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8 de Octubre de 2008

El cortejo de Odin a Rinda

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos del cortejo de Odín, el príncipe de los dioses nórdicos, a Rinda, una mujer que no terminaba nunca de aceptarlo.
0:00:11 Comenzamos contando una tragedia famosa, y acaso enojosa de contar porque la contamos cada 10 días,
0:00:19 pero que es indispensable de recordar para entender el contexto de lo que vendrá después.
0:00:25 La tragedia famosa es la muerte de Valder, el hijo preferido de Odín.
0:00:30 Valder era casi invulnerable, recuerden ustedes, que los dioses habían comprometido a todos los elementos del universo para que no le hicieran daño.
0:00:39 Se olvidaron, sin embargo, de hacerle curar en tal cosa al muérdago, una planta humilde.
0:00:46 Enterado de esa excepción, Loki, el dios malo, fabricó con el muérdago una flecha y se le entregó al ingenuo Hodur,
0:00:54 que era un dios chiego.
0:00:56 Hodur estaba participando en unos juegos que consistían en probar lo durable que era Valder,
0:01:02 y arrojaban cosas que no le hacían ningún daño.
0:01:05 Loki le dio la flecha de muérdago a Hodur para que la tirara, Hodur lo hizo,
0:01:11 y para sorpresa de todos Valder casó un muerto.
0:01:14 Hubo dolor, hubo intentos por rescatarlo de la muerte, etcétera, etcétera.
0:01:20 Lo que hoy contaremos es lo siguiente.
0:01:23 Odin recordó una profecía del adivino Rofjof, a la que en su momento no había dado demasiada importancia.
0:01:34 El adivino le había dicho que perdería un hijo, pero también predijo que si conseguía casarse con la hija del rey de los rutines,
0:01:44 Ysa le daría otro hijo, que alcanzaría la adultés en unas pocas horas, y vengaría la muerte del hijo perdido.
0:01:56 El caso es que Odin, recordando aquel baticinio, tuvo ganas de tener ese hijo para vengar a Valder.
0:02:06 ¿De qué le servía esa venganza? No lo sé.
0:02:10 Pero viajó a tierra de los rutines para cortejar disfrazado a la princesa sugerida.
0:02:17 Era común que las dioses se disfrazaran de mortales en su trato con los hombres.
0:02:23 Tan común era en los mitos nórdicos como en los mitos griegos.
0:02:29 Este carácter común obedecía a que en general los mitos nórdicos provenían de los mitos griegos.
0:02:36 Pero no siempre.
0:02:39 Lamentablemente el cortejo de esta dama no fue fácil.
0:02:42 Mientras Odin viajaba al reino de Billing, el rey estaba preocupado por ciertas invasiones que se le venían.
0:02:51 Billing ya estaba viejo para pelear, y su única descendencia era su hija, Rinda.
0:02:57 Que estaba en edad de casarse, pero rehusaba austinadamente elegir un esposo entre sus muchos pretendientes,
0:03:05 y entonces no le proporcionaba a su padre la ayuda que necesitaba.
0:03:10 Apareció suítamente en el Palacio Odin.
0:03:14 Iba vestido con un manto blanco y un sombrero bajo, siempre usaba sombreros bajos, Odin,
0:03:22 para ocultar el hecho de que era tuerto.
0:03:26 Tenía un solo ojo porque el otro lo había entregado en una fuente, en la fuente de Mirmid,
0:03:32 que proporcionaba sabiduría a quien se remojaba en ella.
0:03:38 Pero a Odin le exigieron para poder pegarse una jugada un ojo como pago de la sabiduría,
0:03:45 y Odin dijo, no está mal, y pagó.
0:03:49 Odin preguntó entonces al viejo Billing por qué estaba tan preocupado,
0:03:54 y Billing le contó lo sucedido, y decía, mirá, me está invadiéndome,
0:03:58 y dice, no se quiere casar, etcétera.
0:04:00 Odin se ofreció como voluntario para encabezar el ejército contra el enemigo,
0:04:05 y sus servicios fueron aceptados.
0:04:08 No pasó mucho tiempo antes de que Odin obtuviera una victoria.
0:04:12 Fruinfante le solicitó al viejo Billing,
0:04:15 permiso para cortejar a Rinda y convertirla en su esposa.
0:04:21 Billing dio su consentimiento.
0:04:23 Odin, siempre disfrazado de mortal, se presentó ante la princesa,
0:04:29 pero ella lo rechazó.
0:04:32 Incluso cuando él la quiso besar, le metió un castañazo, y lo obligó a retirarse.
0:04:39 Odin, sin embargo, no se rindió.
0:04:44 Necesitaba amarla para vengar a su hijo, Valder.
0:04:49 Su siguiente paso fue a asumir la forma de otro hombre.
0:04:52 En este caso se trataba de un señor, dueño de notables habilidades para la herrería.
0:04:59 Así se presentó otra vez en la corte de Billing,
0:05:02 fabricó algunos armamentos de plata y oro, multiplicó las riquezas al rey,
0:05:08 y obtuvo permiso otra vez para presentar respetos a la princesa.
0:05:14 El herrero fue, sin embargo, rechazado, y nuevamente la mina le encajumbó.
0:05:22 En la siguiente ocasión, Odin se presentó ante esta dama,
0:05:26 disfrazado de un joven y bello guerrero,
0:05:29 pero cuando intentó besarla, ella lo empujó bruscamente y lo dincasó al suelo.
0:05:35 Ya impaciente, el Dios ejerció su poder divino,
0:05:40 sacó una varita mágica, la apuntó hacia Rinda,
0:05:44 y profirió, mejor dicho, construyó un hechizo tan terrible que esa casó rígida al piso.
0:05:53 Cuando recobró el conocimiento, el pretendiente había desaparecido,
0:05:59 pero Rinda había perdido el juicio.
0:06:02 El hechizo le había dejado una profunda melancolía, poblada de llanto perpétuo.
0:06:09 En vano llamaron a sabios y curanderos, no pudieron consolarla.
0:06:15 Entonces se presentó de nuevo, Odin, en todo su esplendor.
0:06:20 Ya no como un mortal, sino como lo que era el Príncipe de los dioses.
0:06:25 Billin se sintió dispuesto a consentir lo que fuese.
0:06:29 Odin desbarató el hechizo y Rinda se entregó finalmente a sus brazos.
0:06:35 Y la profecía del adivino Roshov vino a cumplirse.
0:06:41 Rinda tuvo un hijo llamado Bali, que creció con una gran velocidad.
0:06:47 En un solo día había alcanzado su estatura máxima.
0:06:52 Bali, con un día de edad, corrió al Asgard, tomó un arco y una flecha para vengar la muerte de su hermano.
0:06:59 Y aunque el verdadero culpado era Loki, el malvado, Bali disparó su arco sobre Jodur, el dios ciego.
0:07:06 Y Jodur cayó muerto.
0:07:09 De nada sirvió el cumplir esta venganza, pues Odin siguió tan triste como antes,
0:07:16 y Balder no regresó, y nada bueno sucedió.
0:07:21 Todos estos esfuerzos fueron inútiles.
0:07:25 Pero en alguna época la venganza era una institución que había que respetar mucho.
0:07:32 Había que vengarse aunque se supiera como se sabe hoy, que la venganza no sirve para nada.
0:07:39 Y lo dios yo.
0:07:42 Así termina esta historia, donde los platos rotos fueron pagados por el pobre Jodur,
0:07:47 que no entendía nada y que no tenía absolutamente ninguna culpa.
0:07:52 Hemos ido a la discoteca, y le hemos referido esta historia muchas veces al discotecario.
0:08:01 No le entendió.
0:08:05 Entonces fue resumida la historia del siguiente modo.
0:08:10 Alguien requiere de amores a una dama, y esta lo rechaza.
0:08:16 Y pareció demasiado complicada.
0:08:20 El discotecario la verdad que no le pone voluntad, porque ya...
0:08:24 No, es un hombre que se aburre muy rápidamente ante la mínima complicación.
0:08:28 Él prefiere las historias leñales y breves.
0:08:31 Una vez había un hombre, punto.
0:08:35 Es una historia limpia y sin conflicto.
0:08:38 Había una vez un hombre, y su historia plana.
0:08:43 Me diría, bueno, pero...
0:08:46 De tan amplia pues no es complicada.
0:08:48 Nos ha dicho a todos los que esa no es una historia, no hay conflicto,
0:08:52 ni cuestas.
0:08:58 Pero eso no lo entiende el discotecario.
0:09:01 Después la quinta vez ya se lo explicamos con Alemanes.
0:09:06 Y él no dio una cifra, no un número, sino un ritmo, una forma musical.
0:09:14 Una forma musical y criosa que se llama la cifra.
0:09:17 Y hay una de ellas que se llama Criosita de Sí que sí.
0:09:21 Que es lo que le decía Odín a Rinda.
0:09:25 Criosita de Sí que sí es una propuesta estallinada.
0:09:28 ¿Se llama una cifra?
0:09:30 Así que vamos a escuchar a Carlos Gardel cantando esta cifra que se llama Criosita de Sí que sí.
0:09:36 Si a mí me dijera, si yo fuera mujer y me dijera en criosita de Sí que sí, diría que sí.
0:09:42 Si me dijera cualquier otra cosa también diría que sí.
0:09:46 Pero no soy mujer.
0:09:50 Escuchemos lo mismo, digo, que sí.
0:09:53 Escuchemos ya mismo esta cifra.
0:09:55 Esta cifra delante, don Carlos.
0:10:26 Un pedacito de cienos es milita y es mi alto.
0:10:33 Y yo lo voy a leer, lo he escondido como un tesoro querido.
0:10:37 El mechorcito de pero que me ha barrado a tus ojos.
0:10:56 Criosita no digas nada.
0:11:02 Criosita no digas nada si al viento doy milaméretas.
0:11:10 Es la margura que siento, ser mi peso clavada.
0:11:19 Una florcita me dice si un peso lo te robe.
0:11:26 Y nunca sabrás si ni todo el daño que visite con el besito robado.
0:11:35 Criosita te dareme perezviste.
0:11:49 Criosita de si que no.
0:11:55 Criosita de si que no.
0:11:58 Que de tornele tú me muero.
0:12:03 Porque tu boca que quiero su todo, su fuego me dio.
0:12:12 Dos anguillas voy teniendo samarradas en mi pecho.
0:12:18 Y voy llevando malderecho las penas que voy sufriendo.
0:12:23 Es tu del derro, me mata.
0:12:28 Tu amor me pacor.
0:12:32 Su mierto.

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