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11 de Septiembre de 2007

El abate Marchena

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos de la Bate Marchena y de sus andanzas en Francia.
0:00:07 Don José Marchena, Ruiz de Cueto, generalmente conocido por la Bate Marchena,
0:00:12 nació en Utrera y no era un Etra.
0:00:16 Como suele decirse,
0:00:19 si no en Utrera, allí donde el niño, el 18 de noviembre de 1768, y murió en Madrid,
0:00:25 en 1821.
0:00:26 Sus padres eran labradores.
0:00:29 Labrador era mi padre y yo he sido labrador,
0:00:32 pero mi madre tenía de cristal el corazón.
0:00:38 Se trata de uno de los personajes más apasionantes de la literatura española,
0:00:44 y sin duda uno de los que más controverse se han causado.
0:00:47 Esto lo afanamos, o ha sido afanado
0:00:51 de Marcelino Menende Cipellano.
0:00:55 El abate, ciertamente no fue abate,
0:00:58 como me engrupiste vos.
0:01:01 Se me está gochorra, gente.
0:01:04 Y tú viejo.
0:01:06 No fue tampoco clérigo, ni diácono, ni nada de eso.
0:01:09 Él mismo se definía como
0:01:11 revolucionario, girondino, humanista, pequeño, feo, almardiente y energica,
0:01:16 estudiante perdulario,
0:01:18 medio loco, amante excepcional,
0:01:21 ¿qué tal?
0:01:22 y exaltado.
0:01:24 ¡Ya va el tipo!
0:01:26 Buenas tardes, ¿quién es usted?
0:01:27 Soy José Marcina Ruiz de Cueto,
0:01:30 revolucionario, girondino, humanista, pequeño, feo, almardiente y energica,
0:01:33 estudiante perdulario, medio loco, amante excepcional y exaltado.
0:01:41 La célebre Madan de Estel lo describe como
0:01:44 una falta de ortografía de la naturaleza.
0:01:49 Y Yato Grande lo consideraba un sabio inmundo
0:01:54 y un aborto lleno de ingenio.
0:01:57 El tipo querido era, ¿eh?
0:01:59 Amado por todo el mundo.
0:02:02 El médico y pensador humanista Gregorio Maranion
0:02:05 consideraba en vida
0:02:08 que la figura de Marcina corresponde a cierta especie de enanos,
0:02:12 en los cuales la exiguidad de la talla
0:02:14 tiene otras compensaciones anatómicas
0:02:17 que les permite extrañas victorias en la ley amorosa.
0:02:22 Escribía bien Maranion.
0:02:23 La verdad que subí a modicha distinta.
0:02:27 El título de heterodoxo se lo dio Don Marcelino Menéndez y Pellayo,
0:02:31 uno de sus primeros biógrafos por no decir que el único.
0:02:34 Vivió la época crítica de España
0:02:37 en la que los intelectuales se dividían
0:02:39 entre enfermarizados españoles o afrancesados
0:02:43 que sufrieron desde luego el desprecio de sus compatriotas
0:02:47 y eran perseguidos incluso bajo
0:02:49 la acusación de traidores a la patria.
0:02:52 Ante tradizuntiva se declaró en favor de las corrientes de libertad
0:02:56 que venían de Francia.
0:02:58 Consideraba a Marcina que éste era el país más civilizado de Europa
0:03:03 y que finalmente iba a instaurar un gobierno del pueblo
0:03:06 que acabara por fin con el indeseable Antiguo régimen.
0:03:11 Bueno, ahora habría que ver qué es lo que dijo en 1808, por ejemplo.
0:03:17 El abate Marcina consideraba en su juventud
0:03:19 que el pueblo podía ser el mejor de los amos.
0:03:23 En España sufrió la persecución del santo oficio.
0:03:27 Es decir, la inquisición.
0:03:29 Según el expediente, tenemos aquí el expediente inquisitorial
0:03:33 abierto a Marcina y dice acá.
0:03:38 Propagar ideas no acordes
0:03:44 con la moral establecida.
0:03:47 Supuesta participación en una trama republicana
0:03:51 y tener libros prohibidos.
0:03:55 En Madrid publicó un periódico para expresar sus ideas libertarias
0:04:01 y hacer la crítica a la intolerancia y al despotismo.
0:04:05 Se llamaba el observador.
0:04:08 Consiguió sacar seis números, que no son pocos y tenemos en cuenta
0:04:11 la osadía de sus proposiciones.
0:04:15 En sus editoriales se declaraba independiente del lujo
0:04:18 y del favor de los poderosos
0:04:20 y criticaba las costumbres de los españoles.
0:04:23 También dictaminó sobre el amor y los afectos.
0:04:27 Y concluía que la razón última de todo sentimiento
0:04:32 era la búsqueda del placer y la satisfacción personal.
0:04:36 Y bueno, puede ser, ¿no es cierto este rolón?
0:04:38 Y algo de eso ahí.
0:04:40 No sé si es la última, pero...
0:04:43 Y en esa revista también se atirizaba la intolerancia religiosa,
0:04:46 los vicios de la Universidad Española,
0:04:49 la actitud de los militares,
0:04:51 burlaba el casticismo y también a la literatura escolástica.
0:04:56 Y saludó, desde luego, con júbilo,
0:04:58 la sangrienta revolución francesa
0:04:59 y quiso romper a viva fuerza los lazos de la superstición política en España.
0:05:06 Y con unos amigos,
0:05:09 realizó una descabellada tentativa de conspiración republicana
0:05:13 que fue inmediatamente abortada.
0:05:16 El abate fue de los más comprometidos en aquella intentona
0:05:21 y, como se ha dicho, como tenía cuentas pendientes con la inquisición,
0:05:25 consideró prudente rajarse.
0:05:29 Fue primeramente a Gibraltaría, pues viajó a Francia.
0:05:32 En Francia duplicó su producción literaria.
0:05:37 Como le repugnaban un poco los crípenes a sangre fría,
0:05:41 comenzó a disgustarse con Robespier,
0:05:43 personaje con quien había simpatizado en un principio.
0:05:50 Al poco tiempo lo abandonó
0:05:52 y aconsejado por el dirigente revolucionario Grisó,
0:05:56 se pasó al bando de los girondinos,
0:05:58 cuyas vicisitudes, prisiones y destierros
0:06:01 compartió con interesa
0:06:04 al ser perseguido por el Partido Oficial La Montaña.
0:06:08 Sobre este período de la vida de Marchena escribió su amigo
0:06:12 y compañero de cautividad, el Marseillais Ruf.
0:06:18 Sandra Ruf creo que era el tipo este.
0:06:21 Es un tipo que escribió unas memórias
0:06:23 de las cuales seguramente don Marcelino Melendezipel Ayua fanó.
0:06:28 Juntos fueron presos en Burdeos el 4 de octubre 1793,
0:06:34 después conducidos a París
0:06:36 y encerrados en los célebres calabocios de la consergería.
0:06:43 Escribió Ruf.
0:06:45 Me habían encarcelado,
0:06:47 juntamente con un español
0:06:49 que había venido a buscar la libertad de Francia
0:06:51 bajo la garantía de la FED nacional.
0:06:53 Pero seguido por la inquisición religiosa de su país,
0:06:55 había caído en Francia en manos de la inquisición política
0:06:58 de los comités revolucionarios.
0:07:00 No es conocido un alma más verdadera
0:07:02 y más energicamente enamorada de la libertad
0:07:05 y más digna de gozar de ella.
0:07:07 Camas encontré en la vida un ser más besamente dotado
0:07:10 y que me hace acercar a la ideal de la prevención moral mítre.
0:07:14 Todas esas cosas escribió Sandra Ruf.
0:07:17 Bueno, que era un tipo de Marseilla.
0:07:20 Era este calabozo donde fueron encerrados Ruf,
0:07:24 Marchena y otros Giron Dinos.
0:07:26 Este calabozo tenía un número, el 13.
0:07:28 Y allí escribían, discutían
0:07:30 y se solazaban con farsa de pésimo gusto.
0:07:32 ¿Qué era eso?
0:07:34 ¿El paraíso?
0:07:36 No la gana.
0:07:38 Bueno, todos ellos eran ateos
0:07:40 y para diversión suya
0:07:42 vivía, en la misma celda,
0:07:44 un pobre benedictino,
0:07:46 santo y paciente varón
0:07:48 a quien se complacían
0:07:50 en atormentar de mil exquisitas maneras.
0:07:52 A veces le afanaban el breviario,
0:07:54 otras le apagaban la luz,
0:07:56 lo interrumpían en sus debutas oraciones
0:07:58 con estribillos obscenos.
0:08:00 Era gracioso, le digo.
0:08:04 Tenían lo sube.
0:08:06 Y el monje lo soportaba con resignación
0:08:08 ofreciendo a Dios aquellas tribulaciones
0:08:10 y sin perder la esperanza de convertir
0:08:12 alguno de ellos.
0:08:14 Pero eso para contestar sus sermones
0:08:16 y para que se lo subiera
0:08:18 y para que se lo subiera
0:08:20 y para contestar sus sermones
0:08:22 levantaron un altar
0:08:24 y fundaron a sí mismo un nuevo culto,
0:08:26 una nueva religión
0:08:28 con himnos, con fiestas y música
0:08:30 al flamante Dios
0:08:32 que había inventado
0:08:34 lo llamaron Iberaya.
0:08:36 Y Ryuf
0:08:38 dibujó el símbolo de la nueva secta
0:08:40 y cuando muchos años
0:08:42 después redactó sus memorias
0:08:44 aseguró que aquella religión
0:08:46 valía tanto como cualquier otra
0:08:48 y sólo parecía por ir a los espíritus superficiales.
0:08:51 Esto dijo Ryuf.
0:08:53 Bueno, la ceremonia de nuevo culto
0:08:55 implicaba un gran estrépido.
0:08:57 Eran muy ruidosas.
0:08:59 Y a media noche, cuando el benedictino
0:09:01 estaba polillando,
0:09:03 empezaban a cantar
0:09:05 los signos de Iberaya.
0:09:07 Y el pobre monje
0:09:09 quería superar el bochínche
0:09:11 con el de Profundis.
0:09:13 Pero como era un señor débil y hacha coso
0:09:15 fácilmente superaban
0:09:17 los ateos con sus cánticos,
0:09:19 sus endebles besos.
0:09:21 A ratos
0:09:23 el monje
0:09:25 quería derribar la puerta
0:09:27 del improvisado santuario
0:09:29 y ellos, los ateos, levos y feraban.
0:09:31 Sacrílegos
0:09:33 incrédulos.
0:09:35 Pero en medio de esta farra
0:09:37 estamos,
0:09:39 estaban cana, ¿no?
0:09:41 La salud de Marchena
0:09:43 decalló gravemente.
0:09:45 Y ella estaba casi agonizando
0:09:47 cuando el benedictino
0:09:49 lo empezó a apurar
0:09:51 para que se convirtiera.
0:09:53 Claro, imagínense, vio que se moría.
0:09:57 Le decía, dale, dale.
0:09:59 Convertí. Convertíte ahora.
0:10:01 Apuráte, convertíte ahora que te morís.
0:10:03 Y Marchena, que apenas tenía fuerza,
0:10:05 la juntaba a todas para gritar
0:10:07 ¡Viva y Brasa!
0:10:09 Se quería convertir.
0:10:11 Qué malo.
0:10:15 la mayoría de estos compañeros
0:10:17 de prisión fueron subiendo
0:10:19 uno por uno
0:10:21 al cadalzo.
0:10:23 Marchena, sin embargo,
0:10:25 se la salvó.
0:10:27 Pero se ofendió porque
0:10:29 no lo mataban.
0:10:31 Entonces, él empezó a mandar cartas
0:10:33 a Robespierre.
0:10:35 Por ejemplo, Tirano, me has olvidado.
0:10:39 O mátame o dame de comer, Tirano.
0:10:43 A Robespierre le gustó
0:10:45 que es la budasia de Marchena
0:10:47 y trató de atraer
0:10:49 y comprar su pluma,
0:10:51 a lo cual Marchena se negó con altibés.
0:10:55 quedó en la cárcel siempre
0:10:57 bajo la amenaza de la cuchilla revolucionaria
0:10:59 hasta que cuando murió Robespierre
0:11:01 se le restituyó
0:11:03 la libertad.
0:11:05 Bueno, parecía que la...
0:11:07 la fortuna le sonrería a Marchena.
0:11:09 Le dieron un puesto en el comité
0:11:11 de salvación pública,
0:11:13 empezó a redactar un periódico
0:11:15 que llamó el amigo de las leyes,
0:11:17 pero los termidorianos,
0:11:19 vencedores, al poco tiempo se
0:11:21 dividieron.
0:11:23 Y Marchena se declaró
0:11:25 furibundo, un amigo de taliente,
0:11:27 y le dieron que
0:11:29 eran los macanudos.
0:11:31 Lo que se quedaron con el poder.
0:11:33 Y se quedaron entre
0:11:35 de los poderosos.
0:11:37 Entonces escribió contra ellos,
0:11:39 perdió su empleo,
0:11:41 se vio otra vez perseguido
0:11:43 y obligado a ocultarse,
0:11:45 y fue otra vez acusado
0:11:47 de conspirador.
0:11:49 Ya no por la inquisición,
0:11:51 ni por el antiguo régimen,
0:11:53 sino por los revolucionarios.
0:11:55 Fue denunciado y proscripto
0:11:57 en 1795.
0:11:59 Pero no se aquietó el ánimo
0:12:01 de los que se mandó.
0:12:03 En 1997 se mandó una crudísima
0:12:05 oposición al directorio
0:12:07 que, para deshacerse de él,
0:12:09 le aplicó la ley contra los
0:12:11 extranjeros sospechosos.
0:12:13 Y lo mandaron a Suiza.
0:12:15 Lo acompañaron hasta la frontera
0:12:17 y una patada lo tiraron en Suiza.
0:12:19 Allí buscó refugio en la casa
0:12:21 de campo de una antigua amiga
0:12:23 que tenía por ahí,
0:12:25 que era justamente Madame de Stel.
0:12:27 Le había conocido
0:12:29 en Paris,
0:12:31 y ella le brindó hospedaje,
0:12:33 pero con pocas muestras de cordialidad,
0:12:35 porque no tenía ganas,
0:12:37 Madame, de comprometerse con el directorio.
0:12:39 Así que a los pocos días se pelearon.
0:12:41 Y Marchena parece que
0:12:43 se vengó de Madame
0:12:45 con algunas espantosas murmuraciones
0:12:47 que nos guardamos para otro día.
0:12:49 Hueran sido mucho mejores que esta charla.
0:12:51 Si hay algo bueno,
0:12:53 son las murmuraciones.
0:12:55 Siga muchas, pues.
0:12:57 Luego, la revolución de 1820,
0:12:59 en España,
0:13:01 y se abren las puertas
0:13:03 a los afrancesados.
0:13:05 Marchena volvió a Madrid
0:13:07 muy esperanzado
0:13:09 por ver premiados
0:13:11 sus antiguos servicios
0:13:13 a la causa de la libertad.
0:13:19 Los mismos afrancesados huían de Marchena,
0:13:21 cuso radicalismo político y religioso,
0:13:23 bastaba, dice
0:13:25 Don Marcelino,
0:13:27 Vitturro,
0:13:29 para comprometer cualquier partido
0:13:31 al que se afiliara,
0:13:33 como tantos que conocemos.
0:13:35 Así es que le dejaron morir,
0:13:37 digo yo, confundiendo
0:13:39 el Dativo con el Acusativo,
0:13:41 en el Abandono
0:13:43 y la Misere,
0:13:45 al principio de 1821.
0:13:49 esta es la historia de Don José Marchena,
0:13:51 Ruiz de Cueto,
0:13:53 que salía de la Azar Temp
0:13:55 para caer en el Fuego.
0:13:57 Le gustaba un poco ser perseguido
0:13:59 y está bien.
0:14:01 No es que uno esté loco,
0:14:03 que uno le gusta ser perseguido
0:14:05 porque descubre en los persecutores
0:14:07 una característica insufrible
0:14:09 que hace
0:14:11 preferible
0:14:13 el ser perseguido
0:14:15 a ser cómplice
0:14:17 de iniquidades.
0:14:19 ¿A quién quiere dedicar
0:14:23 semblanza breve
0:14:25 del amigo Marchena
0:14:27 que se pasó todo el tiempo en Cana,
0:14:29 es decir, verdad?
0:14:31 Sí, pero que de verdad la impresión
0:14:33 habrá tenido una
0:14:35 gran inteligencia, un gran sentido del humor, ¿no?
0:14:37 Sí, pero eso no contamos
0:14:39 las cosas que de las menas,
0:14:41 que lo vamos a contar otro día.
0:14:43 Bueno, por lo que ha contado hasta ahora,
0:14:45 yo le dedico a este dúo
0:14:47 con el Marseillais
0:14:49 que se divertía
0:14:51 en un rato
0:14:53 y también porque no la tormentaba
0:14:55 Monge Benedictino.
0:14:57 Se las tenía que aguantar en las cinco de la mañana.
0:14:59 Y hacían rimas puercas.
0:15:01 Queridos hermanos, decía.
0:15:03 Y se escuchaba.
0:15:07 Pero bueno, el Monge Benedictino también,
0:15:09 entonces Alejandro.
0:15:11 Por algo estaría allí.
0:15:13 Era una celdad
0:15:15 de rebeldes.
0:15:17 Es que, según lo que usted ve,
0:15:19 y en épocas de libros prohibidos
0:15:21 y de ideas prohibidas,
0:15:23 pueden ser residentes intelectuales, ¿no?
0:15:25 religiosos, intelectuales.
0:15:27 Lo había metido en Cana Robespierre.
0:15:29 Así que te podía meter en Cana
0:15:31 por bien distintas razones.
0:15:33 Claro, ya.
0:15:35 La primera de ellas por Fraile directamente.
0:15:39 Y usted, Alejandro,
0:15:41 ¿con qué quiere
0:15:43 hablar esto del ato?
0:15:45 Hemos ido
0:15:49 y hemos encontrado
0:15:51 con un tango
0:15:55 Lucio de Mare,
0:15:57 que se llama Mañanitas de Montartre.
0:15:59 Ah, mi gusto.
0:16:01 Y supongo que alguna Mañanita
0:16:03 allá en el barrio
0:16:05 alejado del centro.
0:16:07 Un poquito alto.
0:16:09 Alguna Mañanita habrá pasado
0:16:11 allá en París entre Caraboso y Caraboso.
0:16:13 Así que escucharemos este
0:16:15 brevísimo tango.
0:16:17 Véjale, si esta breve versión
0:16:19 del tango Mañanitas de Montartre
0:16:21 en un solo de piano
0:16:23 de su autor, que es Lucio de Mare.
0:16:41 La primera de las
0:16:43 imágenes de la música
0:16:45 de la música de la música
0:16:47 de la música de la música
0:16:49 de la música de la música
0:17:37 En la venganza de la terrible
0:17:39 hemos escuchado a Lucio de Mar interpretando
0:17:41 mañanitas de Montmartre

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