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17 de Agosto de 2004

El bandolero Jose Pacheco

Transcripción automática

0:00:00 Bien, hablaremos del bandolero José Pacheco.
0:00:06 Es un bandolero andaluz.
0:00:10 Nacido en Córdoba, en Córdoba la Sultana, en 1877.
0:00:17 Antes de contar algunas de sus aventuras, digamos que José era zapatero.
0:00:24 Tenía un local en la callejada del Toril.
0:00:29 La marcha de ese negocio era buena.
0:00:32 Disponía incluso de un par de ayudantes y un aprendiz que lo reemplazaban durante sus ausencias.
0:00:40 Ausencias motivadas por dos fuertes aficiones que tenía nuestro amigo José.
0:00:46 La primera eran las Corridas de Toros y la segunda las Linias de Gallos.
0:00:50 En cuanto a los Toros, Pacheco solía hacer alarle de la estrecha amistad que lo unía a un hílogo de la ciudad.
0:01:00 El coro es boca negra, un torero célebre de aquel entonces.
0:01:04 En cuanto a las Linias de Gallos, Pacheco tenía en su taller unos jaulones en los que encerraba tres gallos
0:01:11 y todas las mañanas sacaba de sus encierros para pasearlos durante un grato porque el decía que en ese modo los mantenían en forma.
0:01:25 Un día José Pacheco regresó a su taller y encontró vacío el jaulón que guardaba el mejor de sus gallos.
0:01:33 José corrió desesperado hasta la plaza de la corredera para preguntar si habían visto pasar a su gazo.
0:01:46 Y nadie le contactó y entonces se enojo.
0:01:49 Como cualquiera que haya sido víctima del robo de su gato preferido y que luego después de indagar en la plaza, halla al vertido la poca colaboración de los interrogados.
0:02:10 Y hace uno ante un caso como ese.
0:02:14 Toma un arma, que es lo que hizo José Pacheco. Tomó un arma en cual la plaza ha pedido nuevamente información, pero esta vez ha ayudado por un trabuco naranjeo.
0:02:28 Un vendedor aterrorizado por el trabuco seguramente, compresó haber escuchado algo acerca del robo y dijo que sospechaba de determinado hombre.
0:02:42 Le habrá dicho el nombre del tipo porque decir uno sospecho de determinado hombre es no decir una.
0:02:50 Le habrá dicho sospecho de pulaje. Muy bien, Pacheco fue a buscar a pular y lo ha elegido.
0:02:59 Y este fue su primer crimen.
0:03:03 Liquidó al sospechoso de haber robado su gato de luego.
0:03:09 Pero claro, después de cometer el crimen se asustó. Se asustó la consecuencia que aquel crimen pudiera acarrearle.
0:03:16 Y entonces fue hasta la casa del torero boca negra, su amigo, y le contó lo que había pasado.
0:03:23 Era boca negra y lo hizo sonar a uno.
0:03:26 Como Pacheco no quería entregarse, lo que dijo el torero, le dijo.
0:03:30 Le dijo, te va a entregar Pacheco.
0:03:32 Pacheco dijo, no pienso entregarme.
0:03:35 Entonces el torero boca negra le regaló su caballo, un caballo maravilloso, de cual estaba muy orgulloso el torero.
0:03:44 Pero se lo regaló a Pacheco para que pudiera arrajar.
0:03:49 Y Pacheco regaló nomás a caballo.
0:03:52 Vadeó al río Guadalquivir, de Guaycampo, anduvo por las localidades de Montiga, Cabra, Lucena, Pideu Limón, que después de Cansoy empezó a robar.
0:04:06 Las víctimas de que otro vos se quejaron a las autoridades y las autoridades pusieron precio a su cabeza.
0:04:14 Ahora se ha mandado, por la local, tantadita.
0:04:19 El chico... ese es el buen, le mandaba por ahí escondido, pero extrañaba mucho la ciudad de Córdoba.
0:04:32 Cada tanto le mandaba mensajes al torero boca negra
0:04:36 y en esos mensajes contaba su deseo enorme de regresar a Córdoba.
0:04:41 Boca Negra le sugirió que aprovechar las hombras de la noche para visitarlo.
0:04:45 Y digo, venga a visitarme, Pacheco, pero a la noche.
0:04:49 Y entonces empezaron unas incursiones nocturnas de Pacheco a su ciudad.
0:04:57 Parece que junto con el torero iban a una taberna y dice también que algunos vigilantes
0:05:03 sabían que Pacheco no iba por ahí, pero como estaba con el torero no lo molestaba.
0:05:09 Por eso tiempo Boca Negra tenía en la ciudad más prestigio que la misma reina.
0:05:13 La reina era, y sabe, segunda espada.
0:05:18 Estos encuentros nocturnos duraban hasta el amanecer y después Pacheco se retiraba del campo.
0:05:25 Cuentan que su apariencia era de un hombre elegante preparado para ir a un baile de salón.
0:05:32 Ajá, me lo imagino.
0:05:35 La verdad es que las noches no le alcanzaban a José Pacheco porque tenía mucha nostalgia
0:05:41 de sucionar y se lo querían hacer siempre así.
0:05:45 Pero no encontraba el modo de reglimir y se era buscado por un crimen y por numerosos
0:05:49 robos, etc.
0:05:51 Pero pronto se le presentó una oportunidad.
0:05:55 En España se estaba produciendo una revolución que llevó el nombre de Llorioxa.
0:06:02 Allá por 1668 varios generales se oponían a la reina y a esa de segunda.
0:06:09 Eran liberales.
0:06:10 Liberales.
0:06:11 Lo que en ese tiempo se llamaba liberales.
0:06:15 Que sí eran liberales.
0:06:18 Ahí estaban, por ejemplo, Francisco Serrano o Juan Prín que querían una república o
0:06:26 en todo caso una monarquía constitucional.
0:06:29 José Pacheco pensó lo siguiente.
0:06:31 Dice, si la regla es derrocada y la legalidad pasa a mano de aquellos que lucharon para
0:06:39 derrocarlas, a lo mejor yo puedo colarme entre los revolucionarios y volver.
0:06:50 Así que lo mejor que puedo hacer es participar de la revolución y decir a la quien me va
0:06:55 a venir a llegar a ustedes y a la fanada, ¿qué es eso?
0:07:02 Son palabras minas.
0:07:03 No sé si habrá usado allá, al echar sus cuentas entre sí estas mismas palabras, el
0:07:11 bandolero.
0:07:12 José tenía un hermano al que veía poco.
0:07:17 Se llamaba Pablo y era un tipo muy violento.
0:07:22 Le decían Pablo el peor.
0:07:23 Y estaba justamente luchando en Córdoba del lado de los generales liberales que se
0:07:30 oponían a Isabel.
0:07:31 Y entonces José con los enteros que el hermano estaba metido en esta revolución decidió
0:07:36 unirse a través de él a la lucha de la revolución gloriosa.
0:07:41 Deplegó por las localidades de la campiña una especie de leva particular y reunió una
0:07:48 banda de 300 meaptos.
0:07:51 Un poquito inmersenarios que se ofrecieron a engrosar la tropa rebelde de los liberales.
0:07:58 Acerca de este reclutamiento que había logrado, José envió informes a su hermano.
0:08:05 Tengo 300 meaptos, le dijo.
0:08:07 Le anunció que pronto se haría presente en Córdoba con el decidido propósito de
0:08:11 enfrentarse contra el general, Nova Liches, que llegaba de Madrid con la pretensión de
0:08:18 enfocar la revolución con la obesa contra la grana.
0:08:21 Y se me voy a presentar en Córdoba con los 300 meaptos, etcétera.
0:08:28 Pablo el peor, emocionado por la fictuosa hermano, anunció por todas partes que estaba
0:08:32 pronta la llegada de José al frente de un cuadrón de voluntarios.
0:08:38 La llegada estaba planada para el 22 de septiembre de 1868.
0:08:43 La difusión de Pablo el peor resultó eficaz.
0:08:47 En la fecha anunciada, grandes grupos de Córdobises esperaron a José Pacheco como
0:08:53 se aguardarán el paso de una procesión.
0:08:57 Y José Pacheco empezó su regreso.
0:09:03 Llegó información al frente de sus hombres, cuentan que la gente le vinicaba, ¡Viva general
0:09:10 Pacheco!
0:09:11 Y que él saludaba al estilo militar a quienes lo agramaban.
0:09:16 El escuadrón empezó a marcar hacia la plaza, pero en la calle que conducía a la plaza estaba
0:09:23 el cuartel del regimiento de cazadores de Simancas, cuido con él, muy legal a la reina, ordenó
0:09:30 un soldado que al paso de Pacheco le disparara para matarlo.
0:09:36 ¿Y eso fue lo que sucedió?
0:09:39 El soldado le disparó y lo mató.
0:09:42 Y el peor resultó el Pacheco y lo mató.
0:09:47 Cazó muerto en un lugar en el que luego se levantó una estatuas pero dedicada a Bóncora.
0:09:54 La gente se asustó, ¿no?, del estatuas a Bóncora que se había matado.
0:10:04 Si no se asustó, debería de lo ahí.
0:10:06 Ver que lo había matado y salió rajando.
0:10:09 Y también el caballo que montaba Pacheco, aquí el caballo que había sido regalado por el torero
0:10:19 Boca Negra, caballo que había sido el orgullo del matador, se espantó con él, con los tiros,
0:10:28 o con el tiro.
0:10:30 Y marchó directamente a la casa del torero, no sé si sé como son los caballos, que margan siempre
0:10:36 hacia la querencia.
0:10:39 Y el día siguiente el caballo fue encontrado por la justicia.
0:10:43 Boca Negra insistió en que le pertenecía pero nada.
0:10:47 Fue sacado en venta pública, no hubo postores y fue adjudicado al Ayuntamiento del Córdoba
0:10:55 que lo utilizó para engancarlo en uno de los carros que se usaban para juntar a la basura.
0:11:00 Digo por si, no tiene mucho que ver con la historia de ese tipo.
0:11:05 Y tiempo más tarde la revolución gloriosa fue gloriosa pero porque triunfó.
0:11:12 La reina el sabe como sabemos, marchó al exilio, pero esa es otra historia.
0:11:18 La historia del vándolero Pacheco terminó ahí, no lejos de la plaza.
0:11:28 Lo mataron y de un tiro lo mataron.
0:11:31 Aquellos que visiten Córdoba podrán preguntar por la estatua de Gomorra y Mirando Agongra se acordará de José Pacheco.
0:11:47 ¿Sueles a suceder?
0:11:49 Que Mirando a A uno se acuerde de D.
0:11:53 Que Mirando al Estado de X uno se acuerde de Y.
0:11:58 Por eso se acuerde también hay gente que va a Córdoba, ve el Estado de Gomorra y no se acuerda, no solo de José Pacheco sino de nadie.
0:12:12 Y si tiene de Gomorra, de quien no ha lo digo hablar en absoluto.
0:12:19 Y si el de Largo, a buscar un McDonald.
0:12:31 Bueno, ¿quién quiere buscar esto?
0:12:33 A Bocanera.
0:12:35 Porque dio de amigo que solo le dan consejo, Pacheco y yo consejo, no le dieron bolís y le regaló el mejor de sus caballos.
0:12:42 Y me mataba a buscar y lo recibí a esa iguana.
0:12:45 Y me mataba a la noche cuando el tipo volvía a esconder o a que le contara a Aguilar a toda la noche.
0:12:49 Bueno, es el buen bolsillo ser muy amigo de un tipo para contarlo toda la noche.
0:12:53 Por eso digo, solo le hace la dedicatoria.
0:12:56 Y a los dos pobres animales también de este zapatero debería de mi cuenta de Jandro porque el gato de gacho batará de que nunca se supo nada nunca.
0:13:06 Y a los asoantes de la zapatería que se quedaron sin laburo.
0:13:10 Porque era zapatero.
0:13:12 Claro. Así que fuimos a la discoteca y nos vieron y usé pues zapatero, cosé zapatero.
0:13:18 Y después es todo.
0:13:19 En la clásica interpretación de Carlos Gander.
0:13:37 Es que tú que te haces, te pasas tu bebía.
0:13:42 Yo que bello zapatero, me parezco a mi nombre.
0:13:46 Mósteres en tu mano para el paro de economía.
0:13:50 Porque tu hijo es tu y el amor el hombre suele ver.
0:13:56 No sé si hasta el fin de hoy, a ti pasara vida contenta y una noche.
0:14:01 Hoy si tuviera hijo tu madre necesita buena.
0:14:05 El recuerdo la pena y no era un labio.
0:14:10 Dona bien toda la violencia.
0:14:14 Sancione usted esa concesa.
0:14:18 A dejar una serie, si está el mismo serre si bien.
0:14:26 Con el dinero juntado, acuesto se llama la fuerza.
0:14:33 El vestíbulo arreglado con su cuello con cojón.
0:14:39 Es que tú que te haces, don, yo te pecavás al.
0:14:43 A que ya una semana, el hijo crea todo.
0:14:47 La novia tiene sal y se acerí que se fue rica.
0:14:51 El hijo necesita hacerte con tu tío.
0:14:55 Es que tú que te haces, a vueltas los días.
0:14:59 Otra vez todo el día se la vas a disparar.
0:15:03 Y viste en los paisanos de ti en su tierra.
0:15:07 Si usted se quiere pelear, si él la quiere ocultar.
0:15:15 Ha cantado Carlos Garvel y usted perlisapaté.

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