Transcripción automática
0:00:00 Continuamos desde el Multiteatro de Buenos Aires, estaremos aquí también mañana, pero no el miércoles, porque el miércoles haremos el programa de San Martín, será a las 10 de la noche en el complejo cultural Plaza.
0:00:15 Atención Villabalester, atención Villaboy, atención Cáceros, atención Lourdes, antolugares, atención Miguel Este.
0:00:25 Bueno, estaremos por esa zona, complejo cultural Plaza en casi 89, en el complejo de las 989.
0:00:32 Estoy aquí, me acuerdo como si fuera...
0:00:34 Mira, como si fuera hoy.
0:00:35 10 de la noche.
0:00:36 Hablaremos hoy de Eaco, es un señor de los mitos griegos.
0:00:42 Parece que había un dios fluvial, esos dioses que eran al mismo tiempo ríos, que dioses, que era hijo de océano, etétis, que estaba casado con Mérape.
0:00:54 Yo creo que es Mérape, pero no importa.
0:00:57 Hija de otro río, y fue una unión muy fructífera, tuvieron 22 hijos, 20 eran mujeres y hermosas, imagínense.
0:01:09 ¿Qué familia?
0:01:10 Tanto es asídico, tanto es que eran hermosas, que constantemente eran raptadas y violadas por Zeus, Poseidón o Apolo, esa especie de patotero del olimpo.
0:01:21 Los tres dioses se las disputaban día tras día.
0:01:24 En una oportunidad sería todavía mejor, el Gina, la más joven de todas las hermanas, desapareció misteriosamente.
0:01:33 Y a Sopo, el dios río desesperado, salió a buscarla, no está, no está.
0:01:38 En Corinto, allí donde elismo, se entiró de que Zeus era una vez más el culpable.
0:01:45 Entonces, enfurecido con el más grande de los dioses, empezó a perseguirlo para cobrar venganza.
0:01:52 Qué buenos dioses aquellos de los que podía uno vengar.
0:01:57 Y entonces, un día después de una intensa búsqueda, a Sopo encontró a Zeus precisamente cuando estaba abrazando a Ejina entre los llulos,
0:02:10 de un bosquecillo sagrado, como eran casi todos los bosques.
0:02:14 A Sopo gritó, habrá dado la voz de Aura, la voz de alto mejor.
0:02:22 Te vi.
0:02:25 Y Zeus, que estaba desarmado, curiosamente, huió despavorido a través de los árboles y también de las estarpas que solían adornar aquellos bosques sagrados.
0:02:37 En un momento, cuando a Sopo ya estaba a punto de alcanzarlo, Zeus se convirtió en roca, en julio argentino roca,
0:02:45 y organizó la campaña del desierto con los resultados que ustedes conocen.
0:02:50 Ah, no, en roca con minúscula.
0:02:52 Y esperó a que el padre de la hermosa Ejina, a saber a Sopo, basara de largo.
0:02:59 Después de haber evadido la persecución, Zeus volvió al Olimpo y una vez bajo la seguridad de su muralla,
0:03:08 empezó a tirarle rayos y rayos a Sopo.
0:03:12 Y para eso le acertó alguno, porque el pobre a Sopo todavía se mueve lentamente a causa de las heridas que recibió en aquella oportunidad.
0:03:21 No nos olvidemos que es un río.
0:03:23 Y el río se mueve lentamente.
0:03:26 Si el río se mueve lentamente es porque el Dios, que lo personifica, también.
0:03:32 Zeus de todos modos se había procurado no matarlo, pero sí dejarlo cachoso para que no volvieran a perseguir.
0:03:42 Los mitógrafos dicen que a menudo se extraen del río a Sopo trozos de carbón quemado del lecho.
0:03:52 Los rayos que le tiraban otro.
0:03:53 Los rayos que tiraba Zeus, señor.
0:03:56 Se se convierte al paganismo inmediatamente porque no tiene corazón.
0:04:00 ¿Y esto tanto menos en mi religión dijo?
0:04:02 Habiéndose librado así del padre de Ejina, Zeus la raptó una vez más.
0:04:07 Y la llevó en secreto a la isla llamada Enopia, donde se acostó con ella en forma de águila y luego en forma de llama.
0:04:16 No de desagradable animal.
0:04:20 Cuentan que los cupidos reboloteaban sobre la cama, administrando los dones del amor necesarios para estos encuentros.
0:04:31 Eso es una noche.
0:04:33 Al cabo de un tiempo, era la mujer de Zeus, descubrió que Ejina había dado a luz a un hijo llamado Eaco.
0:04:41 Dice hijo, hablaremos hoy.
0:04:44 Cuando se enteró de este hecho, la mujer de Zeus resolvió exterminar a todos los habitantes de la isla enopia.
0:04:52 ¿Vio cómo es?
0:04:53 Para matar a uno, matan a todos.
0:04:55 Si había transformado justamente Eaco, el techico, ya era rey de la isla enopia.
0:05:02 Y bueno, era y dijo, bueno, ya que estoy, los mato a todos.
0:05:08 Y para matarlos, introdujo en uno de los arroyos de la isla una serpiente que ensució el agua y puso millares de huevos,
0:05:17 de modo que una multitud de sierpes empezó a deslizarse y a retorcerse por los campos,
0:05:24 introduciéndose en todos los arroyos y ríos.
0:05:27 Una densa oscuridad y un calor soporípero se extendieron por la isla a la que Eaco había dado el nombre de su madre,
0:05:37 de la heridina, de la madre de él.
0:05:39 A todo esto, el más pestilente de los vientos sopló durante cuatro meses.
0:05:45 Las mueses y los pastos se secaron y siguió el hambre.
0:05:52 Pero lo que más sufrían los súbditos de Eaco era la sed.
0:05:57 Y cuando se les acabó el vino, se arrastraron hasta el arroyo más cercano.
0:06:03 Y, bueno, no morían al beber el agua envenenada.
0:06:07 Las apelaciones de Zeus y de Eaco eran inútiles.
0:06:11 Los suplicantes, mejor dicho, eran apelaciones de los habitantes de la isla que pedían socorro a Zeus,
0:06:21 pero no, quedaban ahí tirados.
0:06:23 Un día, el trueno y el rayo respondieron favorablemente a las desesperadas plegarias de Eaco,
0:06:30 que era el único tipo que quedaba en la isla vida.
0:06:34 Y, entonces, viendo que su trueno era como una respuesta a sus plegarias,
0:06:41 le pidió a Zeus que volviese a poblar aquel territorio vacío donde tantos súbditos habían perecido.
0:06:51 Dijo, quiero que vuelva a ver muchísima gente aquí, que haya tantos hombres como hormigas.
0:06:57 Ah, qué pedido.
0:06:59 Y, en ese momento, había un árbol por ahí cerca, empezó a crepitar,
0:07:09 se un sonido muy extraño, y Eaco vio salir del árbol infinidad de personas.
0:07:16 Eran los mermidones, era una raza de hombres que habían venido a reemplazar en una...
0:07:26 en una repetición vio un híboca, un hormigio, un hombre, a las hormigas que había en la isla.
0:07:33 O sea, la isla quedó completamente exenta de toda hormiga, y, en cambio, volvió a tener mercicilio habitantes.
0:07:42 Eaco se quedó dormido, para qué se preguntara usted, mitógrafo,
0:07:48 un experto de fábulas, respuesta, para poder soñar.
0:07:51 Soñó que veía que era al suelo, desde el árbol que vio primero, una lluvia de hormigas,
0:07:58 y que éstas se transformaban en hombres.
0:08:01 Cuando despertó, descartó el sueño como una fantasía engañosa,
0:08:05 y ahí es cuando en realidad vio a los hombres, calculó yo.
0:08:09 Eaco dio las gracias a Zeus, repartió la ciudad y los campos, entre los nuevos súbritos,
0:08:16 a los que llamó mermidones.
0:08:18 ¿Por qué? Porque en griego mirmix, en la marca de una licuadora, pero...
0:08:23 Para ser jugo de hormigas.
0:08:25 Para ser jugo de hormigas. Mirmix es hormigas.
0:08:28 Y entonces mirmidón...
0:08:31 Sí, es el londito macrón.
0:08:33 Y parece que los descendientes de aquellos hombres, los mermidones, aún muestran virtudes fórmicas.
0:08:44 O sea, lo muerden y no les duele.
0:08:47 Sí, son frugales, son trabajadores, con gigaras...
0:08:51 Han reconocido encima de la cabeza, este sío.
0:08:53 Y todo por decir. Y si los destruye con D.D.T.
0:08:58 Bueno, los mitógrafos aseguran que Eaco fue el rey más justiciero y venerado de su tiempo.
0:09:06 Era muy famoso por su piedad. No sé cómo se puede ser famoso por la piedad.
0:09:10 Y se le honraba tanto que los hombres anhelaban delectar sus ojos contemplándolo.
0:09:16 Y en vez de ir a ver el perito moreno y mirar a Eaco...
0:09:21 En la tienda, la tienda.
0:09:22 Era muy piadoso, sí. Ahí, justamente.
0:09:26 Encerrito y Bartolomé Mitre.
0:09:29 Antes piedad.
0:09:33 Claro, la piedad se llamaba porque antes la calle también se llamaba la piedad.
0:09:37 Le cambiaron el nombre y no le iban a poner Bartolomé Mitre en la tienda.
0:09:41 Bien, todos los héroes de parva y atenas deseaban combatir a las órdenes de Eaco.
0:09:50 Pero Eaco se dice que a ver poco.
0:09:52 Había hecho de su isla la isla de más difícil acceso de todas las del Egeo.
0:09:58 La había rodeado de escogos sumergidos al Recifo Es peligroso que el mismo construyó con gran ingenio.
0:10:06 Cuando toda Grecia fue afligida por una peste y una terrible sequía causadas porque Pelopre había matado al rey Arcadio,
0:10:13 que se llamaba Stínfalo, el oráculo de Delfos aconsejó a los friegos que pidieran a Eaco
0:10:21 que la peste terminara y se pedirebó a Zeus que termine la peste.
0:10:26 Mediatamente cada ciudad envió un heraldo a Eaco,
0:10:30 quien ascendió al monte más alto de la isla y vestido como sacerdote de Zeus,
0:10:36 hizo sacrificios a los dioses y rogó para que la peste terminara.
0:10:41 Enseguida un trueno.
0:10:45 No sé si sabe.
0:10:46 Yo no sé porque no somos paganos con tanta demostración.
0:10:51 Empezaron a caer chaparrones por todo el territorio de Grecia en donde había una espantosa sequía.
0:10:57 Entonces todos los reyes poblaron sus tierras de cientos de estatuas de Eaco,
0:11:04 y no justamente a quien lo sabía salvado.
0:11:07 Por ahí llega el momento de construir las murallas de Troya y vienen a Polo y Poseidón reclamaron la ayuda de Eaco
0:11:15 para construir murallas, porque Eaco, como se ha dicho, era muy diestro en la construcción de Escóllas.
0:11:20 Sí, está claro.
0:11:21 E hicieron la muralla de Troya.
0:11:24 En realidad tenía que ser hecha por dos dioses y un humano.
0:11:30 Porque Horacuro también había dicho que la ciudad,
0:11:34 si su muralla era construida por tres personajes divinos, iba a ser inexpugnable.
0:11:40 Y los dioses tuvieron miedo de que una ciudad inexpugnable viniera a enfrentarlos a él.
0:11:47 Entonces hice, vamos a hacerla un poquito expugnable.
0:11:52 A menos. Igual fue inexpugnable, ¿no?
0:11:55 Sí, el caso es que llamaron a Eaco y Eaco construyó la tercera parte de la muralla.
0:12:07 Bueno, apenas habían terminado la tarea cuando tres serpientes de ojos grises,
0:12:13 que son las peores, trataron de escalar las murallas.
0:12:17 Dos de ellas eligieron la parte que acababa de terminar los dioses, pero cayeron y murieron.
0:12:23 La tercera lanzando un grito, el grito de la serpiente, el clásico, opa, opa, opa.
0:12:30 La tercera corrió a la parte construida por Eaco y consiguió entrar a la ciudad como Pedro Moreno por su casa.
0:12:39 Entonces Apolo profetizó que troya caería más de una vez.
0:12:44 Y que los hijos de Eaco estarían de lo que iban a tomarla, tanto en la primera como en la cuarta generación,
0:12:51 y eso se cumplió con Telamón y con el loco.
0:12:56 Al final de sus días, Seus quiso evitarle a Eaco la carga de la vejez,
0:13:01 y pensó, bueno, voy a ser inmortal este tipo, pero ahí aparecieron las parcas,
0:13:08 árbitros de destino, de la muerte y los hombres, tejedoras de ahí donde están,
0:13:15 los que tejen los destinos, y no lo permitieron.
0:13:19 O sea que Seus no solamente podía ser perseguido por un padre deshonrado,
0:13:27 sino que también podía ser refutado por el destino.
0:13:34 Dicen que Seus aceptó en forma benigna la prohibición y dio un buen ejemplo a los olímpicos
0:13:41 al no entrometerse en ese terreno.
0:13:44 Sin embargo, colocó a Eaco, junto con sus otros dos hijos, Minos y Radamantis,
0:13:51 en el tártaro. Allí están como jueces de los muertos, que no hay gran cosa entre los griegos,
0:13:57 porque ser bueno no garantiza nada.
0:14:00 Otros lo dan a Salpedón, creo que era el hermano de Minus, de Minus no de Minus,
0:14:10 creo que era el hermano, en este trío, a Eaco, Radamantis, Minus.
0:14:21 Todo empezó por una mina.
0:14:23 Y sin.
0:14:24 Todo empezó por una mina.
0:14:25 ¿Pero para decir por una mina o por una historia de amor?
0:14:28 Una historia de amor, claro.
0:14:29 Ahí está, con la pena.
0:14:30 Seus rapta por decirle, ya que se usa la palabra raptar,
0:14:34 reemplazando a otra, como fue mismo de otra.
0:14:37 Se la rató bien raptada a la más pequeña de las 20 hijas del viejo Asopo.
0:14:48 No, no convudir con Esopo.
0:14:51 No, era un fabulista.
0:14:53 Y ahí empezó todo este lío, interviene la mujer de Seus, se pone celosa.
0:15:00 Cielosa, como siempre era.
0:15:01 Un hermano de serpiente que envenena a todos los ríos, todo, tanto lío por una mina.
0:15:06 Por la más chiquita de las primeras.
0:15:08 Estaba pensando, Alejandro, que hay un dato, igual que es interesante.
0:15:11 Son extrañas las relaciones que construyen los hombres de respecto de sus dioses.
0:15:15 Por ejemplo, hay quienes dicen que en América, tanto los Aztecas por un lado como los Incas, más al sur,
0:15:22 encontraron en el cristianismo una cosa que les parecía muy interesante.
0:15:25 Porque mientras sus dioses les reclamaban a ellos, que entregaron a sus hijos,
0:15:29 el Dios que les traía a estos muchachos, les entregaba a su propio hijo.
0:15:32 Y entonces esto los hizo como pasibles de ser catechizados rápidamente.
0:15:37 A mí se vea secuesta arriba.
0:15:39 Pero digo, porque giran de los dioses y los hombres tienen demasiado comercio, hay algo que falla.
0:15:44 Pero lo interesante de esto es que Seus no solamente tiene comercio en términos de tratos y acuerdos con los hombres,
0:15:49 sino que tiene tratos carnales.
0:15:51 No parece un carnal.
0:15:52 Y no, sino con las mujeres, además, que están tanto con los hombres.
0:15:55 Y en ese sentido me parece que también hay una condición interesante,
0:15:58 porque un Dios seguramente, este tipo de cosas, la partida de Seus o las negociaciones con las palcas,
0:16:06 son quizás pequeños gestos de humildad.
0:16:08 Uno se imagina que el principal de los dioses, Seus, de ahí viene, además, nuestra gran historia de Dios también,
0:16:14 digo, difícilmente pueda no ser concebido como un ser omnipotente,
0:16:18 sino un apelarías desde el comienzo a encontrarle a algún costellito flojo.
0:16:23 Y Seus tenía mucho costado flojo.
0:16:25 Cuando no se volvía lluvia dorada, se volvía una llama, por ejemplo, o algún guanaco, algún otro tipo de guanaco.
0:16:31 Y en ese sentido, creo que hay que tomar la lección que Seus le da también a Eaco,
0:16:36 explicándole un poco cómo es la condición de padre.
0:16:39 Le habla como un padre, le habla a su hijo en consejos para un hijo gaucho y griego al mismo tiempo.
0:16:44 Algo así como diciéndole que a veces una huida, una escapada, casi de corte covarde,
0:16:51 y no es velato, puede combatirse en un recuerdo malevo.
0:16:55 Y el recuerdo malevo es el tango que va a ilustrar, este recuerdo malevo que acabamos de hacer, ¿no?
0:17:01 Un historiado de amor con un tipo de chico.
0:17:03 Con historia de amor y de vengales.
0:17:05 Bueno, canta Carlos Gardel, Recuerdo Malevo.
0:17:21 En esas frenebridas miradas que ruedas, con tapas alpitales de desvuelvo y amor.
0:17:29 Para conquistarlas, no me cuventero, no valía la pena sin ella vivir.
0:17:37 Peleando con tinta en un entremero, en ese gran lindo surez amorir.
0:17:45 Y el pobreco caravana, fugitiva por estar.
0:17:53 Florido tiene por riñoro, por su camino de oído.
0:18:01 Vio a canvisión de que lloro, su niño querido se te aleja.
0:18:08 Y el pobreco caravana, fugitiva donde está.
0:18:16 Cinco años pasaron de la primer sida, por lo nel destilo que obligo a porader.
0:18:24 El viejo losoto de la pollovina, en los días rie, en los menos en mi batería.
0:18:31 Fuimos sin pensarlo como dos extraños, su boca marchita y mis suspiradas.
0:18:39 Habiéndose niña de los besengaños, el recuerdo amigo es mejor borrar.
0:18:47 Y el pobreco caravana, fugitiva donde está.
0:18:56 Florido tiene por riñoro, por su camino de oído.
0:19:04 Vio a canvisión de que lloro, su niño querido se te aleja.
0:19:11 Y el pobreco caravana, fugitiva donde está.
0:19:23 Era Carlos Bardel en la venganza, será terrible, Recuerdo Malebo.
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