Transcripción automática
0:00:00 ¿Seguimos en la vengrasa será terrible por a E.M.13?
0:00:12 Muchas gracias a los presidentes que nos han regalado,
0:00:15 chocolate indes, caramelos, bombones, dinero, etc.
0:00:21 Ositas incluso, gracias.
0:00:23 Hablaremos del Bals, pero de la locura del Bals, ¿eh?
0:00:27 No describiremos las características musicales del Bals,
0:00:31 ni indagaremos en sus orígenes, quizá lo hagamos en otra charla,
0:00:36 porque el material es muy interesante.
0:00:38 Pero sí hablaremos del Frenesí, la locura que se vivió en Biena,
0:00:43 en los momentos de apogeo, de Sadanza, la primera mitad del siglo XIX.
0:00:49 Con el Bals llegó a cambiar la fisonomía de la ciudad
0:00:54 y, junto con el deseo ferviente de bailarlo,
0:00:57 se produjeron algunas situaciones bastante extravagantes.
0:01:01 El cantante irlandés llamado O. Kelly, que fue amigo y a veces intérprete de Mozart,
0:01:07 escribió acerca de lo que vivió Biena ya a fines del siglo XVIII.
0:01:15 Parece que la afición de las damas por bailar el Bals era tan bestial
0:01:21 que no soportaban el menor obstáculo a su placer preferido, que era otro.
0:01:26 Hasta tal punto era así que las mujeres que se encontraban embarazadas
0:01:32 participaban de los bailes con tanto furor
0:01:36 que existían preparadas unas recámaras junto a los salones
0:01:40 para el caso en que llegaran a dar a luz súbitamente.
0:01:45 Los detractores del Bals decían que se había adoptado el baile nuevo
0:01:50 con tanto entusiasmo que nadie notaba hasta qué punto era nocivo para la salud.
0:01:55 Se decía por entonces que bailar el Bals toda una noche...
0:02:00 ¿Todo una noche es un Bals?
0:02:02 Toda una noche contigo se llama.
0:02:04 No, bailar el Bals durante toda una noche provocaba vértigo constante,
0:02:10 debilitamiento de la vista, dificultades en el oído y callosidades
0:02:17 que podían conducir a gangrenas intratables.
0:02:21 ¿Cómo me escuché otra cosa?
0:02:23 Súlteme un poco la mano.
0:02:25 Cuidado con los casamientos.
0:02:27 Para que la sociedad se apartara de esos peligros
0:02:31 se insistía en los riesgos mortales del Bals,
0:02:36 sobretodo teniendo en cuenta cómo se lo bailaba por entonces.
0:02:39 Esos pasos lamentables, recién aprendidos que dan los novios.
0:02:43 ¿Los chicos que van a su plaño de 15, si señor?
0:02:45 Los padres, incluso, de la chica.
0:02:47 Los salones eran de una longitud prodigiosa.
0:02:51 Las parejas los recorrean a toda velocidad, a toda la velocidad posible.
0:02:56 Davan la vuelta girando sobre sí, siete o ocho veces, aquí los salones de 100 metros.
0:03:04 A toda carrera cada pareja trataba de adelantarse a las demás.
0:03:10 No era raro, afirma el cronista, que un accidente mortal
0:03:15 que pusiera fin a aquellas carreras insensatas.
0:03:21 El Bals eclipsó a las otras danzas que se bailaban en el imperio de los austrias,
0:03:30 de los austríacos.
0:03:32 Era de los austrias.
0:03:34 Era de los sáburos.
0:03:36 Los austrias fueron en España también, pero fueron desalojados allí.
0:03:40 De allí, mejor dicho, quedaron sin desendencia con Carlos II en los 17 cientos.
0:03:44 Sobrevieron los borbones.
0:03:46 Pero la casa de Osburgo reino en el imperio.
0:03:51 En la Austro-Hungria hasta 1918, si, en la guerra cuando se disolvió.
0:03:56 En la isla de las dos cabezas que tenemos, incluso, en la ciudad de Buenos Aires como escudo.
0:04:00 Bien, el caso es que el Bals eclipsó a las...
0:04:03 En realidad 1918, porque durante la guerra...
0:04:05 En la guerra todavía, todavía.
0:04:07 Estábamos ahí resistiendo a los austro-hungarios.
0:04:09 Ahí estaban las sardas húngaras, las masurcas, polacas, los landlers, tiroleses, las gabotas, el minué.
0:04:19 En la época del Congreso de Viena, que se imposterió a la caída de Napoleón,
0:04:23 el minué tan célebre en el siglo anterior, en el siglo XVIII como danza de salón,
0:04:28 estaba prácticamente olvidado.
0:04:31 Y se comentan que el sar de Rusia, Alejandro, en ese Congreso, en Viena,
0:04:36 quiso ver bailar un minué solo por curiosidad.
0:04:40 Y entre todos los miembros de la fiesta y del Congreso,
0:04:44 solo se encontró a uno que fue capaz de ejecutar sus figuras.
0:04:49 Se trataba del Conde de la Gare Sambona, que maravilló a todos bailando.
0:04:56 Al menos esto es lo que cuenta el Conde en sus memoria.
0:05:00 Y también se trataba del Triunfo Cortesano, que sumó con esa demostración,
0:05:05 que le aportó además de felicitaciones principescas,
0:05:08 discinas diamantes maravilladas por sus movimientos al bailar el minué.
0:05:14 Así que este tipo estuvo fenómeno.
0:05:17 Este hernario también, el minué como el bals, exactamente.
0:05:21 Iba a ilustrar eso, porque fíjese...
0:05:31 ...boquería.
0:05:51 Aquí un poco en tranco.
0:05:53 Pero es en tres.
0:05:55 Es en tres.
0:05:57 Y no, esto es un minué, ya de la época final del minué.
0:06:01 Pero abértase que estas mismas cosas ya se escribían,
0:06:07 incluso en época de Iojan Sebastián.
0:06:17 Es tres también.
0:06:27 Así que en tres, pero es el mismo ritmo.
0:06:30 Lo que incorpora el bals, supongo, el minué tenía mucha figura coreográfica.
0:06:35 Claro, pero lejanas.
0:06:37 Lo que incorpora el bals es la posibilidad de bailarlo agarrados.
0:06:41 Dos cuerpos moviéndose como uno.
0:06:43 Eso es el tema.
0:06:45 Me suena eso de algo.
0:06:47 El asunto es que el bals cobró dimensiones de verdadero fenómeno social,
0:06:50 que es una palabra que usan todos para definir un montón de cosas,
0:06:55 y no hay una probable excepción de los fenómenos sociales.
0:06:58 Algunos se preguntaban si sería un narcótico o un excitante.
0:07:03 Otros estaban fascinados por las nuevas posibilidades galantes que ofrecía esa danza.
0:07:09 Podía apretarse el cuerpo de la pareja.
0:07:13 Ahí está, en contraste con la danza sanse antigua, como ha dicho Odorio,
0:07:17 donde se guardaban distancias perfectamente reguladas.
0:07:21 Los filólogos encuentran la etimología de bals en latín Volvere.
0:07:29 Volvere.
0:07:31 El hecho de girar, esto es mejor, de volver sobre sí es un carácter esencial.
0:07:37 En 1780, por primera vez, se aplicó la palabra bals a una danza.
0:07:43 Se aplicó la palabra bals a una danza, que no quiere decir que la música ya no fuera.
0:07:47 Especialmente, cuando de los tres tiempos, son tan viejos como la música.
0:07:54 Algo llamado bals apareció en el escenario en la ópera de Martín y Soler llamada Cosa Rara.
0:08:01 Calificativo bienes se agregó a partir del momento en que se hizo famoso Johann Strauss.
0:08:09 Bien era un poco la capital del mundo civilizado, entonces era esa especialidad cultural,
0:08:14 el psicoanal, el marxismo.
0:08:16 La era napoleónica.
0:08:18 Hay dos Johann Strauss.
0:08:22 El primero, el papá, nacido allá por 1804 y en el 25 nació el otro.
0:08:30 No, no, no era el Johann Strauss padre.
0:08:34 Y él va al modifico la fisonomía de Viena porque hubo que satisfacer este desmesurado a FAM por bailar.
0:08:41 La mucha dumbre de bailarines y el espacio que exigía que lo haya.
0:08:45 Los salones.
0:08:46 Sí, porque iban girando y necesitaban.
0:08:48 Claro, necesitaban mucho lugar.
0:08:50 Pero vieron esos palacios que uno recorre.
0:08:52 Así mire, ese paquete tan grande.
0:08:53 ¿Dónde estaban los palacios?
0:08:54 Entonces, claro, tuvieron que construir enormes salas rodeadas de anexos para descansar, recuperar la fuerza,
0:09:01 tomar un piscolabio.
0:09:03 En los salones vieneses destinados al Valls, con sus jardines y anexos, solían reunirse 50.000 personas.
0:09:12 Rejite de comunicación.
0:09:14 Eran construcciones magníficamente decoradas.
0:09:17 Además, no vaya a creer que eran una cancha de vasque atrás de la orga.
0:09:20 Tengo las en flor y esas cosas.
0:09:22 Un pionero de los salones de danza fue Sigmund Wolfsson, que levantó el salón a Polo.
0:09:28 Wolfsson era médico y se había hecho rico con la fabricación de brazos artificiales.
0:09:36 Si lo hacía...
0:09:38 Que mi mamá lo hacía.
0:09:40 Las guerras de esos tiempos se habían favorecido ese comercio.
0:09:44 Pero Maga no con los que garpaban por acostarse en su lecho de salud, que provocaba fantasías amorosas.
0:09:53 Era una cama eléctrica que curaba la gota, según decía, y se calentaba y con algunos movimientos provocaba algún que otro escozor placentero.
0:10:03 Eso lo había inventado Wolfsson también.
0:10:05 Cubierto de honores por el emperador Francisco, Wolfsson, tuvo licencia para construir el más importante salón de baile.
0:10:14 Había estatuas de diosa griegas, de las musas, de los genios, había bosques artificiales, grutas para los enamorados, cascadas.
0:10:25 Qué le quiero ir.
0:10:27 Y dice, ahora va a querer ir más todavía.
0:10:29 En la noche de inauguración la fila de carrozas para llegar al ingreso era de 7 kilómetros.
0:10:35 Eso es un baile.
0:10:37 Por ahí pasaron más tarde todos los asistentes al ya inventado Congreso 1815.
0:10:41 Pero eso es un éxito.
0:10:43 ¿Qué, a patomicas en la puerta le quiero ir?
0:10:45 No, señor Conte, con esas ropas no puede entrar.
0:10:47 Pero Wolfsson terminó mal, ganó mucho dinero, pero por su prodigalidad, por su amor al lujo, llegaste todo.
0:10:56 En 1819 pusieron unos carteles que decía, se remata la sala llamada Apolo con todo su contenido.
0:11:05 Y bueno, remataron.
0:11:08 Y eso le digo yo que antes era mejor.
0:11:11 Mira lo que pasó con la sala Apolo, la tuvieron que rematar.
0:11:15 La tuvieron que rematar.
0:11:17 Y el tiempo quedó en la miseria y murió en la miseria mendigando.
0:11:21 ¿A usted le parece, señor?
0:11:22 Es justicia.
0:11:23 A los 85 años de edad.
0:11:25 Y mal no le fue, ¿no?
0:11:26 Parece que ganaba algunas limosnas invitando a los caminantes a avalcear con él.
0:11:31 Qué lind, eso es una manera de traír limosnas.
0:11:34 Pero no se me había ocurrido, pero ahora...
0:11:36 Se hicieron otros muchos lugares fastuosos con decoraciones moriscas o hindúes o góticas,
0:11:42 en donde además del vals se agregaban otras atracciones.
0:11:47 En el Tivoli, por ejemplo, había peleas de gallos y de pavos.
0:11:52 Me gustaría verlo.
0:11:54 Regenteadas por húngaros que eran expertos en estos asuntos.
0:11:58 En el salón Monshine, que era multitudinario,
0:12:03 hay que decir que este salón no gozaba de buena reputación.
0:12:07 Había muchachas de cascos ligeros
0:12:11 que conducían al compañero de baile ocasional rápidamente hasta lugares más apartados.
0:12:17 Hay que decir que esas muchachas debían hacer un gran esfuerzo para mantener un aire decente.
0:12:23 Porque la policía perseguía a las llamadas busconas de salón.
0:12:27 Y así, todas las mujeres sorprendidas llamando la atención de algún hombre.
0:12:31 Y que meten en cana todas las mujeres.
0:12:34 Estoy por enamorarme, mire.
0:12:36 Era detenida, rapada y obligada a barrer las calles.
0:12:40 Hay que feo lo de rapada.
0:12:42 Y lo de barrer.
0:12:44 Más tarde se cambió la pena porque esa ocupación, la de barrer la calle,
0:12:48 les daba oportunidad de conocer más tipo.
0:12:52 Así que las mandó a lavar la ropa de cama de los enfermos, los hospitales,
0:12:56 era menos glamoroso.
0:12:58 Un tal Morawex construyó un salón llamado Sofía.
0:13:02 Y el edificio era tan extraño que la policía prohibió la entrada por temora
0:13:06 que se viniera el techo abajo.
0:13:08 Parece que el techo se abría cada vez que comenzaba una pieza de waltz
0:13:12 y dejaba caer lluvias de rosas sobre los asistentes.
0:13:17 Digamos para terminar que la asistencia a los bailes comenzó a flaquear
0:13:24 cuando los salones más enormes comenzaron a hacer anfitriones de otros asuntos.
0:13:29 Se alquilaron para reuniones políticas, especialmente en las campañas previas al año 48.
0:13:36 Hay muchos oradores.
0:13:39 Encontraban acústica favorable y todo el espacio que necesitaban
0:13:45 para reunir a sus partidarios.
0:13:48 Y así empezaron muchos de los tumultos que culminaron en los sucesos de 1848.
0:13:56 En el Salón Odeón habló una vez un sacerdote silencio excomulgado, Johannes Röng.
0:14:04 Y atacó violentamente al Papa.
0:14:06 Y al día siguiente, cuando iba a tocar allí Johannes Strauss,
0:14:10 el salón fue incendiado por católicos fanáticos.
0:14:13 Y los bailarines tuvieron miedo.
0:14:15 Pero claro, ya saben lo que pasa con los bailarines cuando el salón es incendiado por católicos fanáticos.
0:14:21 Entonces no fueron a los bales.
0:14:25 Aquí en la Argentina hubo muchos cultores del Balz.
0:14:29 Si me ocurre, Juan Bautista al Verde.
0:14:32 Claro, ¿quién sabe hasta cuándo los balzes del verde bailarán mal?
0:14:35 Y además compositor de balces que todavía se pueden encontrar en catálogos
0:14:40 y pueden ser tocados por los aficionados.
0:14:43 Posteriormente el Balz fue incorporado como danza auxiliar del tango.
0:14:50 Y los poetas de tango y los músicos de tango compusieron muchísimos balces.
0:14:58 Especialmente el más destacado de todos los compositores de balces ha sido Nektores Tampones.
0:15:04 Yo tengo el gusto de conocer.
0:15:06 El Balz criollo, ¿tiene algo que ver con esto?
0:15:08 De eso te hablamos.
0:15:09 A eso se le llamó.
0:15:10 En un principio Balz criollo y después simplemente Balz.
0:15:13 Incluso después se inventó y todavía se ejercita en las milongas.
0:15:17 Una forma de bailar el Balz que está mezclada con tango sobre la cual no me expediré.
0:15:22 Yo puedo decir ya que no tengo filtros que es una porquería.
0:15:28 Pero los balces de tango son extraordinarios.
0:15:30 Los balces son maravillosos y la obra de Tampones es realmente algo que tenemos disfrutando cada vez.
0:15:34 Estaba pensando justamente en el infinitivo de cómo más allá de donde venga la forma que puede ser balzar o balcear.
0:15:41 Porque también hay una variante ahí.
0:15:43 Se convirtió en justamente sinónimo de cierta locura.
0:15:47 Ahora le voy a contar después más bien por qué.
0:15:49 Pensaba también que en el Jostro Frotts en una novela maravillosa que se llama La Marcha Radecki,
0:15:55 cuenta con la formación de un buen oficial.
0:15:57 Tenía que estar primero a la grima, después a la equitación y después mucho antes que el tiro otras cosas,
0:16:02 a traer las danzas, claro.
0:16:03 Que sino un tipo no era digno ya no de ir a la guerra sino de volver de la guerra.
0:16:07 Lo cual me parece que es un gran hallazgo.
0:16:09 Hay que para algunos se va a luchar, para algunos debe volver.
0:16:12 Y después esta cosa hay que cada vez que surge una danza,
0:16:14 donde un tipo y una mina empiezan a ser felices,
0:16:16 es decir, donde los cuerpos están más cerca,
0:16:18 se convierte en una cosa de transgresión.
0:16:21 Es curioso que algo filtrado por la historia y por las buenas maneras y por la nobleza,
0:16:26 como el balz, haya servido para contener la transgresión y la ruptura que significaba el tango,
0:16:30 que era una música prostibularia como todos nosotros.
0:16:33 Y finalmente, a otro que recordaba, que elige como metáforo el que usted estaba contando,
0:16:38 de toda una historia, no es otro que el Lucio Vicente López,
0:16:42 el autor de una novela llamada La Gran Aldea,
0:16:44 donde cuenta que un tipo, un hombre como uno,
0:16:47 un hombre sensible y sentimental, se enamora de una chica,
0:16:50 sin darse cuenta que ella lo que le interesaba era el folgorio del balz.
0:16:53 Entonces lo deja por eso y el tipo pasa tremendamente mal
0:16:57 y Buenos Aires deja de ser una gran idea para transformarse en esto que tenemos hoy.
0:17:01 No es otra que esa historia contada en una novela,
0:17:04 de unas cuantas decenas de páginas,
0:17:06 la que aparece después en una obra maravillosa llamada,
0:17:09 no de otra manera que el viejo balz, porque la historia es la misma, Alejandro.
0:17:13 Y ahora vamos a escuchar justamente el viejo balz,
0:17:17 que es un balz de Charlo, el gran peres de la Rietra,
0:17:21 en la voz maravillosa de su autor, Charlo.
0:17:56 Y ahora vamos a escuchar el viejo balz,
0:17:58 que es un balz de Charlo, el gran peres de la Rietra,
0:18:01 que es un balz de Charlo, el gran peres de la Rietra,
0:18:04 en la voz maravillosa de su autor, Charlo.
0:18:26 Y ahora vamos a escuchar el viejo balz,
0:18:34 en la voz maravillosa de su autor, Charlo.
0:18:56 Fale na desanor, mi corazón también,
0:19:18 su sola dilución que moderas,
0:19:23 girando en aquel balz de Choper,
0:19:28 borracho de pasión y ciego de querer,
0:19:36 se lanza tu atracción sin ver y temates,
0:19:40 y en al mentimo que no hay aún más,
0:19:45 fue como un loco volar de palena,
0:19:47 con giros y vueltas en torno al fanar,
0:19:50 que no deslumbra y no llena de un dulce mareo,
0:19:52 y utiliza tal, junto a mi pecho y tu seno,
0:19:55 los ojos, corazones, el atiento, la par,
0:19:58 fijo, impasible y sereno, tu frío, mirar.
0:20:07 ¿Quién me diría que toda la gloria de aquella,
0:20:10 que entierces, señor?
0:20:12 Era la primera toda que al balz se ponía,
0:20:14 mi loca y señor,
0:20:16 dos cientos de ubanos en mi mano,
0:20:18 y me he hecho de mi brazo,
0:20:20 primiendo en un taz miliano,
0:20:23 y en tanto me asento,
0:20:26 muriendo en el momento girar,
0:20:30 del balzal.
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