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2 de Octubre de 2002

El cuidado de las almas

Transcripción automática

0:00:00 Pero hablaremos sobre lo cuidado del alma, el típulo espanta un poco, ¿no?
0:00:06 Pero quiero decir que en los pueblos primitivos, incluso algunas similistaciones más avanzadas,
0:00:13 creían que la muerte consistía en la ausencia permanente del alma.
0:00:19 Y si esto era así, el procedimiento para salvarse de la muerte,
0:00:24 consistía en impedir que el alma saliera del cuerpo, o incluso si se había salido lograr el regreso del alma.
0:00:33 Estos pueblos creían que vos te morís, como cuando te morís, si el alma salía, el aliento.
0:00:39 Y es, quiero decir, lo mismo.
0:00:43 Las precauciones que adoptaron muchos pueblos para garantizar estos fines,
0:00:48 a saber la no salida del alma o el regreso si es que está yo hubiera salido,
0:00:53 tomaron la forma de prohibiciones especiales o de reglas destinadas a asegurar esta cuestión.
0:01:01 Como hemos contado alguna vez, en la China los daoistas creían que el hombre tenía dos grupos de almas.
0:01:08 Tres almas superiores, ¡Hum!
0:01:12 Tres almas superiores, ¡Hum, hum!
0:01:17 Bueno, las tres almas superiores se llamaban ¡Hum!
0:01:20 Y si bien existían distintas creencias sobre el destino de este grupo de almas,
0:01:30 reina la convicción de que todas ellas se separaban a raíz de la muerte, que uno se desparramaba.
0:01:38 No ya que el alma no existía, no, sino que existía y que se desparramaba.
0:01:48 Lo cual es terrible, es casi es peor que la inexistencia, una existencia fragmentada.
0:01:56 Saber que hay pedazos de uno desparramado como iba a decir algo espantoso.
0:02:05 Después le digo a una cosa.
0:02:08 Y bien, entonces los daoistas creían que era necesario mantener congregadas estas almas.
0:02:16 Si se pretendía exceder a la inmortalidad, que era lo que buscaba todo buen daoista.
0:02:21 Como sabemos la repensión del aliento, la repensión del alma,
0:02:25 era justamente una de las prácticas destinadas a mantener juntas las almas en el cuerpo.
0:02:32 Aristóteles decía que el alma del hombre era la ausía.
0:02:37 La ausía daba forma al cuerpo y era la causa imanente de todas las entidades físicas.
0:02:44 Para Aristóteles la supresión del alma, a través de la muerte,
0:02:48 quitaba la cohesión a todas las partes que componían el cuerpo.
0:02:52 La ausía daba al cuerpo las características de un todo.
0:02:56 Es decir, que más que un alma, los de Aristóteles era una especie de vestimento,
0:03:02 de elemento de cohesión.
0:03:06 Y creía Aristóteles que a la muerte había un plazo.
0:03:11 Para Epicuro el alma estaba compuesta por átomos materiales que eran distintos a los del cuerpo.
0:03:18 Oye, si es el alma del cuerpo, una relación mutual y de dependencia.
0:03:24 Y la muerte para Epicuro también implicaba la destrucción del cuerpo y del alma.
0:03:31 Y parece que los átomos, de uno y otro, se desparamaban por todo el universo.
0:03:38 Andan contra los. Era un famoso refrán de Epicuro.
0:03:50 También creía Epicuro que los más sutiles átomos del alma estaban en el pecho.
0:03:55 Ya para creer algo.
0:03:58 Los malayos en otro lugar de cosas y en otro lugar.
0:04:03 Consejuren mismo orden de cosas pero en otro lugar.
0:04:06 En otro lugar seguro.
0:04:09 La diferencia de locación entre vivos y malayos es notable.
0:04:14 Bueno, los malayos concebían el alma humana como un hombrecito, de tamaño de un dedo,
0:04:20 que correspondía en figura, en proporción y hasta en el color de la pés,
0:04:25 al hombre en cuyo cuerpo recibía.
0:04:27 Igual que vos, pero masiquito.
0:04:30 Y así como hay hombres gordo y flacos, hay almas gordas y flacas para los malayos.
0:04:37 Bueno, uno podía palpar el alma, la podía tocar, pero no era fácil porque estaba
0:04:48 y se daba una materia muy sutil, mucho más sutil al menos que la del cuerpo.
0:04:54 El alma de los malayos se alejaba temporalmente del cuerpo durante el sueño.
0:05:01 También durante algunas enfermedades y naturalmente la muerte.
0:05:06 El amor se alejaba totalmente.
0:05:10 El alma salía por la nariz.
0:05:13 A este le ves que es una edad indonesia descubierta ya por el 1502 por los holandeses
0:05:19 o por los portugueses, vayas a saber.
0:05:22 El alma podía escapar por la nariz, pero también por el ombligo
0:05:31 y por la unión que hay entre la piel y la suña de las patas.
0:05:39 Eso parece más lógico.
0:05:41 Un caso lógico.
0:05:43 Para evitarlo, para evitar que se escapara el alma,
0:05:48 se tocaban en los hombres que se enfermaban, unos anzuelos, en los lugares citados.
0:05:57 De modo que si el alma intentaba escapar, quedaba enganchada.
0:06:01 Ahí como ensartada como un churrasco y croto.
0:06:07 Suponía que el alma de un durmiente se alejaba de su cuerpo y visitaba lugares,
0:06:13 veía personas y hacía toda clase de cosas.
0:06:19 Cuenta el cronista que en una oportunidad un poblado de borneo se sintió presa de pánico
0:06:26 y el lugar estuvo a punto de ser abandonado porque alguien había soñado ver a los enemigos aproximarse sigilosamente
0:06:33 y cugiría en borneo la idea de que el que sueña que se mueve se mueve.
0:06:40 Entonces cuando alguien soñaba con enemigos que se acercaban, esta gente corría en el cujeaje.
0:06:48 El peyero recibía para que los creyentes, en fin el alma de un durmiente pudiera haberse imposibilitada de volver a su cuerpo por algún incidente,
0:07:01 o algún accidente, por mejor decir.
0:07:03 Supongamos que su alma se espianta mientras usted apolilla y bebe agua de un frasco
0:07:11 y justo en su momento alguien le cierre el frasco y le queda su alma encerrada en el frasco
0:07:16 y usted cuando se despierta se encuentra desalmado.
0:07:22 Los malayos cuentan historias de que orden, almas encerradas en coneles, en armarios, etc.
0:07:33 También entre los malayos aquello que se despertaban doloridos, creía que su alma se había peleado y había perdido con alguno.
0:07:42 En fin la creían que el alma dejaba el cuerpo en las enfermedades crónicas
0:07:48 y en ese caso se medían unas letanías llamando al alma y robándole que retornara de las montañas, de los valles, de los ríos, o allí donde pudiera andar.
0:07:59 Al mismo tiempo se ponían en la puerta del abandonado, recipientes con agua, vino y arroz, para refresco del alma vagabunda.
0:08:09 Bueno, ahora bien, también es frecuente en distintos pueblos que se consideran la propia sombra como el alma o como parte vital del alma.
0:08:19 Al norte de Canadá están las islas Banks, si son así, no me nace a Capitan Joseph Banks, una de las varices inglesias que participó de varias expulsiones junto al Sinao Cúbaco.
0:08:31 En las fiestas fierras hay unas piedras de forma extraordinariamente larga, sus habitantes creían que estaban alocadas en ellas unos espirco peligrosos,
0:08:41 y si la sombra de una persona caía sobre una de esas piedras, el espirco de las piedras se chupaba el alma y te moría.
0:08:51 En esas mismas islas la gente caminaba con cuidado de no depositar su sombra en lugares peligrosos.
0:09:00 En otras partes la disminución del tamaño de la sombra significaba su decrecimiento en energía y en vitalidad.
0:09:12 En Amboina y Juliaste, los islas cercanas al ecuador, donde ciertamente al mediodía hay poca o ninguna sombra, la gente tenía como regla no salir de la casa esas obras.
0:09:25 Es decir, la ausencia de sombra es decir, la ausencia de alma producía la muerte al instante, para no hablar del sol del mediodía en las regiones ecuatoriales.
0:09:34 Ahí tenemos a nuestro amigo Keith Winn, que no nos deja mentir, el decir que en la India nada debía ser tomado en serio salvo el sol del mediodía.
0:09:45 Y estos pueblos de mucho sol que acostumbran a dormir la siesta y que causan el estupor de personas de que hay más templados, de que hay más templados y de sociedades apuradas por progresar,
0:10:08 toman la siesta no por pereza, sino porque no quieren que su negocio fructifique, sino porque saludable tomas la siesta en un lugar donde a las 2 de la tarde, hace 40 grados, 45 grados, que vas a salir a caminar por el medio de la plaza.
0:10:28 Yo no me acuerdo quién fue a visitar Ibarra, un delegado del gobierno central de Buenos Aires, entonces no sabía quién y no me acuerdo.
0:10:39 Entonces llegó allá el mediodía, el tipo con una levista que estaba sudando hasta las perejas, y el gobernador Ibarra lo recibió en Casunciso.
0:10:50 Y cuando él recibe este episodio, lo hace también con una mezcla de indignación, estupor, como se lo mira, salvaje Ibarra, que me va a recibir a mí que estoy enviado del gobierno central de Buenos Aires,
0:11:09 a mí que vengo con una levista en Casunciso, pero el que estaba loco era que andaba de Levista,
0:11:16 y Ibarra es civilizado, que estaba en Casunciso cuando verdaderamente había que estarlo.
0:11:22 Bueno, estar en Casunciso cuando verdaderamente hay que estarlo es un rago de inteligencia.
0:11:31 Alguno le lleva una vida a prenderlo.
0:11:38 Los mangais nos contaban la historia de un guerrero poderoso, Tuca y Tahuas, cuyas fuerzas crecían y me enguaban con la longitud de sus sombras.
0:11:50 Por la mañana, cuando sus sombras eran más largas, sus fuerzas eran muy grandes, y conforme se cortaba las sombras y el mediodía, sus fuerzas le caían, y igual.
0:12:04 A la tarde el héroe recuperaba su fortaleza y parece que un enemigo descubrió ese secreto y lo mató al mediodía, cuando estaba desalva.
0:12:16 Estas son las historias acerca del alma que queríamos contárgeles hoy.
0:12:21 Aquí, en dedicarlas, pues a toda esa gente que decía, tanto es esfuerzo por conservar el alma pegada al cuerpo.
0:12:40 Interesan a todos los tawistas, los tawistas que son gente amiga, y gente que se propone la inmortalidad,
0:12:55 hasta vez de ejercicios tan interesantes como la retención del aliento, o la retención de la simiente,
0:13:07 lo cual los conduce a verdaderas dañas del orden que nosotros nos impresionamos.
0:13:21 Al Imperador Amarillo también, que tenía 1300 concubinas, a las cuales rendí atributo cada noche, una tras la otra,
0:13:34 que era de única manera por otra parte.
0:13:37 Aquí más.
0:13:39 Bueno, nadie más. Nadie más porque me canse.
0:13:42 Al pobre Tukaitawa, que a mediodía, es no por no darse el Tukaitawa, hubiera elegido lugares de soles más oblímpos.
0:13:56 A los que viven en países de sombras largas también, a los que alman como uno, rengo de sombras.
0:14:06 Ustedes habrán notado que yo tengo una cierta obsesión con el hombre y su sombra.
0:14:15 Usted ha sido una sombra.
0:14:18 Usted ha sido mi sombra en alguna obra.
0:14:23 El papel de sombra ha sido cumplido por varias personas, entre ellos mismo.
0:14:32 Algunas con más verosignitudes que otras.
0:14:39 Hay personas que son, por más parecidas, sombras que otros.
0:14:45 Hay conductas que son.
0:14:48 No hay asombrías porque puede conducir a un equivoco.
0:14:55 Una conducta lunar.
0:14:58 Seguir a otros.
0:15:01 Ahí hay hasta destinos de sombras.
0:15:06 Destinos de marchar tras otro, como una sombra, esclavizado, servil.
0:15:18 Hay imposibilitados de toda decisión.
0:15:21 Así que desde acá, desde el programa, nosotros populamos una especie de rebelión de sombras,
0:15:33 en donde las sombras dejen ya de acaltar las decisiones de los cuerpos sólidos que las producen
0:15:44 y tomen vida independiente, incluso más allá de las luces.
0:15:54 Es el ocultamiento de las cuales produce el efecto de sombra.
0:15:59 Algún día se va a producir esa rebelión de las sombras,
0:16:03 entonces podemos, alegre sombras, lanzando para que más no sea para demostrar que toman sus propias decisiones.
0:16:11 Y que era un cuerpo sin sombras.
0:16:14 Nada, sin precondición, lo que sostena a aquellos que creían que la fuerza aumentaba con las sombras.
0:16:23 Pero eso era cuando las sombras eran esclavas de las personas y de los cuerpos.
0:16:28 No era mala historia, la rebelión de las sombras.
0:16:31 Solo que alguien ya la debería haber escrito mucho mejor.
0:16:36 Y eso es un tema.
0:16:39 Este es un tema para un teatral, sombras rebeldes.
0:16:45 Sombras rebeldes, ¿no?
0:16:48 No tanto la rebelión de las sombras, las sombras triunfadoras.
0:16:53 En cuanto rebelión, es menos otra gente que una sombra en vicaracia,
0:16:59 una sombra con la atención de que todavía está aquí el visita viso,
0:17:03 pero de que está haciendo fuerza por terminar con ese esclavitud.
0:17:06 Esto es una linda cosa para el teatro, ¿no?
0:17:10 Cada actor tiene su sombra, pero en algún momento la sombra lo enfrenta o no lo sigue todo,
0:17:17 o lo siguen perfectamente o hay sombras timadas que fincen de seguirlo a uno cuando en realidad
0:17:24 lo que están haciendo es preparar una traición.
0:17:28 Sombras traicioneras.
0:17:31 Y si alguno extra maturbo acá podría pensar algo lindo.
0:17:36 Bueno, ¿qué vamos a utilizar para ilustrar musicalmente esto?
0:17:44 Para la ilustración musical, vamos a decirlo bien.
0:17:48 Bueno, hay tango sobre las sombras, hay miles y sobre almas, miles.
0:17:53 No hay líneas.
0:17:56 No hay líneas.
0:17:58 Hay que elegir lo clásico.
0:18:01 Desde el alma no está mal, y lo canta con voz de sombra.
0:18:08 Le dio mal.
0:18:29 Porque te niegas a lo olvido, por el amor que prefieres llorar lo que has servido,
0:18:37 buscar lo que has querido, llamar lo que me dio.
0:18:41 Irutemente sí, sí, sí, sí, que nunca me hiciste,
0:18:48 pagar con pena la culpa no se acuerda, la suena como fuiste por amor.
0:18:57 Y pues lo que te dio una vez, lo que después dejo de ser lo que al real
0:19:06 por culpa de un amor, pues no llamar la suena por amor.
0:19:18 No hay líneas.
0:19:32 Irutemente sí, sí, sí, sí, que nunca me hiciste,
0:19:39 pagar con pena la culpa no se acuerda, la suena como fuiste por amor.
0:19:48 Y pues la suena por amor, pues no llamar la suena por amor.
0:19:56 Y pues lo que te dio una vez, lo que después dejo de ser lo que te dio,
0:20:04 llamar la suena por amor.
0:20:09 Y tanto te ha negrido, por qué te niegas a lo olvido,
0:20:19 por el amor que prefieres llorar lo que has servido,
0:20:23 buscar lo que has querido, llamar lo que me dio.
0:20:28 Irutemente sí, sí, sí, sí, sí, que nunca me hiciste,
0:20:34 pagar con pena la culpa no se acuerda, la suena como fuiste por amor.
0:20:44 Ha cantado Nelly Omar de Mello y Manzi desde el alma.

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