Transcripción automática
0:00:00 Con toda frecuencia hablamos en este programa, que Enrique Octavo, el rey de Inglaterra que tuvo set esposas,
0:00:07 ahí también llamamos por comodidad Charles Lawton o Charles Lawton.
0:00:12 Y aquí está la empatía entre el actor que representó a ese rey en el cine
0:00:20 y el propio rey que ya no sabemos quién es quien.
0:00:23 Pero hoy hablaremos del arrepentimiento de Enrique Octavo después de muerto.
0:00:28 Lo cual nos hace presumir la intervención de alguna feritesta.
0:00:33 Así que vamos a ver lo que pasa.
0:00:35 En 1917 un misionero británico que vivía en China les dio una biografía acerca de Ana Bolena,
0:00:43 la segunda esposa del rey Enrique Octavo, ejecutada en 1536 en un dijo del rey por adulta,
0:00:50 le cortaron la cabeza, famosamente.
0:00:52 El misionero se llamaba William Paganham.
0:00:57 Y posteriormente fue canónico de una catedral.
0:01:01 A principio Paganham se interesó únicamente por la historia de Ana Bolena.
0:01:07 Pero poco a poco fue estudiando con tanto fervor el tema,
0:01:12 que terminó por convertirse en el asunto central de sus inaugaciones
0:01:16 y en aquello que más le interesaba en la vida.
0:01:19 Y en lo que más le interesaba en la vida de Paganham, Ana Bolena.
0:01:24 Y la pérdida de su cabeza a manos de su propio esposo.
0:01:29 Cuando volvió a Enrique Octavo del Paganham se propuso rescatar la reputación de una reina muy mal comprendida
0:01:37 y se propuso rescatarla a través del perdón de su esposo, el rey Enrique.
0:01:42 Para eso no sólo indagó históricamente en busca de trases de perdón
0:01:47 que pudiera haber pronunciado el rey o momentos de arrepentimiento registrados en las crónicas,
0:01:53 sino que trató de toparse con algún fantasma que intercediera ante el fantasma del rey
0:02:00 para pedirle un perdón postrero.
0:02:03 Paganham no tenía ninguna virtud como medio, como se ha dicho era un misionero británico que vivía en China en un medio.
0:02:10 De modo que consultó a otros para dar con algunos personajes de los tiempos que estaba investigando.
0:02:17 Si lo hicisteis en Qatar.
0:02:20 Paganham conoció a Miss Trig, una medium londinense que lo ayudó.
0:02:28 La primera sesión marcó la pauta para las muchas que se realizaron en los años siguientes.
0:02:36 Se acumularon hechos absurdos, evidencias oscuras, apariciones equivocadas, etc.
0:02:44 Parece que en una oportunidad apareció el espíritu materializado de un viejo de pelo blanco.
0:02:54 Estaba en la sesión de espiritismo buen pensamiento hermano, que eso es lo que apareció un viejo de pelo blanco.
0:03:01 Paganham decidió que se trataba del padre de anabolena.
0:03:08 Y hubo una conversación.
0:03:11 Paganham pidió al espíritu una descripción de su hija.
0:03:15 Dijo a ver, ya que cantabra le escriba a Massimilch.
0:03:18 Y el espíritu del viejo dijo que Anna era más bien regordista y que entre otras cosas tenía manos muy bellas.
0:03:25 Entonces indignado el misionero que hizo voltear al espíritu al que supo un impostor.
0:03:33 La erubición del misionero le indicaba que anabolena no podía tener manos demasiado bellas.
0:03:39 En una, según consignan la historia, tenía seis dedos.
0:03:45 Es discutible de todos modos.
0:03:51 Si se puede o no se puede tener manos bellas con un dedo supernumerario.
0:03:57 Habría que ver por ahí, efectivamente eran bellas, por más que está bien.
0:04:05 Tenía derecho al misionero a pedir siquiera una ortodoxia en cuestiones manuales.
0:04:16 El espíritu antes de fumarse hizo una disculpa que me parece lo más extraordinario que hubo en las últimas 24 horas.
0:04:26 Dijo el espíritu que en vida se había dedicado a la impostura y que en la muerte no podía evitar esa condición de impostor.
0:04:36 Y estaba condenado a presentarse por la eternidad porque no era.
0:04:42 Es un personaje extraordinario.
0:04:45 Es un personaje extraordinario que lo dejo a disposición de los buenos secretores.
0:04:50 Entonces la medium, Miss Click, explicó a Pakenham que no era su culpa, aquí dentro, misión del espíritu y impostor.
0:05:00 Aquel año, con el tiempo, Pakenham comprobó que la señora Click era excelente medium, pero que sólo convocaba espíritus equivocados.
0:05:08 Así que dejó de ella.
0:05:10 En diciembre de 1922, Pakenham recibió una carta.
0:05:15 Tres medios importantes de Londres, Ellen Orchelly, Hedrick Bond y Miss Hester Dauberl, sabedores del interés de Pakenham, lo citaron para conversar.
0:05:28 Le dijeron que a través de ellos, voy a ser posible reunirse con el de que octavo, a través del método, que los escritistas amaban y llaman Escritura Automática.
0:05:38 Según este método, el medio, la entrada, se transformó en la especie de amanueza del final.
0:05:46 Se inició entonces una sesión en la Casa de Hester Dauberl en Chelsea.
0:05:51 Y parece que el lápiz de Miss Dauberl voló violentamente sobre la libreta de apuntes y quedó escrito.
0:05:59 Estoy aquí, firmado, Enrique.
0:06:05 La señora Dowling continúa como escribiente mientras Vanz y Kelly hablaron con el de Drey.
0:06:12 Le preguntaron si sabía que estaba muerto, porque a gente que está muerta y no lo sabe.
0:06:17 ¿Usted sabe que está muerto?
0:06:20 ¿Qué contestó así? Lo sé.
0:06:25 Quiero que me digan exactamente lo que ha sucedido y por qué todavía permanezco en un lugar oscuro, rey del espíritu.
0:06:32 Pakenhan creía certificar a leer eso que Enrique vivía condenado a esa oscuridad por sus crímenes, naturalmente.
0:06:39 Enrique continuó.
0:06:41 Dijo que su hija, en saber, justamente la hija de Ana Bolena, no significaba nada para él.
0:06:47 Cuando se le advirtió que esa hija se había convertido en una reina extraordinaria, contestó que no lo podía creer.
0:06:53 Los espíritus suelen andar como los personajes de los sueños atrasados de noticia.
0:06:59 Luego Pakenhan hizo que los medios le recordaran a Enrique que el derecho de vivir de los reyes no tendría peso el día de cuicio final,
0:07:06 por lo que era conveniente que se arrepintiera.
0:07:09 Y Enrique se enojo.
0:07:11 Contrasos muy oléntos.
0:07:13 La menú, un trascó lo que decía el rey, indignado de un tratumbo.
0:07:19 Estas son las palabras.
0:07:21 Yo no lo oiré.
0:07:23 Usted es un estúpido, un brigón de caverna que se divierte a mis expensas porque estoy muerto.
0:07:30 Me gustaría poder hacerlo ejecutar.
0:07:32 Se aprovechan de mí porque estoy muerto a ese traje.
0:07:36 Pakenhan explicó a sus compañeros medios que Ana Bolena había dicho en él cada alzo según consiguen los libros.
0:07:43 Ruego a Dios que sale al rey.
0:07:45 Pakenhan insistió que aunque hubieran pasado 400 años, él como canónimo estaba obligado a intentar dar respuesta a esa súplica
0:07:53 y que Enrique consiguiera su perdón.
0:07:56 Pero por ahora parecía que no tenían suerte.
0:07:59 Cada vez que hacían contacto con Enrique, el rey aparecía insultante,
0:08:03 no pedía ninguna indulgencia para servir de su oscuridad,
0:08:06 ni rey indicaba la figura de Ana Bolena de modo alzón.
0:08:12 Finalmente, algunos meses después y con gran adjuvato, según dijeron los medios,
0:08:17 en una sesión pudo remisor enrique octavo y sus reinas,
0:08:23 Wall Street y el ministro, y ser Tomas Moro, que también fue víctima del rey.
0:08:31 No sé si eso era lo que creía el cobre de William Pakenhan.
0:08:36 Entonces, él vio que los esperitistas copiaban fervorosamente líneas dictadas desde el más adelante,
0:08:43 a veces reproducían posesajenas o respondían a golpes que se traducían en frases.
0:08:49 Lo que es una materialización no había niña.
0:08:52 Pero bueno, si él dijo a Pakenhan que enrique octavo quería ser público su arrepentimiento,
0:08:57 tiene presencia de sus esposas y de sus funcionarios.
0:09:01 Así que William Pakenhan escuchó emocionado a los medios
0:09:06 y seguro de cerrar con alegría un momento funiesto de la historia,
0:09:10 bendijo a todos los espíritus presentes, a los visibles, a los invisibles
0:09:15 y conseguió a Enrique el perdón.
0:09:18 Más tarde pagó, muy contento, la ayuda que le habían brindado los espiritistas,
0:09:24 sabedor de que ese dinero del que se había desprendido era poca cosa,
0:09:29 al lado de la resolución póstuma de que el problema histórico.
0:09:34 ¿Qué tal, Dios? Se gastó bien la guita en quien quiere gastar.
0:09:39 Que no me haya convencido del todo a mí, qué importa.
0:09:43 La guita la puso él y el convencimiento lo tuvo él.
0:09:47 ¡Papá, tranqui, no! Les quiero decirle luego.
0:09:50 Después se fue a su casa, donde empezó a escribir un libro acerca de este nuevo episodio
0:09:55 que ensuraba la historia de Enrique VIII con sus esposas.
0:09:58 El libro de Packinham se llamó La historia de los tudor
0:10:02 y aunque se publicó a medios del siglo XX, ya no lo recuerda nadie.
0:10:07 Esa es la historia del misionero Packinham y de su intento por perdonar a Enrique
0:10:17 y reivindir a la boleda.
0:10:28 Bueno, primero, los amigos Manuel Belenbord,
0:10:32 que nos trajo estas noticias de que los muertos cuando mueren creen que están vivos.
0:10:36 Sí, pero el que es Belenbord no es que iba a unos medios de segundo orden, fue él.
0:10:43 Fue él. Estaban los hombres Belenbord y se le apareció un tipo de comienzo.
0:10:49 Bueno, lo invitó al cielo y el cielo de Belenbord es un cielo muy razonable,
0:11:01 ya que él mismo es una persona muy razonable y no se dejó enganar por él.
0:11:12 Cuando quiero ir al cielo, le digo a mi amigo Boyo, y escribo unos libros maravillosos.
0:11:21 Yo se lo voy a dedicar al fantasma este que estaba condenado a ser siempre un impostor.
0:11:26 A presentarse siempre como uno que no era.
0:11:30 Se lo dedico porque yo me siento muy cerca de ese personaje.
0:11:34 Hay dos personajes muy lindos de esta historia, Alejandro Ligado.
0:11:37 Uno es el que realmente se conmigaba con los muertos, pero siempre con los muertos equivocados.
0:11:42 Pero tenía ese poder en serio, pero como cada mal.
0:11:45 No era un personaje muy lindoso.
0:11:47 Claro, era muertos que no tenían que ver con la historia.
0:11:50 Estaba investigando a Enrique Octavo y se presentaba al maricatromel.
0:11:55 Con ese entonces, ni siquiera estaba moja.
0:12:08 Hemos ido a la discoteca a buscar discos de aparecidos y de perdones.
0:12:16 Y hemos encontrado el clásico, no te perdono más, en la versión del trío Arsentino,
0:12:22 convertido en lujo en esta vez, escantado íntegamente por Agustín Irusta.
0:12:27 Y acompañamos piano por Lucio de Mare mientras Roberto Fugasró miraba.
0:12:34 Adelante, Lujo.
0:13:40 Ven en mi corazón.
0:13:43 Que inútil es tu llamo, inútil es tu glame.
0:13:46 Y te muevo mi perdón.
0:13:54 Pero perdona,
0:13:56 son de las cantantes mantiendo
0:14:00 Me vienes llevando la locura de tu libro
0:14:34 no te perdónó más ser de mi corazón, inútil es tu gave, inútil es tu esclave, no te perdónó más.
0:14:54 Hemos escuchado al trío argentino interpretando de si amarela no te perdónó más.
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