Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza, será terrible, estamos en vivo en el auditorio de Radio del Plata, mañana también estaremos aquí haciendo el programa en vivo.
0:00:08 No, no hay gente del programa de Diego D'Alesio, que el otro día me han hecho una entrevista y se han creído en el caso de hacerme un pequeño presente como agradecimiento como si fuera...
0:00:21 Bueno, bueno, no está mal, es una gente que le está muy bien D'Alesio.
0:00:25 Bueno, en este momento algunos de ellos están durmiendo.
0:00:38 Sí, ¿cómo se llama D'Alesio el programa?
0:00:41 Tres de copas.
0:00:43 Tres de copas, esto explica todo, claro.
0:00:45 Más humilde hubiera sido cuatro de copas.
0:00:50 Bueno, algunos de ellos están durmiendo.
0:00:56 Y el inicio principal, sí, son cinco y cuatro durmiendo.
0:01:02 Y los de Bava...
0:01:04 Corren por sus comisuras.
0:01:06 Gracias por estar aquí.
0:01:08 Hablaremos esta noche del banquete de San Marcanda, el legendario banquete de San Marcanda, del que participó Alejandro de Macedonia.
0:01:19 Así que vamos al otoño del 326.
0:01:24 Alejandro estaba en San Marcanda, una antigua provincia persa en un descanso de la guerra.
0:01:32 Cuentan que armó una gran cacería durante la cual enfrentó a un león y le dio muerte.
0:01:39 Otra diversión, si se puede llamar diversión enfrentarse con leones,
0:01:44 fue un banquete al cual Alejandro invitó a sus Macedonios más queridos.
0:01:50 Era una buena ocasión para que el rey y sus amigos conversaran y bebieran vino.
0:01:57 Se festejaban, sería mejor, ¿no?
0:02:01 Dos cosas.
0:02:02 Era el día macedónico consagrado al Dios Dioniso,
0:02:07 y además Alejandro quería compartir la llegada de un envío de manzanas que era de primera calidad.
0:02:16 El caso es que hicieron un banquete sin mujeres como sucedía en casi todos los banquetes de inspiración elénica.
0:02:22 Y me lo suben.
0:02:23 Especialmente los imposios, que eran lugares donde se bebía y se discutía.
0:02:30 Y no podían asistir las mujeres salvo, por cierto, las estayras.
0:02:37 Uno de los invitados más distinguidos era Cleito, un general que una vez había salvado la vida de Alejandro en una batalla.
0:02:46 La amistad entre los dos era antigua.
0:02:49 La hermana de Cleito, disculpeme que lo diga así, había servido como nodrisa de Alejandro cuando él era chico.
0:02:58 Sí, ya bueno.
0:03:00 El banquete empezó mal.
0:03:03 Por razones que se ignoran, Alejandro consagró el festín a cástor y polos, los diósculos, en lugar de hacer las libaciones pertinentes a Dioniso.
0:03:16 Se equivocó de Dios.
0:03:18 Cleito había iniciado en su casa un sacrificio privado a Dioniso, pero oyó el trompetazo...
0:03:26 ...que anunciaba la comida y entonces interrumpió la ceremonia y marchó al banquete de Alejandro.
0:03:36 Las dos ovejas que estaba a punto de sacrificar a la salud de Dioniso lo siguieron al trote y, claro, apareció el banquete con dos ovejas atrás.
0:03:46 Y Alejandro consideró que esa escolta era de mal augurio.
0:03:50 Le ordenó a los sacerdotes que pidieran a los dioses por la seguridad de Cleito.
0:03:56 El banquete empezó entonces con Alejandro dedicando solubaciones a dioses equivocados y con Cleito habiendo interrumpido las ovejas.
0:04:06 Por si fuera poco, y esto lo lo más grave, todos los asistentes bebieron vino puro y eso estaba absolutamente prohibido en la élade,
0:04:18 donde sólo se tomaba vino muy rebajado, un tercio de vino, dos tercios de agua.
0:04:24 El vino griego era muy fuerte, así un efecto bastante poderoso y sólo se permitía beberlo reducido a más de la mitad como se ha dicho.
0:04:36 La pena por tomar vino puro era la muerte.
0:04:40 Bien hecho.
0:04:41 Repito, la muerte.
0:04:44 Bueno, todos los asistentes a aquel banquete habían tomado vino puro, también que no estaban estrictamente en la élade,
0:04:53 estaban en San Marcá, la que se llama, y la autoridad eran ellos.
0:04:58 En determinado momento, alguien entonó una canción satídica sobre los comandantes que no habían podido liberar la ciudad en otros tiempos.
0:05:10 Los comandantes brombón bondecaban, listo, brombón, bueno, o algo así.
0:05:15 Era una broma, pero de mal gusto, porque los comandantes que no habían podido liberar a la ciudad habían muerto.
0:05:23 Sin embargo, esa broma fue apoyada por Alejandro, que había triunfado, donde otros se habían caído.
0:05:30 El caso es que los sentimientos se desbordaron y como todos estaban borrachos, el debate se volvió pendenciero y agresivo.
0:05:40 Alejandro alentó a que el cantante continuara con sus chances a los viejos generales.
0:05:50 Nuestro viejo general, nuestro viejo general.
0:05:54 Entonces surgió una disputa entre los hombres de más edad que jugaban más importantes los logros de los hombres antiguos,
0:06:03 incluso de Filippo de Macedonia, el papá de Alejandro, y por el otro lado los más jóvenes,
0:06:10 que alabaron a Alejandro y lo pusieron al mismo nivel que el divino Heracles.
0:06:16 Cleito era mayor que Alejandro y que estaba tremendamente borracho.
0:06:21 Se burló de Alejandro y dijo, ¡oh!
0:06:25 Se burló también de sus pretensiones de ser el hijo de Amón.
0:06:29 ¿Qué vas a hacer el hijo de Amón?
0:06:32 Alejandro ante esa burla le arrojó una de las manzanas con las que estaban celebrando
0:06:39 y le encajó un manzanaso en el marote que casi lo duerme.
0:06:43 ¿Cómo los insultos de Cleito continuaban? Alejandro trató de tomar un arma,
0:06:49 pero sus amigos lo detuvieron por la fuerza.
0:06:53 Un tal tolomeo, había muchísimos tolomeos.
0:06:57 Se llevó a Cleito fuera del bailongo.
0:07:01 Un corneta hizo sonar un alarmo.
0:07:07 Y entre varios lo sacaron a la calle a Cleito.
0:07:12 Y ahí quedó solo. Cleito apenas podía sostenerse, pero volvió
0:07:17 y enfrentó a su amigo Alejandro con más insultos.
0:07:21 ¿Qué te pensás? ¿Qué se yo? Alejandro, que también le había dado al vino como pa cuatro,
0:07:27 se lanzó redondamente sobre Cleito y esta vez lo atravesó con una espada
0:07:33 y Cleito casó muerto.
0:07:37 El propio Alejandro se juzgó severamente.
0:07:42 Además de haber matado a un amigo, Alejandro había matado a un invitado
0:07:48 que era una circunstancia tremenda e imperdonable en aquella civilización.
0:07:54 Durante unos días Alejandro se consideró indigno.
0:08:00 Plutarco cuenta que varios tuvieron que sujetarlo
0:08:04 para que no se matara con la misma lanza que había extraído del cuerpo de Cleito.
0:08:10 Por tres días no probó bebida ni bocado hasta que se temió por su salud y por su cordura.
0:08:17 Diversas personas entraban en sus aposentos solo para observarlo
0:08:24 e impedir que se suicidara.
0:08:27 Es decir, realmente se consideraba culpable
0:08:33 y trataba de que esta culpabilidad le ocasionara algún perjuicio.
0:08:39 Cuando un señor dice, yo soy el único responsable de algo, de cualquier cosa,
0:08:45 siendo esta responsabilidad inimputable, no está diciendo nada.
0:08:50 Nada, bien, bien.
0:08:51 No está diciendo nada.
0:08:53 Yo recuerdo a Enrique Sibori que una vez le dijo algo así
0:08:58 a un director técnico de la selección y decía que él era el único responsable de no sé qué.
0:09:04 Entonces dijo, bueno, pero entonces pegase un tiro.
0:09:08 Porque si ser el único responsable no ocasiona ningún daño de ninguna índole,
0:09:17 ni perdés plata, ni vas preso, ni perdés la vida,
0:09:21 entonces no sos el único responsable.
0:09:25 ¿Se decir que uno es responsable de algo?
0:09:28 Cuando no te va a pasar nada, no hay decir nada.
0:09:33 Es todo otro alario, casi. Es una larga misión.
0:09:36 Declararte responsable cuando tenés que ir a 20 años preso.
0:09:39 A ver si sos tan tarde.
0:09:42 El caso es que Alejandro que se quería matar.
0:09:45 Por tres días no probó bebida, ya se lo dije, pero se lo digo de nuevo.
0:09:51 Pero entonces varios personajes cercanos a Alejandro
0:09:55 desplegaron diferentes recursos para sacarlo de ese estado.
0:09:59 No es tan difícil convencer a alguien de que no es tan culpable.
0:10:05 Alarmados por el estado de Surrey, los soldados, más sedoños,
0:10:09 convocaron una asamblea y en ella condenaron a Cleito por traidor.
0:10:14 Y le mandaron decir a Alejandro que su acto ya estaba legalizado.
0:10:18 Pero por muy tranquilizador que fuera el perdón de los soldados,
0:10:21 Alejandro no se perdonó.
0:10:23 Otros condenaron al vino, le hicieron saber a Alejandro que su crimen
0:10:27 era hijo natural de la ingesta de esa bebida.
0:10:30 Pero Alejandro no encontró en esa excusa tranquilidad
0:10:34 y echó a los consejeros que trataban de aliviarlo de ese modo.
0:10:38 Silló lamentándose y debilitándose sin comer
0:10:43 y decidido perder la vida, incluso el imperio, para pagar su crimen.
0:10:47 Finalmente se presentó el sacerdote de Dioniso
0:10:51 y le prestó los auxilios más eficaces.
0:10:54 Le explicó que cada dios tenía su arma de castigo.
0:10:58 Zeus esgrimía rayos, posidón olas y terremotos,
0:11:03 afrodita, pasiones trágicas.
0:11:06 Y el arma de Dioniso era la locura.
0:11:12 Aristrando, que era uno de sus ayudantes,
0:11:15 dijo que Alejandro se había olvidado de Dioniso en su día
0:11:19 y había hecho sacrificios a favor de otras deidades,
0:11:23 por lo que Dioniso se había ofendido.
0:11:26 Por eso ofenda Alejandro, había tenido su castigo,
0:11:29 que era precisamente la locura.
0:11:31 Y estas palabras le sirvieron de consuelo a Alejandro,
0:11:34 pero las aceptó porque vivía en una cultura
0:11:38 que creía que los hombres no eran otra cosa que instrumentó los dioses.
0:11:43 Rápidamente, Alejandro admitió que había cometido el crimen
0:11:47 estando invadido por una locura que había sido insuflada
0:11:50 por un dios enojado y entonces se consoló.
0:11:53 Premió al sabio Aristrando y comenzó a recuperarse poco a poco.
0:11:59 Y así vivió un par de años más solamente,
0:12:02 recuerde que murió en el 323,
0:12:04 creyendo que el crimen había sido una orden divina.
0:12:12 Esto es todo lo que debo contar acerca del banquete de San Marcan.
0:12:20 Después, en otra francachela, Alejandro iba a terminar todavía peor.
0:12:26 ¿Hay que decirle a Alejandro que...
0:12:28 En Babilonia fue la fiesta final en donde murió Alejandro.
0:12:32 ¿Donde palma, Alejandro?
0:12:33 Hay que decir que la celebración del banquete, como celebración,
0:12:37 ya no era después de esos subconvíos,
0:12:40 que se ha hecho el Vito V, antes de Cristo,
0:12:42 en el marco de los años dorados de Grecia,
0:12:44 es el lugar de intercambio de opiniones.
0:12:47 Ya la posibilidad de la muerte se instala en el banquete como un ritual
0:12:51 que se arrastrará a lo largo de la historia del occidente por muchísimo tiempo.
0:12:55 Hemos naredado aquí a aquella reunión donde unos mataban al de la derecha.
0:12:58 Claro, el banquete de Rabena, entre rabana,
0:13:01 de Rabena entre los ostrogodos y los vicigodos.
0:13:04 Por ejemplo, y muchísimo vosotros.
0:13:06 Siempre la situación, cuando vio una venganza latente
0:13:09 por alguien que se había querido quedar con el poder de manera espúria,
0:13:12 saltando adentro de la familia real, etc.
0:13:15 El banquete era la ocasión porque, de ese modo,
0:13:17 no solo era más fácil concretar el crimen o el ajusteamiento,
0:13:21 sino que además servía de elección para aquellos que estaban alrededor mirando
0:13:25 y para que lo iban a narrar después.
0:13:27 Después me acordaba que...
0:13:29 Siempre ha sido un justificativo el estar uno fuera de su conciencia.
0:13:37 Bueno, justamente le iba a hablar de eso porque hay un rastrán.
0:13:41 De eso es una situación que se arrastra hasta la España medieval,
0:13:44 que es un rastrán que se llama como turco en la nebulina
0:13:47 para hablar de la pérdida de todo control sobre sí mismo.
0:13:51 Insiste bien en que turco era el infiel.
0:13:55 El infiel es el no bautizado.
0:13:57 Luego el vino, que no era cortado, era el turco.
0:14:00 Bueno, agarrarse una borracha era una turca.
0:14:03 Nadie podía estar más fuera de sí que un turco en la nebulina,
0:14:06 o sea, un borracho que había tomado vino puro, tiene la niebla.
0:14:10 ¿Y creen que eso era un dicho criollo que se aplicaba
0:14:15 a los turcos que vendían de supercancía en las boleras
0:14:20 y que andaban de a pie?
0:14:24 No, en el siglo XV, XVI, ¿sabes?
0:14:26 Sí, yo pensé que era del siglo XIX en la Pampa Huma.
0:14:29 Y viene justamente porque se seguía utilizando
0:14:32 esta costumbre de cortar el vino, no solamente con agua dulce,
0:14:35 sino a veces agua de mar, lo cual el turco que podían...
0:14:38 No, no, no me dé agua de mar.
0:14:40 La agua de mar ten lo que sé más que el vino, según me deje.
0:14:43 Bien, digo que esta historia también de los cantores
0:14:50 en los banquetes, es algo que conocemos bien.
0:14:53 En las payadas, la situación del comienzo de la tragedia
0:14:56 de Martin Fierro empieza con un cantor y las réplicas
0:14:59 la guitarrita de Martin Fierro como el cantor
0:15:01 del banquete de San Marcanda.
0:15:03 Y efectivamente se haría un crimen que hasta el día de hoy
0:15:06 en muchos lugares el África del Norte,
0:15:09 continuó haciendo tremendo, es el tragediar el sacramento,
0:15:13 digamos, de la hospitalidad.
0:15:15 Aquel que tragedia su condición de oficción es unicerable,
0:15:18 es la persona más baja del mundo.
0:15:20 Pero bueno, digo, fíjese, en este asunto de hacerse cargo,
0:15:24 nosotros hemos hablado muchas veces de los queridos amigos japoneses
0:15:27 de la isla del Nippon, donde cuando alguien dice,
0:15:30 me hago cargo de esto, inmediatamente procede a escribir
0:15:33 un poema de responsabilidad o un halki,
0:15:36 y después procede al sepuku, al jaraquiri, al autojusticamiento.
0:15:40 No espera que alguien le diga, ah, tal cosa.
0:15:42 Yo me hago cargo, y bueno, y termino con esta falsa.
0:15:46 Digamos que entonces cada vez que se hace un banquete
0:15:49 ya alguien tiene que hacerse cargo de algo,
0:15:52 aquello que demuestre con su conducta, si le esperan justicia alguna,
0:15:56 serán los héroes o los recordados.
0:15:59 El resto de los tipos que van al banquete
0:16:01 y hacen cualquier cosa a la mirada de la historia y de sus amigos
0:16:04 y probablemente de sus mujeres, quizás simplemente sean solo los mareados.
0:16:09 Y los mareados, es el tango que vamos a escuchar ahora,
0:16:13 compuesto probablemente pensando en los generales de Alejandro
0:16:17 en el banquete de San Marcanda.
0:16:19 Esta versión instrumental de los mareados es de las mejores que se han hecho.
0:16:23 Es el quinteto nuevo tango de Astor Piazola,
0:16:27 donde tocan tipos absolutamente geniales.
0:16:33 El solo de piano que está al comenzar la segunda parte
0:16:37 lo toca, creo que, este, el pianista Mansi,
0:16:47 pero creo que fue escrito para Jaime Gossies,
0:16:50 o al menos eso me decía a mí,
0:16:53 Jaime Gossies cuando era muy, muy jovencito,
0:16:56 y él tocaba para mí ese solo de piano,
0:17:00 que yo a veces toco, aquí mucho peor de lo que tocan ellos.
0:17:04 Esta es la agria, la formación es así.
0:17:06 Estaba nuestro amigo Agri.
0:17:08 Era Astor Piazola, Oscar Loper Ruiz,
0:17:12 Quichodías, nuestro querido Agri,
0:17:16 y no me acuerdo el nombre del pianista Mansi,
0:17:20 que es importante por ahí de andar.
0:17:24 Gran pianista desde luego.
0:17:26 Qué formación.
0:17:27 Gossies había estado antes en el octeto Buenos Aires,
0:17:30 pero presta la atención al solo de piano.
0:17:37 Vamos a disfrutarlo.
0:18:37 La música es muy importante.
0:18:42 La música es muy importante.
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