 Tampoco encontró nada.
0:10:21 Lo único que consiguió fue el desprecio de su reina,
0:10:24 que terminó por mandarlo preso a la Torre de Londres.
0:10:28 Mire qué ingrata.
0:10:30 De todos modos cada vez que se enojaba,
0:10:32 Isabel mandaba alguno preso a la Torre de Londres,
0:10:35 y si no tenías tanta suerte por ahí te cortaban las cabezas.
0:10:38 Berrio tuvo su libertad tras la paga de un rescate,
0:10:42 por parte de la gobernación de Margarita,
0:10:44 e incluso le devolvieron a los ingleses
0:10:47 un soldado de inglés que tenían preso por ahí.
0:10:51 Antonio Berrio se refugió en una islita del Delta del Orinoco,
0:10:55 y allí esperó ya con 80 años
0:10:59 a que le llegara ayuda de España para emprender una nueva búsqueda.
0:11:03 Y llegaron.
0:11:05 Llegaron fuerzas de la corona española, casi 800 hombres,
0:11:08 pero demasiado tarde.
0:11:11 Berrio estaba loco y moribundo,
0:11:14 que es una mala combinación para emprender la búsqueda del Dorado.
0:11:18 También estaba débil y desnutrido,
0:11:21 y se tapaba las patas con cartas de navegación y mapas,
0:11:25 los mismos que no lo habían llevado a ningún lado.
0:11:28 Murió en el año 1598,
0:11:31 y el Dorado, entonces no tenía 80 años, tenía 78.
0:11:36 Jamás fue encontrado.
0:11:38 ¿Por qué no lo encontraron?
0:11:41 Bueno, lo mejor, porque no había tal cosa.
0:11:46 Y no porque estaba bien escondido, como creen algunos.
0:11:49 ¿Lo encontraron? Porque no lo buscaron bien,
0:11:52 o estaba tan bien escondido que no lo encontraron.
0:11:54 Otra respuesta ahí, no había tal cosa como lo van a encontrar.
0:11:58 Por ejemplo, no encuentro anillos de diamantes en mi casa,
0:12:04 porque no tengo ninguno, porque estén bien escondidos.
0:12:10 Yo no encuentro cosas que no estén podrias en eladera,
0:12:14 hay muchas gente de conductas parecidas,
0:12:17 que andan buscando personas que no existen,
0:12:19 ciudades que no existen, libros que no existen.
0:12:22 Promesan que nunca le fueron hechas el set.
0:12:24 Buscar lo que existe podríamos decir,
0:12:27 podríamos, pero no lo vamos a decir,
0:12:29 es propio de comerciantes,
0:12:31 y buscar lo que no existe es propio de poeta.
0:12:33 Pero yo no sé si no me estoy cansando
0:12:35 de esa especie de ingenuidad que consiste en encontrarlo,
0:12:40 pero no utilizaré la palabra de encontrar.
0:12:43 Utilizar esta clase de baivenes
0:12:46 como si eso fuera de inteligencia.
0:12:48 Un baivén que no es el hombre el que golpea la puerta,
0:12:52 sino la puerta a la que busca el hombre.
0:12:55 Buscar cosas que no existen es profundo,
0:12:58 buscar cosas que existen no lo es.
0:13:01 Araca con esto, hay que ir más allá.
0:13:05 Y además no permitirse las trampas,
0:13:07 porque de hecho hay cosas que no existen
0:13:09 como la libertad en tantas situaciones de opresión,
0:13:11 y está bien buscarlas, aunque no existan,
0:13:13 porque el mero hecho de la búsqueda las está creando.
0:13:16 Y eso sí que está bueno.
0:13:18 Del mismo modo digo, me gusta más pensar
0:13:20 en esos alocados muchachos españoles,
0:13:22 muchachos y no tan muchachos,
0:13:24 porque hay que decir que tener 60, 70 años en el siglo XVI,
0:13:27 hermano, era como tener 122 horas
0:13:30 y haber vivido siempre de gran burozaire.
0:13:32 Y además si uno está loco y moribundo.
0:13:34 Y no es tan tonto taparse con mapas
0:13:36 de navegación, puesto que hoy en día lo hacemos
0:13:38 con papeles de diarios que salían menos en esa época.
0:13:41 Pero digo que me gustaría reivindicar a Alejandro
0:13:43 en esto a esos hombres de la madre patriarca, de España,
0:13:47 por encima de los británicos, porque los españoles malo bien,
0:13:50 y en muchos casos bien sabemos que no estaban muy convencidos
0:13:53 en que el dorado existiera, pero sí era una buena excusa
0:13:56 para salir a por lo desconocido, y creo que también
0:13:59 hoy en día es bastante fácil ir a Bangkok
0:14:01 y hacer un tour de, no sé, turismo sexual
0:14:03 y crearse un gran aventurero que los hay.
0:14:05 Y en aquellos días era ir a un mundo ciertamente desconocido
0:14:08 y hurgar entre lo desconocido, y si no se encontraba el dorado
0:14:11 sí se encontraba un destino.
0:14:13 Es costumbre más de los ingleses el esperar
0:14:15 que algún español trastornado, alocado,
0:14:17 y si es posible un poco vetusto,
0:14:19 encuentre o descubre alguna cosa y después se van a arcelar.
0:14:22 Para robársela en el mar.
0:14:24 Y en ese caso digo, uno no es un aventurero
0:14:26 si todo lo que está haciendo lo hace por una chirola.
0:14:28 Por una chirola, por una moneda.
0:14:31 Y justamente el tema que va a ilustrar
0:14:36 esta pequeña recordación de los muchachos
0:14:40 Raleigh y Berrio,
0:14:43 el tema que va a ilustrar esta charla se llama
0:14:46 una moneda.
0:14:48 La va a cantar el secto cavernet.
0:15:01 Se lo hubiera un tip del tal.
0:15:03 Alguna vez fue inúrrico.
0:15:05 Tap, tap, vivía champagne y caviar.
0:15:09 Tenía dinero y mujeres.
0:15:12 Solamente pensaba en gastar y ganar.
0:15:16 Todo eso está en el pasado.
0:15:19 Ahora la que es mi hogar.
0:15:22 No hay nada en mi billetera.
0:15:25 Y hasta un perro puloso es más limpio que yo.
0:15:29 Señor de una moneda.
0:15:34 Pero es una moneda.
0:15:39 Aunque este no me creas, yo tuve morer.
0:15:42 Ya de una manera.
0:15:44 Se lo hubiera un tip del tal.
0:15:46 Tenía mil cien palacios.
0:15:49 Y en cada palacionaré.
0:15:52 Y un millón de mayor domos.
0:15:55 Canzonar la campana cantaba así.
0:15:59 Sarara, sarara, sarara, tatata.
0:16:03 Sarara, sarara, sarara, tatata.
0:16:07 Tira, sarara, tatata.
0:16:11 Tira, tira, tatata.
0:16:14 No deje a la luna.
0:16:17 No es mi propia nave espacial.
0:16:20 Tu dueño de Asia y de Europa.
0:16:23 Y después lo vendí, no me acuerdo.
0:16:26 Porque señor de una moneda.
0:16:31 Pero es una moneda.
0:16:36 Aunque este no me creas, yo un día.
0:16:39 Cuidame, señor de una moneda.
0:16:44 De qué deciré que no.
0:16:50 Aunque este no me creas.
0:16:52 Siempre me entiendo.
0:16:55 Sarara, sarara, sarara, tatata.
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