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20 de Septiembre de 2004

El campamento de paño de oro

Transcripción automática

0:00:00 El campamento de España de Oro es el tema de hoy.
0:00:06 Así que vamos a ubicarnos en Francia en el año 1520, el rey era Francisco I.
0:00:12 Por esos tiempos Francisco soñaba con poner un bloque anglo francés al imperio de Carlos V de España, no es cierto?
0:00:19 Carlos que en realidad era Carlos V de Alemania, Carlos I de España.
0:00:22 Mando entonces embajadores en Claterra y enrique octavo como usted es usted.
0:00:27 Y enrique octavo era el autor y aceptó un encuentro, no es cierto?
0:00:34 Enrique octavo es el sector de encuentro con Francisco.
0:00:38 La reunión tendría lugar ahí cerca de Adres en Arcoacto, en un campo.
0:00:44 Francisco I aunque estaba casado con la reina Claudia, tenía una favorita de la que tenemos hablado,
0:00:51 que se llamaba Pán Xoase de Chatobrán.
0:00:53 Cuentan que mientras los carpinteros, los ebanistas, los tapiseros, los talladores y los orfebres
0:01:01 trabajaban febrirmente en la preparación del campamento donde debía tener lugar la entrevista,
0:01:06 los caballeros y las llamas de la corte solo hablaban de la favorita.
0:01:10 Porque qué pasa?
0:01:12 Se iba a la reunión en un campo.
0:01:14 Habían preparado tiendas de campan, imagínase.
0:01:17 Y a que quedara bien.
0:01:19 Ahora bien, uno sostena que en tales injustancias el rey de Francia no podía hacerse acompañar
0:01:25 por las favoritas, por una concubina en rigor de verdad, y tenía que asistir con la reina, verdadera.
0:01:32 Otros recordaban que el rey inglés era un gran admirador de las mujeres
0:01:37 y que la presente con una favorita no podría asombrarlo.
0:01:42 Y algunos decían que el rey octavo se sentiría alagado si viajaba madame de Chatobrán.
0:01:49 Ojeturaban que es percibiría que Francisco I era un amigo íntimo que no ocultaba ante él su saberte.
0:01:56 Se decía como un perrito a que hacía decir nada.
0:02:00 Probablemente fue esto lo que perdoe Francisco I, otro último,
0:02:05 de la amistad y la confidencia, ya que una mañana de julio de mil y ciento veinte salió de París hacia Actua
0:02:12 llevando en dos liferas suntuosamente decoradas a la reina desde luego,
0:02:17 pero también a la favorita, feliz y divertida ante semejante encuadro.
0:02:23 A los cuatro días de viaje el cortejo real llegó a una llanura donde se levantaban 300 carvas,
0:02:30 tejidas con paño de oro y plata.
0:02:34 En ese lugar se había instalado un campamento extraordinario nunca visto.
0:02:39 Había verdaderos palaces de tela que formaban una ciudad de ensueño.
0:02:46 Entre aquellos ligeros edificios desfilaban los caballeros franceses que para deslumbrar a enrique octavo se vestían ricamente.
0:02:57 Por su parte el rey en la terra que iba acompañada por cinco mil hombres y tres mil caballos
0:03:01 había hecho edificar a toda prisa una construcción que, diestramente recubierta de paneles de tela pintada,
0:03:09 producía la ilusión de un magnífico castillo.
0:03:13 Marán de Chacorgao no podía reprimer su alegría, el campamento digno de personajes mitológicos,
0:03:21 era un poco brazulia porque era ella quien había querido que su amante mostrara la fuerza,
0:03:27 el poderío y la riqueza de la corona francesa.
0:03:30 Entonces todo aquel despliegue de lujo destinado a maravillar a todos los sobranos de la tierra
0:03:36 era un poco invención de la favorita de la reyes francia madame de Chacorgao.
0:03:41 Él tesoró el estado desde luego quedó exacto con tanta pompa,
0:03:48 pero nadie criticó demasiado ya que todo el mundo pensaba que Enrique Octavo, el rey de la terra,
0:03:54 ha turbido por tanta magnificencia, no vacilaría en aliarse con un rey capaz de organizar tan costosos encuentros.
0:04:04 Pues bien, ese fue el momento de la primera entrevista.
0:04:07 Francisco I, hasta aviado de blanco, cinturó en gotas de oro, fue a saludar a Enrique.
0:04:15 Se abrazaron, se besaron en los labios como era de buen tono entonces.
0:04:20 Enrique tras saludar a las damas que rodeaban a Francisco, pareció encantado de conocer a la favorita de la que tanto se hablaba el hombre.
0:04:29 El rey de Francia notó ese entusiasmo y se sintió feliz de poder deslumbrar a su rival,
0:04:35 no solo con sus riquezas incomparables sino también con su amante.
0:04:41 Un poco aturrido por tanto de pie, el rey de Inglaterra sacó un pequeño discurso que había preparado,
0:04:49 pero modificó algunos términos para no herir a Francisco.
0:04:53 Esta modificación era respecto del título que se daba Enrique y todos los reyes anteriores en Inglaterra.
0:05:00 Los monarcas inglaterra se añadían el título de rey de los franceses en aquel de enéctrica.
0:05:06 Este gesto, el de sacar ese título de la lista, encanto a Francisco y todos parecieron buenos amigos.
0:05:15 Se que bien, el de Inglaterra no dijo rey de los franceses porque si no,
0:05:18 lo hubiera tenido que contestarle acá el único rey de los franceses y soy yo y sí, barba.
0:05:25 Pero durante varios días, a pesar de las rejas de mostrarse, realmente todos vivieron un constante alerta.
0:05:32 Cuentan que, por ejemplo, las escoltas que acompañaban a los reyes en sus desplazamientos
0:05:37 tenían exactamente el mismo número de hombres para el noroamadrío.
0:05:41 Una noche, habiendo sido invitado a Enrique VIII a la mesa de la reina Claudia de Francia,
0:05:46 se decidió que Francisco I comería con la reina de Inglaterra.
0:05:50 Desde el modo cada uno era reen de los otros, es decir, tenían bastante recena.
0:05:58 Tantas precauciones al final lo cansaron Francisco.
0:06:02 Un día se levantó al amanecer, llamó a dos escuderos,
0:06:06 la lo pú hasta el campamento de Enrique, al llegar delante del foso se iba a conocer a los centinelas
0:06:11 y preguntó dónde estaba su hermana en los reyes de Inglaterra.
0:06:14 Uguadarías supe facto, la acompañó hasta el aposento del rey y Francisco llegó a una sala
0:06:19 donde dice el crónico, se escuchaba unos tremendos ronquidos.
0:06:25 En un lecho inmenso dormía Enrique.
0:06:28 Francisco lo contempló un momento sorriendo y luego le tiró de la manga de su camisón.
0:06:34 Enrique se despertó, tuvo un momento espalco al reconocer a Rey de Francia,
0:06:39 se incorporó de la catrera, buscó con la mirada de una espada,
0:06:43 pero la actitud de Francisco lo tranquilizó.
0:06:46 El Rey de Francia le dijo, hermano mío, me habéis hecho más beneficio que ninguno otro hombre en el mundo
0:06:52 y me habéis mostrado la confianza que debo tener en vos.
0:06:55 Por mi parte, soy vuestro prisionero desde ese momento y os entrego mi fe.
0:07:01 Y para demostrar que se había comprendido a semejante caballero,
0:07:04 Enrique se quitó el cuello un collar millonario y se lo ofreció a Francisco de Regaldo.
0:07:10 Pero el Rey de Francia lo había previsto todo, incluso ese cierto,
0:07:14 y entonces peló un brazalete que valió el triple y se lo encajó Enrique.
0:07:21 Enrique Octavo había sido vencido una vez más por la generosidad y por el lujo de Francisco.
0:07:27 Pero todo este desfine de Enrique ya se terminó por agriar el ánimo del monarque a Ilegesia estaba pobreo.
0:07:34 Cuando terminaron las entrevistas y los Reyes iniciaron la retilada, Enrique ya estaba juiroso.
0:07:41 Atormentó a las personas de su cortijo, a los marinos que esperaban un viento favorable para cruzar el canal
0:07:47 y hasta la zamante que pobló a su lecho.
0:07:51 Poco después el emperador Carlos V, el sido legal de Francisco, fue a visitar a Enrique de la casa.
0:08:00 Y llegó un igual vestido, hecho un croto, humilde, pregueno,
0:08:09 y esta actitud agradó tanto al Rey de Inglés que nada más que para joverlo a Francisco,
0:08:16 olvidó todo lo que había hablado en el campamento del Paño de Oro.
0:08:21 Y tres días más tarde firmó una alianza en Tringlaterra y España en contra de Francisco I de Francia.
0:08:30 Según cuenta, Francisco se sintió mal un rato, nada más.
0:08:34 Después fue olvidarse de los problemas de la política a una cámara admirablemente dispuesta para el amor
0:08:40 que había sido esa con restos de las telas que habían porcado el fracaso de la alianza con Enrique de la casa.
0:08:47 El pico firmó con Carlos nada más porque lo pudrió el lujo del rey de Francia.
0:08:58 Podríamos intentar un amor alejar, pero no.
0:09:04 De todos modos, la independencia y criterio de los reyes del Camusés era mucho mayor que ahora.
0:09:11 Un rey podría fastidiarse por el demasiado lujo de otros y necesidad de andar sacando cuerdas.
0:09:19 Hoy en día las alianzas están tejidas un poco incluso más allá de la voluntad de los preciosos.
0:09:28 ¿A quién quiere dedicar esto, esta historia del campamento del Paño de Oro?
0:09:32 Carlos. Carlos en España.
0:09:35 Bueno, todo por simpatía.
0:09:38 Y yo a Franco Hacel y a Chato Briano que era el amante del Francisco.
0:09:43 Pero en realidad es la mala de esta película porque es la que inventó todo el impacto del Paño de Oro.
0:09:52 Así que no le dedico nada.
0:09:55 Hemos sido la discoteca.
0:09:59 A ver si encontramos algún disco que tuviera algo que ver con todo este pie.
0:10:07 No teníamos ninguno, pero no teníamos ninguno, pero nosotros sí.
0:10:12 Tenemos el balcacito que se llama, está lindo el barrio que canta.
0:10:16 Joan Manuel Serrat que en principio se refiere a esta colección de carpas, de tiendas, de España, de Oro.
0:10:24 Eso habrá dicho, la cinco primero cuando hubió aquella cedería convertida en barrio.
0:10:34 Habrá dicho está lindo el barrio. Quizá no, no lo sé.
0:10:37 Pero es el único disco que teníamos.
0:10:41 Lo canta para todos nosotros, Joan Manuel Serrat.
0:11:12 Aquí andan los fantasmas de la terricadad.
0:11:21 El pie treme a pasar, ya no puede volver.
0:11:29 Pero está lindo el barrio, el cielo está igual.
0:11:34 Con su constelación se usa particular.
0:11:39 Y la gloria está jena sin jenalidad.
0:11:50 Y la bruja al sol y el tente de la deserción.
0:11:58 Soplan un viento de horror, y apaga el último parado.
0:12:09 El barrio se usa para que el barrio se quede en el suelo.
0:12:14 Y el barrio se usa para que el barrio se quede en el suelo.
0:12:19 Y el barrio se usa para que el barrio se quede en el suelo.
0:12:24 Y el barrio se usa para que el barrio se quede en el suelo.
0:12:34 De las caretas que nunca jamás te llegara.
0:12:42 Allí te puedes esperar, para la novia que no vencerá.
0:12:50 Y aquella es la venida de la confusión.
0:12:58 Nunca te puedes perder, el que no te arrealonde.
0:13:05 El barrio está bien con el barrio, el cielo está altifado.
0:13:11 Con su congelación, reústolo articulado.
0:13:16 Y las novia está jena sin jenalidad.
0:13:21 Y la zurucu es doliente de la decepción.
0:13:28 Lloran un llanto de horror, que moja la última y oscilor.
0:13:33 Pero hay algo enamorado que usted debe recordar.
0:13:38 En tres años de su vida tendrá que pagar.
0:13:45 Por cada encuentro pasar, por cada encuentro pasar.
0:13:50 Y por cada encuentro pasar, por cada encuentro pasar.
0:13:55 Y por cada encuentro pasar, por cada encuentro pasar.
0:14:01 Por cada encuentro pasar, por los retinos de su duda.
0:14:13 Bueno, es bueno escuchar toda la ópera.
0:14:16 Insaliendo el barrio de la opereta criolla de lo que me costó
0:14:20 y el amor de Laura de Alejandro Dóvina por Joel Manuel Cerrat.

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