Transcripción automática
0:00:00 Bueno, hablaremos hoy del cadáver de Abraham Lincoln.
0:00:06 Ah, se lo habían pedido hace un tempito.
0:00:09 Sí, hace un tempito porque esto figura en un libro que escribió justamente
0:00:13 López Mato, que está promoviendo en esta misma radio.
0:00:16 Como le digo, no lo hacemos por esa razón, desde el primer momento.
0:00:20 Pero bien, Lincoln fue asesinado, como bien sabemos,
0:00:24 en 1865 por aquel actor John Wilkes Boott.
0:00:29 El Dr. Cartish fue encargado de hacer la autopsia.
0:00:33 Le dijeron, hágale la autopsia al señor presidente.
0:00:37 Autopsia que solo sirvió para que los elementos usados
0:00:40 fueran a parar al Museo de Salud y Medicina de Washington.
0:00:44 El Congreso ofreció la cripta que hay bajo su cúpula
0:00:47 como un lugar de reposo palmoerto.
0:00:50 Esa cripta había sido construida para albergar los restos de George Washington,
0:00:56 pero la familia deseaba conservarlo en la cripta familiar.
0:01:00 Así que el lugar estaba entonces vacío.
0:01:03 Se lo ofrecieron a Lincoln, pero la familia de Lincoln
0:01:06 tampoco aceptó ese honor.
0:01:08 Se había decidido que sería enterrado en Springfield,
0:01:11 que es la capital del estado de Illinois,
0:01:15 que es el mismo estado en donde se encuentra la ciudad de Chicago,
0:01:18 que es mucho más grande.
0:01:19 Pero Estados Unidos tiene la costumbre de poner como capitales
0:01:23 a ciudades pequeñas en general.
0:01:25 Inclusive creo que hay muchos a Springfield y hay que los isos tomaron.
0:01:28 Muchísimas ciudades de Springfield,
0:01:30 lo cual aprovecha a los guionistas de Los Innsom.
0:01:33 Para transportar el cuerpo hasta Springfield por casi 2.000 kilómetros,
0:01:40 hacía falta una buena técnica de conservación.
0:01:43 Durante la guerra civil, una de las acciones del gobierno
0:01:47 había sido la de preservar los cadáveres de los caídos en acción
0:01:51 en las mejores condiciones posibles.
0:01:54 Esa idea dio lugar al desarrollo de unas técnicas de embalzamamiento
0:01:58 mediante la insección de químicos,
0:02:00 es decir, de productos químicos.
0:02:02 No de personas dedicadas a la química.
0:02:05 Sería muy difícil inyectarle, por ejemplo,
0:02:09 un estudiante de química a un presidente muerto.
0:02:14 Bien, la primera patente de un producto químico destinado
0:02:19 al embalzamamiento.
0:02:21 Habiendo egipcios, mirá que vas a patentar un líquido así.
0:02:25 Pero data de 1856, y pertenece a Anthony Gaussardia,
0:02:30 así se llamaba.
0:02:31 En pocos años muchas patentes fueron registradas.
0:02:35 El cuerpo del incómodo fue embalsamado,
0:02:37 sin embargo, por un señor llamado Thomas Holmes,
0:02:40 con un líquido de su invención llamado Inuminata.
0:02:44 Es decir, no llamado.
0:02:47 Holmes conservaba en su casa de Brooklyn
0:02:51 muchos cuerpos embalsamados.
0:02:53 Los embalsamaba y después por ahí no los retiraban,
0:02:55 y él se los quedaba.
0:02:57 No era raro ver cabezas sobre los sillones de su sala.
0:03:02 En vez de almodones.
0:03:03 Es curioso, en vez de ponerla sobre la mesa,
0:03:05 o en un aparador, que es donde quedan bien las cabezas,
0:03:08 que le va a poner arriba a la silla, que no se va a sentar,
0:03:11 y queda encima de la cara de un finado,
0:03:14 con esa sensación tan desagradable
0:03:17 que sentarse sobre el rostro de alguien.
0:03:20 Para los vos, ¿no?
0:03:22 Se me dirá que a lo mejor peor la pasa
0:03:25 aquel que está debajo en esta relación jerárquica.
0:03:30 Pero como en este caso está muerto,
0:03:33 ese hombre, es uno solo el que sufre.
0:03:36 Bien, el caso es que este hombre, Holmes,
0:03:39 murió loco, como no podía ser de otra manera.
0:03:41 Murió y vivió loco, diría yo,
0:03:43 ya que una persona que pone cabezas embalsamadas
0:03:46 como almodones, muy cuerda que digamos, no era.
0:03:50 Bien, volvamos al viaje del cadáver embalsamado
0:03:53 del presidente Lincoln.
0:03:55 Un millón de personas, durante un viaje de dos semanas,
0:03:58 pudieron apreciar el cuerpo perfectamente conservado.
0:04:01 Junto al presidente, viajaba el ataúd
0:04:04 que contenía los restos de uno de sus hijos,
0:04:06 muerto tres años antes,
0:04:08 y que también había sido embalsamado en previsión.
0:04:12 A llegar a Springfield, el cuerpo fue transitoriamente hospedado
0:04:16 en una bóveda, a la espera del mausoleo
0:04:19 que se le iba a construir después.
0:04:22 En esa llegada, parece que estaba el poeta Walt Whitman,
0:04:25 y le dedicó algunos versos.
0:04:29 Años después sucedió algo curioso.
0:04:32 Alguien se quiso afanar el cuerpo.
0:04:38 Un falsificador llamado Big Jane Kinley
0:04:42 tenía un gran negocio con la falsificación.
0:04:46 Falsificaba dólares.
0:04:48 Kinley lo hacía tan bien
0:04:51 que era casi imposible diferenciar sus billetes de los orificnales.
0:04:56 Eran tan exactos que el tesoro americano se había visto obligado
0:05:00 a retirar de circulación a los billetes de cinco dólares
0:05:04 que eran bastante peores que lo que hacía Kinley.
0:05:07 No trabajaba solo.
0:05:09 Una parte importantísima de la falsificación la hacía su socio,
0:05:13 Benjamin Boyd,
0:05:15 que era experto en la preparación de las placas.
0:05:19 Pero parece que se lo llevaron en cana a Boyd
0:05:22 y le confiscaron las placas.
0:05:24 Entonces Kinley, desesperado,
0:05:28 empezó a buscar otro y no encontraba el cuerpo.
0:05:31 Entonces se le ocurrió la siguiente extraña idea.
0:05:36 Afanarse el cuerpo de Lincoln
0:05:39 y pedir a cambio del cadáver la liberación de su socio Boyd.
0:05:46 Una idea totalmente desatinada.
0:05:52 Pero el tipo que en su nombre lo afanó a Lincoln
0:05:54 y después le digo,
0:05:56 si quieren el cuerpo de Lincoln, larguenlo a Boyd
0:05:59 y luego se lo dejo en una esquina.
0:06:02 No digo lo largo porque...
0:06:06 Cama que lo ofrecían 30.000 millones de dólares.
0:06:09 No, yo lo que quiero es a éste para falsificarlo.
0:06:12 Los 30.000.
0:06:14 Curiosa, ¿no?
0:06:16 Para poder cometer un delito primero tenía que cometer otro.
0:06:20 Entonces contrató un cómplice.
0:06:23 Empecé a buscar un cómplice para que lo ayudara.
0:06:25 No se va a falsificar dinero,
0:06:27 pero no se va a dar dinero a la persona del cuerpo de Lincoln.
0:06:30 Primero contrató a uno que era bastante equivocado.
0:06:35 Porque este tipo que elegí, que eligió,
0:06:38 que su nombre se ha perdido o se ha perdido para mí.
0:06:41 Confesó sus intenciones de afanarse el cadáver de Lincoln
0:06:44 a una señorita que lo acompañaba.
0:06:47 La dama, que era ligera de cascos pero patriota,
0:06:51 avisó a la policía acerca de las intenciones de su compañero
0:06:55 Kennedy, entonces, tuvo que esperar un par de años
0:06:58 porque no solo le había encanado al cómplice,
0:07:01 sino que el cómplice había cantado que se estaban por afanar a Lincoln.
0:07:05 Así que lo empezaron a cuidar más.
0:07:07 Kennedy esperó un par de años.
0:07:10 Buscó entonces un par de cómplices más discreptos.
0:07:16 Eran dos profesionales más serios.
0:07:18 Terem, Mullen y Jacques Hughes.
0:07:22 Planearon dar el golpe la noche del 7 de noviembre de 1876.
0:07:26 Eso se llama un plan.
0:07:28 Y eligieron esa noche porque había elecciones.
0:07:31 Y en esa noche se iba a conocer el nombre del nuevo presidente
0:07:35 y los ladrones creían que, primero,
0:07:38 que podían causar un buen revuelo con esa prensa.
0:07:41 Y segundo, que no iban a estar vigilando tanto al muerto.
0:07:44 Pero nuevamente la información se filtró.
0:07:48 Y los rumores llegaron a oídos de Robert Lincoln,
0:07:51 otro hijo de Abraham, que vivía.
0:07:54 Y terminó entonces el servicio secreto.
0:07:57 ¿Qué hizo el servicio secreto?
0:07:59 Destinó a algunos agentes para que se infiltraran en la banda.
0:08:04 Involucraron, por ejemplo, a un ladrón arrepentido,
0:08:07 llamado Siggles,
0:08:09 cuya especialidad era justamente el robo de cadáveres.
0:08:12 Pero él lo zapanaba para la Facultad de Medicina.
0:08:16 Incorporado a la banda, Siggles, que era de servicio secreto,
0:08:20 mantuvo informadas a las autoridades.
0:08:23 No, no van a ser así, de acá que se lo...
0:08:25 ¿Hubrían llamado a la mina la primera?
0:08:27 Sí, había llamado a la mina, pero bueno.
0:08:29 Por eso el día en que el grupo de Quíneles,
0:08:31 partidos chicago, hacia Springfield,
0:08:33 los siguieron unos cuantos agentes secretos.
0:08:36 Los ladrones no se dieron cuenta de nada.
0:08:39 Los agentes secretos se adelantaron a los chorros
0:08:42 y ocuparon oscuros recovecos de la cripta,
0:08:46 en donde ya sea Lincoln.
0:08:48 Cuando apareció Quíneles con su banda,
0:08:51 Siggles, el agente infiltrado,
0:08:54 debía darles a los agentes una señal sonora,
0:08:57 ponerle un chifrillo.
0:08:59 Pero resulta que no encontraba oportunidad para hacerlo,
0:09:02 porque siempre lo estaban mirando.
0:09:05 En una red de Quíneles, Mjöln y Hjöks,
0:09:08 los verdaderos chorros,
0:09:10 estaban un poco incómodos en la cripta,
0:09:13 se alejaron un poco y por un momento,
0:09:16 Siggles quedó solo.
0:09:18 Cuando notó su soledad, tocó el silbato
0:09:21 y los agentes aparecieron entre las tumbas los cerros.
0:09:25 ¡Puah, puah, puah!
0:09:27 Los chorros verdaderos, cuando escucharon ese ruido,
0:09:29 se habían rajado.
0:09:31 Algunos dicen que tal vez creyeron
0:09:33 que un ejército espectral venía a castigarlos
0:09:36 por perturbar el descanso de los justos.
0:09:39 Porque parece que mientras corrían,
0:09:41 pedían perdón a Dios que se lo ponga.
0:09:44 Igual no los agarraron nunca.
0:09:46 Lo cierto fue que ese intento
0:09:48 obligó a mantener el cuerpo del Lincoln
0:09:50 fuera de la cripta en un lugar más seguro
0:09:53 por muchos años.
0:09:55 Durante todos esos años,
0:09:57 las personas que venían a rendir su respeto
0:10:00 a Lincoln lo hacían ante una tumba vacía.
0:10:04 Finalmente, en 1901,
0:10:07 Lincoln fue colocado definitivamente así,
0:10:10 pero custodiado por toneladas de cemento
0:10:13 para desalentar cualquier otro intento de robo.
0:10:17 En cuanto al falsificador Boyd, el que estaba en Cana,
0:10:20 no pudo salir de la casa.
0:10:23 Y me imagino que Keenley
0:10:26 no pudo reiniciar exitosamente
0:10:29 sus tareas de falsificador.
0:10:32 Es extraordinaria,
0:10:34 que este que cuenta López Mato en uno de sus libros.
0:10:37 Quizás era más fácil liberarlo directamente al otro,
0:10:40 organizar un plan para ingresar a la casa.
0:10:43 Claro, era más fácil rescatarlo a Boyd
0:10:46 de la cárcel que a Lincoln de su cripta.
0:10:49 Imagino, voy a fanar un banco.
0:10:52 Y listo, voy a fanar dinero bueno, no falso.
0:10:55 Pero te le gustaba más el dinero falso
0:10:58 de Boyd que el bueno que hacía el tesoro
0:11:01 o lo que hacía la moneda.
0:11:04 Se puede dedicar esto a Whitman
0:11:07 y al pobre Lincoln también.
0:11:10 Era republicano, Lincoln. Un detalle curioso, ¿no?
0:11:13 El Adalid de la lucha
0:11:17 por la abolición de la esclavitud
0:11:20 era republicano, no era demócrata, era republicano.
0:11:23 ¿Sabe cuántos votos sacó Lincoln
0:11:27 en los estados del sur,
0:11:30 en las elecciones en las que salió el presidente?
0:11:40 Bueno, hemos sido a la discoteca,
0:11:43 no, también falsifican discos, ¿sí o no?
0:11:46 Y nos encajaron uno.
0:11:49 A nosotros nos gusta mucha falsa moneda,
0:11:51 pero como ya lo habíamos pasado muchas veces,
0:11:55 vamos a decir uno que pasamos menos,
0:11:58 que la falsa, que es mucho peor.
0:12:01 ¿En la falsificación de falsa moneda?
0:12:03 Y la falsificación de falsa moneda, que se llama moneda falsa.
0:12:06 Te lo anotaron mal.
0:12:07 Yo le había puesto la falsa falsa moneda
0:12:10 es una canción mía pero breve,
0:12:14 así que alguna ventaja habría de tener.
0:12:17 Está allí, creo que el trio de Federico Mifragi,
0:12:21 está Karina Bjornlecki, Ruth Atagile,
0:12:24 y por suerte en una pequeña francesita.
0:12:27 No, ni se nota.
0:12:29 Se llama moneda falsa.
0:12:32 O falsa moneda. No, moneda falsa.
0:12:34 Moneda falsa.
0:12:48 Moneda falsa de mi voz
0:12:53 Palabras que no entenderás
0:12:58 Cuando yo te curem que sí
0:13:03 Tal vez te renagres a becuir
0:13:08 Ya no soy la de ayer
0:13:13 Ya no soy la de hoy
0:13:19 Soy una extraña para vos
0:13:25 Soy una extraña para mi
0:13:31 Nunca podrás saber
0:13:37 Como resuena el río
0:13:42 La voz de tu tristeza
0:13:46 Tu deseo, tu desfelo
0:13:51 Y tu ilusión
0:13:56 Nada es lo que parece ser
0:14:02 Y ni siquiera está canción
0:14:16 Las voces de Karina Bjornlecki, Ruth Atagile, junto a Federico Mifragi y Alejandro Dolina,
0:14:21 moneda falsa.
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