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10 de Agosto de 2006

El enojo de los dioses en los mitos griegos

Transcripción automática

0:00:00 Vamos a hablar de envidia en los misos gritos.
0:00:03 Yo creo que no es exacto si vamos a hablar de envidia, sino más bien del enojo de los dioses
0:00:08 cuando algún mortal tenía virtudes que pretendían hacer mensajes.
0:00:19 Por ejemplo, alguien tenía una destreza tan pronunciada que casi podía igualar
0:00:28 a las destrezas de un diose.
0:00:30 En eso producían envidia, sino más bien un enojo, una molestia en los dioses
0:00:35 y una molestia que se traducía totalmente en violencia.
0:00:39 El amigo Burthard, que ha escrito casi todo lo que ha describido sobre los griegos, ha dicho
0:00:46 toda felicidad en la tierra, toda cualidad exceza supone una desmesurada inclusión
0:00:53 en la exclusiva felicidad y perfección de los dioses.
0:00:56 Y en ese caso, al sujeto en cuestión, se lo culpara y se lo caziará.
0:01:00 Hay también una idea en el mundo griego que es la idea de la Iblis y la sofrosina.
0:01:10 La sofrosina es la mezura, la medida, la armonía.
0:01:17 Y la Iblis es el doble desmesurado.
0:01:19 Pero se puede ser desmesurado incluso en las cualidades aparentemente positivas.
0:01:26 Si una persona desmesuradamente bella, el mundo griego la mira con sospecha.
0:01:33 Y aquella persona que descubre una cualidad desmesurada en su persona debe tener.
0:01:44 Porque algo se viene, algo se viene atrás.
0:01:48 La belleza, la fuerza extrema, la perfecta destreza con las armas,
0:01:52 incluso la economía científica eran patrimonios vivinos.
0:01:56 Volar alto era un atache a la prerogativa de los dioses.
0:02:00 Recuerde que Incaro, Tagozzo, Atreviviento, volar alto con la caída
0:02:06 y lo mismo le sucedió del aerofonte, el jockey de Pegasso.
0:02:09 Y ahí está también el músico Tamis, con quien comenzaremos, no parece este catálogo de hoy.
0:02:16 Era un buen cantor y tocaba bien la alegría.
0:02:20 Cada vez que iba a una fiesta ibasí a tocar la alegría y cantar, sí o no, Tamis.
0:02:28 Y era tan bueno que las musas envidiosas e irritadas lo cegaron, lo dejaron ciego.
0:02:37 Ah, mira que bien canta esto, no está lo ciego.
0:02:40 Pero hicieron algo más, lo privaron de su talento musical.
0:02:45 Es decir, no le dejaron ver y no le dejaron otro consuelo a su espíritu.
0:02:51 Imagínense que con un músico lo privaron de su talento musical.
0:02:54 Pero igual lo sacó de Arata, porque en casi todos los casos los competidores morían.
0:03:02 Vale la pena recordar lo que le pasó a Marcia.
0:03:05 Marcia Cierra, discúlpenos ustedes, el inventor de la flauta del Oble Togo.
0:03:12 Con digo algún lugar, pues quién es usted?
0:03:16 Bien decía, soy Marcia y poniendo la mano haciendo guión por el costado de la boca,
0:03:24 así se amundan los dequerosas y a su vez era el inventor de la flauta del Oble Togo.
0:03:29 Y enarcaba las cejas.
0:03:33 Siempre iba seguido por el séptico de Sibeles, cuyos miembros,
0:03:38 que era una especie de orientales de los mutos ríos, tocaban el tamboreo.
0:03:44 En la pena se contaba que en realidad la vieja Atenea había fabricado la primera flauta.
0:03:50 Sin embargo, al ver ser reflejada en un río,
0:03:53 notó hasta qué punto se formaron sus metillas cuando tocaba el instrumento.
0:03:59 Estaba tocando la flauta y se miró en el río y dijo,
0:04:03 caramba, cómo se me infla las metillas cuando sopló el instrumento.
0:04:07 Y no, no, aquí, aquí.
0:04:09 Ahí es la misma, lo soltando.
0:04:11 En el tiempo hurecido tiró la quena al agua y esa flauta fue la que llegó a manos de Marcia.
0:04:18 Marcia se convirtió en ejecutante genial.
0:04:22 Según los mitógrafos, su niun psica era la más bella del mundo.
0:04:27 A Polo, que curiosamente era davidoso con los músicos,
0:04:31 esa música lo perdugó porque se inflió en vida.
0:04:34 Y, si no, pues se quedó también la flauta de tipo.
0:04:37 Y se presentó ante Marcia con su lira.
0:04:41 A Polo tocaba la lira, no la flauta.
0:04:46 Bueno, el músico lo vio en él, lo vio a Polo con la lira en la mano
0:04:50 y tuvo la tentación de deshaciarlo.
0:04:53 Se dijo, ¿a qué bueno sé con la lira lo que yo hago con la flauta?
0:04:59 Era un desafío tendencioso.
0:05:06 Y a Polo le dijo a él, bueno, bueno.
0:05:12 Y en una primera vuelta a Polo perdió, no pudo hacer algo.
0:05:15 Pero, este, a Polo dice, si te hago una segunda competencia,
0:05:22 bueno, eso es lo que ya acaban.
0:05:24 Dice, aquí lo toca, se instrumento en posición invertida.
0:05:30 Y él tocó la lira con la lira al revés.
0:05:32 Y Marcia no pudo tocar con la flauta al revés porque no se puede.
0:05:38 Porque por ahí sigan tirando, ¿no?
0:05:40 Pero no se, yo creo que no.
0:05:42 Entonces, en cido, tuvo que pagar con la lira, ¿no?
0:05:48 Y se le daba la vuelta.
0:05:50 Le fue a Polo y un pino y después lo besó yo.
0:05:52 Es cruelísimo a Polo.
0:05:57 Pero finalmente pudo tocar con la lira en la guitarra.
0:06:00 Al revés, como sur, lo se digan.
0:06:03 Bueno, ahí lo cuentan.
0:06:05 Claro, al caldo las flautas es más difícil.
0:06:08 La guitarra también es un poco de granata si se la toca al revés.
0:06:12 Por razones que van más allá de una mega posición de cuerdas.
0:06:24 Hablaremos de otra indigna, la de Quíone.
0:06:27 Quíone era la hija de Edda Lyon.
0:06:29 Era hermosa.
0:06:31 Ahí va, ahí se irá a tener.
0:06:33 Era hermosa y tenía cientos de pretendientes, imagínense.
0:06:37 Quíone desdeñaba a los mortales y esperaba a los dios.
0:06:41 Así que, ¿qué le voy a dar, bolila?
0:06:43 A estos pedagatos.
0:06:45 Voy a esperar que venga un dios como la gente a tirarme el carro.
0:06:50 Un día andaba en hermos de Apolo,
0:06:53 paseando por ahí,
0:06:55 para el país que Quíone habitaba.
0:06:58 Y la vieron y se enamoraban perdidamente de ellos.
0:07:01 La muchacha lo recibió y les dio dos hijos.
0:07:05 No les dio dos hijos que tenían.
0:07:07 A dos.
0:07:09 Hizo todos los procedimientos indisconsables para que nacieran dos niños.
0:07:13 Uno era de Hermes y el otro de Filamón.
0:07:16 Eso le ocurrió de eso,
0:07:18 cuando en una noche los hombres así dan con una mujer en los mitos griegos.
0:07:22 El hijo de Hermes se llamó autólico y el diapolo fue justamente el músico Filamón.
0:07:28 Hermes y Apolo hablaron entre los olímpicos de la belleza de la muchacha.
0:07:34 La belleza de las diosas la envidió.
0:07:37 No se la van con.
0:07:39 No por el acto amoroso,
0:07:41 a ella no le interesa ver esto, sino por la belleza.
0:07:45 Hablamos de la belleza Artemis.
0:07:47 Entonces Artemis era muy vengativa y era peor.
0:07:50 Una verdadera legua, si lo que dice.
0:07:53 La disfrazada de anciana,
0:07:56 si no presentó Artemis a Quíone
0:08:00 y le hizo hablar, les entré en confianza,
0:08:03 y la usabía de pretender que su belleza superaba la de la diosa.
0:08:07 La diosa y la secuestrada de anciana,
0:08:09 y le dijo, escúchame, ¿qué se llama en el daboso?
0:08:12 ¡O Artemis!
0:08:14 Y se la mandió, no.
0:08:16 Y yo no voy a comparar.
0:08:18 Entonces Artemis dejó caer su disfraz
0:08:23 y apareció como lo que era en la diosa,
0:08:26 pero además armada con su artisucrecha,
0:08:29 y se sentó como su rato y rato, y la líquido.
0:08:34 Otras hendidas son entre mortales,
0:08:39 ya no están involucrados los dioses.
0:08:42 Por ejemplo, un poliméster,
0:08:45 tipo muy hendidioso, vamos a ver cómo terminó.
0:08:48 Equa era la segunda esposa del traído trogo,
0:08:51 ya prevíamos que aquí hemos nombrado algunas veces.
0:08:54 Cuando fue tomada la ciudad,
0:08:56 el matrimonio perdió a casi todos esos hijos.
0:08:59 Una de ellos se llamaba Polidor,
0:09:01 que había sobrevivido,
0:09:03 y para salvarlo, equa esos posos privamontes.
0:09:06 No sabían de qué hacer.
0:09:08 Parece que en el que era nuestro, había un rey llamado Poliméster,
0:09:12 y este rey envidia la fortuna de los soberanos de Estróla.
0:09:17 Era un dido.
0:09:19 Y aprovechó esta circunstancia,
0:09:22 estos apuros que pasaba el matrimonio,
0:09:25 para enviar unos enisarios,
0:09:28 y suéndole a Equa y a Prigamo,
0:09:31 que enviaran a Polidor o a su reino,
0:09:33 donde sería muy bien cuidado.
0:09:36 Equa y Prigamo aceptaron y mandaron a Polidor,
0:09:40 a lo de Poliméster, para que lo cuidara.
0:09:42 Y además,
0:09:45 junto con Polidor, mandaron a los tesoros.
0:09:47 Los tesoros del Prigamo,
0:09:49 destinados a permitir que su hijo pudiera sostener su rango,
0:09:54 incluso en caso de que le haría la atreverada mal para los tesoros de Alma.
0:09:57 Para los tesoros, ya, Prigamo murió,
0:10:00 Poliméster, entonces, mató a Polidor,
0:10:03 y se apoderó de las riquezas que las mismas riquezas convidían.
0:10:09 Y les daba arrojó el cadáver al mar.
0:10:13 Nunca lo hiciera,
0:10:15 porque tiempo más tarde el cuerpo fue depositado por las olas en la costa de Tróla,
0:10:20 allí estaba nada menos que Equa,
0:10:23 sometida a los riegos, pero que había regenteando el reino.
0:10:26 Reconoció el cuerpo de su hijo y decidió vengarse.
0:10:29 Equa es la parte más roja de la historia.
0:10:31 Entió a uno de sus criados a buscar a Poliméster,
0:10:35 y lo trajo a Marcela de una engaña que no se cuenta aquí.
0:10:38 Le dijo que sí se cuenta.
0:10:41 Le dijo que pensaba mostrarle el lugar donde se encontraba junto un tesoro
0:10:45 que había escapado las pesquisas de los invasores.
0:10:48 Poliméster fue.
0:10:50 Equa lo tuvo a su alcance y arrancó los ojos y luego lo dejó Marcela.
0:10:55 ¿Se cuórenlo?
0:10:57 Así, no más.
0:10:59 Una débil mujer casi alciana,
0:11:03 me imagino, lo agarró al té porque se vino y decía,
0:11:06 ¿ya? A ver dónde está el tesoro.
0:11:08 Le dijo, no hay tesoro, tú le arrancó los ojos.
0:11:11 Pésima esa.
0:11:13 ¿Le habrá abierto los ojos muy grandes?
0:11:16 La mejor es la que le contaba ahora, que es la de Dégalo.
0:11:19 Dégalo era un artesano admirable.
0:11:22 Su especialidad era la herrería.
0:11:26 Un oficio que le había enseñado la diosa Atenea.
0:11:29 Parece que ha sido maravilla ese tipo.
0:11:32 Las estatuas que modelaban eran tan perfectas que confundían a la gente.
0:11:36 Todos pensaban que eran personas y él solía divertirse
0:11:40 y provocando engañosos encuentros.
0:11:43 La mujer de Dégalo le pasó al plumbero a Dégalo
0:11:49 y le resondaba la estatuas preguntándole
0:11:53 cuando iba a tirar aquella porquería.
0:11:59 Bueno, pero uno de los aprendices de Dégalo,
0:12:02 el hijo de su hermana Policáste, es su sobrino,
0:12:05 llamaba a Carlos.
0:12:07 Y también se había convertido en un artesano idídio,
0:12:10 que además tenía solo 12 años, pareció una altidad.
0:12:14 Un día Carlos encontró el macilar de una serpiente
0:12:18 o, sobre otro, se le pinazó el un fe
0:12:21 y, como he dicho, él inventó la sierra.
0:12:25 ¿Qué hace uno cuando encuentra el macilar de una serpiente?
0:12:30 Y se caramba.
0:12:32 Una sierra, mira ahora.
0:12:35 Y eso es lo que dijo Carlos
0:12:40 y copió en hierro el macilar inferior
0:12:44 y comenzó a utilizar su nuevo invento
0:12:47 para cerruchar naturalmente,
0:12:49 para que quiera una sierra de uno.
0:12:51 Y ahí viene el hijo de la sierra que se hizo el rucho
0:12:56 y los verbos correspondientes.
0:12:59 A cerrar, cerrar, cerruchar.
0:13:07 Es el primer día que inventó todo el Ianene para un cerrargo.
0:13:12 Con la sierra.
0:13:14 Parecía que hubo otros inventos de talos,
0:13:16 por ejemplo la rueda de Alparero,
0:13:18 el compás para trazar círculos.
0:13:20 Bueno, todo esto le valió al pequeño talos
0:13:24 una gran reputación en Atenas.
0:13:26 Y dega lo que se puso en Dios.
0:13:29 Es como pues hoy, este muchacho inventó el cerrucho
0:13:32 y yo no.
0:13:34 Y ya se sabe cómo se pone uno cuando no inventa el cerrucho.
0:13:41 ¿Cómo no se me ocurrió?
0:13:43 ¿Cómo no se me ocurrió?
0:13:45 He visto centenas de macilares de serpiente
0:13:48 y no inventé nada.
0:13:51 No era lo que hiciera el parado.
0:13:53 Y claro, el otro ahí se ruchaba en el paro de miente.
0:13:57 Y entonces sucedió lo siguiente.
0:14:00 Dégalo llevó a su sobrino talos
0:14:02 hasta el techo del centro de Atenía, en la Cropolis.
0:14:05 Le señaló varias justas lejadas, miradas.
0:14:09 Y cuando el joven llegó al horizonte
0:14:11 le encajó una patada y lo hizo caer.
0:14:15 ¡Garate de cerrucho!
0:14:17 Y luego metió el cadáver de talos
0:14:21 con el propósito de enterrarlo en secretos.
0:14:24 No sé cómo habrá hecho bajar
0:14:26 sin que nadie lo viera en la Cropolis
0:14:29 y no en el lugar más concurrido.
0:14:31 ¿Cómo hizo?
0:14:32 Para tirarlo, bajar, agarrar una bolsa
0:14:34 y meterlo adentro sin tenerlo viera,
0:14:36 es cosa que no se sabe.
0:14:38 Pero lo metió adentro en un saco de una bolsa
0:14:40 con el propósito de enterrarlo en secretos.
0:14:43 Entonces en un momento pasaban por ahí unos tipos
0:14:45 y le preguntaban qué hizo eso que tenía ahí adentro.
0:14:48 Pues ya era así.
0:14:50 Y dígalo que lo sepiló que había guardado
0:14:53 piadosamente en el saco, como lo decía la ley,
0:14:55 una serpiente muerta.
0:14:57 No le crecieron.
0:14:59 Entonces su crimen fue descubierto.
0:15:01 El agrópago lo enterró por asesinato.
0:15:05 La hermana de Bédalo,
0:15:07 y madre de talos policates,
0:15:09 al enterarse de la desgracia,
0:15:11 se ahorcó.
0:15:13 Y dígalo errantes y desferrados.
0:15:17 Y llegó a la isla de Téja.
0:15:19 Y ahí, ahí mabamos amigos.
0:15:21 Y eso es otra historia,
0:15:23 pero esa es la historia principal.
0:15:25 Me dígalo porque allí construyó el laberinto
0:15:28 y construyó también las salas
0:15:33 para escapar de él.
0:15:35 Las salas de Cera,
0:15:37 que finalmente precipitaron a su hijo Icaro
0:15:40 por haberse acercado demasiado al sol.
0:15:44 Un consejo para aquellos que escapan
0:15:46 del laberinto volando con alas de Cera.
0:15:49 No se acerquen al sol.
0:15:51 Ah, mira, huele a nublado.
0:15:54 Me corría para escapar del laberinto de Creeca
0:15:58 y son de nublado.
0:16:00 Tarde, tarde,
0:16:02 llega este conocimiento.
0:16:06 a quien dedicaré esto,
0:16:08 el rolón que le hubiera dedicado,
0:16:11 aquí o no?
0:16:13 Aquí estaba buenísima,
0:16:15 y yo también.
0:16:17 Que fue enzartada por Artemis.
0:16:21 Yo sé lo que dijo el inventor de la flauta de Oble
0:16:24 tuvo a Marcias,
0:16:26 que fue derrotado.
0:16:31 No fue una competencia musical,
0:16:34 sino más bien de Hicendo.
0:16:36 ¿A qué no tocaba la flauta al revés?
0:16:38 ¿A qué no le decía a la vaca lo que se le iba al toro?
0:16:40 Cosa, no.
0:16:42 Si hubiera ganado, me iba muy mal.
0:16:44 Lo hiciste a ver.
0:16:46 ¿Haciste ganado?
0:16:48 Sí, yo encontré a Olo la manera de hacer trampa.
0:16:52 El caso que vamos a utilizar, justamente,
0:16:55 un tango de Coca-Cola en Domínguez,
0:16:57 y que se llama la guitarra rica,
0:16:59 en la alusión a la lira,
0:17:01 que es una guitarra pequeña.
0:17:03 En realidad no se parece en azul con una guitarra,
0:17:06 pero al menos tiene cuerdas.
0:17:08 Bueno, a la guitarra,
0:17:10 y a la guitarra,
0:17:12 este mundo se lleva al antiguo Casanumia.
0:17:22 escuchamos entonces a guitarra rica,
0:17:25 Juanjo Domínguez en el tango de Eduardo Arola,
0:17:27 que se llama la guitarra rica,
0:17:29 y que fue compuesto por Arola,
0:17:31 que era bandoneónista,
0:17:33 el homenaje a otro guitarra rica,
0:17:38 que murió no hace mucho,
0:17:40 que era una persona muy interesante,
0:17:42 conocida a su hijo,
0:17:44 y que fue Mario Pardo.
0:17:46 Así que escucharemos el tango la guitarra rica.
0:19:42 hemos escuchado la guitarra de Arolas
0:19:45 por Juanjo Domínguez.

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